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Condenado a 31 años de prisión por violar, quemar y humillar a su pareja

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Condenado a 31 años de prisión por violar, quemar y humillar a su pareja

Castelló, 24 feb (EFE).- La Audiencia de Castellón ha condenado a 31 años y nueve meses de prisión a un hombre por violar, quemar, humillar y amenazar a su pareja, a la que golpeaba con un cinturón, le tiraba agua fría y le daba patadas, y a la que llegó a meter en la boca el cañón de un revólver para hacerle la «ruleta rusa» porque creía que ella le era infiel.

Según ha informado este jueves el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, el condenado tendrá que indemnizar a la víctima con 70.000 euros por los daños morales que sufrió y con 900 euros por las lesiones físicas que le provocó.

La Sección Segunda de la Audiencia considera al hombre culpable de dos delitos de agresión sexual, uno de ellos continuado, dos delitos de maltrato y otros dos de amenazas, además de los delitos de coacciones, lesiones, tenencia de armas prohibidas y trato degradante.

Los hechos comenzaron en septiembre de 2019 cuando el condenado y la víctima, que se conocieron tras coincidir en el trabajo, iniciaron una relación sentimental de convivencia en una vivienda abandonada de Castellón.

Según el relato de hechos probados que hace la sentencia, el hombre generó un clima de humillación, sometimiento y terror respecto de su pareja debido a su actitud celosa y posesiva.

De este modo, casi desde el inicio de la relación, la obligaba a desnudarse para comprobar si había mantenido relaciones sexuales con otros hombres. En varias ocasiones le ató también las muñecas y los tobillos con cinta americana, para interrogarla sobre supuestas infidelidades, mientras le golpeaba con un cinturón, le tiraba un cubo de agua fría o le daba patadas.

La resolución mantiene que, durante los meses que duró la relación, cuando ambos no coincidían en turno en el trabajo, el hombre la obligaba a quedarse en el coche, que aparcaba en el centro laboral, de donde no la dejaba salir y a donde acudía de forma periódica para controlarla.

En el mes de noviembre, el condenado acusó a la víctima de haber mantenido relaciones sexuales con un perro, la inmovilizó y la violó en la vivienda que compartían.

Poco después, en enero de 2020, tras expresar sus sospechas sobre una infidelidad, la obligó a desnudarse y le metió en la boca un revólver y accionó el gatillo, sin que la pistola llegara a disparar. El mismo día, le quemó la mano, le acercó la cabeza al fuego de la cocina y le provocó así quemaduras en parte del pelo.

El 13 de enero de ese mismo año, ambos circulaban en coche por las inmediaciones de la Ciudad de la Justicia de Castellón cuando el hombre amenazó de muerte con un machete a la mujer, que conducía el vehículo, redujo la velocidad, se arrojó a la calle en marcha y pidió ayuda. La víctima fue auxiliada por los miembros de la Guardia Civil del Palacio de Justicia, que detuvieron al agresor.

La sentencia, que cuenta con el voto particular de uno de los magistrados de la Sala, no es firme y se puede recurrir ante la Sala de lo Civil y Penal de Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

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Sucesos

Seis menores detenidos por una brutal paliza a un estudiante frente a un colegio del Marítimo, en València

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Grupo de menores propinan paliza a un alumno en Valencia

La Policía Nacional investiga a una pandilla de diez jóvenes, armados con palos y encapuchados, que causaron graves lesiones a un alumno del distrito Marítim. El menor sufrió traumatismo craneoencefálico y requirió hospitalización.

Un ataque planificado y extremadamente violento

Seis adolescentes de entre 14 y 17 años han sido detenidos en València como presuntos autores de una brutal agresión ocurrida el pasado 14 de abril frente a un centro educativo del distrito Marítim. La víctima, un estudiante del colegio, fue atacada por una manada de diez encapuchados, que lo golpearon con palos —algunos con clavos— y a puñetazos. También le arrojaron objetos del mobiliario urbano, como expositores de un comercio cercano.

El ataque fue tan violento que el menor tuvo que refugiarse en un estanco para escapar. Sufrió múltiples lesiones en la cabeza y un traumatismo craneoencefálico, por lo que permaneció varios días ingresado en el hospital y recibió siete puntos de sutura.

Una pandilla juvenil reincidente

La investigación, a cargo de la Brigada Provincial de Información especializada en bandas juveniles, ha revelado que los mismos agresores ya fueron investigados en febrero por amenazar a otro alumno en un centro diferente. Este patrón de conducta preocupa a las autoridades, que trabajan en localizar a los cuatro agresores restantes aún no identificados ni detenidos.

Las detenciones actuales se enmarcan en una ofensiva policial contra la violencia juvenil organizada, especialmente la vinculada a pandillas que operan en zonas urbanas escolares.

 

 

1. Consecuencias legales para los agresores

Aunque los detenidos tienen entre 14 y 17 años, y por tanto son menores de edad, pueden enfrentarse a medidas judiciales serias contempladas en la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor (LORPM):

  • Internamiento en centro de menores (cerrado o semiabierto), si se considera que el delito ha sido especialmente grave.

  • Libertad vigilada, con medidas educativas obligatorias.

  • Prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima.

  • Prestaciones en beneficio de la comunidad.

Además, el uso de palos con clavos y el carácter premeditado del ataque podrían agravar la situación judicial de los implicados.


2. Posibles consecuencias para los padres o tutores

En España, los padres o tutores legales de los menores pueden ser responsables civiles subsidiarios por los daños causados. Esto significa que podrían:

  • Tener que indemnizar a la víctima por lesiones, secuelas psicológicas y daños morales.

  • Enfrentarse a una vigilancia judicial si se determina negligencia en la supervisión de sus hijos.


 3. Consecuencias para la víctima

  • Físicas: traumatismo craneoencefálico, cicatrices, posibles secuelas neurológicas.

  • Psicológicas: estrés postraumático, ansiedad, depresión, miedo a regresar al colegio o al entorno escolar.

  • Podría requerir apoyo psicológico especializado a medio/largo plazo.


4. Consecuencias para los centros escolares involucrados

Aunque la agresión ocurrió fuera del centro, si se demuestra que había antecedentes o avisos previos, puede haber:

  • Exigencia de medidas preventivas por parte de Educación o Inspección.

  • Revisión de los protocolos de seguridad, convivencia y prevención de acoso o violencia juvenil.

  • Presión por parte de familias o AMPAs para reforzar la seguridad escolar.


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