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Salud y Bienestar

La atención nutricional mejora un 30% la supervivencia de pacientes oncológicos, según CODiNuCoVa

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nutrición oncológica mejora supervivencia

La desnutrición afecta al 80% de los pacientes con cáncer durante el tratamiento

La atención nutricional en pacientes oncológicos puede mejorar su supervivencia hasta en un 30%, según datos del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa). Además, puede incrementar hasta un 25% la respuesta a los tratamientos de quimioterapia y radioterapia.

La desnutrición es uno de los mayores problemas en estos pacientes: el 50% ya la presenta al momento del diagnóstico, y esta cifra se eleva al 80% durante el tratamiento, lo que agrava los efectos secundarios y dificulta la recuperación.

Importancia de la nutrición en pacientes con cáncer

En 2024, se diagnosticaron 31.570 nuevos casos de cáncer en la Comunitat Valenciana, una cifra en aumento cada año. La nutrición juega un papel clave en la tolerancia a los tratamientos, la recuperación y la calidad de vida de los pacientes.

La dietista-nutricionista experta en nutrición oncológica, Iulia Alexandra Scorojanu, advierte que la desnutrición provoca un aumento de la toxicidad de los tratamientos, afectando directamente la salud del paciente. «Un buen acompañamiento nutricional es esencial para combatir la desnutrición y mejorar la respuesta al tratamiento», asegura.

Por su parte, el presidente del CODiNuCoVa, Luis Cabañas, explica que el seguimiento nutricional permite detectar y corregir la pérdida de peso y carencias de nutrientes antes de que se conviertan en problemas graves. «Una dieta adecuada y personalizada ayuda a mantener la energía, reducir la fatiga y mejorar el bienestar del paciente», destaca.

Factores que contribuyen a la desnutrición en el cáncer

Según los especialistas, las principales causas de desnutrición en pacientes con cáncer incluyen:

Pérdida de apetito
Dificultad para masticar o tragar (disfagia)
Náuseas, vómitos y diarrea
Efectos secundarios de la quimioterapia y radioterapia

Estas complicaciones pueden empeorar el pronóstico y reducir la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y recuperarse.

Sin embargo, la desnutrición puede revertirse con una intervención nutricional temprana. Scorojanu subraya que una dieta con el aporte adecuado de calorías y proteínas, el manejo dietético de los efectos secundarios del tratamiento y, en algunos casos, la suplementación vitamínica pueden marcar la diferencia en la recuperación del paciente.

CODiNuCoVa exige más dietistas-nutricionistas en la sanidad pública

El CODiNuCoVa reclama la incorporación de más dietistas-nutricionistas en hospitales y centros de salud para garantizar una atención nutricional gratuita, universal y equitativa a los pacientes con cáncer.

📌 Propuesta: Implementar cribados nutricionales en el diagnóstico, seguimiento y alta de los pacientes oncológicos para mejorar su estado de salud y calidad de vida.

Actualmente, la sanidad pública valenciana solo cuenta con 16 dietistas-nutricionistas para atender a cinco millones de ciudadanos, una cifra que el CODiNuCoVa considera insuficiente para abordar la problemática de la desnutrición en pacientes con cáncer.

 

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¿Sabes por qué no hay que chupar las cabezas de las gambas?

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chupar cabezas de gambas
PEXELS

Las gambas son uno de los mariscos más populares en la gastronomía, especialmente en celebraciones y cenas festivas. Su carne tierna y sabrosa es un manjar que muchos disfrutan en una gran variedad de platos, pero una parte de la gamba que causa controversia es su cabeza. Hay quienes disfrutan chupar las cabezas de las gambas para aprovechar todo su sabor, mientras que otros se abstienen de hacerlo por diversas razones. Entonces, ¿es seguro chupar las cabezas de las gambas? Aquí te contamos por qué es recomendable evitar esta práctica.

Las cabezas de las gambas: ¿una fuente de sabor o de riesgo?

Las cabezas de las gambas contienen una gran cantidad de jugos y una sustancia gelatinosa que, para muchos, tiene un sabor muy intenso y delicioso. Sin embargo, esta «delicadeza» puede ser más problemática de lo que parece.

1. Posibles contaminantes y toxinas

Una de las razones principales para evitar chupar las cabezas de las gambas es que estas partes del marisco pueden concentrar una gran cantidad de contaminantes. Las gambas, como otros mariscos, filtran el agua mientras se alimentan, lo que significa que las toxinas, los metales pesados, los pesticidas y los productos químicos presentes en el agua pueden acumularse en sus sistemas digestivos, especialmente en las cabezas.

Cadmio: el peligro oculto

Uno de los metales pesados más peligrosos que se acumula en las cabezas de los crustáceos es el cadmio, un metal tóxico que puede tener efectos nocivos a largo plazo. El cadmio se encuentra principalmente en la cabeza de las gambas, cigalas, langostinos, cangrejos y otros crustáceos, ya que es una zona donde se concentra una mayor cantidad de residuos provenientes de su sistema digestivo.

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), es conveniente «limitar en la medida de lo posible» el consumo de la carne localizada en la cabeza de estos crustáceos para evitar la acumulación de cadmio en nuestro organismo. Este metal pesado es altamente perjudicial para la salud humana, ya que se acumula lentamente en los órganos, principalmente en el hígado y los riñones.

El cadmio tiene un potencial cancerígeno y su eliminación del organismo es extremadamente lenta, lo que significa que puede permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. El cadmio tarda entre 10 y 30 años en eliminarse, lo que incrementa su peligrosidad con el paso del tiempo.

2. Bacterias y parásitos

El consumo de mariscos crudos o mal cocidos, incluida la práctica de chupar las cabezas, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones bacterianas o parasitarias. Las gambas pueden albergar bacterias como Vibrio o Salmonella, que son responsables de enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque el proceso de cocción suele eliminar estas bacterias, algunas veces los jugos concentrados en las cabezas pueden no estar completamente libres de bacterias, especialmente si las gambas no se han cocinado de manera adecuada.

3. El sistema digestivo de las gambas

En el sistema digestivo de las gambas, particularmente en las cabezas, se encuentran restos de su alimentación, como pequeños organismos o residuos que no siempre son visibles a simple vista. Al chupar la cabeza, podrías estar ingiriendo estos residuos, que, aunque no sean peligrosos en su mayoría, pueden resultar poco agradables o incluso causar malestar digestivo en algunas personas, sobre todo si el marisco no ha sido completamente fresco.

4. El impacto en la salud de los consumidores vulnerables

Para ciertos grupos de personas, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o las personas mayores, el riesgo asociado a consumir mariscos en mal estado o mal cocidos es aún mayor. Las toxinas, bacterias y parásitos presentes en las gambas pueden ser peligrosos para su salud, por lo que se recomienda tener precauciones adicionales en el consumo de mariscos, especialmente de las partes más propensas a concentrar estos riesgos, como las cabezas.

Beneficios de evitar chupar las cabezas de las gambas

  • Reducción del riesgo de enfermedades: Al evitar chupar las cabezas, reduces la posibilidad de ingerir contaminantes y bacterias presentes en los jugos o residuos del sistema digestivo de la gamba.
  • Sabor más controlado: Si bien las cabezas de las gambas pueden tener un sabor fuerte, se pueden aprovechar de forma más segura en caldos o sopas, donde el sabor se extrae y se distribuye en toda la preparación. De esta forma, puedes disfrutar del sabor sin los riesgos asociados.
  • Mejor digestión: Al no consumir las partes menos apetitosas de la gamba, como los residuos de su sistema digestivo, tu sistema digestivo podrá trabajar de forma más eficiente.

¿Es necesario evitarlo por completo?

Si bien no es necesario evitar por completo chupar las cabezas de las gambas, es importante ser consciente de los riesgos potenciales. Para quienes no quieran prescindir de esta costumbre, es fundamental asegurarse de que las gambas estén bien cocidas y sean de buena calidad, procedentes de fuentes fiables y limpias.

Si eres una persona que disfruta de este ritual, ten en cuenta que la seguridad alimentaria siempre debe ser la prioridad. Si tienes dudas sobre la frescura o la procedencia de las gambas, lo mejor es optar por disfrutarlas de manera más segura, como en platos cocidos donde los contaminantes puedan ser eliminados mediante un buen proceso de cocción.

Conclusión

Si bien las cabezas de las gambas pueden parecer deliciosas y ofrecer un sabor profundo, existen riesgos asociados con chuparlas, especialmente en cuanto a toxinas, bacterias y otros contaminantes que pueden concentrarse en esa parte del marisco. El cadmio, un metal pesado presente en las cabezas de los crustáceos, es uno de los principales peligros, ya que puede acumularse en el organismo y tener efectos tóxicos a largo plazo. La mejor opción es disfrutar de las gambas de manera segura, cocinándolas adecuadamente y considerando aprovechar sus cabezas en caldos o sopas para extraer su sabor de manera más controlada y saludable.

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