No podía haber mejor homenaje a Jaume Ortí que un Valencia competitivo e implicado, un grupo de futbolistas que ha tuteado al todopoderoso Barcelona, que llegaba a Mestalla con la posibilidad de asestar un golpe casi definitivo al campeonato. Pero no, el equipo de Marcelino, empujado por una afición que volvió de demostrar su grandeza, no perdió contra el líder y, a pesar de no conseguir la victoria, sigue invicto tras 13 jornadas y peleando en la parte más noble de la clasificación.
Muestra del compromiso de estos jugadores son las lesiones de Zaza y Guedes. El portugués jugó con un dedo del pie fisurado, de hecho pasará inmediatamente por el quirófano y estará unas cuatro semanas de baja. Aún así, lo dio todo sobre le campo. El goleador, por su parte, tiene el menisco tocado y se le puede bloquear totalmente en cualquier momento, pero su desgaste frente al Barça fue espectacular, representa el espíritu de este nuevo Valencia.
El partido tuvo de todo: presión, tensión, pasión, alternativas y mucha polémica. Iglesias Villanueva no concedió un gol clarísimo de Messi a la media hora de juego y se comió dos penaltis de Umtiti en la reanudación.
El minuto de silencio en memoria de Ortí no fue tal, se convirtió espontáneamente en una emotiva y estruendosa ovación. Con su famoso ‘palmito’ sobre el césped y los videomarcadores emitiendo imágenes suyas, la despedida tributada fue sublime.
En cuanto al fútbol, el Valencia renunció al balón en la primera parte, por completo, quizás de manera exagerada. Se dedicó a tapar las acometidas de los jugadores blaugranas, y en ese aspecto no lo hizo mal, porque minimizó su potencial atacante a pesar de entregar toda la posesión.
Pero los valencianistas solo vivían para ejercer labores defensivas. La ansiedad o las expectativas creadas bloqueaban sus piernas y su cerebro cuando recuperaban el balón, que volvía sin remedio a pies del rival de manera instantánea.
El Barça se fue encontrando cómodo en su papel de favorito y asumió el control. Busquets dirigía las operaciones desde atrás, y Messi era emboscado en cada jugada, pero una genialidad suya siempre es posible. De sus pies nació una jugada polémica clave.
Chut desde la frontal, se le escapa el balón a Neto y entra claramente. Gol que no concedieron ni el árbitro ni su asistente. Tenían motivos los barcelonistas para quejarse, y lo hicieron, tanto que se descuidaron y a punto estuvo de marcar Zaza en la contra posterior, prácticamente la única en todo el primer tiempo.
En el tramo final los locales cogieron algo de aire, más que nada para llegar al descanso sin tanto agobio, tras aguantar permanentemente asfixiados. El segundo acto fue otra historia. El Valencia dio un paso adelante, o el conjunto de Valverde uno hacia atrás. El caso es que la decoración fue distinta. En cinco minutos ya se veía que la dinámica era otra. Los hombres de Marcelino buscaban la portería de Ter Stegen sin tanta precaución defensiva.
Por cambiar, hasta la tendencia del arbitraje varió. Iglesias Villanueva no señaló un penalti de Umtiti, que pisó a Guedes dentro del área. El mismo defensa había empujado minutos antes a Kondogbia con la misma complacencia del colegiado, quien además no se atrevió a sacar ni una amarilla a los barcelonistas, y merecieron más de una. Aunque el entorno culé siempre dirá que el primer error en un partido es el que más perjudica, y no le faltará razón.
Con el partido un tanto roto, Guedes combina con Gayà que apura hasta línea de fondo y mete un pase preciso para que Rodrigo remate a placer y coloque el 1-0 en el marcador. El delantero celebró el tanto homenajeando a Ortí al colocarse la famosa peluca naranja que tan popular hizo el expresidente. Una gran jugada y una celebración de 10.
El encuentro estaba donde quería el Valencia. Resultado a favor y con el Barça volcado y dejando espacios a sus espaldas. Guedes se movía a sus anchas por la izquierda y Rodrigo entre líneas. Parejo y Kondogbia, por fin, se igualaban e incluso superaban a sus contrincantes del centro del campo. En un par de contras pudo llegar el segundo, sobre todo en una que Guedes no acertó a culminar.
Pero con este Barcelona no te puedes fiar. Suárez avisó con una derechazo que repelió Neto, y luego apareció Messi. No estuvo a su nivel habitual, la vigilancia fue continua y eficaz, pero durante un solo segundo le concedieron un solo metro, y no perdonó. El astro argentino dibujó un pase exquisito y perfecto a la espalda de la defensa y Jordi Alba, un ex de la casa, empató el partido. 1-1. La efusividad del lateral para celebrar el gol no gustó en Mestalla. Se supone que se respeta al equipo que te crió futbolísticamente, pero está visto que solo se supone.
Quedaban pocos minutos para la conclusión y se presumía un tramo final con un Valencia tocado y pidiendo la hora. Sucedió lo contrario. Marcelino estuvo más acertado en los cambios que Valverde, y reforzó sobre todo la zona de ataque, de hecho los locales pudieron llevarse los tres puntos con dos ocasiones en el descuento. Un chut de Andreas y otro de Zaza rozaron el gol de la victoria. El italiano lo merecía, su lucha hasta la extenuación fue premiada con una ovación tras otra, y de haber marcado lo habrían sacado a hombros.
Así se consumió este partidazo que nos deja a un Barcelona que demostró su poderío ante un Valencia que aguantó en los peores momentos para discutirle el liderato tras el descanso. Dos estilos, dos conceptos futbolísticos que no defraudaron a nadie.
Pero goles y puntos aparte, este encuentro siempre será recordado como el primero sin Jaume Ortí en la grada. El presidente del pueblo, el presidente de mi pueblo ha dejado un vacío irremplazable. ‘Allà on estigues, esta crònica va per tu, bonico. Amunt sempre!’.
1. Valencia CF: Neto, Montoya, Garay (Ruben Vezo, m. 86), Gabriel Paulista, Gayà, Parejo, Carlos Soler (Santi Mina, m. 89), Kondogbia, Guedes, Rodrigo (Andreas, m. 81) y Zaza.
0. FC Barcelona: Ter Stegen, Semedo (Aleix Vidal, m. 79), Umtiti, Vermaelen, Jordi Alba, Rakitic (Deulofeu, m. 68), Busquets, Iniesta (Denis Suárez, m. 72), Paulinho, Messi y Suárez.
Goles: 1-0. M. 60: Rodrigo. 1-1. M. 82: Jordi Alba.
Árbitro: Iglesias Villanueva, del comité gallego. Amonestó a Kondogbia, Gabriel Paulista, Rodrigo, y Andreas del Valencia CF.
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