València, 9 oct (EFE).- La procesión cívica de la Senyera, el acto más representativo de València en la festividad del 9 d’Octubre, se ha desarrollado en un ambiente distendido, con un trazado nuevo, una mayor distancia de seguridad durante el recorrido, menos gente en la calle y todo el mundo con la mascarilla puesta.
El nuevo recorrido (la ida por las calles Barcas y Pintor Sorolla y la vuelta por Colón y Roger de Lauria) ha venido impuesto por las obras de reforma que el Ayuntamiento realiza en la plaza de la Reina y la calle de la Paz, mientras que la mayor distancia de seguridad se ha traducido en menos espacio físico para la ciudadanía en todo el recorrido, especialmente en la plaza del Ayuntamiento y en el Parterre, donde solo ha entrado la comitiva oficial.
Todo ello ha contribuido a una menor asistencia de público, que en los lugares clave se ha agrupado detrás de las vallas sin guardar la distancia reglamentaria.
Por seguridad sanitaria para prevenir contagios de la covid-19, este año se ha limitado también la participación del número de representes de instituciones, partidos políticos y entidades de la sociedad civil valenciana, aunque a la cita no han faltado una nutrida representación de dirigentes y cargos públicos como el president de la Generalitat, Ximo Puig; el presidente de Les Corts, Enric Morera; y la delegada del Gobierno, Gloria Calero, además del alcalde, Joan Ribó, y todos los concejales del consistorio.
Otros integrantes de la comitiva han sido diputados nacionales, autonómicos y provinciales, y miembros de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), el Consell Valencià de Cultura y la fallera mayor de València, Consuello Llobell, y su corte de honor, además de representantes de otras entidades cívicas y culturales.
Fotos: Toni Cortés
A las 12 horas, a los acordes de la marcha de la ciudad y con puntualidad suiza, la Senyera ha bajado desde el balcón del consistorio en perfecta verticalidad y, a pie de calle, ha sido recibida por la concejal Pilar Bernabé (PSPV-PSOE), que era este año la encargada de llevarla durante toda la procesión cívica.
La marcha ha discurrido en medio de un ambiente festivo (con la presencia de charangas de músicos) y con toques de pluralidad (con presencia de alguna bandera Lgtbi), con aplausos generalizados al paso de la Senyera y con pitos recurrentes contra las autoridades locales y autonómicas en diversos puntos del trayecto.
En el Parterre y a los pies de la estatua ecuestre de Jaime I se ha realizado la ofrenda de coronas de laurel por parte del Tribunal de las Aguas, el Ateneo Mercantil, la Sociedad Coral El Micalet, Lo Rat Penat y el Ayuntamiento de València, en este último caso ofrecidas por Joan Ribó y Ximo Puig.
Tras este acto, Ribó ha manifestado que con la procesión cívica no solo se recuerda el origen de los valencianos, sino que sirve también para reivindicar una financiación justa, exigir unas infraestructuras ferroviarias adecuadas, tanto en Cercanías como en el Corredor Mediterráneo, y reclamar una área metropolitana con buenas infraestructuras, pues en ella viven 1,5 millones de habitantes.
A lo largo del recorrido, tanto la Policía Local como la Nacional han desplegado centenares de agentes (algunos con material antidisturbios) para garantizar la seguridad ciudadana.
Pese a este operativo policial, Compromís per València ha pedido la dimisión de la delegada del Gobierno al entender que «la Policía Nacional ha impedido hacer el recorrido de la procesión del 9 d’Octubre a Compromís, PSOE y Podemos, mientras que ha puesto todas las facilidades para hacer el recorrido a PP, Ciudadanos y al partido de ultraderecha Vox, además de otros grupúsculos de extrema derecha».
«Se trata de una situación intolerable, que ataca de lleno los derechos democráticos fundamentales de nuestra sociedad y que no se puede tolerar de ninguna de las maneras», ha indicado Compromís, que ha reivindicado que el 9 d’Octubre «es un día de encuentro, de celebración, de unión, de solidaridad, cooperación y empatía, todo lo contrario de lo que se ha producido hoy al impedir la Policía Nacional la participación de los partidos de izquierda».
Fuentes de la Delegación del Gobierno han indicado a EFE que, en un momento determinado de la procesión, militantes de diversos partidos se han citado en una parte de la plaza del Ayuntamiento donde para acceder tenían que levantar una valla, y se les ha indicado que debían acceder por otro lugar ya que se debía respetar el perímetro vallado, como había establecido la organización del acto.
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