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¿Qué medidas podrán tomar las Comunidades tras el final del estado de alarma?

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El Gobierno baja impuestos a las rentas bajas y se los sube a ricos y grandes empresas

Madrid, 7 abr (EFE).- La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha señalado que si finalmente decae el estado de alarma el 9 de mayo, serán las comunidades autónomas las que pongan en marcha las medidas de restricción de movilidad que consideren necesarias y que marca la legislación ordinaria de Sanidad y las actuaciones coordinadas del Consejo Interterritorial de Salud.

«Significa que acabarían las medidas generales, pero lo que no acabaría nunca es la competencia que tienen las CCAA para delimitar medidas de seguridad que pueda pensar en poner en marcha en su territorio», ha señalado Montero tras insistir en que los cierres perimetrales podrían desaparecer dependiendo de la incidencia de la COVID-19 en cada territorio.

En una entrevista en RNE, Montero ha confirmado la intención del Ejecutivo de no prorrogar el actual estado de alarma, toda vez que la tendencia de los contagios no alcanza las olas de octubre y noviembre, y ha confiado en que no se produzca una cuarta ola para que pueda volver a haber una movilidad «mucho más normalizada».

«Ojalá esa situación se cumpla para no tener que recurrir a un instrumento que ha resultado eficaz pero que ninguna administración quiere mantenerlo en el tiempo», ha incidido.

Montero ha explicado que cuando decaiga el estado de alarma también decaerían las medidas generales, como el toque de queda, pero ha insistido en que cada Comunidad Autónoma puede poner en marcha las medidas de seguridad que considere oportunas para evitar la propagación del virus, siempre que no se vulneren los derechos fundamentales.

En este sentido, ha considerado «suficiente» la legislación ordinaria de Sanidad y las actuaciones coordinadas aprobadas por el Consejo Interterritorial de Salud, que -ha recordado- son de «obligado cumplimiento».

«Ya los jueces se han pronunciado de que son de obligado cumplimiento las actuaciones coordinadas. Esta tarde se vuelve a reunir el Consejo y seguirán promoviendo instrucciones y normas para toda la población», ha puntualizado.

La ministra ha afirmado que si no hay ninguna incidencia se puede continuar con la cogobernanza con las CCAA para que cada uno en su marco establezca los límites de restricción, «que no podrán afectar a los derechos fundamentales salvo que los tribunales así lo decidan».

Montero ha señalado, no obstante, que habrá que seguir monitorizando los umbrales de contagios aunque lo importante es la tendencia y «seguimos en una senda descendente y no como en las olas anteriores».

¿Qué medidas podrán tomar las Comunidades tras el final del estado de alarma?

La previsible finalización del estado de alarma el próximo 9 de mayo encamina a España a una situación de incertidumbre que no es nueva, en cuanto deja en manos de los tribunales la ultima palabra para avalar las restricciones adoptadas por las comunidades autónomas ante una pandemia con los datos al alza.

«Queremos que el 9 de mayo sea el punto final al estado de alarma Es nuestro objetivo y para eso trabajamos», dijo este lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuya intención es no prorrogar el estado de alarma una vez que expire el próximo 9 de mayo, por lo que dejarían de tener efecto las restricciones de movilidad, como el toque de queda o los cierres perimetrales.

Terminaría así el segundo estado de alarma para el conjunto de España que entró en vigor el 25 de octubre, es decir, seis meses y medio antes, casi el doble de lo que abarcó el primero, desde el 14 de marzo al 20 de junio, y lo hará con el mismo problema que entonces, sin una legislación actualizada que sirva de plan B al marco jurídico que ampara la alarma.

LAS MEDIDAS VUELVEN A ESTAR EN MANO DE LOS TRIBUNALES

Ese fue el debate entre los expertos que se abrió hace meses y que aun hoy continúa vigente pues es de prever que se vaya a generar las mismas polémicas que en el pasado verano y otoño cuando, por ejemplo, un juez de Madrid tumbó las medidas del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso que, poco después, fueron avaladas por el Tribunal Superior.

Casos como éste condujeron al Ejecutivo a impulsar un ligero cambio para que fueran los Tribunales Superiores de Justicia autonómicos y no los juzgados los que ratificaran las medidas adoptadas.

Pero ya fueran juzgados o tribunales, aquello convertía a los jueces en árbitros de la pandemia y provocaba desajustes tales como que unos togados tumbaran algunas de las restricciones impuestas por las administraciones mientras otros, a pocos kilómetros de distancia, las respaldaban, es decir, una misma medida era avalada en una comunidad mientras en su vecina era rechazada.

De esta forma, las órdenes de ayuntamientos y Gobiernos autonómicos serán nuevamente revisadas por los jueces, conscientes del desconcierto que provocaron cuando desautorizaron las restricciones consensuadas por las administraciones, que se quedaron en fuera de juego y con la única alternativa del estado de alarma.

SIN ESTADO DE ALARMA, LA CLAVE ESTARÁ EN LA LEY DE SALUD PÚBLICA

Para adoptar nuevas restricciones, ayuntamientos y CCAA tendrán que basarse de nuevo en la Ley de Salud Pública de 1986, que habilita a las distintas administraciones públicas a decretar medidas especiales por razones sanitarias de urgencia o necesidad.

Apoyándose en esa ley, los tribunales sí avalaron el año pasado, por ejemplo, que la Junta de Castilla y León acordara el cierre perimetral de León o que la Junta de Andalucía confinara perimetralmente Casariche (Sevilla) y Almodóvar del Río (Córdoba).

Sin embargo, el pasado octubre el TSJ de Madrid tumbó el cierre perimetral de diez municipios, cuando la Comunidad en vez de buscar la cobertura de esta ley, optó por una orden del Ministerio que no le amparaba para limitar derechos fundamentales. Tras ello, el Gobierno declaró el estado de alarma para la región.

Lo que ocurre es que los magistrados ven en esta ley el origen de la discrepancia pues la consideran «caduca y obsoleta» ya que esta norma se pensó para enfermos concretos y no para una pandemia.

Ahora bien, someter las decisiones en materia sanitaria al control de la autoridad judicial no es siempre obligatorio, solo si afectan a derechos fundamentales, si bien eso no impide a ayuntamientos y CCAA que busquen la ratificación del juez de cara a la opinión pública, aun a riesgo de salir mal parados.

En aquel periodo sin estado de alarma, los jueces revisaron prohibiciones que afectaban a los aforos en bares, restaurantes y actos religiosos, fumar en la vía pública, cierre del ocio nocturno, el uso obligatorio de mascarillas, cierre de parques y jardines o las salidas de residentes de centros sociosanitarios.

Y lo hicieron, en ocasiones, con una situación epidemiológica menos grave que en la actualidad con tres comunidades en riesgo extremo y varias en riesgo alto ante una pandemia ascendente.

EL CONSEJO INTERTERRITORIAL CONSENSUARÁ LAS MEDIDAS

Sánchez explicó ayer que una vez que decaiga el estado de alarma, las medidas que se tengan que adoptar para combatir la pandemia se tomarán en el seno del Consejo Interterritorial, en el que participan el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas.

A su juicio, el sistema de cogobernanza aplicado en los últimos meses ha sido efectivo y ha contado con el aval de la justicia en los pronunciamientos que han dictado ante reclamaciones presentadas contra determinadas medidas restrictivas. No siempre ha sido así.

El caso más sonado ocurrió en el País Vasco cuando el TSJ aceptó cautelarmente la petición de las asociaciones de hostelería de reabrir los bares y restaurantes de los municipios que se encontraban en «zona roja». Esto sucedió el pasado 9 de febrero.

Por Rafael Martínez

 

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El precio de la gasolina da un giro radical: el diésel registra su mayor subida en meses

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Importante aviso de Repsol y Cepsa por el descuento en el precio de la gasolina este verano

El inicio de noviembre rompe con la tendencia a la baja y encadena la primera subida significativa tanto en el gasóleo A como en la gasolina SP95.

El precio de la gasolina y el diésel en España ha experimentado un cambio de tendencia con la llegada de noviembre. Tras un mes de descensos consecutivos impulsados por el abaratamiento del petróleo y la estabilidad en Oriente Medio, ambos carburantes registran ahora un repunte generalizado, con el gasóleo A liderando la subida.

Según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, el precio medio del litro de diésel se sitúa esta semana en 1,408 euros, lo que supone un incremento del 1%. Por su parte, la gasolina sin plomo 95 (SP95) sube un 0,54%, alcanzando una media de 1,472 euros por litro, después de cinco semanas consecutivas de bajadas.


Dónde es más barato el diésel en España

Pese al aumento, las gasolineras low cost siguen ofreciendo precios muy por debajo de la media nacional. En tres provincias el litro de gasóleo A se mantiene por debajo del euro, y en otras dos no supera los 1,10 euros. Sin embargo, solo en 11 provincias se puede repostar por menos de 1,20 euros, frente a las 23 de la semana anterior.

Excluyendo Canarias —donde en Las Palmas se paga a 0,94 €/l y en Tenerife a 0,95 €/l—, Córdoba vuelve a ser la provincia con el diésel más barato de la península, con un precio mínimo de 0,96 €/l. Le siguen Murcia (1,01 €/l), Huesca (1,17 €/l) y varias provincias como Teruel, Asturias, Sevilla, Ciudad Real o Toledo, con precios en torno a 1,19 €/l. En Melilla, el litro se paga a 1,09 €/l, mientras que en Baleares se registra el precio más alto, con 1,359 €/l en estaciones low cost.

Con estos valores, llenar un depósito medio de 55 litros cuesta actualmente 77,44 euros, lo que supone un euro más que la semana pasada y 94 céntimos más que hace un año, cuando el coste era de 76,50 euros.


La gasolina SP95 también cambia de tendencia

En el caso de la gasolina sin plomo 95, la subida ha sido más moderada. Canarias sigue siendo la región con los precios más bajos (0,95 €/l en Las Palmas y Tenerife), mientras que en la península Murcia ofrece el precio más económico, con 1,24 €/l.

En Valencia y Córdoba, el litro se vende a 1,25 €/l, mientras que Tarragona lo mantiene en 1,26 €/l. En una decena de provincias —entre ellas Barcelona, Lleida, Navarra, Soria, Alicante, Albacete, Jaén, Granada, Badajoz y Sevilla—, el precio ronda los 1,27 €/l.
En el extremo opuesto, Baleares vuelve a registrar los precios más altos de las estaciones low cost, con 1,438 €/l, más de dos céntimos por encima de la media de octubre.

Llenar un depósito medio de 55 litros de gasolina cuesta actualmente 80,96 euros, unos 2,8 euros menos que hace un año, cuando el precio superaba los 82,77 euros.


Claves del repunte en los carburantes

El aumento se explica por la recuperación del precio del crudo Brent, que vuelve a situarse cerca de los 90 dólares por barril, así como por el incremento de la demanda previo al invierno y la inestabilidad en el mercado energético internacional.
Las previsiones apuntan a que los precios podrían mantenerse al alza durante las próximas semanas si continúa la presión sobre el mercado del petróleo.

 

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