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’19 de noviembre… y entonces sucedió que…’, por José Luis Fortea

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forteaJosé Luis Fortea

…………………….durante años habitó la prisión más famosa de Francia, La Bastilla, bajo el mandato del reinado de Luis XIV, cuyo rostro no se le permitió descubrir ante ningún otro inquilino de la aludida cárcel fortaleza, bajo ningún concepto, al tener que llevarlo cubierto por una máscara de terciopelo, que las habladurías y murmuraciones de las gentes, convertirían años más tarde en el elemento químico vigesimosexto, en auténtico hierro, y a aquel mismo sujeto en “el hombre de la máscara de hierro”. 

La antigua fortaleza que defendía el costado oriental de la ciudad de París había sido habilitada como presidio por el rey Luis XIV, para los miembros de la alta alcurnia de Francia, por lo que aquel misterioso personaje debería pertenecer, cuanto menos, al linaje aristocrático. 

La identidad de aquel desconocido era todo un misterio que dio lugar a ríos de tinta y miles de candidatos posibles, entre quienes llegaron incluso a afirmar que se trataba del mismo hermano gemelo de Luis XIV, el rey soly otros argumentaban que era el mismo hijo del monarca. 

El primero en hablar de él, y referirse a dicho personaje fue el filosofo François-Marie Arouetmás conocido como Voltaire, que estando preso en la mencionada prisión por escribir una sátira contra el Duque de Orleans y su hija, fue testigo en primera persona de las desventuras de dicho sujeto, según había llegado a sus oídos, a través de la narración de otros cautivos, que le hablaron de tan singular recluso. 

El extraño sujeto de la máscara, había sido encarcelado en 1681 a los veintitrés años de edad en la cárcel de Pignerol, en los Alpes franceses por aquel entonces, a orillas del Chisone, un afluente del río Po, donde el absolutista Luis XIV, enviaba a quienes consideraba los enemigos más peligrosos de su reino. Allí permanecería durante diecisiete años, siempre custodiado y con el rostro cubierto, hasta ser trasladado en 1698 a la prisión de la ciudad de París. 

Una vez allí en la Bastilla, constantemente escoltado por dos mosqueteros para hacer cumplir el mandato regio de no mostrar su rostro y desvelar su identidad, bajo pena de ejecución inmediata, disfrutaba de una serie de ciertos privilegios especiales que a los demás les estaban vetadosno privándole de nada de lo que solicitase, entre los que se encontraban gustos refinados por la ropa de encaje así como disfrutar de tocar, en determinados momentos, del instrumento de la guitarra.  

A las diez de la mañana del 19 de noviembrede un día como hoy, de 1703, el enigmático hombre de la máscara de hierro fallecía a la edad de cuarenta y cinco años, siendo su cuerpo sin vida enterrado en el cementerio parisino de Saint-Paul, bajo una fría lápida con la inscripción, “Marchiali”. 

En 2016, el profesor de historia de la Universidad de Santa Bárbara en California (UCSB) Paul Sonnino, en su libro “The Search for the Man in the Iron Mask” (La búsqueda del hombre de la máscara de hierro) tras el estudio de la correspondencia durante el reinado de Luis XIV y tras varias décadas, finalmente ha podido desvelar la identidad de aquel.  

El prisionero se llamaba Eustache Dauger, ayudante del cardenal Jules Mazarino, al servicio del reino de Francia, y que llegó a ejercer el poder durante los primeros años del reinado de Luis XIV, cuando este contaba con tan solo cinco años de edad. Al parecer el ayudante de cámara del cardenal habría sido testigo de algún asunto, que dejaría entrever, poseyendo cierto grado de información sobre el mismo que afectaría a las altas esferasquizás incluso “mostrando saber más de lo que le correspondía” por lo que acabó siendo encerrado bajo aquellas estrictas medidas de seguridad. 

El secretario de guerra del soberanoFrançois Le Tellier, comunicaba mediante carta escrita al gobernador de la prisión de Pignerol, Bénigne de Saint Martsla especial necesidad de tomar las precauciones debidas ante la pronta llegada de un prisionero particularEustache Dauger, que debía ser custodiado bajo estrictas medidas de protección y al que se le prohibía hablar e incluso ofrecer información a nadie, hasta por escrito. 

Ya lo dijo en cierta ocasión el político y estadista, Benjamin Franklin, considerado uno de los padres fundadores de los Estados Unidos,  

-“Tres podrían guardar un secreto……………………si dos de ellos hubieran muerto”- 

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Carlos Mazón: Un líder comprometido en la batalla contra el cáncer

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Carlos Mazón comprometido batalla cáncer
El president de la Generalitat, Carlos Mazón, en una imagen de archivo. EFE/Miguel Ángel Polo

S.R.A

En un momento en el que el cáncer sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo, resulta vital que los líderes políticos prioricen la lucha contra esta enfermedad. En la Comunitat Valenciana, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha demostrado un compromiso ejemplar al situar la lucha contra el cáncer en el centro de su agenda. Este enfoque no solo responde a una necesidad urgente, sino que también refleja la sensibilidad de un político que comprende la importancia de poner la salud y el bienestar de los ciudadanos en primera línea de objetivos.

El cáncer, un enemigo de todos

¿Quién no ha sufrido la pérdida de un ser querido debido al cáncer? Esta enfermedad, que parece expandirse a más velocidad cada día, no discrimina entre edades ni condiciones. Las estadísticas son devastadoras: en España, el cáncer es la segunda causa de muerte, con miles de nuevos diagnósticos cada año. En este contexto, es más urgente que nunca que los gestores de la calidad de vida de las personas adopten medidas para combatir esta crisis de salud pública.

Durante el primer Debate de Política General de su legislatura, celebrado en Les Corts, Carlos Mazón dejó claro que no pretende quedarse de brazos cruzados ante esta amenaza. Entre las múltiples iniciativas anunciadas, una de las más destacadas es la creación de una nueva planta especializada en protonterapia en el Hospital Universitario La Fe de Valencia, una infraestructura crucial en la lucha contra el cáncer.

Inversión en infraestructuras y tecnología de vanguardia

La nueva planta de La Fe, que supone una inversión de 50 millones de euros, no solo moderniza el sistema de radioterapia con la incorporación de la protonterapia—una técnica que reduce la irradiación del tejido sano circundante y mejora la precisión del tratamiento—, sino que también marca un hito en la historia sanitaria de la Comunitat Valenciana. Este tipo de tratamiento es especialmente eficaz en tumores cerebrales, de cabeza, cuello y médula espinal, y es especialmente relevante para pacientes pediátricos, cuyas necesidades requieren un enfoque aún más cuidadoso.

El presidente Mazón, en colaboración con la Fundación Amancio Ortega, ha logrado que este proyecto avance tras tres años de parálisis, colocando a la Comunitat Valenciana a la vanguardia de la lucha contra el cáncer en España. Con una superficie de 5.491 metros cuadrados, esta infraestructura atenderá no solo a los valencianos, sino también a pacientes de comunidades limítrofes, mejorando la calidad de vida de miles de personas.

Innovación tecnológica al servicio de la salud

El compromiso de Mazón no se detiene en la construcción de infraestructuras. Uno de los puntos más innovadores de su plan es la incorporación de inteligencia artificial (IA) en el diagnóstico y tratamiento del cáncer. Mazón ha avanzado la aplicación de IA para la lectura de mamografías en hospitales como La Fe, el Clínico de Valencia y el General de Castellón. Esta tecnología también se aplicará al tratamiento del cáncer de próstata, marcando un salto cualitativo en la atención médica oncológica.

La integración de la inteligencia artificial en el diagnóstico permitirá una detección precoz, algo que puede salvar innumerables vidas. La IA no solo mejora la precisión del diagnóstico, sino que también alivia la carga sobre los profesionales de la salud, acelerando los procesos y proporcionando un tratamiento más eficiente para los pacientes.

Priorizar la salud pública

En un contexto político donde a menudo las prioridades parecen centrarse en lo urgente y no en lo importante, es un alivio ver a un líder como Carlos Mazón priorizar la sanidad pública y, específicamente, la lucha contra el cáncer. La salud de una sociedad es su pilar fundamental, y al reforzar el sistema sanitario valenciano, Mazón está garantizando que las generaciones futuras puedan enfrentarse con mejores herramientas a esta enfermedad devastadora.

El cáncer es una enfermedad que ha tocado la vida de casi todos, y la lucha contra él requiere un esfuerzo conjunto de todos los sectores de la sociedad. Al posicionar este tema como uno de los ejes de su mandato, Mazón no solo responde a una necesidad urgente, sino que también envía un mensaje claro: la prevención, el diagnóstico precoz y el acceso a tratamientos de vanguardia son derechos esenciales que todos los valencianos merecen.

El camino hacia una mejor sanidad

La apuesta firme por mejorar las condiciones laborales de los profesionales sanitarios, reducir las listas de espera y construir nuevas infraestructuras son muestras del compromiso del gobierno del cambio liderado por Mazón. No se trata solo de una declaración de intenciones, sino de acciones concretas que buscan mejorar la vida de miles de pacientes que enfrentan la dura batalla contra el cáncer.

A medida que la Comunitat Valenciana avanza en la implantación de estas políticas, es esperanzador ver cómo se coloca la salud pública en el lugar que merece. La batalla contra el cáncer es larga, pero con personas comprometidos como Carlos Mazón, el futuro se vislumbra más prometedor para quienes hoy luchan y para aquellos que podrán prevenirlo mañana.

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