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Qué pasó el 20 de abril

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Qué pasó el 20 de abril
CELTAS CORTOS
fortea

José Luis Fortea

 

 

 

 

Qué pasó el 20 de abril

……en 1999, en el instituto Columbine de la pequeña ciudad de Littleton en el  condado de Jefferson, en Colorado, dos adolescentes, Eric Harris de dieciocho años recién cumplidos desde hacía once días, al que todos conocen como “Reb” (rebelde), y Dylan Klebold de diecisiete, apodado “el Vodka”, asesinaron a tiros a doce de sus compañeros y un profesor e hirieron a otros veinticuatro.

El instituto, ubicado en el número 6201 de la calle S Pierce que recibe el nombre de la flor típica del estado de Colorado, la Aguileña (Columbine en inglés), había sido remodelado hacía tan sólo cuatro años, en 1995, precisamente el mismo año en el que se habían  matriculado estos dos estudiantes, en unas costosas obras de mejora con una inversión, aproximadamente de quince millones de dólares, que estrenaba aquel curso un renovado recinto, inaugurado hacía ya veintidós años, en octubre de 1973, disponiendo desde entonces de nuevas aulas y contando además con una amplia y reformada cafetería y biblioteca.

Unas semanas antes de estos sucesos, la profesora Judy Kelly, preocupada e inquieta llamó a los padres de Klebold para mostrarles un trabajo de clase en el que narraba como un guerrero solitario que portaba una gabardina, empleando en la descripción de los hechos un lenguaje extremadamente violento, asesinaba a tiros a un grupo de estudiantes de un instituto, haciendo explotar bombas para desviar la atención de la policía.

La mencionada profesora se negó a calificar aquel trabajo antes de hablar con él y con sus padres, haciéndoles ver que desaprobaba tanto las maneras de narrarlo como el contenido de lo acontecido, a lo que el joven en su defensa argumentó tratarse de;

–“Sólo una historia, sin más”-.

Minimizado y zanjado el asunto de la redacción quedando en tan sólo un incidente, al que no se le volvería a dar mayor importancia, ni por el quipo docente ni por los padres que veían en Dylan el comportamiento propio de un adolescente, al que consideraban como un buen chico, quizás algo retraído y tímido pero para nada propenso a ataques de ira o explosiones agresivas y violentas.

Tres días antes de estos acontecimientos, el sábado día 17 de abril, tuvo lugar la fiesta de graduación de los alumnos del último curso. Allí acudía Dylan Klebold acompañado de su amiga Robyn Anderson (la misma que al tener la edad exigida, aportó su carnet de identidad para adquirir las armas que posteriormente utilizarían en la masacre, sin ser consciente del uso que estos le iban a dar). Durante el desarrollo de la fiesta habló de su futuro inmediato, de sus planes para el curso próximo en la Universidad de Arizona en Tucson, donde tenía previsto iniciar sus estudios de informática.

El carácter retraído y tímido de este joven se transformaba cuando entraba en contacto con su amigo Eric, hijo este de Wayne Harris, un piloto de las Fuerzas Aéreas que había conocido once destinos diferentes en doce años, siendo los últimos cinco los de Ohio, Michigan, Nueva York, Plattsburgh y otra vez Nueva York, hasta que en julio de 1993,  se asentarían definitivamente en Litlleton.

En el baile de bienvenida que el Instituto ofrecía a sus nuevos alumnos de aquel curso de 1995, Eric Harris acudió con Tiffany Typher, una compañera de clase con la que coincidía en el trayecto que efectuaba el autobús escolar, y a la que una vez celebrado el aludido evento quiso volver a invitar a salir, recibiendo una negativa por respuesta que le hizo reaccionar de una manera un tanto peculiar para un chico de catorce años, escenificando un suicidio en el que tras aparentemente tropezar y golpearse la cabeza con un una enorme piedra, comenzaba a derramar abundantemente, algo viscoso de color y aspecto semejante a la sangre.

Posteriormente escribiría en el anuario de uno de los mejores amigos que tenía en aquella época, Nathan Dykeman, “Nate”, una de las frases que los adolescentes americanos suelen escribir en sus juegos de internet on line, “Ich Bin Got” (Soy Dios), pero que en este caso ya evidenciaba una cierta actitud de rencor hacía quienes le rodeaban. Una conducta que empezaba a mostrar constantes cambios de humor y episodios depresivos y que acabaron por obligarle a acudir, desde mediados del año anterior (1998), a terapia de control de la ira, y que para dicho tratamiento contra la depresión, le había sido recetado un medicamento llamado Luvox.

El martes día 20 de abril ambos estudiantes no acuden a las cuatro primeras horas de sus cursos lectivos, siendo este hecho poco frecuente al ser alumnos puntuales y responsables. En ese lapso de tiempo compran dos bombonas de propano, en dos estaciones de servicio diferentes, la Conoco Gas Station y la Texaco, para no levantar sospechas entre los trabajadores. A unos cinco kilómetros de distancia del Instituto colocan dos mochilas con pólvora para que exploten y funcionen a modo de munición de distracción.

De esta forma, sobre las 11 de la mañana, Eric Harris estaciona su Honda Prelude en el aparcamiento del centro educativo destinado a los estudiantes de penúltimo curso, no ocupando por tanto su habitual plaza asignada, dirigiéndose desde allí a su taquilla nº 624.

Simultáneamente hace lo propio Dylan Klebold, aparcando su BMW 320i en lugar diferente al que suele ocupar y acudiendo a su taquilla, la nº 837. Ambos ya llevaban encima las armas, camufladas debajo de sus vestimentas, que utilizarían al finalizar el recreo de las 11.15 y todo el arsenal de municiones y bombas de fabricación casera.

Depositan dos bolsas deportivas en la cafetería, cada una con los explosivos y la bombona de propano, junto a unas columnas, sin que nadie se percate de ellas, regresando hacía sus coches.

Todo estaba planeado y organizado desde hacía casi un año. Un plan que se activaba al finalizar el recreo, sobre las 11,17, estallando las bombas de propano en la cafetería y causando la muerte de los casi quinientos alumnos que se concentrasen allí. Los heridos y el resto de colegiales asustados huirían hacía el exterior del centro, en donde les aguardarían los dos chicos con su recortada y una metralleta, abriéndoles fuego.

Pero por la razón que fuere las detonaciones previstas no funcionaron, aunque sí lo hicieron sin embargo parcialmente, una de las dos que habían sido colocadas a modo de distracción cerca de Wadsworth Boulevard y que alertó rápidamente a la policía. Los dos estudiantes al comprobar que el plan previsto no ha funcionado decidieron entrar.

Lanzando bombas de tubo hacía distintas posiciones, abren fuego sobre Rachel Scott que fallecerá y Richard Castaldo que consecuencia de recibir ocho impactos de bala, cinco en la columna, perderá la sensibilidad en las piernas, desatándose entonces el desorden y la confusión. Los dos adolescentes fuera de sí siguen disparando sobre todo aquel que se cruza en su camino, matando a:

Daniel Rohrbough de 15, el profesor David Sanders de 47, Kyle Velasquez 16, Dylan Klebold 17, Lauren Townsend 18, Isaiah Shoels 18, Steven Curnow 14, Daniel Mauser 15, Kelly Fleming 16, Cassie Bernall 17, Matthew Kechter 17, y John Tomlin 16.

En el siguiente enlace se puede observar una grabación de estos dos estudiantes realizada durante el mes de diciembre del año anterior de 1998; https://youtu.be/WhdNNnUuTDQ


Para conmemorar mejor un día como hoy, en el siguiente enlace podemos escuchar la canción que el grupo “Celtas Cortos” en su día publicó bajo el título, precisamente 20 de abril https://youtu.be/wGwZ0a-UCIg

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Cultura

VÍDEO| Así ha sido la recepción de la Diputació a las juntas locales

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recepcion diputacio juntas locales 2023

La Fallera Mayor de València, Laura Mengó, y su Corte de Honor han participado en la primera jornada de la tradicional Recepción Fallera de la Diputació de València, a la que estaban invitadas el medio centenar de juntas locales que representan a las 445 comisiones repartidas entre los municipios de la provincia.

El presidente de la Diputación, Toni Gaspar, ha explicado la evolución de este acto institucional que se celebra en la sede central de plaza Manises desde hace décadas, y que “empezó siendo una recepción de un solo día que ha evolucionado hasta las cuatro jornadas que hemos habilitado este año para dar la oportunidad de visitarnos a las más de 800 comisiones de València y sus pueblos”.

Antes de iniciar la recepción a las comitivas de la provincia, formadas por los responsables de las juntas locales, alcaldes y alcaldesas y comisiones de municipios de las distintas comarcas con tradición fallera, el presidente Gaspar ha acompañado a Laura Mengó y su Corte de Honor en la visita a la primera exposición del Año Sorolla en la Comunitat, organizada por la propia Diputación con fondos propios de la etapa del pintor como pensionado de la institución en Roma.

La recepción de la Diputació a las juntas locales:

La Fallera Mayor de València, que ha firmado en el Libro de Honor de la Diputació, ha calificado de “increíble” el montaje con las obras que un joven Joaquín Sorolla entregó a la Diputación en los años en que la corporación costeó sus estudios en el extranjero, principalmente en las ciudades italianas de Roma, Florencia y Asís. “Es un privilegio para mí y las compañeras de la Corte de Honor haber visitado esta exposición”, ha señalado Laura Mengó junto a la imagen de la campaña fallera de la Diputación, que con el lema ‘Soroll a València’ ha recreado el universo de ‘Las grupas’, otra de las grandes obras del pintor valenciano.

La Diputación, volcada con las Fallas

La Recepción Fallera, que se prolongará durante el viernes, con la visita de las comisiones de la ciudad de València, así como el sábado y el lunes con las juntas locales que no han podido asistir en la primera jornada, culmina la programación fallera de la Diputación, que se inició el 23 de febrero con el homenaje a las Falleras Mayores de la historia de València y el estreno del documental ‘Falleres Majors de València’, emitido por À Punt en la previa de la Crida.

Días después, la institución provincial lanzó la campaña ‘Soroll a València’, protagonizada por la Fallera Mayor de 2019, Marina Civera, y el grupo de bailes populares Les Folies de Carcaixent. Tanto el spot como los carteles, inspirados en ‘Las grupas’ de Sorolla, fueron la antesala de la presentación de la muestra sobre los años de aprendizaje del pintor en tierras italianas, que acogerá hasta julio el Saló de Respecte de la Diputación con visitas los fines de semana y acceso libre.

Un año más, la Diputación vuelve a estar con las Fallas de València y sus pueblos, un vínculo que, más allá de los actos organizados con motivo de la fiesta, se pone de manifiesto con la inversión que realiza la institución en los distintos sectores tradicionales y las comisiones que dan vida a las Fallas. Más de un millón de euros que anualmente se reparten entre el Gremio de Artistas Falleros, pirotécnicos, indumentaristas, floristas y, por supuesto, las más de 800 fallas de la provincia que han visto duplicada la subvención que reciben de la ‘Dipu’.

 

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