El Concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València, y Presidente de Junta Central Fallera (JCF), Pere Fuset, ha dado un ‘golpe’ de autoridad en la mesa. Y lo ha hecho tras la reciente y creciente polémica generada entorno a la ya conocida ‘encuesta fallera’, por la que los presidentes han llegado a reclamar la comparecencia del alcalde, Joan Ribó, en la Asamblea de Presidentes. Y después de que la Interagrupación se negara a mantener una reunión privada con el máximo edil e instarle, de nuevo, a ir a la Asamblea.
«La negativa a la vía del diálogo hace difícil la relación entre la Administración y los agentes festivos», señalaba Fuset a este respecto, quien ha abogado por «separar los debates políticos de los debates falleros».
Fuset ha recalcado que, con esta actitud, «la Interagrupación no quiere diálogo, quiere otra cosa», para recordar y poner ejemplos de «corresponsabilidad» y diálogo llevado a cabo con los agentes festivos por el bien de la fiesta, que entre ellos, tuvo como efecto modificar el sistema de elección de jurados de las Cortes de Honor y Falleras Mayores de València. «El Ayuntamiento se ha sentado con la Interagrupación para hablar de todo, incluso, extralimitando ámbitos falleros, y eso no es bueno».
El Edil de Cultura Festiva ha recordado que «este Ayuntamiento quiere diálogo, y no confrontación» para reiterar su apuesta por «despolitizar Junta Central Fallera», órgano autónomo dependiente del Ayuntamiento, y que al estar dirigido por «un concejal o político hace difícil que eso no sea interpretado por los agentes festivos como una forma más de hacer política».
Por tanto, Fuset ha reiterado que «la solución está en manos de la Asamblea de Presidentes y de lo que en ella se decida», manteniéndose firme en la «hoja de ruta» pactada con la Interagrupación, semanas atrás, para convocar un Congreso Fallero.
Para ello, el Presidente de Junta Central Fallera ha anunciado que convocará una Asamblea Extraordinaria en la que se decida la conveniencia o no de un Congreso Fallero, así como que en dicho congreso se debata la necesidad de que JCF sea dependiente, o no, del Ayuntamiento de València. Para ello aboga, «favorecerá» que el debate llegue a las comisiones, donde los falleros y falleras se pronuncien en sus casales a este respecto, y luego sea el presidente de cada una quien traslade su opinión en la Asamblea Extraordinaria. «Son los falleros y falleras quienes deben decidir el futuro de JCF sin que nadie crispe el ambiente y decidan el tipo de relación que quieren que las Fallas tengan con el Ayuntamiento».
Así pues, como primera medida en su intento por «despolitizar» la fiesta, Fuset ha anunciado que «el Presidente delegará en el Vicepresidente 1º la dirección de los órganos representativos de la fiesta» como forma de «garantizar que sus decisiones no estarán afectadas por la figura política sino que estará dirigido por falleros y falleras». De esta manera, y a partir del momento en que comunicaba dicha decisión, Fuset no asistirá a las Asambleas de Presidentes, siendo la primera de ellas convocadas para esta misma noche. «Continuará trabajando por cumplir el encargo, pero política y fallas deben tener papeles distintos», afirmaba añadiendo que «los falleros me tendrán a su lado, pero no en medio».
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