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Alimentos que se pueden congelar y los que no

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Alimentos que se pueden congelar y los que no
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Para conservar alimentos que nos han sobrado, que hemos preparado de más, o simplemente, nos apetece cocinar para varios días, tanto la nevera como el congelador nos van a ser de gran ayudar.

¿Sabes usar correctamente el congelador?

La congelación es un método de conservación que nos permite alargar la vida útil de los alimentos, también ante épocas de calor. Además, se considera una técnica bastante segura, pues ejerce cambios sobre los productos alimentarios a nivel físico y químico de manera que se detiene el crecimiento microbiano. ¡Atención! solo se detiene, pues la congelación no erradica los microorganismos como lo hace una esterilización. Después, cuando el alimento es descongelado, especialmente si los mantenemos a temperatura ambiente, los microorganismos vuelven a reproducirse y pueden ocasionar toxoinfecciones alimentarias.

Dado que todos los alimentos tienen agua en mayor o menor cantidad, podemos decir que cuando un alimento se congela, lógicamente, el agua que contiene deja de estar líquida y forma cristales de hielo. Estos cristales serán más pequeños cuanto mayor haya sido la velocidad de congelación o más grandes cuando la velocidad de congelación haya sido más lenta (que es lo que sucede a nivel doméstico). Cuando se forman cristales más grandes la estructura de los alimentos se puede ver afectada negativamente, por ello algunos productos soportarán muy bien que los congelemos en casa y otros no.

Consejos para congelar los alimentos

Ahora que sabemos que la congelación es un proceso que va a tener determinadas repercusiones sobre el alimento, y que su descongelación puede conllevar riesgos para la salud, es importante tener en cuenta estas 6 recomendaciones sobre cómo conservar los alimentos según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN):

  • Envasar los productos en porciones pequeñas ya que, de esta manera, la congelación será más rápida y conllevará menos riesgos alimentarios. Esto facilita su congelación, pero también permite una mejor organización de las raciones.
  • Las bolsas de plástico herméticas para congelar son muy útiles para el envasado. Deben utilizarse una sola vez y conviene quitar la mayor cantidad de aire posible. Por otro lado, hay que tener en cuenta que cuando los alimentos se congelan se expanden, por lo que habrá que dejar un espacio proporcional para evitar que los envases estallen.
  • Se debe utilizar el criterio «First in, First out” o “lo primero que entra es lo primero que sale», por lo que anotar la fecha de congelación en las bolsas o envases nos ayudará a saber qué productos deberemos consumir primero.
  • La duración de los alimentos en el congelador vendrá determinada por las estrellas del aparato doméstico de congelación. Para una mayor información sobre la duración de estos productos no olvides consultar las indicaciones de conservación del fabricante.
  • Si congelas alimentos después de cocinarlos, no olvides dejarlos enfriar antes de introducirlos en el congelador; al introducirlos calientes, puedes afectar negativamente a la temperatura de otros.
  • No debemos volver a congelar los alimentos, ya que sucesivas congelaciones, restan calidad a los alimentos y facilitan su contaminación.

Alimentos que se pueden congelar y los que no

Congelar podemos congelar todo, ahora bien, hay algunos alimentos que pueden ver mermadas sus características organolépticas a causa de la congelación (color, sabor, textura y aroma). Hablamos por ejemplo de:

Patatas cocidas

La estructura del almidón que contienen las patatas hace que tras su congelación puedan tener una textura harinosa o granulada que no nos resultará demasiado apetecible. Estamos hablando de la congelación en un congelador convencional doméstico, no con la tecnología de la que se dispone en la industria alimentaria, eso es otro cantar.

Quesos cremosos

En este caso también la estructura va a notar la congelación. La pasta cremosa del queso, una vez descongelada se va a desmenuzar mucho más, perdiendo la untuosidad y cremosidad que la caracteriza, y perdiendo por ello cualidades organolépticas.

Frutas y hortalizas crudas

Conservar frutas o verduras a nivel doméstico debemos tener en cuenta que su congelación y descongelación ocasiona una importante pérdida de agua y, con ello, se pierde la textura crujiente que tienen. Por ello cuando queremos tomar un alimento de este tipo en crudo y a mordiscos, la congelación no es buena opción. En el caso de vegetales cocinados si tendremos mejores resultados, mientras que, en las frutas, la congelación puede ser buena idea si después vamos a triturarla para hacer un helado o un batido.

Frituras

Vuelve a ser el caso de alimentos que pierden su textura crujiente, mientras un alimento rebozado y frito, que consumimos terminado de hacer va a estar crujiente, y solo el hecho de consumirlo más tarde ya restará cualidades a su textura, si además lo congelamos la merma de calidad organoléptica va a ser mayor.

Huevos cocidos

De entrada, debemos tener en cuenta el aumento de tamaño, así que si congelamos un huevo con cáscara se romperá. Por otra parte, la textura de un huevo cocido también sufrirá deterioro con la congelación, mientras que si crudo lo batimos y lo conservamos en recipientes herméticos se congelará mejor.

Mayonesa u otras salsas

En el caso de alimentos complejos químicamente, como las emulsiones que se forman al elaborar algunas salsas, la mayonesa o el alioli, por ejemplo, este equilibrio que mantiene la emulsión se va a romper, lo que traduciríamos como que la salsa se corta, o deja de estar ligada.

¿Qué alimentos no podemos congelar?

Hemos profundizado acerca de los alimentos que sí pueden congelarse, pero no hemos mencionado aquellos que de ninguna manera pueden introducirse al congelador. Y es que hay alimentos que sufren alteraciones considerables durante el periodo de congelación, bien en su textura o en su sabor, y se convierten en incomestibles. En general, los productos que no se pueden congelar bajo ningún concepto son huevos duros con cáscara (pero sí batidos en un recipiente), verduras u hortalizas que vayan a comerse crudas, pasta o arroz (sin hervir), patatas, alimentos fritos y otros con alto contenido en grasa.

No olvides practicar un buen descongelado

Para un buen proceso de congelado y descongelado ten en cuenta que:

  • Debes congelar los productos lo más rápido posible al comprarlos, si tienes claro que los quieres congelar
  • Debes envolver los productos al congelarlos, no colocarlos sueltos.
  • Evita congelar latas que puedan explotar
  • Coloca la fecha de congelación en cada recipiente y bolsita para evitar que el alimento permanezca más tiempo del debido.
  • A la hora de descongelar, realiza el proceso lentamente, dejando los alimentos en el frigorífico y evitando sobre todo exponerlos sobre calor directo. No utilices el microondas.
  • No congeles algo que ha sido congelado previamente

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Día de acción de gracias: historia y curiosidades detrás de una de las celebraciones más arraigadas de Estados Unidos

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Cada cuarto jueves de noviembre, Estados Unidos celebra Acción de Gracias (Thanksgiving), una de las festividades más importantes y emocionantes del país. Considerada por muchos más relevante que la propia Navidad, esta cita reúne a millones de personas en torno a un mismo propósito: agradecer, compartir y reencontrarse con la familia. Tanto es así, que es la semana con más desplazamientos del año en todo el territorio estadounidense.

Aunque hoy la imagen de esta jornada se asocia al pavo asado, las largas sobremesas, el fútbol americano y el desfile de Macy’s, Acción de Gracias tiene una historia fascinante que se remonta al siglo XVII, además de múltiples tradiciones modernas que no todo el mundo conoce.

A continuación, repasamos sus orígenes, el porqué del menú y cinco curiosidades sorprendentes sobre esta centenaria celebración.


🌽 Origen y evolución de una tradición de gratitud y unión

El origen más extendido sitúa la primera celebración de Acción de Gracias en 1621, cuando los colonos ingleses de Plymouth (Massachusetts) y los nativos Wampanoag festejaron la primera cosecha exitosa tras un invierno devastador. Aquella reunión, que duró tres días, incluyó pavo, calabaza y frutas secas, aunque también había maíz, venado y marisco.

Sin embargo, existen otros precedentes:

  • El primer servicio de Acción de Gracias europeo documentado en Norteamérica se celebró en 1578 en Terranova.

  • Es muy probable que los españoles realizaran ceremonias de agradecimiento incluso antes en Florida.

  • Mucho antes de la llegada europea, los pueblos indígenas celebraban rituales para asegurar buenas cosechas, como la Danza del Maíz Verde de los cherokee.

A lo largo de los siglos, las celebraciones locales fueron dando paso a una festividad nacional. Tras una propuesta de 1789 para dar gracias por la Constitución, George Washington estableció una primera fecha. Más tarde, la incansable editora Sarah Josepha Hale promovió durante décadas la unificación del festivo, hasta que en 1863 Abraham Lincoln declaró Acción de Gracias como celebración nacional el último jueves de noviembre.
El Congreso fijó definitivamente la fecha en 1941, tal y como se celebra hoy.


Por qué se come pavo en Acción de Gracias

El pavo no se convirtió en protagonista por tradición simbólica, sino por practicidad. Para los primeros colonos, el pavo salvaje:

  • era abundante en la región,

  • tenía un gran tamaño, ideal para alimentar a grupos numerosos,

  • no aportaba otros recursos como huevos o leche, por lo que sacrificarlo no afectaba a la economía doméstica.

Con el tiempo, la preparación del pavo se convirtió en un símbolo de abundancia y unión familiar, hasta convertirse en el plato más icónico del día.

Además, cada año el presidente de Estados Unidos indulta un pavo en una ceremonia televisada. Aunque la tradición se formalizó en 1989, surgió de forma espontánea cuando George H. W. Bush, ante el nerviosismo del ave, bromeó con que no terminaría en la mesa de nadie. Desde entonces, los pavos indultados viven en granjas y parques agrícolas convertidos en auténticas “celebridades”.


5 curiosidades sobre Acción de Gracias que no todo el mundo conoce

1. El primer banquete duró tres días y tenía un menú muy diferente

En 1621, colonos y nativos celebraron durante tres días un banquete de agradecimiento. Aunque se suele relacionar esta fecha con el pavo, el menú incluía venado, pescado, marisco, maíz, calabaza y frutas secas, más cercano a un festín de supervivencia que al típico menú actual.


2. Thanksgiving era originalmente un día de oración y ayuno

Mucho antes del banquete familiar, Acción de Gracias era una jornada de reflexión religiosa entre los colonos ingleses. Se trataba de un día para ayunar, rezar y agradecer cosechas o pedir protección. Con el tiempo, el ayuno se convirtió en abundancia y la fiesta tomó un carácter más comunitario y festivo.


3. Solo dos presidentes cambiaron la fecha oficial

Aunque hoy es inmovible, en 1939 y 1940 Franklin D. Roosevelt adelantó la celebración al tercer jueves de noviembre. ¿El motivo? Dar más días de compras a los comerciantes en plena Gran Depresión. La polémica fue tal que en 1941 se fijó definitivamente la fecha actual.


4. El National Day of Mourning: otra cara de la celebración

Desde 1970, algunas comunidades indígenas celebran, en paralelo, el National Day of Mourning (Día Nacional de Luto). En vez de dar gracias, denuncian que la llegada de los colonos supuso violencia, epidemias, desplazamientos y pérdida de tierras para los pueblos nativos.


5. Macy’s, fútbol americano y “turkey trots”: las tradiciones modernas

Thanksgiving no sería lo mismo sin:

  • El desfile de Macy’s, que desde 1924 llena Nueva York de carrozas, globos gigantes y bandas musicales, marcando el inicio de la Navidad.

  • El fútbol americano, tradición desde 1934, con los Detroit Lions y los Dallas Cowboys como protagonistas.

  • Las “turkey trots”, carreras populares que se celebran por la mañana en cientos de ciudades para “ganarse la cena”. La más antigua data de 1896 en Buffalo.


Una fiesta que combina historia, cultura y tradición

Acción de Gracias es mucho más que una gran comida: es una reunión nacional que mezcla historia, familia, memoria y agradecimiento. Cuatro siglos después de aquel primer banquete, sigue siendo una de las celebraciones más queridas y arraigadas de Estados Unidos.

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