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Salud y Bienestar

Dejar de fumar antes de los 35 hace que el riesgo de muerte sea como el de un no fumador

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Dejar de fumar antes de los 35
Un estudio ha descubierto que dejar de fumar antes de los 35 años podría hacer que se tenga una tasa de mortalidad con el tiempo similar a la de aquellas personas que nunca fumaron.
Este estudio de la University of Oxford (Reino Unido) se ha centrado en saber cuál es el límite de edad en el que se evitaría el riesgo de morir por el consumo de tabaco.

Dejar de fumar antes de los 35

Los resultados, que se han publicado en la revista JAMA Network Open, indicaron que dejar de fumar antes de los 35 años podría igualar con el tiempo el riesgo de muerte a aquellos que nunca han fumado.

Y es que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año de dejar el tabaco el riesgo de enfermedad coronaria se reduce un 50%, en cinco años el riesgo de ictus es igual que el de un no fumador y a los 10 años se tiene menos riesgo de cáncer de pulmón.

“Entre hombres y mujeres de diversos grupos raciales y étnicos, fumar actualmente se asoció con al menos el doble de la tasa de mortalidad por todas las causas que nunca fumar. Dejar de fumar, particularmente a edades más tempranas, se asoció con reducciones sustanciales en el exceso relativo de mortalidad asociado con continuar fumando”, explican los autores en el estudio.

Más riesgo de mortalidad

Pero, ¿qué pasa si tengo más de 35 años y fumo? Lo mejor es que lo dejes cuanto antes, pues según los datos, los ex fumadores que lo dejaron entre los 35 y los 44 años tenían una tasa de mortalidad un 21% más alta que los no fumadores.

Esta cifra de riesgo de muerte aumentaba a un 47% en las personas que dejaron de fumar entre los 45 y los 54 años, por lo que es importante dejarlo cuanto antes para evitar daños mayores.

El estudio se ha realizado gracias a una serie de cuestionarios realizados a más de 550.000 adultos entre 25 y 84 años que los rellenaron entre 1997 y finales de 2018.

En el grupo había fumadores, ex fumadores y personas que o no habían fumado nunca o habían consumido menos de 100 cigarrillos en su vida.

Del total de encuestados, casi 75.000 habían fallecido a finales de 2019 y, los que fumaban tenían una tasa de mortalidad por todas las causas notablemente más alta, así como tasas más altas de muerte por enfermedad cardiovascular, cáncer y enfermedad pulmonar.

Fumadores blancos no hispanos

Las tasas más altas de mortalidad, tres veces más elevada, correspondían a los fumadores blancos no hispanos, en comparación con los que nunca fumaron.

Los fumadores no blancos, incluyendo hispanos y no hispanos, tuvieron tasas de mortalidad un poco más bajas, aproximadamente el doble que las de los que nunca habían fumado.

Según los investigadores, esto podría deberse a que los participantes no blancos indicaron que fumaban menos cigarrillos al día en promedio, empezaban a fumar a edades más avanzadas y eran menos propensos a fumar diariamente, en comparación con los individuos blancos.

Cómo dejar de fumar

Tomar la decisión y tener una fuerte motivación, es uno de los pasos más importantes para iniciar el proceso de dejar de fumar. «Es el primer paso y el más esencial: concienciarse de que se quiere dejar de fumar y que nos lo vamos a tomar en serio», explica el psicólogo de AECC Valencia.

Para García, «si no se está muy convencido, o la motivación no surge de uno mismo, puede ser mucho más complicado».

De ahí la importancia de que se haga en un momento importante, representativo, un punto de inicio, como es la vuelta de las vacaciones.

Para los especialistas de AECC Valencia el segundo paso y no menos importante es buscar ayuda. «Consultar al médico de cabecera, al especialista, buscar grupos de apoyo como el de la Asociación es esencial», destaca el responsable de Promoción de la Salud.

 

 

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Cómo cicatrizar heridas rápido

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cicatrizar heridas rapido
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Cicatrizar heridas rápido es una acción que muchos intentamos por no vernos durante mucho tiempo la señal en nuestra piel. Un corte. Un golpe. Una caída. Una quemadura. Una mordedura. Todas estas lesiones provocan heridas. Aunque las más graves requieren atención sanitaria inmediata, en la mayoría de las ocasiones se trata de pequeñas laceraciones de poca magnitud.

Es importante conocer su origen, pues el tratamiento va a estar condicionado en gran medida al agente que las ha provocado.

Cicatrizar heridas rápido

Las heridas se curan por etapas. Cuanto más pequeña sea la herida, más rápido suele cicatrizar. Las cuatro fases del proceso de cicatrización son la inflamación, la fase proliferativa, la maduración y la remodelación.

La inflamación sirve para combatir la infección. En esta primera fase las defensas del sistema inmunitario fagocitan y eliminan la suciedad y las bacterias que pudieran entrar en la dermis.

El elemento más importante de esta fase es la conocida como cascada de coagulación, un acto con el que la sangre pierde su liquidez y se convierte poco a poco en un gel, para formar así un coágulo, evitando que la persona se desangre.

Durante la segunda etapa, la fase proliferativa, se repara el tejido dañado, se contraen los márgenes de la lesión y se cubre la herida de forma natural mediante un proceso denominado epitelización.

En la maduración, el nuevo tejido de fibras de colágeno ya ha cubierto la herida que inicialmente estaban desorganizadas, se interconectan, ordenan y alinean para continuar con la cicatrización.

Finalmente, durante la remodelación, el corte o la hendidura pierden su apariencia eritematosa (enrojecida) porque los vasos sanguíneos que se crearon específicamente para curar la lesión son eliminados mediante un proceso conocido como apoptosis.

La formación de una cicatriz dependerá de la profundidad de la lesión. Si solamente afecta a la epidermis, entonces es probable que no deje marca. Si alcanza la capa de la dermis, la persona lesionada tendrá una cicatriz como recuerdo del accidente.

Cicatrizantes naturales

De la misma manera que el cuerpo tiene la capacidad de regenerar tejidos, existen diferentes plantas, flores y sustancias naturales con una gran habilidad para impulsar la cicatrización de heridas.

Muchas de estas también tienen propiedades antiinflamatorias por lo que, además de ayudar a curar traumas, son muy útiles para los cortes, las raspaduras y todo tipo de lesiones en la piel.

El aloe vera, el romero y el yodo son algunas de estas sustancias fáciles de encontrar en la naturaleza y en diferentes productos.

El aloe vera, para cicatrizar heridas rápido

Es una de las plantas con mayores beneficios para el organismo. Además de cicatrizar heridas rápido, empleado correctamente, tiene propiedades hidratantes, analgésicas, antisépticas, depuradoras e incluso laxantes.

Las hojas de aloe vera contienen vitaminas A, B1, B2, B6, C, E y ácido fólico. También son ricas en minerales y aminoácidos esenciales que estimulan el crecimiento de los tejidos y la regeneración celular.

Se puede cortar la hoja de la planta directamente, abrirla por la mitad, lavar la pulpa con agua y utilizar el gel que sale directamente sobre heridas, quemaduras, pieles secas o eccemas. O bien, se puede emplear en cremas y geles especialmente formulados para el uso cutáneo.

Body gel aloe vera

La fórmula que hidrata y refresca tu piel, y la regenera tras exponerse al sol o a las irritaciones de la depilación.

El romero

El romero es una planta muy versátil, rica en principios activos y que posee numerosas propiedades. Está considerada como una hierba balsámica con abundantes aceites esenciales como el pineno, el alcanfor y el limoneno.

Tiene un potente poder antiinflamatorio y antiséptico sobre las heridas y su aceite esencial es un poderoso antibacteriano y fungicida.

El yodo

El yodo es un elemento clave en el organismo. Nuestro cuerpo lo produce de forma natural a través de dos hormonas: la tiroxina y la triyodotironina, que sirven para regular el metabolismo

Esta sustancia, que el organismo produce de forma natural, se convierte en un potente microbiocida cuando se une a la povidona, una sustancia química que libera el yodo poco a poco, aumentando su capacidad antiséptica en heridas y cortes superficiales sobre la piel.

¿Cómo y con qué se puede cicatrizar una herida?

Ante una herida lo primero que hay que hacer es evaluarla. Si sangra abundantemente conviene visitar al médico más cercano lo antes posible.

Si en cambio se trata de una raspadura o una herida superficial que sangra poco o durante un corto periodo de tiempo, el procedimiento a seguir es muy sencillo:

  1. Lavar la herida con abundante agua y jabón para eliminar la suciedad y las bacterias que podrían entrar en contacto con la piel. Esta simple acción es muy útil porque evita la aparición de infecciones.
  2. Utilizar un desinfectante que proteja las zonas de piel recién limpiadas. Estos productos tienen un gran poder antiséptico y son muy eficaces, porque sus partículas limpian aquellos recovecos de la herida donde el agua y el jabón no llegan.
  3. Después conviene colocar un vendaje sobre la herida, al menos durante las primeras 24 horas, para evitar que entre en contacto con elementos externos. Una manera de sustituir los vendajes es empleando cremas cicatrizantes, pero antes de usarlas conviene consultar a un dermatólogo.
  4. Mantener la herida elevada. En algunos casos, dependiendo del tipo de laceración, convendrá mantener la lesión en posición elevada para reducir la inflamación.

En casa es importante tener un botiquín con todos los materiales necesarios para realizar una buena cura de primeros auxilios si se produce una herida o contusión. La farmacia es el punto de información de referencia en el que se pueden resolver todas las dudas y encontrar productos ricos en plantas cicatrizantes o antiinflamatorias como el aloe vera, el romero y el yodo.

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