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Muere de un infarto el torero Jaime Ostos

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El mundo del toreo está de luto. Jaime Ostos, una de las grandes figuras del toreo español, falleció el 8 de enero de 2022 a los 90 años de edad debido a un infarto mientras se encontraba en Colombia. El torero sevillano, que marcó una época en los ruedos durante las décadas de los años 50 y 60, se encontraba de vacaciones con su esposa, la doctora María Ángeles Grajal, cuando ocurrió el trágico suceso.

Jaime Ostos: una vida dedicada al toreo

Jaime Ostos Carmona, nacido en Écija (Sevilla) el 8 de abril de 1931, fue uno de los toreros más destacados de su generación. Su carrera como matador de toros estuvo marcada por su valentía en el ruedo, donde se enfrentó a algunos de los toros más peligrosos de la época. Tomó la alternativa en 1956 en Zaragoza, de la mano de Antonio Bienvenida, con toros de la ganadería de Urquijo. Desde ese momento, su nombre comenzó a brillar en el panorama taurino.

Ostos no solo fue conocido por su maestría con el capote y la muleta, sino también por su carácter fuerte y su espíritu combativo. Tuvo que superar varios percances graves a lo largo de su carrera, siendo uno de los más recordados el que sufrió en Tarazona de Aragón en 1963, donde una cornada en el tórax estuvo a punto de costarle la vida. Tras una complicada recuperación, volvió a los ruedos con el mismo coraje que le había caracterizado.

Un torero que hizo historia

Jaime Ostos es recordado por haber lidiado toros en las plazas más importantes de España, como Las Ventas de Madrid, donde cosechó grandes triunfos. Su técnica y valor le llevaron a compartir cartel con figuras de la talla de Antonio Ordóñez, Luis Miguel Dominguín y Manuel Benítez «El Cordobés».

A lo largo de su carrera, el torero sevillano acumuló numerosos trofeos y distinciones. Ostos fue también un férreo defensor de la tauromaquia, lo que le llevó a protagonizar acalorados debates sobre la fiesta de los toros, incluso después de retirarse en los años 70. Su última corrida oficial fue en 1974, pero siempre se mantuvo vinculado al mundo taurino y a la defensa de esta tradición.

Polémicas y vida personal

Fuera de los ruedos, Jaime Ostos también fue un personaje mediático, conocido por sus apariciones en programas de televisión y por su vida personal, que estuvo llena de controversias. Ostos contrajo matrimonio en dos ocasiones, primero con la actriz Maribel Quiñones, y posteriormente con la doctora María Ángeles Grajal, con quien mantuvo una relación hasta el final de su vida.

El torero también fue protagonista de varias disputas familiares y legales, pero siempre destacó por su gran capacidad de resiliencia ante la adversidad, tanto en su carrera profesional como en su vida privada.

El legado de Jaime Ostos

Con la muerte de Jaime Ostos, se cierra un capítulo en la historia de la tauromaquia. Su legado como torero valiente y aguerrido, así como su lucha incansable por mantener viva la tradición taurina en España, permanecerá en la memoria de los aficionados. El maestro deja atrás una trayectoria de casi dos décadas en los ruedos, marcadas por grandes triunfos y momentos inolvidables que le convirtieron en una leyenda del toreo.

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Iñaki Urdangarin rompe su silencio en su entrevista más dura: “Perdí prácticamente todo y uno de los amores de mi vida, que es Cristina”

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Iñaki Urdangarin
IÑAKI URDANGARIN/ EUROPAPRESS

Iñaki Urdangarin ha concedido la que ya es su entrevista más impactante desde que fue condenado por el caso Nóos. Durante 55 minutos de conversación en el programa Pla seqüència, de La 2 Cat, el exduque de Palma se ha abierto como nunca y ha repasado, sin filtros, los episodios más dolorosos de su vida reciente: la cárcel, la soledad, la caída personal y profesional y, sobre todo, el final de su matrimonio con la infanta Cristina.

En una charla íntima, en catalán y con un periodista al que le une una amistad de más de 30 años, Urdangarin ha mostrado una faceta desconocida para el gran público, marcada por la autocrítica, la emoción y el reconocimiento de las pérdidas que arrastra desde hace más de una década.

“Lo peor de mi condena fue perder a mi mujer”

La pregunta fue directa y la respuesta, demoledora. Al ser interrogado por el momento más duro de su etapa en prisión, Iñaki Urdangarin no dudó:
“Lo que perdí en prisión fue mucho tiempo. Materialmente perdí prácticamente todo. Y después hay una pérdida muy grande, uno de los amores de mi vida, que es Cristina”.

El exmarido de la infanta Cristina reconoció que el proceso judicial y la posterior condena no solo le arrebataron su libertad, sino también su estabilidad emocional y familiar. “Fue un periodo muy duro. Lo pasamos muy mal durante toda esa época y hubo consecuencias. Me da pena porque es una mujer a la que quiero mucho”, confesó, visiblemente emocionado.

Cataluña, el lugar desde el que decide hablar

Urdangarin explicó que eligió este formato y este idioma por una razón muy personal. Cataluña es el territorio donde creció, donde fue feliz y donde nacieron sus cuatro hijos. “La vinculación con esta tierra es muy importante. Mis hijos son catalanes y ahora estoy a medio caballo entre Vitoria y Barcelona”, señaló al inicio de la entrevista.

Esa cercanía emocional marcó el tono de toda la conversación, en la que se mostró tranquilo, aunque con nervios inevitables al enfrentarse por primera vez a una entrevista televisada tras años de silencio.

El día que supo que entraría en prisión

Uno de los momentos más reveladores llegó al recordar el instante exacto en el que supo que su ingreso en prisión era inevitable. “Estaba comiendo con mi mujer, Cristina, en Ginebra. Yo había trabajado 16 años para darle la vuelta a las acusaciones. Hasta el último momento pensamos que podíamos lograrlo”, relató.

Tras conocer la sentencia, reunió a sus hijos en Suiza para explicarles la situación y decidir juntos cómo afrontar lo que estaba por venir. Un episodio que, según él, marcó un antes y un después en su vida familiar.

“El primer día en la cárcel fue el peor”

Iñaki Urdangarin describió su llegada a prisión como un golpe devastador. “Cuando entras te das cuenta de que se ha acabado una etapa y empieza otra larga y dura. Todo cae. No tienes teléfono, no tienes nada. Los tres primeros meses lo pasé muy mal”, aseguró.

Por motivos de seguridad, eligió cumplir su condena en la prisión de mujeres de Brieva, donde vivió prácticamente aislado. “Era estar en un módulo vacío. Fueron mil noches dentro, con sus mil días”, recordó, reconociendo que no gestionó bien emocionalmente aquel periodo.

“Lloré muchísimo y entré en un bucle negativo”

El exdeportista olímpico no escondió su vulnerabilidad al hablar de su estado psicológico. “No estoy orgulloso de cómo gestioné emocionalmente mi situación. Lloré muchísimo y preocupé a la gente que estaba fuera”, confesó.

Con el paso del tiempo, encontró en la escritura una vía de escape. Durante meses llenó cuadernos con pensamientos, miedos y reflexiones que le ayudaron a recomponerse. No descarta que algún día esos escritos puedan convertirse en unas memorias, siguiendo la estela de otros miembros de la familia real.

El apoyo clave: su madre y sus hijos

Si hubo una figura esencial durante su caída, esa fue su madre, Claire Liebaert. “Ha sido mi primer apoyo siempre. Ella me conoce, igual que mis hijos”, afirmó. Urdangarin insistió en que su entorno más cercano nunca dudó de él: “Mi madre y mis hijos saben que es imposible que yo tuviera voluntad de delinquir”.

Una afirmación con la que vuelve a defender su versión de los hechos y su papel en el caso Nóos, aunque asegura que hoy vive sin rencor.

“El rencor no te ayuda, solo te resta energía”

El cierre de la entrevista estuvo marcado por un mensaje de aprendizaje personal. Urdangarin explicó que el rencor fue uno de los sentimientos que más trabajó en prisión. “Tienes que repasar honestamente lo que has hecho bien y lo que has hecho mal, aceptar dónde estás y darte cuenta de que el rencor no te ayuda. Eso se quedó allí, cuando se cerró la puerta de la prisión”, concluyó.

Con esta entrevista, Iñaki Urdangarin rompe definitivamente su silencio y ofrece su testimonio más crudo hasta la fecha, poniendo palabras al coste personal, familiar y emocional de uno de los mayores escándalos de la historia reciente de la familia real española.

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