Salud y Bienestar
Las mascarillas acaban con la alergia primaveral
Publicado
hace 4 añosen
El coronavirus puso de moda de manera obligatoria el uso de las mascarillas para reducir sus efectos en la población. Junto con otras medidas de higiene, el distanciamiento social y restricciones, la vida de toda la humanidad se vio afectada de la noche a la mañana por los efectos de esta terrible pandemia del SARS-CoV-2.
De las pocas cosas positivas que ha traído este virus es que hemos descubierto el efecto positivo que ha tenido el uso de la mascarilla reduciendo los casos de resfriados, bronquiolitis, afecciones y los casos de alergia primaveral. A los consejos de conocer los niveles de polen de la zona en la que vives y usar gafas de sol ahora se suma el del uso de las mascarillas para hacer frente a la alergia.
Pero, ¿Son todas las mascarillas eficaces para reducir sus molestos síntomas? ¿Sirve cualquier modelo? ¿Las mascarillas han venido para quedarse?
La doctora Noelia Colomer, especialista en alergología en el Hospital IMED Valencia destaca que «gracias a esta pandemia, las personas con alergias respiratorias han descubierto que el uso de las mascarillas, sobre todo las que poseen mayor poder de filtración, protege frente a los distintos alérgenos (pólenes, esporas de hongos, ácaros y epitelios de animales). Las sociedades científicas ya recomendaban el uso de estos dispositivos, si bien los pacientes eran un poco reacios a utilizarlos por diferentes motivos».
Aunque para muchos haya podido resultar una sorpresa, los alergólogos sabían que este tipo de producto era eficaz. «Era de esperar que el uso de mascarillas, sobre todo las que ofrecen mayor filtración, haya ayudado a las personas alérgicas a minimizar los síntomas de su alergia respiratoria. Al igual que, ha ayudado a reducir los contagios por enfermedades infecciosas respiratorias (gripe, catarros, etc.). Se conocía, por supuesto, la eficacia de estos dispositivos. Pero, como ya he comentado, los pacientes eran reacios a utilizarlas, bien fuera por incomodidad, vergüenza, o reparo.»
Y así lo indican los datos ya que el uso de las mascarillas ha significado un menor consumo de medicamentos y visitas a urgencias por reacciones alérgicas. «En general, se ha reducido el consumo de medicación de rescate en pacientes alérgicos, sobre todo a pólenes y esporas de hongos, debido al uso de mascarillas. También ha habido una reducción de las visitas a urgencias por agudización de la patología alérgica, pero también por infecciones respiratorias diferentes al coronavirus.» destaca Colomer.
Pero la gran pregunta que muchos se hacen es si deberíamos seguir utilizando las mascarillas para las alergias primaverales. «Por supuesto, la recomendación del uso de mascarillas en pacientes alérgicos, y en determinadas circunstancias, sigue y seguirá siendo una herramienta muy útil a la hora de reducir los síntomas» señala la doctora Colomer.
José María Lagarón, Investigador de CSIC y líder del grupo de investigadores que ha desarrollado junto con Bioinicia el filtro de nanofibras PROVEIL®, comparte la misma opinión y apuesta por el uso de las mascarillas para para minimizar las alergias. «El uso habitual de mascarillas EPIs finas, confortables y con tamaño de poro muy pequeño, cuando hay exposición a polvo, durante la limpieza, por ejemplo, y al salir al campo, puede ser sin duda una solución muy eficaz. Las mascarillas quirúrgicas son menos efectivas al ser de un tipo más abierto. La mascarilla debería desecharse después del uso en exteriores y después de la limpieza, ya que los ácaros o sus deposiciones, y el polen se quedarían retenidos en el filtro de la mascarilla y sobre el exterior, y su re-usabilidad podría ser contraproducente».
Lo que parece un hecho probado es que “gracias” a esta pandemia hemos descubierto una nueva manera de protegernos frente al polen y las bacterias como señala Lagarón. «Es conocido que durante esta pandemia ha habido muchos menos casos de gripe y seguro que también de otras infecciones víricas y bacterianas. Las mascarillas cómodas de alta protección son sin duda un nuevo elemento profiláctico que nos dará mayor seguridad en lugares públicos, tales como transportes, hospitales y lugares cerrados.»
No todas las mascarillas son eficaces contra la alergia
La Sociedad Española de Alergología (SEAIC) recomienda el uso de las mascarillas autofiltración tipo FFP2, FFP3 y EPI frente a las quirúrgicas y cubrebocas.
Para la doctora Colomer, «frente a los aeroalérgenos (pólenes, esporas de hongos, ácaros y epitelios) no sirve cualquier tipo de mascarillas. Las que van a ayudar a los pacientes alérgicos a filtrar las partículas alergénicas del aire que respiran son las FFP1, FFP2, FFP3 y EPI. Hay que saber que las FFP1 no protegen frente al contagio ya que no filtran el aire que exhala la persona que las porta».
Lagarón también opina que frente al polen no vale cualquier mascarilla ya que «debemos usar mascarillas del tipo EPI, FFP2, FFP3 y COVID-19, por ser mascarillas que filtran muy bien el aire que entra al ajustarse a la cara durante la inspiración. Es recomendable desecharlas después de la exposición al alérgeno con mucho cuidado y lavarnos las manos a continuación, ya que éste quedará concentrado en la mascarilla. Sobre todo preocupa que los alérgenos se queden en el exterior de ésta y consigan entrar a través del contacto con las manos. Una de las ventajas del viricida en el filtro y de poder desinfectar la mascarilla con pulverización de alcohol es poder inactivar los microorganismos.Sin embargo desconocemos cómo de eficaz es contra los alérgenos mencionados, ya que por ejemplo incluso el ácaro muerto puede inducir reacción alérgica. Sin duda en un ámbito de estudio interesante para nosotros y lo vamos a estudiar.”
Lagarón destaca la importancia de utilizar mascarillas frente a la alergia primaveral. «Las alergias provocadas por agentes ambientalescomo el polen en primavera, llamada polinosis -antiguamente fiebre del heno-, son el resultado de las inhalaciones de partículas de polen muy finas, cuyo tamaño oscila entre las 2 micras y las 200 micras, y que provocan rinoconjuntivitis y asma. El uso profiláctico de una mascarilla de nanofibras con filtración mecánica, viricida y desinfectable con una disolución de alcohol, protege no solo de la penetración de aerosoles con carga viral infectiva y de bacterias, sino también de la inhalación de partículas contaminantes y de alérgenos. Incluso el tamaño de los granos de polen más pequeño se ve interceptado en un 100% con las mascarillas de ajuste EPI. Otro alérgeno bien conocido son los ácaros del polvo, cuyo tamaño oscila entre los 200 y 500 micras. Se conoce que la alergenicidad de los ácaros procede además del propio ácaro, de su caparazón, cadáver y heces, las cuales tienen un tamaño mucho más pequeño que los ácaros, de 10 a 40 micras. Las pueden evitar también la inhalación al 100% tanto de los ácaros del polvo como de sus heces microscópicas.»
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Los alimentos infalibles para prevenir resfriados
Publicado
hace 2 díasen
20 noviembre, 2024La tradición popular atribuye propiedades curativas a los alimentos con vitamina C, pero ¿sabemos cuáles son los alimentos para prevenir resfriados?
Algunos como el ajo, la sopa de pollo o la miel frente al resfriado, la tos, la congestión o la gripe. Sin embargo, en la actualidad no hay ninguna prueba científica que demuestre que su consumo sea beneficioso para este objetivo.
Según ha explicado la doctora Laura Arranz, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimenación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, lo que realmente contribuye a prevenir estas enfermedades, e incluso a aliviar sus síntomas, es seguir hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada.
La doctora ha precisado que «más allá de la vitamina C hay muchos nutrientes imprescindibles para el sistema inmunitario. Todas las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y las fibras (sobre todo de tipo soluble) son básicos en un cóctel de salud».
MINERALES Y VITAMINAS
Las vitaminas A, C y E, el magnesio, el cobre, el manganeso o el hierro son algunos de los elementos clave en los procesos celurares que ayudan a neutralizar los radicales libres y el estrés oxidativo.
La doctora Arranz ha aclarado que «el funcionamiento correcto del metabolismo y de las defensas antioxidantes requiere la presencia de estos nutrientes en cantidades suficientes». La pregunta que subyace es qué alimentos propocionan estos nutrientes.
Según la experta, «los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes, pero especialmente la fruta, las hortalizas, las verduras de hoja verde, las semillas y los frutos secos». Además, ha aconsejado «consumir una buena parte de estos vegetales en crudo o con tiempos de cocción adecuado para que la ingesta de antioxidantes se amayor».
EL ZINC COMO REGULADOR DEL SISTEMA INMUNE
La doctora Arranz ha explicado que «el zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel clave en más de 300 enzimas y está involucrado en la comunicación celular, además de desempeñar un importante papel en la regulación del sistema inmune».
Ha añadido, además, que «el déficit de zinc, que afecta al 20% de la población mundial, se asocia a la disminución del sistema inmunitario». Entre los alimentos que contienen zinc se encuentran las carnes, el pescado, los moluscos, las espinacas o los frutos secos.
OMEGA-3: GUARDIÁN DE LAS DEFENSAS
Las grasas Omega-3 son importantes para el sistema inmunitario, para la salud cardiovascular y para la salud visual y cerebral pero además intervienen como precursores de las moléculas antiinflamatorias.
La experta ha detallado que «si queremos cuidar las defensas, debemos aumentar la ingesta de frutos secos, especialmente nueces y almendras, para conseguir un aporte diario de dos gramos de ácido alfa-linolénico y pescado azul para conseguir 200 gramos de ácido docosahexaenoico (ácido graso poliinsaturado omega-3)».
LA FIBRA, UNA COMPAÑERA ALIADA
La nutricionista ha revelado que «la fibra ayuda a la nutrición y el bienestar de las bacterías beneficiosas que residen en el intestino y que juegan a un rol principal en el sistema inmunitario, por lo es imprescindible en el día a día».
Además, la fibra dietética proviene de los alimenos de origen vegetal tales como las legumbres, las semillas, los frutas secos, las verduras o las frutas.
Sin embargo, la doctora ha advertido que las legumbres «puedencausar problemas de flatulencia debido a la gran cantidad de fibra que aportan». Por ello, para evitar este problema ha aconsejado «tomar raciones pequeñas tres veces pro semana en lugar del tradicional plato de legumbres solo un día a la semana».
Alimentos para prevenir resfriados
La lista de alimentos que ayudan a prevenir gripes, catarros y resfriados es larga… Educo nos la detalla.
1. Pescados, un gran aporte de Omega-3
Los pescados, entre los que destaca el pescado azul, aportan proteínas y Omega-3 al organismo. Estas sustancias ayudan al organismo a proteger los pulmones de las infecciones respiratorias al sintetizar anticuerpos. Ya ves: incluye pescado en el menú semanal. Dos porciones semanales de salmón ayudarán a levantar tus defensas.
2. Cítricos, el consejo de la abuela
¡Y cuánta razón tiene la abuela! Los cítricos son ricos en vitamina C, un nutrientes que puede ayudar a frenar el avance de un resfriado. ¿Lo mejor? Alternar los cítricos consumiendo naranja (muy rica en vitamina C), mandarina (rica en betacarotenes) y limón (gran valor antiséptico que lo convierte en un remedio natural contra el dolor de garganta y la tos).
3. Huevos: proteínas, vitaminas y minerales
Los huevos son un comodín en la cocina, no dudes en prepararlos un par de veces por semana. Un huevo contiene casi 7 gramos de proteína, pero además aporta al organismo vitaminas y minerales, entre los que destacan las vitaminas B6 y B12, el selenio y el zinc, ¡fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico!
4. Yogur, el poder de los probióticos
Hoy en día se habla mucho de probióticos en la publicidad, pero ¿qué son? Los yogures tienen cultivos vivos que ayudan al sistema inmunológico a evitar que las bacterias malas progresen dentro del cuerpo. ¿Cómo? Muy fácil: si las bacterias buenas son más que las malas, ¡la guerra por la salud está ganada!
5. Verduras de hojas oscuras para reducir el tiempo de la enfermedad
La mayoría de nosotros piensa en un zumo de naranja para ingerir vitamina C. ¿Qué me dirías si te digo que las espinacas, las coles de Bruselas, la lechuga y el brócoli tienen más vitamina C que los cítricos? Incluye estas verduras en la dieta de los peques y si los niños se niegan a comer verduras, ¡disfrázalas! En el enlace te damos ideas al respecto.
6. Calabaza, la reina del beta-caroteno
El betacaroteno es esencial para el organismo ya que cuando éste lo absorbe, se transforma en vitamina A, un nutriente que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades. Dale a tus hijos calabaza asada, en crema, mezclada con arroz o en puré, ¡es rica y súper nutritiva! Si a tu hijo no le gusta la calabaza pero sí la zanahoria, ¡a por ella! Las zanahorias también tienen mucho beta-caroteno, motivo por el cual su acción es similar a la de la calabaza.
7. Kiwi, vitamina C al por mayor
Un kiwi aporta al cuerpo más vitamina C que una naranja. Es cierto que puede ser más difícil para los peques comer un kiwi que beber un zumo pero ¡con intentar no se pierde nada!
8. Cebolla y ajo, antibióticos naturales
Tanto la cebolla como el ajo ayudan a prevenir y curar la gripe y los resfriados. Ambos tienen propiedades mucolíticas que ayudan a expulsar secreciones. ¿Un consejo? A los peques suele molestarles más la textura que el sabor de estos alimentos, por eso te recomendamos trocearlos y cocinarlos hasta que no sean perceptibles en el paladar. No abuses de ellos y verás que los peques los comen sin casi darse cuenta.
9. Miel, efecto antitusivo ¡y preventivo!
Incluir la miel en el desayuno de los niños mayores (recuerda que los niños menores de 3 años no deben consumir miel por el riesgo de botulismo) puede ser una gran idea. La miel tiene un efecto preventivo al aumentar las defensas naturales y antitusivo, aliviando la molesta picazón de garganta. Sírvele a tu hijo una tostada con miel o coloca un poco de miel en la leche, ¡le encantará!
10. Frutos secos y legumbres para mantener el calor corporal
Parece una locura pero no lo es: en invierno, perdemos fácilmente el calor corporal, exponiéndonos a toda clase de enfermedades. Los alimentos híper calóricos como las legumbres y los frutos secos aportan la energía necesaria para mantener la temperatura corporal correcta, manteniendo a raya a las enfermedades. Además, tanto los unos como los otros aportan hierro y antioxidantes, fundamentales para mantener el sistema inmunológico fuerte.
11. Frutos rojos, vitamina C en pequeñas dosis
Los frutos rojos aportan vitamina C aunque para que sean realmente efectivos es necesario consumir gran cantidad. Los mencionamos porque ¡son fáciles de incluir en la dieta y a los peques les encantan! ¿Quién puede resistirse a las fresas, las moras y los arándanos? Incorpóralos al yogur o haz un rico batido de frutos rojos con leche.
12. Setas, propiedades antibacterianas
Las diversas setas, hongos y champiñones tienen propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las enfermedades. Utilízalos en tostadas, cremas o como acompañamiento para carnes. Una buena alimentación es tan importante como un buen abrigo. Este invierno no lo dudes y prepara un menú equilibrado que incluya estos alimentos para prevenir gripes, catarros y resfriados.
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