Valéncia, 24 may (EFE).- Un hombre acusado del asesinato de una anciana, a quien robó unas joyas que luego vendió, ha confesado en el juicio con jurado que se sigue contra él en València, en el cual las acusaciones piden para él prisión permanente revisable, que acabó con la vida de la víctima pero que no tuvo intención de hacerlo.
Un tribunal popular juzga desde este lunes al acusado de asfixiar hasta la muerte a una anciana de 82 años para robarle en la noche del 19 de agosto de 2018, en la vivienda de la víctima en València.
En la primera sesión de la vista el acusado, que inicialmente había negado ser el autor de los hechos, los ha reconocido, pero dando una visión de cómo ocurrieron diferente a la aportada por el fiscal y la abogada de las dos hijas de la fallecida.
Para las acusaciones, fue un ataque sin posibilidad de defensa para robarle joyas y dinero, y las pruebas que sitúan al acusado en el lugar de los hechos son firmes, así como el hecho de que haya aparecido ADN del reo en las uñas de la víctima, lo que demuestra que ella trató de defenderse.
“Teresa llegó a arañar al acusado y dejó rastros de su piel en las uñas, y la causa de la muerte fue asfixia mecánica. Así lo demostrarán las pruebas de ADN realizadas sobre restos de piel aparecidos en las uñas de la víctima y el informe forense”, ha explicado el fiscal.
En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso EFE, señala la indefensión de la víctima, que además de tener 82 años pesaba 60 kilos y medía 1,52 cm: «La tumbó súbitamente sobre la cama y le tapó la cara con las manos, sujetándola varios minutos hasta que la anciana falleció asfixiada sin poder defenderse en ningún momento», explica el fiscal.
Este relato se demostrará durante el juicio, que seguirá en los próximos días en la Ciudad de la Justicia de València, a partir de pruebas como el análisis del ADN del acusado, el hecho de que él vendió las joyas procedentes del domicilio de la víctima, las llamadas y localizaciones del teléfono, los informes forenses y determinados testimonios, ha explicado el fiscal, que acusa al reo de asesinato y pide prisión permanente revisable, al igual que la acusación particular ejercida por las hijas de la fallecida.
El reo, por su lado, ha hecho este lunes un relato parecido, pero distinto al mismo tiempo: “Yo la quería muchísimo. Cuando le tapé la boca ella me arañó la mano, y yo le dije que no estaba haciendo nada, solo quería que no gritara. En ningún momento quise quitarle la vida. Luego vendí las joyas, con mi DNI propio, porque no pensé que se hubiera muerto”, ha explicado, después de señalar que la víctima tenía una deuda con él y que por eso no consideró que las joyas fueran un robo, sino un pago.
El acusado ha explicado que es adicto a la cocaína y que esa noche había consumido mucho, durante todo el día anterior. Y ha confesado que necesitaba el dinero para pagar a su proveedor.
En todo momento ha mostrado su arrepentimiento y ha expresado que nunca tuvo intención de matar, lo que ha sostenido relatando cómo a los pocos días de sucedidos los hechos viajó a Cuba, de donde regresó porque nunca creyó que la víctima estuviera muerta.
“Creí que se había desmayado y la dejé sobre la cama, todavía respiraba”, ha relatado.
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