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Cultura

Las alquerías de Campanar: esplendor y abandono del símbolo de la huerta

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las alquerias de campanar

Puede que hoy en día muchos desconozcan que una alquería eran una pequeña comunidad rural de unas pocas casas, conformada por una o varias familias, que se dedicaban a explotar las tierras de los alrededores, así como a las actividades ganaderas.

Puede que también muchos desconozcan que la palabra alquería viene del árabe: القرية al-qarīa, «pueblo, caserío», y que eran una construcción típica del este y sureste español, principalmente entre las provincias de Valencia y Granada. Este término hacía referencia en la Edad Media a las pequeñas comunidades rurales que se situaban en las inmediaciones de las ciudades, llamadas medinas en al-Ándalus y que no fue hasta el siglo XV cuando cambió su significado de localidad por el actual, de un tipo de finca.

Y también puede que muchos de vosotros hayáis pasado frente a una sin prestarle atención camino del trabajo, del súper o de recoger a los niños del colegio. Son muchas las alquerías que pertenecen a esa lista del patrimonio olvidado de la ciudad, convirtiéndose en grandes desconocidos de los vecinos de la ciudad.

Campanar

Campanar es una de las zonas de València que todavía conserva algunas de estas construcciones cargadas de historia y tradición que son memoria y patrimonio de los valencianos. Algunas han sido restauradas y reutilizadas para diversos usos. Otras, abandonadas a su suerte, ven como poco a poco desaparecen bajo sus escombros debido al estado de ruina que presentan. Hace tan solo unos meses, la Alquería del Rey, una de las más queridas por los vecinos de Campanar, se desplomaba debido a las lluvias y a su estado de ruina.

Official Press ha querido recorrer el barrio para mostrar lo que queda de estas emblemáticas construcciones de la huerta valenciana y comprobar el estado en el que se encuentran en la actualidad.

Las alquerías de Campanar

Alquería del Rey

Situada en la antigua huerta de Campanar, junto a Bioparc, la Alquería del Rey es una de las alquerías más populares de la zona. Abandonada desde que en 1997 fuera expropiada para la construcción del Parque de Cabecera, eran muchos los vecinos los que llevaban tiempo advirtiendo del peligro que corría esta joya de la arquitectura valenciana.

Incendios y continuas ocupaciones ilegales que han llevado a la ruina a la querida alquería ante la indignación de los vecinos que señalan como responsables a Rain Forest, empresa concesionaria del Bioparc, por no rehabilitar, conservar y dedicar a uso público la alquería. Ahora piden que se anule el convenio para activar un plan de restauración urgente y recuperar este histórico edificio.

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Alquería de Ricós

Perteneció en el S. XIX al cabeza de familia Paco Ricós Puchades «el tío Paco el de Ricós» esta construcción es otra de las supervivientes del antiguo Camí del Pouet. Aislada dentro de la zona urbana está declarada Bien de Relevancia Local.

En la actualidad alberga una guardería.

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Junto a la alquería de Ricós nos encontramos en estado de abandono una serie de edificaciones situadas en los números 4, 6, 8 y 10 del camino del Cementerio, lo que era la antigua morada de Gonçalet Vila Ricós «el de la plaça» en el s.XIX, situada por aquel entonces en el barrio Molí del Conde nº 4, lo que actualmente es el Camino del Cementerio nº 4.

Los vecinos llevan años reclamando su rehabilitación que sirva como punto de encuentro de los vecinos como una biblioteca o una Universidad Popular. En 2017 se especuló con la posibilidad de convertir el edificio en el primer centro de acogida para inmigrantes y refugiados en la ciudad de València.

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Conjunto Alquería Tío Nel.lo, El Xurro y Ermita

Entre altos y nuevos edificios, a espaldas de un gimnasio el conjunto Alquería Tío Nel.lo El Xurro y Ermita siguen en pie de manera milagrosa. Este original conjunto del siglo XVI uno de los vestigios que quedan y nos recuerda el rico pasado de huerta de Campanar y de la desaparecida antigua partida de El Pouet, ‘integrado’ en el barrio Sant Pau de Campanar.

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Alquería Pallardó

Una auténtica superviviente, esta alquería sigue en pie en el casco viejo de Campanar pese al crecimiento de la zona convirtiéndose en todo un símbolo del barrio. Conocida como alquería de Santamaría o de LLopis, posiblemente fuera una de las explotaciones más importantes que existió en la huerta de Campanar durante los años de mayor esplendor y auge económico. Con más de tres siglos de vida su origen no está claro levantándose lo más probable entre los siglos XVI – XVII.  Se encuentra ubicada de manera estratégica en el antiguo camino del Río que conducía a la ciudad, antes de llegar al núcleo histórico. En 1991 se convertiría en la primera biblioteca de Campanar.

 

El Molí de Frares

Se piensa que el molino formaba parte del conjunto de una alquería señorial. Ubicado en la conocida partida de D’Alt de Campanar, sobre la acequia de Rascanya, semioculto en la huerta, al fondo del camino que lleva hasta el río desde el camino del Cementerio de Campanar, lugar propio de molinos y de las mejores huertas regadas con el agua directamente cogida del río. Hoy en día estos edificios de varias épocas, guarda un valioso mural del siglo XVII que recrea la batalla de Salses. De origen medieval, los vecinos denuncian que la ruina y la ‘ocupación’ amenaza este conjunto protegido como Bien de Relevancia.

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Alquería de Puchades

Se calcula que el conjunto se levantó y fue ampliando entre los siglos XIV y XVII. Tuvo suerte y es uno de los pocos edificios que han sobrevivido del desaparecido antiguo Camí del Pouet en Campanar. Es una construcción de Bien de Relevancia Local. Actualmente la alquería es de propiedad privada, pertenece a varios socios, y está dedicada a la realización de eventos.

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El tesoro oculto del caballo del Parterre

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El tesoro oculto del caballo del Parterre

Enero de 1891. El Parterre de la ciudad de València, construido décadas antes, colocaba la estatua ecuestre del Rey Jaume I. Ocupaba en el centro el lugar en el que en un principio debía ir también una gran fuente monumental y que finalmente no se llevó a cabo.

Un jardín que ha llegado a nuestros días después que fuera remodelado tras la riada que arrasó València en 1957.

La imponente obra parece dominar desde lo alto la ciudad del Turia gracias al trabajo de los hermanos escultores Agapito y Venancio Vallmitjana y que fue fundida gracias a 5 cañones y un obús enviados desde Peñíscola junto a 15 toneladas de bronce.

Pero cabe destacar como dato curioso que el caballo sobre el que descansa el rey existió en realidad. Muchos podrían pensar que salió de la imaginación de sus autores.

Pero nada más lejos de la realidad. Ese animal, el que sirvió de modelo y que quedaría inmortalizado para la posteridad pertenecía a un transportista vecino del barrio de Marxalenes llamado Rafael Martí, y que era un antiguo soldado.

Una preciada gorra de soldado miñón

Cuentan que estaba orgulloso de que su bello ejemplar llevara para siempre al monarca y por ese motivo solía acercarse a menudo al taller de los escultores para ver cómo avanzaba la obra.

Dicen que Martí era un hombre orgulloso de su pasado ya que había servido a la patria y conservaba como un tesoro todas sus condecoraciones, medallas, uniformes e incluso su preciada gorra de soldado miñón, una especie de milicia urbana que hacía frente a los delincuentes.

Nunca iba sin su gorra, prenda por la que era conocido por los vecinos.

Y tampoco la olvidó el día que fue a ver como por fin introducían el metal en el molde.

En ese momento presa de la emoción y la alegría lanzó la gorra hacia el cielo para celebrar la finalización de la obra.

Lo que había olvidado era que en el interior de esa gorra guardaba la paga correspondiente por un año de trabajo.

El tesoro oculto del caballo del Parterre

La gorra cayó en el vientre del caballo de bronce y quedó fundida junto al resto para dar forma a la figura ecuestre que hoy podemos contemplar en la Plaza de Alfonso el Magnánimo.

El tesoro del caballo del Parterre del que se habla desde hace siglos forma parte de su piel, una piel fundida con cañones, un obús, bronce y unas mil pesetas que pertenecieron a este soldado, toda una fortuna para aquella época.

El paso de los años hace que en ocasiones realidad y leyenda se mezclen formando historias y mitos como el de Martí y el tesoro del caballo del Rey Jaume I. Historias y mitos que forjan el alma de una ciudad.

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