Psicología
¿Qué significa soñar con personas fallecidas? Interpretación psicológica de un sueño muy común
Publicado
hace 3 mesesen

Soñar con personas fallecidas es una experiencia que muchas personas han vivido al menos una vez en la vida. Estos sueños suelen despertar emociones intensas y preguntas profundas: ¿es solo un recuerdo? ¿Un mensaje? ¿Una forma del inconsciente de procesar la pérdida? A lo largo del tiempo, psicólogos, terapeutas y estudiosos del sueño han intentado dar respuesta a esta cuestión desde diferentes enfoques.
En este artículo abordamos el significado de soñar con personas fallecidas desde la psicología, evitando interpretaciones esotéricas y centrándonos en lo que dice la ciencia sobre este fenómeno tan humano como misterioso.
¿Por qué soñamos con personas que han muerto?
La función de los sueños, según la psicología
Desde el punto de vista psicológico, los sueños cumplen una función importante en la regulación emocional, la consolidación de la memoria y el procesamiento de experiencias vitales. Soñar con una persona fallecida no es necesariamente una señal sobrenatural, sino un mecanismo del inconsciente para procesar el duelo, el afecto, los conflictos no resueltos o incluso la ausencia física.
El psicólogo suizo Carl Gustav Jung consideraba que los sueños representan contenidos del inconsciente colectivo y personal, y que los difuntos pueden aparecer como símbolos arquetípicos o como proyecciones emocionales. Sigmund Freud, por su parte, creía que los sueños permiten el cumplimiento simbólico de deseos reprimidos.
Significados más comunes de soñar con personas fallecidas
1. Procesamiento del duelo
Uno de los significados más frecuentes es que el sueño con un ser querido fallecido forma parte del proceso natural de duelo. La mente necesita tiempo para aceptar la pérdida y encontrar una nueva forma de relación simbólica con esa persona.
Soñar con la persona fallecida puede ser una forma de mantener un vínculo emocional, de revivir momentos compartidos o de expresar sentimientos que no se llegaron a manifestar en vida. Estos sueños suelen tener un tono melancólico, pero también pueden ofrecer consuelo.
2. Sentimientos de culpa o asuntos pendientes
En algunos casos, el fallecido aparece en sueños cuando han quedado conflictos sin resolver, palabras no dichas o remordimientos. La mente reproduce escenas con la persona fallecida como una oportunidad simbólica para cerrar ciclos, pedir perdón o reconciliarse emocionalmente.
Los psicólogos interpretan este tipo de sueños como una invitación a trabajar la aceptación, a liberar la culpa y a encontrar paz interior.
3. Necesidad de guía o protección
En momentos de incertidumbre o dificultad, muchas personas sueñan con padres, abuelos o seres queridos que ya no están, como si buscaran una figura de apoyo. El inconsciente puede recurrir a la imagen del fallecido como símbolo de sabiduría, refugio o protección emocional.
Esto no implica necesariamente una creencia en lo sobrenatural, sino que refleja la forma en que la mente utiliza recuerdos y figuras internas para afrontar situaciones de estrés o tomar decisiones.
4. Recuerdos y nostalgia
A veces los sueños no tienen una carga simbólica profunda, sino que simplemente son manifestaciones de la memoria afectiva. Una conversación, una fotografía o una fecha señalada pueden activar recuerdos que se manifiestan en forma de sueños. Estos casos suelen ocurrir especialmente en aniversarios, cumpleaños o momentos de introspección.
¿Qué emociones suelen acompañar estos sueños?
Los sueños con personas fallecidas pueden tener tonos muy variados, dependiendo del vínculo emocional con la persona y del estado psicológico del soñador. Algunas emociones frecuentes son:
-
Tristeza y melancolía
-
Paz y alivio emocional
-
Culpa o angustia
-
Alegría o gratitud
-
Sorpresa o miedo
Los psicólogos recomiendan observar con atención cómo se siente uno al despertar. El tono emocional del sueño puede ofrecer pistas sobre su función: ¿ha sido un sueño liberador, inquietante, reconfortante?
Tipos de sueños con fallecidos y sus posibles interpretaciones
Soñar que hablas con una persona fallecida
Si en el sueño mantienes una conversación con alguien que ha muerto, puede tratarse de una necesidad de cerrar asuntos pendientes o de buscar orientación emocional. Según la psicóloga clínica Jennifer Shorter, del Instituto de Psicología Transpersonal de California, este tipo de sueños pueden representar la integración del legado emocional del fallecido.
Soñar que un fallecido te abraza o sonríe
Cuando el fallecido aparece sonriente o da un abrazo, el sueño puede estar transmitiendo un mensaje de aceptación, despedida o aprobación. Es una forma de que el inconsciente procese positivamente la ausencia y genere tranquilidad emocional.
Soñar que el fallecido está vivo
Este sueño suele generar confusión. Desde un enfoque psicológico, puede indicar una dificultad para aceptar la pérdida o un deseo intenso de que la persona aún estuviera presente. También puede reflejar el impacto emocional no resuelto o la idealización del ser querido.
¿Debería preocuparme si sueño con personas que han muerto?
Los expertos coinciden en que soñar con personas fallecidas es una experiencia normal y saludable, especialmente durante el proceso de duelo. No es motivo de alarma, salvo que se repita con frecuencia y genere un malestar importante que interfiera en la vida diaria. En esos casos, puede ser útil acudir a un profesional de la salud mental para abordar lo que el sueño está señalando.
Soñar con fallecidos también puede ser una oportunidad de crecimiento emocional: aceptar, recordar, soltar o simplemente convivir con la ausencia desde un lugar de serenidad.
¿Qué recomiendan los psicólogos ante estos sueños?
Algunas recomendaciones útiles para quienes experimentan sueños recurrentes con personas fallecidas:
-
Escribir el sueño al despertar: ayuda a procesarlo y entenderlo desde una perspectiva más clara.
-
No juzgarse por lo soñado: los sueños no son predicciones ni tienen que tomarse de forma literal.
-
Reflexionar sobre el estado emocional actual: el contenido del sueño suele estar relacionado con preocupaciones, recuerdos o emociones recientes.
-
Buscar apoyo si hay malestar: en caso de angustia persistente, acudir a terapia puede facilitar la gestión emocional del duelo.
Conclusión: una manifestación natural del vínculo emocional
Soñar con personas fallecidas no es una señal extraña ni necesariamente sobrenatural. Según la psicología, se trata de una manifestación emocional del vínculo que permanece más allá de la muerte. Estos sueños pueden ayudarnos a procesar la pérdida, mantener la conexión simbólica con el ser querido y seguir adelante con mayor equilibrio interior.
Cada sueño es único, como lo es cada relación. Lo importante no es solo lo que aparece en el sueño, sino cómo lo sentimos, qué nos despierta y qué mensaje emocional puede estar enviando nuestro inconsciente.
Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram y también puedes suscribirte a nuestro canal de WhatsApp.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Relacionado
Te podría gustar
Psicología
El peligro de los trastornos de la conducta alimentaria: cómo curarlos
Publicado
hace 1 horaen
18 septiembre, 2025
Los trastornos de la conducta alimentaria se han convertido en un grave problema para muchas personas. Para ello hablamos con Ana Gómez Peña, psicóloga General Sanitaria, especializada en TCA y población infantojuvenil, perteneciente al equipo de Instituto Psicológico Cláritas.
¿En qué consiste un trastorno de la conducta alimentaria?
Los trastornos de la conducta alimentaria son alteraciones desadaptativas de la conducta alimentaria y con el propio cuerpo de forma persistente. Pero los TCA van mucho más allá, estos síntomas son solo la punta del iceberg. Los trastornos de la conducta alimentaria vienen acompañados de otras alteraciones psicológicas como autoexigencia excesiva o perfeccionismo, dificultades en las habilidades sociales, traumas sin procesar o incluso incapacidades para gestionar conflictos o problemas.
¿Cuáles son los TCA más comunes?
Los trastornos de la conducta alimentaria más comunes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. Aunque, en la última década creo que también es relevante comentar la ortorexia y la vigorexia ya que ha crecido exponencialmente los casos. Aunque existan distintos nombres que ayudan a estandarizar este tipo de trastornos, la realidad es que luego nadie tiene una anorexia pura, sino que es más frecuente que a lo largo de la vida del paciente los síntomas varíen y pase por ejemplo de una bulimia a una anorexia. Es por ello que siempre hablo de trastornos de la conducta alimentaria especificando en que polo se encuentra, en un polo más restrictivo, purgativo o de atracón.
¿A qué edad empiezan a manifestarse? ¿es una enfermedad relacionada con la adolescencia?
Los trastornos de la conducta alimentaria, por lo general, empiezan junto a la pubertad y por lo tanto al inicio de la adolescencia, aunque ahora mismo cada vez nos encontramos gente más joven. Antes la mayoría de los inicios los encontrábamos en la secundaria y ahora los encontramos en la primaria. Pese a ello, es necesario recordar que cada caso es único y también se pueden dar en la primera adultez en torno a los veinte años. El principal problema de los TCA, es que son trastornos que se enquistan y si no se trabajan pueden mantenerse durante periodos de tiempo muy largos. No es extraño encontrarse pacientes que llevan 30 años padeciendo este trastorno y que de alguna forma el trastorno es parte de la personalidad de estas personas.
¿Existe alguna causa para desarrollar TCA?
Existen varios factores de riesgo que predisponen a desarrollar un TCA al igual que hay factores que ayudan a que se precipiten y que se mantengan. Hemos de entender que el desarrollo de los TCA es la combinación de distintos factores.
- Factores predisponentes: Encontramos factores de uno mismo como una personalidad perfeccionista, baja autoestima, baja tolerancia a la frustración e impulsividad. Por otra parte, la familia juega un papel muy importante, existe más relación en los TCA en familias muy protectoras con grandes expectativas en sus hijos, o en las que se le da especial relevancia al cuerpo y al deporte. Pero también se puede dar en familiares con adicciones o negligentes con sus hijos.
- Factores precipitantes: Criticas respecto al cuerpo, enfermedad que adelgace o haga que suba rápido de peso, separaciones o pérdidas, cambios corporales adolescentes e inicio de dietas.
- Factores de mantenimiento: El aislamiento social, las conductas purgativas, hacer comparaciones en mi propio cuerpo, la obsesión por la báscula y las dietas y muchas otras conductas desadaptativas son factores que van a mantener el trastorno por la conducta alimentaria.
¿Cómo sabemos que estamos ante un inicio de un TCA?
Por un lado, si está en el polo más restrictivo encontraremos señales relacionadas con la autodisciplina, cambios bruscos a la hora de comer, organizan su tiempo en torno al estudio, ejercicio y la comida. Empiezan a controlar que se come en casa o incluso empieza a encargarse de la alimentación de hermanos o de los propios padres, argumentando conocimientos en nutrición. Cuando más claro va a ser es cuando se dé una pérdida de peso notable.
Por otro lado, en el polo del atracón o de la purga, es un poco más difícil detectarlo ya que el peso tiende a mantenerse o a subirse. Es frecuente ver que desaparecen justo después de comer, o incluso que se saltan comidas y luego hay picoteos entre horas. Largos periodos en el baño después de comer a la par que pueden descubrirse laxantes. Comentarios negativos sobre su cuerpo y el deseo de cambiarlo, a través de dietas y por lo general apuntándose al gimnasio. En casa se puede notar que se acaban rápido ciertos tipos de alimentos, o encontramos varios envoltorios de comida en su cuarto.
Hay algunas veces que pueden pasar por comportamientos normales de la edad, pero siempre que se observe algún cambio brusco puede ser un buen momento para preguntar que esta sucediendo y si necesita ayuda con algo.
¿Existe relación (comorbilidad) con otros trastornos mentales?
La comorbilidad entre el TCA y otros trastornos suele ser bastante frecuente. Puede ir desde trastornos de la personalidad, a trastornos asociados con la ansiedad, depresión o abuso y dependencia de sustancia. También es frecuente encontrarnos conductas autolíticas (aunque en sí las purgas ya son conductas autolíticas) e intentos de suicidio. Por último, puede existir cierta relación con trastornos orgánicos como la diabetes mellitus o el SIBO.
Justo la vuelta de verano es una época en las que los casos repuntan ¿Por qué se da esta situación?
Empezar el verano puede ser un momento de mucho estrés para estos pacientes en primer lugar por la exposición al cuerpo que encontramos. Esto provoca que las personas estén observando todo el tiempo su cuerpo y comparándolo con el de los demás. Por otra parte, el hecho de que llegue el verano está directamente asociado a la terrible “operación bikini”. Este momento precipita muchos TCA y para aquellos pacientes que se están recuperando pueden tener la tendencia en recaer en viejas costumbres. Por último, los horarios y el tipo de comida que se consume en verano y en concreto en las vacaciones varía mucho más, por lo que muchos pacientes pueden tener sensación de pérdida de control.
¿Cómo se debe tratar esta enfermedad?
Los TCA al ser multifactoriales, se deben trata desde distintos aspectos, por un lado, el tratamiento psicológico acompañado por un nutricionista para trabajar tantas distorsiones cognitivas junto con mitos en torno a la comida. Por otro lado, el seguimiento médico es indispensable pues pueden existir carencias orgánicas. Por último, en estos trastornos puede ser muy importante pertenecer a grupos de intervención y en el caso de los padres a grupos de apoyo.
¿Consejos para la familia?
En primer lugar, siempre pedirles que intenten mantener la calma y escuchar a la persona que esta sufriendo, sin enfadarse, puesto que si eso pasa es posible que deje de contar las cosas y es lo peor que puede pasar.
Ofrecerle desde el primer minuto ayuda en lo que necesite y aunque no compartamos u entendamos por lo que esta pasando simplemente escucharle y ofrecer todo lo que este en nuestra mano. Sobre todo, al inicio se exige mucho de las familias para que ayuden a la persona a alimentarse y a parar las obsesiones por lo que es importante que tengan paciencia y aprendan a gestionar bien sus emociones.
Buscar ayuda psicológica ayudara a aprender a gestionar cada una de las etapas por las que vamos a pasar.
Instituto Psicológico Cláritas
El Instituto Psicológico Cláritas ofrece un servicio integral de tratamientos psicológicos, a través de un equipo de profesionales cualificados, supervisados y en continua formación. Para adultos, niños, jóvenes, parejas y familias. En clínica, on-line y a domicilio.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Tienes que estar registrado para comentar Acceder