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Valencia

ALERTA| Brusco cambio del tiempo en Valencia

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Brusco cambio del tiempo en Valencia
Un hombre se protege de la lluvia en Alicante. Archivo/EFE/Manuel Lorenzo

València, 3 mar (OFFICIAL PRESS/EFE).- La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) advierte de que durante la próxima noche y este viernes, sobre todo en la mitad sur y especialmente en Alicante, está previsto que se forme una borrasca mediterránea frente a la costa que puede dar lugar a rachas de viento muy fuerte y precipitaciones con tormenta.

Aemet activará a las 00:00 horas del viernes la alerta amarilla en el litoral de la provincia de Alicante y el litoral sur de Valencia por tormentas que podrían acumular más de 60 litros por metro cuadrado en doce horas y 20 l/m2 en una hora.

Además, en la costa alicantina se esperan vientos del nordeste que alcancen rachas máximas de 70 kilómetros por hora y fenómenos costeros, con viento del nordeste fuerza 7 y olas de 3 metros También en el interior de la provincia de Castellón y en el interior norte de la de Valencia se producirá una acumulación de nieve de dos centímetro en 24 horas y por encima de los 1.100 metros.

Aunque a mediodía de este jueves el cielo está poco nuboso en la Comunitat, un frente que está avanzando desde el oeste de la Península hacia el Mediterráneo va a dar lugar a un progresivo aumento de la nubosidad por la tarde, según Aemet.

Hasta cuándo lloverá en Valencia

Al final del día y a primeras horas de este viernes se va a generar un «baja mediterránea» que se situará de madrugada frente a la costa de Alicante, lo que incrementará la inestabilidad.

Esta «baja mediterránea» va a provocar rachas de viento muy fuertes en Alicante, sobre todo en el litoral de la provincia, donde hay aviso activado por rachas de 70 km/h, y también va a dar lugar a mar gruesa y olas de 3 metros en Alicante.

También en la mitad sur de la Comunitat Valenciana se pueden producir precipitaciones acompañadas de tormenta que pueden provocar granizadas de granizo menudo, típico de época fría.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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