Psicología
¿Qué significa soñar con personas fallecidas? Interpretación psicológica de un sueño muy común
Publicado
hace 6 mesesen
Soñar con personas fallecidas es una experiencia que muchas personas han vivido al menos una vez en la vida. Estos sueños suelen despertar emociones intensas y preguntas profundas: ¿es solo un recuerdo? ¿Un mensaje? ¿Una forma del inconsciente de procesar la pérdida? A lo largo del tiempo, psicólogos, terapeutas y estudiosos del sueño han intentado dar respuesta a esta cuestión desde diferentes enfoques.
En este artículo abordamos el significado de soñar con personas fallecidas desde la psicología, evitando interpretaciones esotéricas y centrándonos en lo que dice la ciencia sobre este fenómeno tan humano como misterioso.
¿Por qué soñamos con personas que han muerto?
La función de los sueños, según la psicología
Desde el punto de vista psicológico, los sueños cumplen una función importante en la regulación emocional, la consolidación de la memoria y el procesamiento de experiencias vitales. Soñar con una persona fallecida no es necesariamente una señal sobrenatural, sino un mecanismo del inconsciente para procesar el duelo, el afecto, los conflictos no resueltos o incluso la ausencia física.
El psicólogo suizo Carl Gustav Jung consideraba que los sueños representan contenidos del inconsciente colectivo y personal, y que los difuntos pueden aparecer como símbolos arquetípicos o como proyecciones emocionales. Sigmund Freud, por su parte, creía que los sueños permiten el cumplimiento simbólico de deseos reprimidos.
Significados más comunes de soñar con personas fallecidas
1. Procesamiento del duelo
Uno de los significados más frecuentes es que el sueño con un ser querido fallecido forma parte del proceso natural de duelo. La mente necesita tiempo para aceptar la pérdida y encontrar una nueva forma de relación simbólica con esa persona.
Soñar con la persona fallecida puede ser una forma de mantener un vínculo emocional, de revivir momentos compartidos o de expresar sentimientos que no se llegaron a manifestar en vida. Estos sueños suelen tener un tono melancólico, pero también pueden ofrecer consuelo.
2. Sentimientos de culpa o asuntos pendientes
En algunos casos, el fallecido aparece en sueños cuando han quedado conflictos sin resolver, palabras no dichas o remordimientos. La mente reproduce escenas con la persona fallecida como una oportunidad simbólica para cerrar ciclos, pedir perdón o reconciliarse emocionalmente.
Los psicólogos interpretan este tipo de sueños como una invitación a trabajar la aceptación, a liberar la culpa y a encontrar paz interior.
3. Necesidad de guía o protección
En momentos de incertidumbre o dificultad, muchas personas sueñan con padres, abuelos o seres queridos que ya no están, como si buscaran una figura de apoyo. El inconsciente puede recurrir a la imagen del fallecido como símbolo de sabiduría, refugio o protección emocional.
Esto no implica necesariamente una creencia en lo sobrenatural, sino que refleja la forma en que la mente utiliza recuerdos y figuras internas para afrontar situaciones de estrés o tomar decisiones.
4. Recuerdos y nostalgia
A veces los sueños no tienen una carga simbólica profunda, sino que simplemente son manifestaciones de la memoria afectiva. Una conversación, una fotografía o una fecha señalada pueden activar recuerdos que se manifiestan en forma de sueños. Estos casos suelen ocurrir especialmente en aniversarios, cumpleaños o momentos de introspección.
¿Qué emociones suelen acompañar estos sueños?
Los sueños con personas fallecidas pueden tener tonos muy variados, dependiendo del vínculo emocional con la persona y del estado psicológico del soñador. Algunas emociones frecuentes son:
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Tristeza y melancolía
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Paz y alivio emocional
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Culpa o angustia
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Alegría o gratitud
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Sorpresa o miedo
Los psicólogos recomiendan observar con atención cómo se siente uno al despertar. El tono emocional del sueño puede ofrecer pistas sobre su función: ¿ha sido un sueño liberador, inquietante, reconfortante?
Tipos de sueños con fallecidos y sus posibles interpretaciones
Soñar que hablas con una persona fallecida
Si en el sueño mantienes una conversación con alguien que ha muerto, puede tratarse de una necesidad de cerrar asuntos pendientes o de buscar orientación emocional. Según la psicóloga clínica Jennifer Shorter, del Instituto de Psicología Transpersonal de California, este tipo de sueños pueden representar la integración del legado emocional del fallecido.
Soñar que un fallecido te abraza o sonríe
Cuando el fallecido aparece sonriente o da un abrazo, el sueño puede estar transmitiendo un mensaje de aceptación, despedida o aprobación. Es una forma de que el inconsciente procese positivamente la ausencia y genere tranquilidad emocional.
Soñar que el fallecido está vivo
Este sueño suele generar confusión. Desde un enfoque psicológico, puede indicar una dificultad para aceptar la pérdida o un deseo intenso de que la persona aún estuviera presente. También puede reflejar el impacto emocional no resuelto o la idealización del ser querido.
¿Debería preocuparme si sueño con personas que han muerto?
Los expertos coinciden en que soñar con personas fallecidas es una experiencia normal y saludable, especialmente durante el proceso de duelo. No es motivo de alarma, salvo que se repita con frecuencia y genere un malestar importante que interfiera en la vida diaria. En esos casos, puede ser útil acudir a un profesional de la salud mental para abordar lo que el sueño está señalando.
Soñar con fallecidos también puede ser una oportunidad de crecimiento emocional: aceptar, recordar, soltar o simplemente convivir con la ausencia desde un lugar de serenidad.
¿Qué recomiendan los psicólogos ante estos sueños?
Algunas recomendaciones útiles para quienes experimentan sueños recurrentes con personas fallecidas:
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Escribir el sueño al despertar: ayuda a procesarlo y entenderlo desde una perspectiva más clara.
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No juzgarse por lo soñado: los sueños no son predicciones ni tienen que tomarse de forma literal.
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Reflexionar sobre el estado emocional actual: el contenido del sueño suele estar relacionado con preocupaciones, recuerdos o emociones recientes.
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Buscar apoyo si hay malestar: en caso de angustia persistente, acudir a terapia puede facilitar la gestión emocional del duelo.
Conclusión: una manifestación natural del vínculo emocional
Soñar con personas fallecidas no es una señal extraña ni necesariamente sobrenatural. Según la psicología, se trata de una manifestación emocional del vínculo que permanece más allá de la muerte. Estos sueños pueden ayudarnos a procesar la pérdida, mantener la conexión simbólica con el ser querido y seguir adelante con mayor equilibrio interior.
Cada sueño es único, como lo es cada relación. Lo importante no es solo lo que aparece en el sueño, sino cómo lo sentimos, qué nos despierta y qué mensaje emocional puede estar enviando nuestro inconsciente.
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La Navidad ya está aquí y, con ella, las vacaciones en el caso de los más afortunados, los regalos, las luces y la decoración propias de estas fechas, las reuniones familiares o con los amigos… Y también quizá nos acordamos de quienes ya no están con nosotros.
La silla vacía es un fenómeno que ocurre metafóricamente cuando nos sentamos en una mesa llena, rodeados de nuestros seres queridos, y curiosamente lo que vemos es el vacío en el sitio que solía ocupar aquella persona que significaba tanto para nosotros y esto nos provoca sentimientos como la tristeza y el desasosiego.
Las tradiciones familiares, los recuerdos de la infancia, sentirse acompañado… Todo ello le da un sentido muy marcado a estas fiestas, las cuales no son otra cosa que pasar un tiempo rodeados de los nuestros. En España, al margen de las creencias religiosas de cada familia, tenemos la costumbre de celebrar la Navidad volviendo a casa con los nuestros y sentándonos alrededor de la mesa, y el cambio que conlleva una pérdida amenaza ese sentimiento de pertenencia y arraigo familiar.
Para muchas personas, esa silla vacía es un recordatorio constante y agudo de la ausencia de alguien que significaba mucho para nosotros, y es que a veces no sabemos cómo hacerlo de otra manera.
La silla vacía en Navidad: ¿cómo afrontarla?
Cuando las personas que nos mantenían unidos ya no están, los recuerdos de aquellas cosas que hacíamos juntos vuelven a nuestra mente con cariño y, al mismo tiempo, tristeza durante estas fechas. Por ello, la Navidad también es tiempo para cuidarse emocionalmente, con la intención de no ahogarse en esa marea de tradiciones, costumbres y recuerdos que estos días tenemos por delante.
Hay a quien le resulta útil hablar sobre la ausencia de esa persona o llorar, otros prefieren hacer como que nada ha cambiado, o bien irse de vacaciones o buscar celebraciones alternativas. En cualquier caso, cuidarse implica comprenderse a uno mismo, permitirse sentir, escucharse, desahogarse… Y lo más importante es que cada uno siga su ritmo y se tome el tiempo que considere necesario para asumir qué significado tenía esa persona, así como adaptarse al cambio que ha supuesto su pérdida.
La Dra. García Guerra es una reputada especialista en Psicología y ella explica que la persona que ha sufrido una pérdida no estará en buenas condiciones para afrontar los acontecimientos de la vida, que se transformarán en un sobreesfuerzo. Aún estará ocupada en realizar la despedida, poco a poco. Si la elaboración de la pérdida se va llevando a cabo, se irá deslingando de la persona que ya no está y se encontrará en condiciones de establecer nuevos vínculos de afecto.
¿Cuáles son las etapas de un duelo?
En el duelo se distinguen 5 etapas:
- Negación: no se puede aceptar lo que ha ocurrido, es demasiado duro y doloroso.
- Rabia: una vez reconocida la realidad, aparece la rabia. Es una fase en la que se intenta atribuir la culpa de dicha pérdida a algún factor.
- Negociación: etapa en la que la culpa se dirige hacia uno mismo entorno a lo que podría haber hecho y no hice, algo a lo que se le puede dar vueltas de una forma torturadora. Hasta que se llega a la conclusión de que la realidad es que esa persona se ha ido y no va a volver.
- Depresión: se empieza a asumir de forma definitiva la realidad, lo que genera tristeza y desesperanza.
- Aceptación: dirige a un estado de calma y se acepta la muerte como algo que forma parte de la realidad de la vida.
La llegada de la Navidad y el recuerdo de los que ya no están
En Navidad, la decoración de las calles, el ambiente de alegría y las canciones pueden generar un aumento de los sentimientos que tengamos en ese momento.
Es un periodo en el que el recuerdo de los que ya no están se hace más palpable. Es un tiempo en que parece que retrocedas todo lo que has ido avanzando en tu proceso de duelo.
No podemos imponernos cómo nos hemos de sentir, ya que es necesario darnos permiso para conocer los sentimientos que surgen en nuestro interior. Necesitaremos hablar de la persona fallecida, como forma de ayuda para aclarar las emociones que nos vayan surgiendo.
Es esencial conectar con las emociones, sean las que sean para poder tolerarlas. Hacerse cargo de que lo que aparece en ese momento es eso, y no otra cosa. Hay que evitar juzgarse. Cuanto mayor sea la tolerancia hacia nuestros sentimientos y emociones, mayor será la actitud comprensiva con uno mismo y mayor acompañamiento interno.
Celebraciones navideñas
Encontrar diferentes maneras de reunirse y diferentes formas de actuar puede ser de ayuda cuando una persona está en proceso de duelo por la pérdida de un ser querido. La actitud flexible puede ayudar a cambiar la forma de celebrar las fiestas.
En muchas ocasiones, es frecuente tratar de evitar las celebraciones. La persona puede tener una tendencia a querer aislarse, pero el hecho de sentirse acompañado por personas a las que uno quiere y por las que se siente querido es lo que más reconforta y ayuda a pasar el trance.
Hacer ver que no ha pasado nada y celebrar como siempre es una forma artificial de hacer, que no otorga espacio a los sentimientos generados por la ausencia. El hecho de recordar a la persona que se ha perdido permitirá compartir el sufrimiento, lo que puede ayudar al apoyo mutuo.
¿Qué actitud ayuda?
Es fundamental expresar las emociones, solo o acompañado de alguien de confianza. Las lágrimas son una buena descarga de la congoja.
Por otro lado, también es muy importante cuidarse, alimentarse bien, respetar las horas de descanso y hacer ejercicio.
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