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Cultura

Llega a Valencia la mayor colección privada de obras de Joaquín Sorolla

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colección privada Joaquín Sorolla
Escenas de baño y de oficios relacionados con en el mar, entre otras obras maestras de Joaquín Sorolla, integran los fondos de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, la mayor colección privada del pintor, que se presenta en el Museo de Bellas Artes de València.EFE/ Juan Carlos Cárdenas

València, 29 jun (OFFICIAL PRESS-EFE).- El Museo de Bellas Artes de València acoge hasta el 1 de octubre la mayor colección privada de obras de Joaquín Sorolla, un conjunto de 46 obras del artista valenciano que permiten comprender la evolución pictórica y la «maestría» del «genio de la luz» y entender las claves y las aportaciones de su arte a través de los distintos géneros que practicó.

La exposición «Colección Masaveu. Sorolla», enmarcada en la celebración del primer centenario de la muerte del pintor (València, 1863-Cercedilla, Madrid, 1923), impacta a primera vista por su presentación, un montaje en planos sucesivos de caballetes de cristal transparentes diseñados por la arquitecta italobrasileña Lina Do Bardi en 1968 para el Museo de Arte de Sao Paulo.

Sobre ellos, 36 de las 46 obras parecen estar suspendidas en el aire, lo que transmite un «aura mágica» y, además, permite ver la parte trasera del lienzo, conocer su historia expositiva vital y descubrir detalles que en un diseño museográfico más tradicional pasarían desapercibidos, como quién era el proveedor habitual o las fechas de sus sucesivos envíos a exposiciones en Londres, París o Nueva York.

La muestra, que reivindica la figura de uno de los más importantes representantes de la España luminosa, mediterránea y moderna, está organizada de forma conjunta por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson y el Museo de Bellas Artes de València y reúne por primera vez, en exclusiva, la totalidad de obras de Sorolla pertenecientes a la Colección Masaveu, propiedad de la Corporación Masaveu.

La maestría de Sorolla y su gran evolución iluminan las 46 obras de la Colección Masaveu

Las 46 obras fueron adquiridas por el empresario y filántropo asturiano Pedro Masaveu Peterson (1938-1993), que a nivel personal tenía otros 13 cuadros del pintor valenciano, y es la colección privada con mayor número de piezas del artista y la tercera en volumen e importancia a nivel mundial, solo superada por el Museo Sorolla (Madrid) y la Hispanic Society of America (Nueva York), ambas instituciones públicas.

Durante su presentación, tanto el director del Museo de Bellas Artes, Pablo González Tornel, como el secretario del Patronato de la Fundación, Álvaro Sánchez, han destacado cómo la colaboración público-privada puede emprender proyectos de esta envergadura «cuando se trabaja por la cultura».

La comisaria de la exposición y conservadora de la Fundación, María Soto, ha subrayado que aquí se muestra «toda la maestría del genio de la luz, del maestro universal», concentrado en 46 obras que ejecutó desde 1882, cuando era un joven de 19 años en plena formación, hasta 1917, tres años antes del final de su carrera como pintor como consecuencia de un derrame cerebral.

La mayor colección privada de obras de Joaquín Sorolla

El conjunto de las obras permite apreciar el interés del artista por temas relacionados con el trabajo en el mar o las escenas de baño, tan frecuentes en su producción, y la muestra, dividida en cuatro secciones, propone un recorrido cronológico pero no estrictamente lineal.

Cuenta con obras maestras como «El mamón» (1894), «Cosiendo la vela» (1904), «La familia de don Rafael Errázuriz Urmeneta» (1905) o «Mi mujer y mis hijas en el jardín» (1910).

De su periodo formativo (1876-1889) pueden verse cinco obras que reflejan sus raíces y evolución, mientras que en sus años de primera madurez (1890-1899), de los que se exhiben nueve ejemplos, se aprecia cómo Sorolla va definiendo cada vez más su propio lenguaje, vinculado a una naturalismo luminista.

Su etapa de plenitud (1900-1910) es la mejor representada con un total de 28 obras, y de sus últimos años (1911-1919), la colección conserva cuatro pinturas, dos de ellas vinculadas al proyecto decorativo Visión de España para la Hispanic Society of America.

González Tornel ha destacado que 25 de los 46 lienzos de la Colección Masaveu reflejan imágenes de Valencia, lo que conectará con los sentimientos de los visitantes valencianos a la exposición.

Sorolla, en el Museo de Bellas Artes de València

Además, ha subrayado que se han editado 2.000 catálogos de la exposición y la recaudación por su venta se destinará íntegramente a la restauración de la obra perteneciente al Museo de Bellas Artes de València «El cabo Noval» (1910), de Antonio Muñoz Degrain (València, 1840-Málaga, 1924), con motivo del centenario de su muerte.

El director del Museo de Bellas Artes ha subrayado el acto de «enorme generosidad» que ha supuesto que la Fundación haya aceptado exponer toda su colección, y ha subrayado que la relación entre ambas entidades «fue fácil» desde el primer momento.

Por último, ha indicado que el Museo, que tiene 54 obras de Sorolla, donde son más abundantes los retratos y que carece de escenas de mar y de luz, está ultimando la nueva Sala Sorolla, un nuevo espacio museográfico que estará en marcha dentro del Año Sorolla, aunque no ha precisado cuándo.

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Cultura

Muere Alfonso Ussía

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Alfonso Ussia

Alfonso Ussía, uno de los escritores y periodistas más influyentes de la prensa española de las últimas décadas, ha fallecido en Ruiloba, Cantabria, a los 77 años. Su muerte pone fin a una trayectoria marcada por el ingenio, la sátira y una fidelidad absoluta a sus lectores, especialmente en ABC, La Razón y en sus últimos años en El Debate, donde siguió publicando hasta el final de su vida.

Alfonso de Ussía y Muñoz-Seca nació en Madrid el 12 de febrero de 1948 y falleció en Ruiloba, Cantabria, el 5 de diciembre de 2025. Fue escritor, periodista y una de las firmas más reconocidas de la prensa española durante más de cinco décadas. Su estilo satírico, su defensa de la monarquía y su mirada crítica marcaron a generaciones de lectores.

Durante su vida profesional brilló especialmente en ABC y, en los últimos años, en El Debate, donde publicó diariamente hasta sus últimos días. También trabajó en radio, televisión, semanarios y colaboró con diferentes medios. Era autor de la exitosa serie del marqués de Sotoancho, ilustrada por su amigo Barca, con quince volúmenes publicados.

Estaba casado con Pili Hornedo Muguiro, con quien tuvo tres hijos y ocho nietos. Su familia fue decisiva tanto en su vida personal como en su forma de trabajar, especialmente en sus últimos años, cuando ya no podía escribir físicamente y dictaba sus textos.

Su compromiso con la escritura hasta el final

La escritura fue su motor vital. Cuando su salud se debilitó, continuó dictando artículos a su hija Isabel hasta quedarse sin voz. Tras recibir la extremaunción aún siguió escribiendo, convencido de que su columna diaria era su forma de mantenerse en contacto con sus lectores. El último día en que dictó un artículo fue el martes anterior a su fallecimiento.

Su fidelidad a El Debate fue absoluta desde el 1 de octubre de 2021, fecha del relanzamiento del diario. Su audiencia digital demostraba diariamente el enorme seguimiento que conservaba, incluso en los nuevos formatos periodísticos.

Raíces familiares e influencias

Alfonso Ussía nació en una familia con identidad marcada y un legado literario. Su padre era vasco, y de él heredó la lealtad absoluta a la Corona y una profunda admiración por don Juan de Borbón, rey de derecho. Siempre estuvo a su lado, aunque nunca fue cortesano ante don Juan Carlos o don Felipe.

De su madre heredó la brillantez literaria y el espíritu satírico de su abuelo, don Pedro Muñoz Seca, figura clave del teatro español y asesinado en Paracuellos en 1936. Este vínculo marcó profundamente su personalidad, su estilo y su sentido de la responsabilidad cultural.

Formación y primeros pasos

Estudió en los colegios del Pilar y Alameda de Osuna, instituciones que moldearon su carácter. Inició las carreras de Derecho y Periodismo, aunque no llegó a terminarlas porque su vocación real era ser escritor. Esa profesión no tenía titulación oficial, pero sí le permitió vivir holgadamente y convertirse en un referente nacional.

Sus primeros trabajos fueron en los diarios Informaciones, Diario 16 y Ya, hasta que llegó a ABC, donde consolidó la etapa más sólida y reconocida de su carrera.

Poesía satírica y provocación inteligente

Su talento satírico destacaba tanto en prosa como en poesía. Era provocador, versátil y conocedor de los límites según el contexto. Una anécdota habitual recuerda una conferencia en Santander sobre poesía satírica española. Antes de iniciarla, preguntó si podía incluir unos versos polémicos sobre el marqués de Villaverde. Finalmente decidió no hacerlo, atendiendo a la prudencia solicitada.

También vivió una intensa pasión por el deporte, especialmente el Real Madrid, para el que llegó a presentarse como candidato a presidente. Perdió por escaso margen frente a Ramón Mendoza, y más tarde se conocería el escándalo de votos de socios fallecidos. Su ironía resumió aquello con una frase memorable: menos mal, qué follón ser presidente del Madrid.

Estrella indiscutible de ABC

Ussía fue una de las principales estrellas de ABC durante años. Sin embargo, cuando el periódico pasó a ser propiedad del grupo Vocento, su situación profesional se volvió más incómoda. La presión de amenazas terroristas le obligó a pedir seguridad, y él defendía que debía ser el diario quien asumiera esa responsabilidad, en coherencia con el riesgo generado por lo publicado.

Una de sus columnas más polémicas, El cerdo vasco, provocó su salida definitiva del periódico. Tras valorar diferentes propuestas, se incorporó a La Razón, donde volvió a convertirse en figura destacada. En aquella etapa se crearon los Premios Alfonso Ussía, con cinco categorías: Estudiante del año, Héroe del año, Conservación de la naturaleza, Personaje del año y Trayectoria profesional. Tras su marcha, los premios fueron suprimidos.

Su salida estuvo motivada por su negativa a formar parte de un grupo mediático que integraba tanto La Sexta como La Razón bajo la misma propiedad. Esa decisión reafirmó su independencia, pero lo dejó sin grandes apoyos empresariales, limitando sus colaboraciones a pequeños proyectos con los que apenas podía vivir.

El retiro en Ruiloba y una vida nueva

Apoyado siempre por su mujer Pili Hornedo, enfermera jubilada y compañera absoluta, la pareja decidió vender su casa en Madrid y mudarse a su vivienda en Ruiloba, junto a Comillas, en Cantabria. Allí vivían desde hacía años durante los veranos y, con el tiempo, encontraron un refugio definitivo para vivir con serenidad.

Regreso a El Debate en homenaje a su abuelo

El 29 de julio de 2021 fue invitado a almorzar en el Real Club Marítimo de Santander, donde recibió la propuesta de incorporarse al nuevo proyecto de El Debate. Su entusiasmo fue inmediato. La conexión familiar era profunda: don Pedro Muñoz Seca había sido una firma histórica del diario antes de su asesinato.

Aceptó con la única condición de evitar críticas directas al Papa, a lo que accedió sin problema. Su incorporación fue un impulso para el diario y consolidó el relanzamiento de El Debate dentro del panorama digital.

Principios inquebrantables

Alfonso Ussía fue un hombre de principios muy claros: la defensa de la Corona, la identidad nacional, el respeto a las Fuerzas Armadas y una visión cultural conservadora. Su trayectoria fue reconocida con distinciones como la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco y la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil.

La última distinción y la despedida

A finales de agosto de 2025, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, viajó hasta su casa en Ruiloba para entregarle el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en Literatura. Era un reconocimiento íntimo, humano y muy emotivo, en un momento en el que ya sufría rotura de cadera y cáncer avanzado.

El encuentro fue breve, pero profundamente significativo. Era evidente que se trataba de su última gran distinción pública.

Semanas después conversó por última vez con amigos. Su voz era débil, pero todavía conservaba humor. La anécdota final que lo alegró especialmente fue la confesión del actor Antonio Resines, quien lo reconoció gracias a su retrato en El Debate y afirmó leerlo cada día. Aquello le emocionó profundamente.

Su muerte deja un vacío inmenso en el periodismo español, en la sátira contemporánea y en la literatura humorística. Para quienes lo siguieron durante décadas, Alfonso Ussía fue una compañía diaria cargada de ingenio, libertad y estilo.

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