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¿Qué significa soñar con personas fallecidas? Interpretación psicológica de un sueño muy común

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¿Qué significa soñar con personas fallecidas? FREEPIK

Soñar con personas fallecidas es una experiencia que muchas personas han vivido al menos una vez en la vida. Estos sueños suelen despertar emociones intensas y preguntas profundas: ¿es solo un recuerdo? ¿Un mensaje? ¿Una forma del inconsciente de procesar la pérdida? A lo largo del tiempo, psicólogos, terapeutas y estudiosos del sueño han intentado dar respuesta a esta cuestión desde diferentes enfoques.

En este artículo abordamos el significado de soñar con personas fallecidas desde la psicología, evitando interpretaciones esotéricas y centrándonos en lo que dice la ciencia sobre este fenómeno tan humano como misterioso.


¿Por qué soñamos con personas que han muerto?

La función de los sueños, según la psicología

Desde el punto de vista psicológico, los sueños cumplen una función importante en la regulación emocional, la consolidación de la memoria y el procesamiento de experiencias vitales. Soñar con una persona fallecida no es necesariamente una señal sobrenatural, sino un mecanismo del inconsciente para procesar el duelo, el afecto, los conflictos no resueltos o incluso la ausencia física.

El psicólogo suizo Carl Gustav Jung consideraba que los sueños representan contenidos del inconsciente colectivo y personal, y que los difuntos pueden aparecer como símbolos arquetípicos o como proyecciones emocionales. Sigmund Freud, por su parte, creía que los sueños permiten el cumplimiento simbólico de deseos reprimidos.


Significados más comunes de soñar con personas fallecidas

1. Procesamiento del duelo

Uno de los significados más frecuentes es que el sueño con un ser querido fallecido forma parte del proceso natural de duelo. La mente necesita tiempo para aceptar la pérdida y encontrar una nueva forma de relación simbólica con esa persona.

Soñar con la persona fallecida puede ser una forma de mantener un vínculo emocional, de revivir momentos compartidos o de expresar sentimientos que no se llegaron a manifestar en vida. Estos sueños suelen tener un tono melancólico, pero también pueden ofrecer consuelo.

2. Sentimientos de culpa o asuntos pendientes

En algunos casos, el fallecido aparece en sueños cuando han quedado conflictos sin resolver, palabras no dichas o remordimientos. La mente reproduce escenas con la persona fallecida como una oportunidad simbólica para cerrar ciclos, pedir perdón o reconciliarse emocionalmente.

Los psicólogos interpretan este tipo de sueños como una invitación a trabajar la aceptación, a liberar la culpa y a encontrar paz interior.

3. Necesidad de guía o protección

En momentos de incertidumbre o dificultad, muchas personas sueñan con padres, abuelos o seres queridos que ya no están, como si buscaran una figura de apoyo. El inconsciente puede recurrir a la imagen del fallecido como símbolo de sabiduría, refugio o protección emocional.

Esto no implica necesariamente una creencia en lo sobrenatural, sino que refleja la forma en que la mente utiliza recuerdos y figuras internas para afrontar situaciones de estrés o tomar decisiones.

4. Recuerdos y nostalgia

A veces los sueños no tienen una carga simbólica profunda, sino que simplemente son manifestaciones de la memoria afectiva. Una conversación, una fotografía o una fecha señalada pueden activar recuerdos que se manifiestan en forma de sueños. Estos casos suelen ocurrir especialmente en aniversarios, cumpleaños o momentos de introspección.


¿Qué emociones suelen acompañar estos sueños?

Los sueños con personas fallecidas pueden tener tonos muy variados, dependiendo del vínculo emocional con la persona y del estado psicológico del soñador. Algunas emociones frecuentes son:

  • Tristeza y melancolía

  • Paz y alivio emocional

  • Culpa o angustia

  • Alegría o gratitud

  • Sorpresa o miedo

Los psicólogos recomiendan observar con atención cómo se siente uno al despertar. El tono emocional del sueño puede ofrecer pistas sobre su función: ¿ha sido un sueño liberador, inquietante, reconfortante?


Tipos de sueños con fallecidos y sus posibles interpretaciones

Soñar que hablas con una persona fallecida

Si en el sueño mantienes una conversación con alguien que ha muerto, puede tratarse de una necesidad de cerrar asuntos pendientes o de buscar orientación emocional. Según la psicóloga clínica Jennifer Shorter, del Instituto de Psicología Transpersonal de California, este tipo de sueños pueden representar la integración del legado emocional del fallecido.

Soñar que un fallecido te abraza o sonríe

Cuando el fallecido aparece sonriente o da un abrazo, el sueño puede estar transmitiendo un mensaje de aceptación, despedida o aprobación. Es una forma de que el inconsciente procese positivamente la ausencia y genere tranquilidad emocional.

Soñar que el fallecido está vivo

Este sueño suele generar confusión. Desde un enfoque psicológico, puede indicar una dificultad para aceptar la pérdida o un deseo intenso de que la persona aún estuviera presente. También puede reflejar el impacto emocional no resuelto o la idealización del ser querido.


¿Debería preocuparme si sueño con personas que han muerto?

Los expertos coinciden en que soñar con personas fallecidas es una experiencia normal y saludable, especialmente durante el proceso de duelo. No es motivo de alarma, salvo que se repita con frecuencia y genere un malestar importante que interfiera en la vida diaria. En esos casos, puede ser útil acudir a un profesional de la salud mental para abordar lo que el sueño está señalando.

Soñar con fallecidos también puede ser una oportunidad de crecimiento emocional: aceptar, recordar, soltar o simplemente convivir con la ausencia desde un lugar de serenidad.


¿Qué recomiendan los psicólogos ante estos sueños?

Algunas recomendaciones útiles para quienes experimentan sueños recurrentes con personas fallecidas:

  • Escribir el sueño al despertar: ayuda a procesarlo y entenderlo desde una perspectiva más clara.

  • No juzgarse por lo soñado: los sueños no son predicciones ni tienen que tomarse de forma literal.

  • Reflexionar sobre el estado emocional actual: el contenido del sueño suele estar relacionado con preocupaciones, recuerdos o emociones recientes.

  • Buscar apoyo si hay malestar: en caso de angustia persistente, acudir a terapia puede facilitar la gestión emocional del duelo.


Conclusión: una manifestación natural del vínculo emocional

Soñar con personas fallecidas no es una señal extraña ni necesariamente sobrenatural. Según la psicología, se trata de una manifestación emocional del vínculo que permanece más allá de la muerte. Estos sueños pueden ayudarnos a procesar la pérdida, mantener la conexión simbólica con el ser querido y seguir adelante con mayor equilibrio interior.

Cada sueño es único, como lo es cada relación. Lo importante no es solo lo que aparece en el sueño, sino cómo lo sentimos, qué nos despierta y qué mensaje emocional puede estar enviando nuestro inconsciente.

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¿Es posible amar a dos personas a la vez?

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¿Es posible amar a dos personas a la vez?
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La posibilidad de amar a más de una persona simultáneamente ha asaltado mentes -y corazones- desde siempre. Pero… ¿realmente se puede amar a dos personas a la vez?

Amor y enamoramiento

Antes de nada, es importante diferenciar estos dos conceptos. El enamoramiento es un estado emocional intenso de atracción por otra persona. Es una fase inicial en la que se idealiza al otro. El amor viene después, cuando se conoce en profundidad a la otra persona, aceptando sus defectos y sus virtudes, y buscando su bien por encima de todo. Existe un compromiso y proyección de futuro.
Muchas veces hablamos de amar a dos personas cuando puede que lo que esté ocurriendo realmente es que se ame a una y se esté enamorado de otra. Pero, ¿se puede sentir amor profundo hacia dos personas? La respuesta es sí.

¿Qué dice la biología?

Durante el enamoramiento, nuestro cuerpo se inunda de emociones de alta intensidad, que están regidas por la adrenalina y la dopamina. El cerebro está, podríamos decir, en un estado de euforia que da lugar a la pasión. Es posteriormente cuando aparece la oxitocina, la hormona del apego, se empieza a establecer el vínculo en la relación, y comienza el amor.
Nuestra constitución biológica no impide que coexistan adrenalina, dopamina y oxitocina. Pueden presentarse a la vez, por lo que enamoramiento y amor podrían también coexistir. De la misma manera, la oxitocina no tiene por qué circunscribirse a una sola persona. No es la biología la que impide ampliar el amor a más de dos, sino la influencia social.

¿Qué dicen la cultura y la sociedad?

Tradicionalmente hemos sido educados para la monogamia. El amor romántico consiste en que dos personas se quieran desde la exclusividad. Otras formas de amar crean confusión porque salen de esta regla, y esta confusión genera sufrimiento. A nivel social se tiende a rechazar lo que se aparta de lo habitual, lo supuestamente “normal”. Pero lo que es más habitual no tiene por qué ser necesariamente lo correcto, ni tampoco la única opción. Existen muchas formas de amar.

El poliamor

El término poliamor se acuñó a principios de los años 90 y consiste en mantener varias parejas a la vez con el conocimiento de todas las partes implicadas. Aunque es difícil de calcular, se estima que entre 5-8% de la población lo ha practicado en algún momento. Es, en realidad, una manera de gestionar la afectividad y no necesariamente la sexualidad. Cada relación poliamorosa acuerda sus bases y su funcionamiento, y las opciones son muy variadas. Pueden incluir diversas orientaciones sexuales entre sus miembros o pueden haber relaciones íntimas entre algunos y no entre otros. En el poliamor entra la posibilidad de amar a dos personas a la vez.
Es importante no confundir el poliamor con la poligamia (donde se ha producido un matrimonio legal entre un hombre y varias mujeres o viceversa) ni el intercambio parejas o swinging (donde la relación no es amorosa sino sexual).

Tipos de poliamor:

  • Amor jerárquico: existe un núcleo de personas que tienen una relación más cercana o intensa, que se vincula con otras personas manteniendo relaciones secundarias.
  • Polifidelidad: existe un círculo acotado de personas con las que se pueden tener relaciones íntimas, pero fuera de ese límite se prohíben.
  • Amor libre o anarquía relacional: no existen restricciones, hay una libertad absoluta tanto para amar como para mantener relaciones sexuales, pero tiene que basarse en el consenso desde el principio.

¿Cómo manejarlo?

  1. Para que el amor entre varias personas sea algo saludable, es fundamental no sólo que todas las partes estén informadas, sino que además estén de acuerdo. Caso contrario sería una infidelidad. El acuerdo entre las partes tiene que derivar de la voluntad individual, sin presión por parte del otro, ni tampoco para complacerlo.
  2. Es clave estar de acuerdo en el funcionamiento de la relación y sus límites.
  3. No hay motivo para pensar que los problemas de las relaciones entre dos personas no se den en las relaciones entre más personas. Pueden aparecer, por ejemplo, celos o miedo a ser excluido. Es importante aclarar los tiempos y las actividades compartidas para no dar lugar a equívocos.
  4.  La comunicación es crucial. Si ya es costoso a veces entenderse en una relación a dos (cada uno viene de una familia de origen con criterios diferentes, historias de vida y experiencias diversas, creencias dispares, momentos vitales o necesidades concretas…), aún más complicado puede ser cuando intervienen más personas.
  5. La tolerancia y la generosidad siempre son buenas aliadas.
  6. Es importante poder estar abierto a que la relación evolucione, ampliando o limitando los miembros que la conforman o cambiando las “normas” internas.
  7. El poliamor nunca debe plantearse como una forma de reactivar una pareja en crisis.
  8.  Por lo que respecta a la crianza de los niños, no hay evidencia que confirme mayores problemas por nacer en el seno de una familia poliamorosa o tradicional. Son simplemente formas diferentes de amar.

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