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Sucesos

Un educador de un centro tutelado de València niega haber abusado sexualmente de una menor

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VALÈNCIA, 7 Nov.-Un educador de un centro de menores de València acusado de abusos sexuales a una interna de 14 años mientras prestaba sus servicios en el turno de noche, ha negado los hechos y solo ha admitido que le practicó masajes en la cabeza «para que se relajara» y se pudiera dormir. La víctima, que ha declarado tras un parabán, ha explicado que los abusos ocurrieron unas 10 veces y que no hizo nada para evitarlos porque se quedó en «estado de shock».

El hombre, L. R. I., exmarido de la Vicepresidenta de la Generalitat y Consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, ha sido juzgado este jueves en la Audiencia de Valencia por un delito continuado de abusos sexuales a menores por el que la Fiscalía le pide cinco años de prisión y una indemnización para la víctima de 6.000 euros, más los intereses legales. Por su parte, la defensa pide la absolución al alegar que no hubo delito.

Se trata de la cuarta vez que se intenta celebrar esta vista, puesto que se ha tenido que suspender hasta en tres ocasiones anteriores ante la ausencia de la víctima. En esta ocasión, en la que sí se ha celebrado el juicio, la interna –y víctima– ha estado esposada hasta que ha prestado declaración. La presidenta del tribunal, lo primero que ha hecho al arrancar la jornada, ha sido disculparse con ella y recordarle que no estaba allí para exigirle ningún tipo de responsabilidad.

Los hechos enjuiciados se remontan a fechas no concretas entre finales de 2016 y enero de 2017, cuando el acusado era el encargado del turno de noche en el centro de menores. Ha explicado que llevaba 10 años trabajando en la instalación y que tenía una buena relación con la víctima.

Durante la vista, en la que se ha mostrado afectado, ha señalado que la menor, en ocasiones, era castigada a irse a dormir a una habitación individual del centro por mal comportamiento y él la supervisaba. Ha negado que le hiciera ningún tipo de tocamiento ni que abusara de ella y lo único que ha reconocido es que le hacía algunos masajes en el cuero cabelludo para calmarla y porque ella se lo pedía. Según ha comentado al respecto, la interna le afirmaba que eso era algo que le hacía su padre y le ayudaba a calmarse.

«No era una práctica habitual –ha aseverado–, pero alguna vez, para intentar calmarle y para que no despertase al resto de niños, le hice algún masaje». Asimismo, ha dicho que, a veces, «también le hacía una tila o le dejaba las luces encendidas para que descansara».

El acusado ha indicado que un día se presentó en el centro el novio de la víctima y unos amigos y le recriminaron su comportamiento, pero él les emplazó a reunirse y a hablar más tarde «con calma» porque «lo que estaban diciendo era muy grave» y podía ser que la víctima «tuviera un problema y dijera cosas que no eran», ha reproducido.

Al respecto, ha intentado justificar que «los niños, cuando se enfadan, nos echan la culpa de todo. Dicen que les empujamos, les tiramos…», y ha insistido en esta idea en su alegato final: «Lo estoy pasando fatal porque aunque estamos al pie del cañón con estos chiquillos, estoy seguro de que la víctima y otros niños se creen lo que dicen. He estado trabajando en esto porque creo que hay que proteger a los menores y espero poder seguir haciéndolo», ha aseverado.

El acusado ha incidido en que la víctima «solía mentir» y ha afirmado que era algo «conflictiva» y también agredió a otro educador del centro. «Ella fantaseaba mucho», ha aseverado.

EN ESTADO DE SHOCK
La menor, por su parte, ha ratificado la «buena» relación que siempre ha mantenido con el acusado, a quien «le contaba muchas cosas» sobre su vida y le pedía consejos. Ha indicado que a veces le castigaban a dormir en la habitación individual y que estuvo allí un año o dos. El acusado, ha aseverado, iba por las noches y abusaba de ella. Y se hacía la dormida porque se quedaba en estado de shock, ha manifestado.

También ha comentado que el educador le hacía masajes tras pedírselo ella porque se llevaban bien. «Para mí era una buena persona y no me imaginaba que iba a hacer algo así en la vida», ha aseverado. «Ocurrió más de una vez, unas diez veces», ha dicho, y ha señalado que al principio no quería contarlo porque no pensaba que le fueran a creer y por miedo.

Quien dio la voz de alarma finalmente sobre el presunto abuso fue una trabajadora social que conoce a la víctima desde los 7 años y que se encargaba de darle el dinero que le indicaba su padre, que estaba en prisión. Ha explicado que en una de las visitas en las que la menor acudió al centro de día junto con su pareja y los padres de éste, le comentaron los abusos.

Ha afirmado que la menor inicialmente no quería denunciar porque decía que no le iban a creer y ha señalado que ésta no concretaba hechos ni daba detalles de lo sucedido. Así, entiende que con la versión que estaba ofreciendo «tenía un beneficio, que era poder estar fugada y sin estar en el centro», ha aseverado. No obstante, dio parte de lo ocurrido al centro de menores.

La directora de la instalación, quien ha descrito los consumos de drogas y las fugas de la víctima, ha explicado que tras recibir la alerta de la trabajadora social, informó a la conselleria pero no le preguntó por ello a la menor.

DOS INFORMES Y UN ATESTADO
En la causa obran dos informes sobre la menor. Uno de ellos, el de un perito del Instituto de Medicina Legal (IML) que señala que los hechos narrados por la interna son creíbles y plausibles. Ha explicado que se trata de una chica «institucionalizada» por venir de una familia desestructurada y mostrar desconfianza, inseguridad, tener un carácter fuerte y una personalidad sin acabar de formarse.

Por otro lado, existe otro informe de una psicóloga de la sección de Menores de la Dirección de Igualdad a la que le pidieron que evaluara los abusos. Sin embargo, a la menor le dijeron que iba a una entrevista para explicar sus motivos por los que quería dejar el centro. La profesional ha indicado que durante los 45 minutos que estuvieron hablando, y pese a preguntarle por los problemas que sufría, en ningún momento le comentó nada de abusos. «No mencionó ninguna incidencia de abusos», ha manifestado.

Y el procedimiento también cuenta con un atestado policial que, pese haber sido ratificado por los policías que lo elaboraron, éstos han dado otra versión sobre lo ocurrido. En la vista han indicado que la víctima de los abusos era una amiga de la denunciante y que fue a ella a la que atendieron.

FUENTE: (EUROPA PRESS)

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Sucesos

Fallece un joven sin hogar de 21 años en pleno centro de València

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Fallece joven sin hogar València
Imagen de archivo de zapatillas en el Puente del Real, a 14 de febrero de 2024, en Valencia

VALÈNCIA, 11 Dic. (EUROPA PRESS) – Un joven sin hogar de 21 años ha sido localizado sin vida este jueves por la mañana en una calle céntrica de València, concretamente en Marqués de Sotelo, según han indicado fuentes de la Policía Nacional.

Efectivos de la Policía Local fueron los primeros en llegar al lugar y alertaron a la Policía Nacional, que comprobó que no existían indicios de criminalidad. El joven, que se encontraba en posición fetal, fue hallado a primeras horas de la mañana.

Agentes de la Policía Científica se desplazaron a la zona para realizar las diligencias correspondientes y la autoridad judicial ordenó el levantamiento del cadáver a las 9:30 horas. La investigación continúa abierta a la espera de la autopsia, que determinará la causa exacta del fallecimiento.

La vulnerabilidad de las personas sin hogar: riesgo extremo ante el frío y la falta de recursos

Aunque este caso no presenta señales de violencia, los expertos advierten que las muertes de personas sin hogar suelen estar relacionadas con factores de vulnerabilidad extrema, como:

  • Exposición prolongada al frío.

  • Problemas de salud no tratados.

  • Enfermedades crónicas sin seguimiento médico.

  • Desnutrición y deshidratación.

  • Consumo de sustancias o efectos secundarios de medicación.

  • Falta de descanso en condiciones seguras.

En España, organizaciones como Cáritas o la Red Nacional de Personas Sin Hogar alertan de que la esperanza de vida de una persona sin hogar puede reducirse entre 20 y 30 años respecto a la población general. Además, cada invierno se registran fallecimientos vinculados a las bajas temperaturas o a situaciones de abandono social.

Muertes en situación de calle: datos y contexto en España

Según los últimos informes de entidades sociales:

  • Más de 28.000 personas viven en la calle o en alojamientos temporales en España.

  • Cada año alrededor de 300 personas sin hogar fallecen, muchas de ellas en espacios públicos.

  • Entre las causas más frecuentes figuran enfermedades respiratorias, hipotermias, infartos y sobredosis.

València no es una excepción. En los últimos años, distintos colectivos han pedido reforzar los recursos de emergencia, especialmente durante episodios de frío, lluvias intensas o temporales como la DANA que ha afectado a la Comunitat Valenciana.

¿Cómo actúan los servicios sociales y de emergencia en estos casos?

Cuando se localiza a una persona sin hogar en estado vulnerable, los protocolos habituales incluyen:

  1. Aviso inmediato a emergencias (112).

  2. Atención por parte de Policía Local o Nacional.

  3. Valoración sanitaria por parte del SAMU o servicios médicos municipales.

  4. Si la persona está en riesgo, traslado a un centro sanitario o a un albergue de emergencia.

En el caso de fallecimiento, se activa de inmediato la intervención de Policía Científica, la identificación del cuerpo y el levantamiento judicial del cadáver.

La importancia de los refugios y planes contra el frío

Las organizaciones sociales destacan que muchos fallecimientos podrían evitarse si se refuerzan:

  • Campañas de detección activa de personas sin hogar.

  • Puestos de emergencia nocturnos.

  • Reparto de mantas, ropa térmica y alimentos calientes.

  • Apertura ampliada de albergues durante episodios de frío.

  • Programas de salud mental y adicciones.

Diversos colectivos recuerdan que dormir en la calle aumenta drásticamente el riesgo de sufrir hipotermia incluso en noches con temperaturas superiores a 8-10 grados.

Un fallecimiento que reabre el debate sobre la atención a personas sin hogar

La muerte de este joven de 21 años en pleno centro de València vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de reforzar políticas públicas, mejorar la coordinación de servicios sociales y garantizar que ninguna persona tenga que dormir en la calle sin acceso a recursos básicos.

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