Síguenos

APUESTAS

Tenis: ¿un árbitro diferente, un resultado diferente? 

Publicado

en

Tenis: ¿un árbitro diferente un resultado diferente? 
PEXELS

Existe la percepción generalizada de que el tenis es un deporte en el que el papel del juez de silla es mucho más importante y esencial de lo que se cree. A menudo oímos la frase «árbitro diferente, resultado diferente», con la que se pretende señalar exactamente el hecho de que las decisiones tomadas por los árbitros en el tenis influyen en el resultado del partido.

Los árbitros de silla tienen la última palabra en todo lo que ocurre en la pista de tenis. Sus decisiones no sólo influyen en el momento en que se toman, sino en todo el partido y, por consiguiente, en el resultado final.

Esta es la razón por la que se pone tanto énfasis en quién oficiará un partido crítico entre dos cabezas de serie del ranking mundial de tenis o una final de un Grand Slam, por ejemplo. Y esta es la razón por la que muchos apostantes deportivos tienen en cuenta, en sus elecciones, la persona que oficiará el partido, antes de decidirse a realizar una apuesta en casas de apuestas fuera de España que ofrecen atractivos mercados de apuestas de tenis.

Arbitraje imparcial

Si el papel del juez de silla es tan crucial, ¿cómo pueden los órganos de gobierno de los distintos torneos garantizar que el arbitraje sea imparcial y sin prejuicios? O aún más importante, ¿cómo pueden garantizar que el arbitraje sea totalmente neutral?

En todos los partidos de tenis se espera que los jugadores reciban un trato equitativo y justo y que no haya ninguna inclinación hacia uno u otro. Igual que cuando se tiran los dados en un casino, donde hay las mismas posibilidades y no hay prejuicios ni oportunidades ocultas, uno quiere que los jueces de silla sean papeles en blanco.

No queremos que, por ejemplo, Nick Kyrgios, considerado el «chico malo» del tenis, reciba un trato diferente por el mero hecho de ser él mismo. No queremos que el juez de silla tome decisiones equivocadas sólo porque Kyrgios tiene mal carácter.

Y del mismo modo, no quieres ver a un árbitro favoreciendo, con sus decisiones y decisiones, a un jugador que viene del mismo país que él. Todos los que amamos el tenis queremos ver un juego limpio y justo entre oponentes que reciben el mismo trato.

Tres maneras de garantizar la imparcialidad y la neutralidad

Pues bien, los órganos rectores del tenis tienen tres maneras de garantizar que los árbitros sean imparciales y neutrales frente a ambos jugadores

1. Los árbitros y los jugadores no deben tener la misma nacionalidad

En los grandes torneos de tenis y en las competiciones de alto nivel (pero muy probablemente en la gran mayoría de las competiciones), los árbitros se designan la noche anterior al partido y el criterio número uno es que no tengan la misma nacionalidad que ninguno de los dos jugadores. Por lo tanto, no puede haber un juez de silla español en un partido en el que participen Rafael Nadal o Carlos Alcaraz.

Demasiado a menudo la gente llega a desarrollar sentimientos favorables o preferencias sobre otros que son de la misma nacionalidad, especialmente cuando están en campos extranjeros. Por lo tanto, evitar que árbitros y jugadores tengan la misma nacionalidad al menos elimina la posibilidad de que se produzcan decisiones sesgadas debido a sentimientos de orgullo nacional, digamos.

2. Árbitros sin lista

A veces es lo que quieren los propios jugadores o incluso los propios árbitros. Si un tenista pide al organismo rector que elimine de sus propios partidos a un árbitro determinado -por razones sólidas, por supuesto-, es algo que se tiene muy en cuenta y el árbitro queda descartado de hecho. Lo mismo ocurre con el árbitro. Si el árbitro pide que no se le incluya en los partidos de un determinado jugador, es probable que se le elimine de la lista.

En 2015, Nadal pidió a un árbitro específico que se le excluyera de la lista de árbitros para cualquier partido en el que tuviera que participar. Carlos Bernardes fue efectivamente eliminado, pero después de un tiempo, Rafael retiró su petición y el árbitro brasileño volvió a la lista. ¿Se imaginan cómo habría afectado eso al desarrollo del partido? O aún más, ¿cómo habría cambiado eso las cuotas de las casas de apuestas y sitios de apuestas españoles para ese partido?

3. Decisiones de los órganos de gobierno

Hay algunos casos en los que los comités o los propios órganos de gobierno toman decisiones sobre la retirada de ciertos árbitros de los partidos de ciertos jugadores. Esto puede ocurrir sin que el jugador o el árbitro lo pidan, pero la decisión parece la única salida.

Si ha habido mucho historial entre una jugadora y el árbitro en conflictos y enfrentamientos o si ha habido algún incidente -como el que hubo entre Serena Williams y Carlos Ramos allá por 2018-, entonces puede haber una retirada formal y oficial del árbitro en todos los partidos de la jugadora.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

APUESTAS

¿Podría España dar la sorpresa en Eurovisión 2025?

Publicado

en

¿Podría España dar la sorpresa en Eurovisión 2025?
¿Podría España dar la sorpresa en Eurovisión 2025?

El próximo 17 de mayo se celebra la edición de 2025 del Festival de Eurovisión en Basilea. Un certamen que, en España, ha tenido un seguimiento desigual durante su trayectoria, pero que ahora vuelve a congregar una gran cantidad de espectadores. Concretamente, hasta 5 millones en la anterior cita, de un global de 163 millones a nivel mundial. Una vez más, toda la atención estará centrada en nuestra representación y sus opciones al triunfo, que no son especialmente optimistas, a tenor de lo que publican las webs especializadas.   

 Países favoritos para la victoria según las casas de apuestas 

Las cuotas ya elaboradas sobre Eurovisión por las casas de apuestas españolas muestran que Suecia (1,29), Estonia (7,00) y Holanda (10,00) son los claros favoritos para ganar la edición suiza. Por detrás se sitúan países como Italia e Inglaterra, habitualmente muy por delante en la clasificación de las casas de apuestas. Muy por detrás, en cambio, se encuentra España, considerada incluso fuera del Top 20 de favoritos. Pero cuidado con las sorpresas, puesto que no es la primera vez que un tema parte con pocas posibilidades sobre el papel y acaba imponiéndose. Para muestra, lo de Lordi en 2006. 

En esta ocasión, ¿sorprende lo de Suecia? No, ni ahora ni nunca. Suecia es la gran potencia del concurso eurovisivo. Es más, las malas lenguas afirman que no gana siempre porque no quiere tener que organizar el certamen cada año. Es fácil recordar a ABBA con su “Waterloo”, pero es que han sido hasta 6 veces más. La última, hace dos años, con el doblete de Loreen, que ya se había impuesto en 2012 con su temazo “Euphoria”. Para esta edición, representados por KAJ y su “Bara Dada Bastu”, se presenta con una propuesta desenfadada, bastante folclórica y extremadamente pegadiza. 

¿Qué posibilidades reales tiene España de ganar? 

Pues, a tenor de lo que escriben los portales especializados, más bien pocas. Melody consiguió el privilegio (y la pesada responsabilidad) de representar a nuestro país al ganar el Benidorm Fest hace un par de meses. La canción elegida fue “Esa diva», que muestra varias de las líneas generales que un tema para Eurovisión debe incluir, para tener opciones de éxito. Sin embargo, para algunos seguidores carece del componente refrescante que acaba por imponerse. Además, la nueva versión es más bailable, pero no necesariamente conecta mejor con el público. 

¿Cuántos Eurovisión ha ganado España hasta ahora? 

A excepción de la honrosa participación de Chanel Terrero con su SloMo (que quedó en un meritorio tercer puesto), la historia reciente de nuestro país, aún siendo un miembro perteneciente al “Big Five”, ha sido cuanto menos discreta y muy alejada del éxito de otros tiempos. Hay que remontarse 30 años para encontrar una segunda posición, la que consiguió Anabel Conde y “Vuelve conmigo”. Ni siquiera el “efecto OT” llegó a pasar de la séptima posición en 2002.        

¿Y las victorias? Bien, para eso hay que ir mucho más atrás. Concretamente, a finales de los años 60. El “Do de pecho” lo dio Massiel con su ya mítico “La, La, La”; una composición del Dúo Dinámico, que originalmente iba a cantar Serrat, pero que acabó interpretando la artista madrileña. Y, para mayor gloria, España repetiría su hazaña justo un año después, en 1969, cuando Salomé compartía la victoria con otros tres países, gracias a su “Vivo cantando”.   

Fue, sin duda, una época dorada para las participaciones españolas en el certamen, con un cuarto puesto para Julio Iglesias, un segundo para Karina y otra medalla de plata para Mocedades. Nada que ver con ocasiones más recientes, en las que parece una costumbre tener que bajar de la vigésima posición para encontrar a nuestro país. Eso sí, con la excepción ya mencionada de Chanel. 

Continuar leyendo