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ENTREVISTA| Dafne Fernández desvela los detalles de su embarazo

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MADRID, 5 Jun. (CHANCE) – Dafne Fernández está disfrutando de su embarazo con la mejor de sus sonrisas. Aunque no ha querido contar de cuántas semanas está, la actriz ya luce una avanzada tripita y en unos meses podrá ver la cara a su bebé.

En esta ocasión y como concursante de la nueva edición de MasterChef Celebrity, Dafne ha acudido a la inauguración del nuevo restaurante del programa en Madrid donde ha podido encontrarse con todo el equipo y multitud de compañeros. Derrochando felicidad y con un look premamá de lo más favorecedor, la actriz no ha dudado en responder a los medios sobre su paso por el programa y sobre su futura maternidad.

Imagen: Josefina Blanco | Europa Press

CHANCE: Qué guapa.

Dafne Fernández: Dorada, brillando.

CH: Inauguración, fiesta… ¿Qué tal se está dando?

D.F: No puedo hablar pero es muy intenso.

CH: ¿A quién ves cómo rival?

D.F: A todos, todos los que van de novatillos, no sé cocinar y aquí todos se están poniendo las pilas.

CH: ¿Cómo se te daba la cocina antes de esta experiencia?

D.F: Me gustaba mucho comer, luego he empezado a cocinar puesto que voy a tener una familia pues yo tengo muchos recuerdos alrededor de la mesa y quiero que mi hijo tenga estos recuerdos, ha sido como la excusa perfecta para ponerse las pilas.

DAFNE FERNÁNDEZ YA TIENE TODO PREPARADO PARA LA LLEGADA DE SU BEBÉ
CH: ¿Cómo te encuentras?

D.F: Muy bien. Todo muy bien.

CH: Experiencia personal y profesional todo en uno.

D.F: Pues sí, estoy viviendo esto y vais a ver en el programa a la Dafne con las hormonas descontroladísimas, no a la Dafne normal.

CH: Aprovéchate de la situación.

D.F: Yo voy como una concursante más, no tengo ninguna ventaja, al revés, tengo esto…

CH: ¿Algún nombre pensado?

D.F: Sí, pero eso es para nosotros todavía, no diremos nada todavía.

CH: ¿Todo preparado, la habitación, las cosas?

D.F: Sí, está casi todo ya listo. Nos queda nada, muy poquitas cosas.

CH: ¿Cómo se presenta el verano?

D.F: Bien, creo que va a ser un verano diferente, un poquito cansado, pero bueno estar embarazada en verano es bastante jorobadillo pero bueno.

CH: Bienvenido sea.

D.F: Claro que sí.

CH: Qué gran momento estás viviendo.

D.F: Sí, la verdad es que sí.

DAFNE FERNÁNDEZ PREFIERE GUARDARSE DE CUÁNTAS SEMANAS ESTÁ
CH: ¿Te aprovechas de los antojos?

D.F: No, la verdad es que no tengo ningún antojo, él me mima siempre y ahora pues un poquito más, pero nada, toda mi familia también está muy volcada en mí, me están ayudando mucho en todo, muy feliz.

CH: Qué alegría y qué bien verte así, yo solo te veo barriguita, estás estupenda.

D.F: Bueno, gracias.

CH: No es fácil para una embarazada las hormonas.

D.F: Yo sí que me noto que me ha cambiado mucho el cuerpo, pero creo que es algo mío.

CH: Te cuidas para luego ya una vez que hayas dado a luz…

D.F: No te creas que me estoy cuidando mucho, me está dando mucho por el dulce y estoy que no paro, comiendo todo el rato. Me ha dicho al doctora que no pero me apetece mucho.

CH: Es incontrolable.

D.F: Sí, además tengo el azúcar bajo así que puedo.

CH: ¿De cuántas semanas estás?

D.F: Es cosa mía pero ya os enteraréis.

CH: Suerte a ver si eres la ganadora.

D.F: A ver, cruzar los dedos.

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8 años sin Chiquito, el creador del idioma ‘Grijarder’

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VÍDEO | Chiquito de la Calzada, homenajeado con un semáforo que repite sus frases

Como cada año por estas fechas, los medios de comunicación sacaremos las «listas del año»: que si las mejores películas, las canciones más escuchadas en la plataforma de moda. Incluso hay recuento de las palabras más utilizadas en cada país.

Precisamente, por estas fechas, un día como hoy de hace cinco años fallecía un humorista capaz de revolucionar por completo el Diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Necesitábamos revolucionar nuestro lenguaje, sin necesidad de que lo hicieran desde fuera con nuevos vocablos. Y de eso se encargó, por la gloria de mi madre, Chiquito de la Calzada.

El humorista, cantaor y actor cómico revolucionó nuestra lengua. Todo el mundo niños, mayores, ancianos; ricos y pobres; perros y gatos. Nadie podía evitar contagiarse de esos vocablos que nos traía ese hombre y su nueva lengua, el grijander. Porque si esta persona fue capaz por aquel entonces de batir con más de cuatro millones de espectadores de audiencia un partido de Champions del todopoderoso Real Madrid, seguro que es capaz de terminar con la lengua de Shakespeare en un abrir y cerrar de ojos.

Así creo que sería justo que Chiquito de la Calzada tuviera una silla en la Real Academia Española (RAE) para darle aires nuevos a nuestra lengua y dejar de tomar palabras de otras.

¿Para qué queremos el spanglish? Ya puestos a inventar e incluir palabras nuevas prefiero que por lo menos sean graciosas.

Aquí van los motivos que refrendan el movimiento #chiquitoalarae

Palabra de Chiquito (de la Calzada)

Te das cuen; Quietorr; por la gloria de mi madre; al ataquerr; cobarde; pecador de la pradera; Bambino; jaaarl; era el año 4; ese caballo que viene de Bonansa; mamarl; no puedorl; asexuar; no te digo trigo por no llamarte Rodrigo; apitican de morenau; no puede sé; torpedor; y un largo, largo etcétera.

Que levante la mano aquel que no haya dicho ninguna palabra salida de esa brillante y lúcida mente.

Mi duda es, si la gente hizo suyo ese lenguaje, ¿por qué ninguno de esos términos está en el diccionario?

El idioma Grijander o chiquitistaní

En un país como España en el que todo el mundo tiene nivel medio de inglés aunque luego no sepa ni preguntar la hora, el grijander sería el segundo idioma que tanto nos exigen. Porque Chiquito tiene un método mucho mejor que Vaughan.

Ya imagino esos diccionarios de Español-Grijander/ Grijander-Español.

¿Podría ser el grijander ese idioma esperanto con el que todo el mundo pudiera entenderse con un simple “¡Jaaarl!”?

Su conjugación y formación de palabras es muy sencilla: simplemente basta con añadir las terminaciones “rr” (¿cómorr?), “rl” (fuegorl),… y otras muchas que el espíritu chiquitistaní nos sugiera.

Con el idioma Grijander no existirían las discusiones de si hay que llevar una canción a eurovisión en español o en inglés. Imaginad una versión del “La, la, la” de Massiel. No sería difícil: “Jarl, jarl, jarl”. ¡Nos votarían hasta los países del este! (Que tomen nota los del BenidormFest)

El doctor Grijander

Si hay un médico famoso en nuestro país, ese es el doctor Grijander.

Pupitas en el fistro de abajo; revisiones del diodeno; amatomas sexuales;… no había especialidad que se le resistiera.

Por muy asustado que estuviera el paciente, el doctor Grijander siempre sabía cómo tranquilizarlo con su “¡reláaajese usted!” o el “¡Ten cuidadín no te hagas pupita en el fistro duodenaaal!”

Insultar con gracia

Chiquito te ofrecía la posibilidad de decirle a tu jefe en toda su cara “Me cago en tus muelars… Eres un fistro-pecador-cobarde” Y no solo no te despedía, sino que te subían el sueldo y te ascendían a director.

Fácil de aprender (no requiere de un nivel alto de estudios)

Por aquel entonces sin internet, wikipedias, ni redes sociales, todos sabíamos de memoria sus consignas ya fueras muy listo o no tan listo. Tal vez no recordáramos ya los afluentes del Tajo pero sí que el sastre de Tarzán trabajaba poco; que había un hombre que había nacido después de los dolores; que había gente que en vez del graduado tenía una etiqueta de anís del mono o que se podía freír un huevo con saliva.

Gromenauer, Peich,… números y letras fáciles de recordar. ¿Para cuándo unos Cuadernos Rubio?

Sensualidad y sexualidad

Las novelas eróticas que están tan de moda en la actualidad no serían los mismo si se escribiera en el idioma de Chiquito (serían mejores):

“El señor Grey la recibirá ahora para borrarle el cerito mientras hacen guarreridas españolas con el fistro sexual. Después irán en helicopteror hasta su habitación roja donde allí le hará la caidita de Roma varias veces hasta que grite: ¡Por la gloriaa de mi madrer!”.

¿Y los anuncios de colonias? También cambiarían ligeramente. La imagen en blanco y negro de ese hombre perfectamente esculpido en busca de su camisa en un interminable vestidor mientras camina dando pequeños saltitos con la mano en sus lumbares. Una vez vestido, mirada a cámara frunciendo el ceño en plan malote y grito: ¡¡¡Al ataaqueeerrr!!!

¿Os imagináis a Kate Moss en un anuncio de “A-canemor”, la fragancia para ella”?

El movimiento chiquito

No me refiero a ningún partido, moda o grupo social.  Me refiero a esos pequeños saltitos que hacía el señor Chiquito para caminar con la mano colocada en las lumbares como si tuviera un terrible dolor. Esa perfecta coreografía no era algo banal ni superfluo, era una forma de ser. Una forma de vida. One lifestyle que dirían otros.

Si el siglo XXI nos ha traído a los metrosexuales y a los hipster, los últimos años del siglo pasado nos dejó el chiquitismo como forma de ver las cosas y afrontar el día a día. ¿Por qué no recuperarlo ahora?

Si el chiquitismo hubiera surgido hoy en día en pleno auge de las redes sociales y sus vídeos virales, estoy seguro que hasta el mismísimo Obama habría aparecido en la portada de la revista Time con el titular: “I can´t, can´t”.

Incluso las crisis económicas se podrían afrontar de una manera bien distinta.

–Periodistas: ¿Cómo esta el asunto?

–Político: La cosa está muy malitaaaar.

–Periodistas: ¿Sabría decirnos cuándo saldremos de la crisis?

–Político: No puedorr, no puedorr… ¡jaaaarl!

Y la sociedad ante eso habría reaccionado de otra manera seguro: “nos hemos quedado sin trabajo pero ¡nos hemos reído!”, comentarían por las calles los ciudadanos entre lágrimas de alegría.

Expresiones llenas de sabiduría popular

Tengo más nervios que un filete de cinco pesetas; Trabajas menos que el sobaco de un churrero; Te mueves más que los precios;…

Son solo unos pocos ejemplos de las cientos y cientos de expresiones que a mediados de los 90 invadieron nuestras conversaciones. Contar la comparación más ocurrente se convirtió en deporte nacional, creciendo de paso el ingenio lingüístico de los españoles.

Por eso, desde aquí pido (exigir me parece demasiado) una silla en la RAE para don Chiquito de la Calzada, con el fin de salvar nuestra lengua de la invasión anglosajona.

Él que tanto hizo revolucionando nuestro lenguaje merece un asiento o incluso un tresillo. El de la letra Peich.

¡Hasta luego… Lucas!                                          

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