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Las 24 poblaciones valencianas que no tienen niños de 0 a 4 años

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VALÈNCIA, 19 Ago. (EUROPA PRESS) –

El 19,85% de la población de la Comunitat Valenciana tiene menos de 20 años y el 19,07% tiene más de 65 años, porcentajes similares a los del conjunto del país. Sin embargo, en 24 localidades no hay censados niños de 0 a 4 años y hay una localidad, Tollos (Alicante), en la que ese ‘vacío generacional’ se amplía, al no haber censado ningún vecino de menos de 20 años. En ella casi el 65% de los habitantes ha superado los 65.

Así se desprende del informe ‘La población en España: evolución en el siglo XXI, situación actual y perspectivas de futuro’ elaborado por la Consultora Estratégica de Comunicación Stratego, que analiza la evolución de la población en cada uno de los municipios españoles entre 2000 y 2018 (últimos datos disponibles) y las edades de los habitantes de esos municipios en base a los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística.

Este estudio indica que en el caso de la Comunitat Valenciana la población ha aumentado un 20,46% entre los años 2000 y 2018, cinco puntos por encima de la media nacional, con casi 843.000 habitantes más que a principios de siglo. Aunque crecen todas las provincias, lo hace especialmente Alicante (+37,24%), muy por encima de Castellón (+21,61%) y Valencia (+15,75%).

Poblaciones valencianas que no tienen niños

A pesar de estos datos globales, 201 municipios valencianos (el 37% del total) han visto cómo su padrón descendía, aunque solo en 37 casos esa pérdida de población supera el 25%, mientras que en otras 71 localidades el incremento del número de habitantes está por encima del 50%.

Las mayores pérdidas de población se han registrado en Villamalur (-55,32%), Herbés (-52,43%) y Vallanca (-46,38%). En el año 2000 el municipio más pequeño era Palanques, con 21 vecinos, mientras que en 2018 es Castell de Cabres, con 19. El número de núcleos por debajo del centenar de habitantes ha pasado en los primeros 18 años de este siglo de 22 a 24.

Por el contrario, los padrones han aumentado de manera espectacular en lugares como Llaurí (+924,58%), Guardamar de la Safor (+622,06%) y Daya Vieja (260,53%).

DATOS NACIONALES

En cuanto al conjunto del país, el estudio señala que uno de cada tres municipios españoles ha perdido más del 25% de su población desde el comienzo del siglo XXI, a pesar de que España ha aumentado su población un 15,37% desde el año 2000.

Además, actualmente existen 311 localidades en las que no vive ningún joven de menos de 20 años y otras 402 donde más de la mitad de los vecinos supera los 65. Desde el año 2000, a pesar del crecimiento de la población española, el 62,86% de los municipios españoles han perdido habitantes, un total 5.111.

En comunidades como Asturias, la pérdida de población afecta a casi el 90% de las localidades. También en Castilla y León, donde el 87,19% de sus municipios tiene menos vecinos ahora que en el año 2000, o Extremadura, donde la despoblación afecta al 84,27% de sus ayuntamientos.

Desde el comienzo del siglo XXI, 2.288 municipios españoles ha perdido más del 25% de su población, la mayoría en Castilla y León (1.245 municipios), Castilla-La Mancha (363), Aragón (217), País Vasco (110) y Extremadura (88).

Por contra, hay 715 localidades donde durante el mismo tiempo su padrón de habitantes ha crecido un 50%, y se concentran en Cataluña (177) y Comunidad de Madrid (111).

Según el informe elaborado por Stratego, durante el siglo XXI se han multiplicado los pueblos con menos de 100 habitantes, pasando de 913 en el año 2000 a los 1.333 que se contaban en 2018, lo que supone un incremento del 46%.

Sin embargo, hay excepciones, como País Vasco, que ha pasado de cuatro ayuntamientos con menos de 100 vecinos a no tener ninguno por debajo de esa población. En Aragón, por contra, la cifra casi se ha duplicado, de 138 a 209.

Los datos del INE revelan que el año pasado había 14 localidades con menos de 10 vecinos en España, y se concentran en tres comunidades autónomas: siete se encuentran en Castilla y León, cinco en Castilla-La Mancha y las dos restantes en La Rioja.

Los dos municipios con menos personas empadronadas en 2018 fueron Illán de Vacas, en la provincia de Toledo, y Villaroya, en La Rioja, ambos con apenas cinco habitantes. Uno más tenía Estepa de San Juan, en la provincia de Soria.

En España hay 1.108 municipios en los que no vive un solo niño de entre 0 y 4 años, y de ellos 826 tienen menos de 100 habitantes. En 311 localidades el caso es aún más grave, como advierte el informe de Stratego: ningún vecino tiene menos de 20 años.

La mayor parte de estos pueblos se reparten en Castilla y León (tiene 168 localidades sin ningún joven de 0 a 19 años), Castilla-La Mancha (69) y Aragón (47). También hay casos en La Rioja (19), Navarra (4), Cataluña (2), Madrid (1) y Comunitat Valenciana (1).

En total, la población con menos de 20 años representa el 19,67% del padrón nacional, aunque la cifra oscila dependiendo de las comunidades, entre el 14,65% de Asturias y el 23,02% de Murcia.

Por otra parte, en España existen 402 pueblos donde la población con más de 65 años ya está por encima del 50%. De estos pueblos, 261 están en Castilla y León, 72 en Castilla-La Mancha, 37 en Aragón, 11 en La Rioja, 10 en Galicia, 5 en Navarra, 4 en Extremadura, 1 en Comunidad Valenciana y 1 en Cataluña. Entre estos hay algunos casos realmente extremos: en Arandilla del Arroyo (Castilla-La Mancha) nueve de sus diez vecinos superan los 65 años; en Cobos de Fuentidueña (Castilla y León) son 29 de sus 35 habitantes, y en Abaurregaina (Navarra) 14 de los 17.

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Cultura

Muere Alfonso Ussía

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Alfonso Ussia

Alfonso Ussía, uno de los escritores y periodistas más influyentes de la prensa española de las últimas décadas, ha fallecido en Ruiloba, Cantabria, a los 77 años. Su muerte pone fin a una trayectoria marcada por el ingenio, la sátira y una fidelidad absoluta a sus lectores, especialmente en ABC, La Razón y en sus últimos años en El Debate, donde siguió publicando hasta el final de su vida.

Alfonso de Ussía y Muñoz-Seca nació en Madrid el 12 de febrero de 1948 y falleció en Ruiloba, Cantabria, el 5 de diciembre de 2025. Fue escritor, periodista y una de las firmas más reconocidas de la prensa española durante más de cinco décadas. Su estilo satírico, su defensa de la monarquía y su mirada crítica marcaron a generaciones de lectores.

Durante su vida profesional brilló especialmente en ABC y, en los últimos años, en El Debate, donde publicó diariamente hasta sus últimos días. También trabajó en radio, televisión, semanarios y colaboró con diferentes medios. Era autor de la exitosa serie del marqués de Sotoancho, ilustrada por su amigo Barca, con quince volúmenes publicados.

Estaba casado con Pili Hornedo Muguiro, con quien tuvo tres hijos y ocho nietos. Su familia fue decisiva tanto en su vida personal como en su forma de trabajar, especialmente en sus últimos años, cuando ya no podía escribir físicamente y dictaba sus textos.

Su compromiso con la escritura hasta el final

La escritura fue su motor vital. Cuando su salud se debilitó, continuó dictando artículos a su hija Isabel hasta quedarse sin voz. Tras recibir la extremaunción aún siguió escribiendo, convencido de que su columna diaria era su forma de mantenerse en contacto con sus lectores. El último día en que dictó un artículo fue el martes anterior a su fallecimiento.

Su fidelidad a El Debate fue absoluta desde el 1 de octubre de 2021, fecha del relanzamiento del diario. Su audiencia digital demostraba diariamente el enorme seguimiento que conservaba, incluso en los nuevos formatos periodísticos.

Raíces familiares e influencias

Alfonso Ussía nació en una familia con identidad marcada y un legado literario. Su padre era vasco, y de él heredó la lealtad absoluta a la Corona y una profunda admiración por don Juan de Borbón, rey de derecho. Siempre estuvo a su lado, aunque nunca fue cortesano ante don Juan Carlos o don Felipe.

De su madre heredó la brillantez literaria y el espíritu satírico de su abuelo, don Pedro Muñoz Seca, figura clave del teatro español y asesinado en Paracuellos en 1936. Este vínculo marcó profundamente su personalidad, su estilo y su sentido de la responsabilidad cultural.

Formación y primeros pasos

Estudió en los colegios del Pilar y Alameda de Osuna, instituciones que moldearon su carácter. Inició las carreras de Derecho y Periodismo, aunque no llegó a terminarlas porque su vocación real era ser escritor. Esa profesión no tenía titulación oficial, pero sí le permitió vivir holgadamente y convertirse en un referente nacional.

Sus primeros trabajos fueron en los diarios Informaciones, Diario 16 y Ya, hasta que llegó a ABC, donde consolidó la etapa más sólida y reconocida de su carrera.

Poesía satírica y provocación inteligente

Su talento satírico destacaba tanto en prosa como en poesía. Era provocador, versátil y conocedor de los límites según el contexto. Una anécdota habitual recuerda una conferencia en Santander sobre poesía satírica española. Antes de iniciarla, preguntó si podía incluir unos versos polémicos sobre el marqués de Villaverde. Finalmente decidió no hacerlo, atendiendo a la prudencia solicitada.

También vivió una intensa pasión por el deporte, especialmente el Real Madrid, para el que llegó a presentarse como candidato a presidente. Perdió por escaso margen frente a Ramón Mendoza, y más tarde se conocería el escándalo de votos de socios fallecidos. Su ironía resumió aquello con una frase memorable: menos mal, qué follón ser presidente del Madrid.

Estrella indiscutible de ABC

Ussía fue una de las principales estrellas de ABC durante años. Sin embargo, cuando el periódico pasó a ser propiedad del grupo Vocento, su situación profesional se volvió más incómoda. La presión de amenazas terroristas le obligó a pedir seguridad, y él defendía que debía ser el diario quien asumiera esa responsabilidad, en coherencia con el riesgo generado por lo publicado.

Una de sus columnas más polémicas, El cerdo vasco, provocó su salida definitiva del periódico. Tras valorar diferentes propuestas, se incorporó a La Razón, donde volvió a convertirse en figura destacada. En aquella etapa se crearon los Premios Alfonso Ussía, con cinco categorías: Estudiante del año, Héroe del año, Conservación de la naturaleza, Personaje del año y Trayectoria profesional. Tras su marcha, los premios fueron suprimidos.

Su salida estuvo motivada por su negativa a formar parte de un grupo mediático que integraba tanto La Sexta como La Razón bajo la misma propiedad. Esa decisión reafirmó su independencia, pero lo dejó sin grandes apoyos empresariales, limitando sus colaboraciones a pequeños proyectos con los que apenas podía vivir.

El retiro en Ruiloba y una vida nueva

Apoyado siempre por su mujer Pili Hornedo, enfermera jubilada y compañera absoluta, la pareja decidió vender su casa en Madrid y mudarse a su vivienda en Ruiloba, junto a Comillas, en Cantabria. Allí vivían desde hacía años durante los veranos y, con el tiempo, encontraron un refugio definitivo para vivir con serenidad.

Regreso a El Debate en homenaje a su abuelo

El 29 de julio de 2021 fue invitado a almorzar en el Real Club Marítimo de Santander, donde recibió la propuesta de incorporarse al nuevo proyecto de El Debate. Su entusiasmo fue inmediato. La conexión familiar era profunda: don Pedro Muñoz Seca había sido una firma histórica del diario antes de su asesinato.

Aceptó con la única condición de evitar críticas directas al Papa, a lo que accedió sin problema. Su incorporación fue un impulso para el diario y consolidó el relanzamiento de El Debate dentro del panorama digital.

Principios inquebrantables

Alfonso Ussía fue un hombre de principios muy claros: la defensa de la Corona, la identidad nacional, el respeto a las Fuerzas Armadas y una visión cultural conservadora. Su trayectoria fue reconocida con distinciones como la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco y la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil.

La última distinción y la despedida

A finales de agosto de 2025, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, viajó hasta su casa en Ruiloba para entregarle el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en Literatura. Era un reconocimiento íntimo, humano y muy emotivo, en un momento en el que ya sufría rotura de cadera y cáncer avanzado.

El encuentro fue breve, pero profundamente significativo. Era evidente que se trataba de su última gran distinción pública.

Semanas después conversó por última vez con amigos. Su voz era débil, pero todavía conservaba humor. La anécdota final que lo alegró especialmente fue la confesión del actor Antonio Resines, quien lo reconoció gracias a su retrato en El Debate y afirmó leerlo cada día. Aquello le emocionó profundamente.

Su muerte deja un vacío inmenso en el periodismo español, en la sátira contemporánea y en la literatura humorística. Para quienes lo siguieron durante décadas, Alfonso Ussía fue una compañía diaria cargada de ingenio, libertad y estilo.

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