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Obsesión por la limpieza: estos son los efectos ocultos

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Obsesión por la limpieza
Obsesión por la limpieza-FREEPIK

La obsesión por la limpieza es un fenómeno que ha captado la atención tanto del público en general como de los expertos en salud mental. En un mundo donde la higiene y la limpieza son valores fundamentales, es importante comprender qué implica esta obsesión y cómo afecta a quienes la experimentan. En este artículo, exploraremos en profundidad el significado de la obsesión por la limpieza y escucharemos las perspectivas de los expertos en el campo.

¿Qué es la Obsesión por la Limpieza?:

La obsesión por la limpieza, también conocida como misofobia o limpieza compulsiva, se refiere a un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) caracterizado por pensamientos recurrentes y persistentes relacionados con la contaminación y la suciedad. Las personas que sufren de esta obsesión sienten una necesidad irracional e incontrolable de limpiar constantemente su entorno y evitar cualquier contacto con gérmenes o bacterias.

Perspectivas de los Expertos: Para comprender mejor la obsesión por la limpieza, hemos consultado a varios expertos en salud mental:

  1. Dra. Ana Martínez, Psicóloga Clínica: «La obsesión por la limpieza puede ser una manifestación del trastorno obsesivo-compulsivo, donde las personas experimentan ansiedad extrema ante la posibilidad de contaminación. Este comportamiento compulsivo puede interferir significativamente en la vida diaria y las relaciones interpersonales».
  2. Dr. Carlos López, Psiquiatra: «La obsesión por la limpieza puede tener un origen multifactorial, que incluye predisposición genética, experiencias traumáticas previas y factores ambientales. Es importante abordar esta obsesión desde una perspectiva terapéutica, utilizando técnicas cognitivo-conductuales y, en algunos casos, medicación».
  3. Dra. Laura Gómez, Epidemióloga: «Si bien la higiene es fundamental para prevenir enfermedades, la obsesión por la limpieza puede llevar a comportamientos extremos que afectan negativamente la salud mental y el bienestar emocional. Es importante encontrar un equilibrio entre la limpieza adecuada y la calidad de vida».

En resumen, la obsesión por la limpieza es un fenómeno complejo que puede tener graves repercusiones en la vida de quienes la experimentan. Si tú o alguien que conoces está lidiando con este problema, es fundamental buscar ayuda profesional para abordarlo de manera efectiva y recuperar el control sobre la vida diaria. Recuerda que la limpieza es importante, pero el equilibrio y la salud mental son igualmente cruciales para una vida plena y satisfactoria.

¿Qué síntomas revelan que tienes esta obsesión?

La obsesión por la limpieza puede manifestarse a través de una serie de síntomas y comportamientos característicos. Hay algunos signos que pueden indicar que una persona tiene una obsesión por la limpieza:

Preocupación Excesiva por la Limpieza:

La persona está constantemente preocupada por la presencia de gérmenes, suciedad o contaminación en su entorno. Puede pasar una cantidad significativa de tiempo y energía limpiando y desinfectando áreas de su hogar, trabajo u otros espacios.

Rituales de Limpieza:

La obsesión por la limpieza se manifiesta a través de rituales de limpieza compulsivos y repetitivos. Esto puede incluir lavarse las manos repetidamente, limpiar superficies con frecuencia, ordenar objetos de manera meticulosa o evitar el contacto con ciertos lugares o personas por temor a la contaminación.

Ansiedad Intensa:

La persona experimenta niveles elevados de ansiedad o malestar emocional cuando no puede cumplir con sus rituales de limpieza o cuando se enfrenta a situaciones que percibe como sucias o contaminadas.

Interferencia en la Vida Diaria:

La obsesión por la limpieza interfiere significativamente en la vida cotidiana de la persona, afectando sus relaciones interpersonales, su desempeño laboral o académico, e incluso su salud física debido al exceso de limpieza.

Perfeccionismo:

La persona tiene estándares extremadamente altos en cuanto a limpieza y orden, y puede experimentar angustia o malestar si las cosas no están exactamente como las desea.

Evitar Situaciones:

Para evitar la ansiedad relacionada con la suciedad o la contaminación, la persona puede evitar ciertos lugares, actividades o interacciones sociales que percibe como potencialmente contaminantes.

Revisión Constante:

La persona puede revisar repetidamente áreas limpias para asegurarse de que estén libres de suciedad o gérmenes, incluso después de haberlas limpiado meticulosamente.

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La silla vacía en Navidad: ¿cómo afrontarla?

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La silla vacía en Navidad: ¿cómo afrontarla?
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La Navidad ya está aquí y, con ella, las vacaciones en el caso de los más afortunados, los regalos, las luces y la decoración propias de estas fechas, las reuniones familiares o con los amigos… Y también quizá nos acordamos de quienes ya no están con nosotros.

La silla vacía es un fenómeno que ocurre metafóricamente cuando nos sentamos en una mesa llena, rodeados de nuestros seres queridos, y curiosamente lo que vemos es el vacío en el sitio que solía ocupar aquella persona que significaba tanto para nosotros y esto nos provoca sentimientos como la tristeza y el desasosiego.

Las tradiciones familiares, los recuerdos de la infancia, sentirse acompañado… Todo ello le da un sentido muy marcado a estas fiestas, las cuales no son otra cosa que pasar un tiempo rodeados de los nuestros. En España, al margen de las creencias religiosas de cada familia, tenemos la costumbre de celebrar la Navidad volviendo a casa con los nuestros y sentándonos alrededor de la mesa, y el cambio que conlleva una pérdida amenaza ese sentimiento de pertenencia y arraigo familiar.

Para muchas personas, esa silla vacía es un recordatorio constante y agudo de la ausencia de alguien que significaba mucho para nosotros, y es que a veces no sabemos cómo hacerlo de otra manera.

La silla vacía en Navidad: ¿cómo afrontarla?

Cuando las personas que nos mantenían unidos ya no están, los recuerdos de aquellas cosas que hacíamos juntos vuelven a nuestra mente con cariño y, al mismo tiempo, tristeza durante estas fechas. Por ello, la Navidad también es tiempo para cuidarse emocionalmente, con la intención de no ahogarse en esa marea de tradiciones, costumbres y recuerdos que estos días tenemos por delante.

Hay a quien le resulta útil hablar sobre la ausencia de esa persona o llorar, otros prefieren hacer como que nada ha cambiado, o bien irse de vacaciones o buscar celebraciones alternativas. En cualquier caso, cuidarse implica comprenderse a uno mismo, permitirse sentir, escucharse, desahogarse… Y lo más importante es que cada uno siga su ritmo y se tome el tiempo que considere necesario para asumir qué significado tenía esa persona, así como adaptarse al cambio que ha supuesto su pérdida.

La Dra. García Guerra es una reputada especialista en Psicología y ella explica que la persona que ha sufrido una pérdida no estará en buenas condiciones para afrontar los acontecimientos de la vida, que se transformarán en un sobreesfuerzo. Aún estará ocupada en realizar la despedida, poco a poco. Si la elaboración de la pérdida se va llevando a cabo, se irá deslingando de la persona que ya no está y se encontrará en condiciones de establecer nuevos vínculos de afecto.

¿Cuáles son las etapas de un duelo?

En el duelo se distinguen 5 etapas:

  • Negación: no se puede aceptar lo que ha ocurrido, es demasiado duro y doloroso.
  • Rabia: una vez reconocida la realidad, aparece la rabia. Es una fase en la que se intenta atribuir la culpa de dicha pérdida a algún factor.
  • Negociación: etapa en la que la culpa se dirige hacia uno mismo entorno a lo que podría haber hecho y no hice, algo a lo que se le puede dar vueltas de una forma torturadora. Hasta que se llega a la conclusión de que la realidad es que esa persona se ha ido y no va a volver.
  • Depresión: se empieza a asumir de forma definitiva la realidad, lo que genera tristeza y desesperanza.
  • Aceptación: dirige a un estado de calma y se acepta la muerte como algo que forma parte de la realidad de la vida.

La llegada de la Navidad y el recuerdo de los que ya no están

En Navidad, la decoración de las calles, el ambiente de alegría y las canciones pueden generar un aumento de los sentimientos que tengamos en ese momento.

Es un periodo en el que el recuerdo de los que ya no están se hace más palpable. Es un tiempo en que parece que retrocedas todo lo que has ido avanzando en tu proceso de duelo.

No podemos imponernos cómo nos hemos de sentir, ya que es necesario darnos permiso para conocer los sentimientos que surgen en nuestro interior. Necesitaremos hablar de la persona fallecida, como forma de ayuda para aclarar las emociones que nos vayan surgiendo.

Es esencial conectar con las emociones, sean las que sean para poder tolerarlas. Hacerse cargo de que lo que aparece en ese momento es eso, y no otra cosa. Hay que evitar juzgarse. Cuanto mayor sea la tolerancia hacia nuestros sentimientos y emociones, mayor será la actitud comprensiva con uno mismo y mayor acompañamiento interno.

Celebraciones navideñas

Encontrar diferentes maneras de reunirse y diferentes formas de actuar puede ser de ayuda cuando una persona está en proceso de duelo por la pérdida de un ser querido. La actitud flexible puede ayudar a cambiar la forma de celebrar las fiestas.

En muchas ocasiones, es frecuente tratar de evitar las celebraciones. La persona puede tener una tendencia a querer aislarse, pero el hecho de sentirse acompañado por personas a las que uno quiere y por las que se siente querido es lo que más reconforta y ayuda a pasar el trance.

Hacer ver que no ha pasado nada y celebrar como siempre es una forma artificial de hacer, que no otorga espacio a los sentimientos generados por la ausencia. El hecho de recordar a la persona que se ha perdido permitirá compartir el sufrimiento, lo que puede ayudar al apoyo mutuo.

¿Qué actitud ayuda?

Es fundamental expresar las emociones, solo o acompañado de alguien de confianza. Las lágrimas son una buena descarga de la congoja.

Por otro lado, también es muy importante cuidarse, alimentarse bien, respetar las horas de descanso y hacer ejercicio.

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