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Casillas la vuelve a liar en Twitter

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Casillas la vuelve a liar en Twitter

Iker Casillas la ha vuelto a liar en Twitter. Cada vez que escribe algo o le ‘hackean la cuenta’ automáticamente es noticia.

Si hace poco decía que le habían hackeado la cuenta de Twitter justo después de poner «Espero que me respeten: soy gay», algo que fue criticado y cuyas explicaciones no convencieron a todo el mundo.

Ahora este miércoles Iker ha vuelto a lanzar un mensaje que ha desconcertado a mucha gente.

«Qué ganas de pegarme siete tiros en los testículos», ha puesto el que fuera portero del Real Madrid. La frase la ha escrito entre comillas, algo que hizo pensar que no era suya. Lo escribió poco después de que el Real Madrid perdiera por primera vez esta temporada, aún así a muchas personas no le ha cuadrado la expresión del deportista.

Algunas personas comenzaron a preguntarle si le habían vuelto a hackear la cuenta. Algo que ya se ha convertido en una broma recurrente cada vez que Iker se sale del tono al que está acostumbrado a usar en público,

Iker y las redes

Sus publicaciones en redes de un tiempo a esta parte sorprenden bastante, ya que está mostrando una faceta que no habíamos visto antes. Casillas ha creado un nuevo género…

 

 

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Iker Casillas sufre un robo de película: su confianza traicionada le cuesta más de 50.000 euros en relojes

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Iker Casillas, ex portero del Real Madrid y de la Selección Española, ha sido víctima de un robo de película que ha dejado boquiabiertos a sus seguidores. Dos personas de su máxima confianza, incluyendo a una empleada doméstica de su hogar, le sustrajeron más de 50.000 euros en relojes de lujo.

Detalles del caso

El robo, según informó El Programa de Ana Rosa, fue planeado con meticulosidad y engaño. La empleada doméstica, casada con un vigilante de seguridad de la exclusiva urbanización La Finca en Pozuelo de Alarcón, reemplazaba los relojes originales, como un Rolex de oro valorado en 50.000 euros, por imitaciones baratas, intentando que Casillas no se percatara durante meses.

Casillas, reconocido coleccionista de relojes, notó finalmente la falta de varias piezas auténticas tras revisar su colección. Acto seguido, alertó a la Policía, que preparó una trampa para la empleada, descubriendo la complicidad con su esposo, el vigilante de seguridad. Ambos fueron detenidos de inmediato.

Este caso pone de manifiesto cómo la confianza puede ser traicionada incluso en los círculos más cercanos y recuerda la importancia de extremar las precauciones en colecciones de alto valor.


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