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Salud y Bienestar

8 claves para prevenir el cáncer de piel

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Cómo prevenir el cáncer de piel

En verano toca la necesidad de extremar los cuidados con el sol. En la actualidad el cáncer de piel es el que con más frecuencia se diagnostica y su incidencia tiende a incrementarse cada año de forma alarmante.

Cómo prevenir el cáncer de piel

Todos los expertos señalan que la exposición a la radiación ultravioleta (rayos UV) es un factor de riesgo determinante para la mayoría de cánceres de piel. La luz solar es la principal fuente de rayos UV, que son los que provocan los efectos dañinos en la piel.

Los efectos positivos del sol si se siguen las siguientes recomendaciones:

• Reducir al mínimo la exposición al sol desde las 12 P.M. hasta las 16 P.M., especialmente en los meses de verano.

• Usar sombrero, gorra, camiseta, gafas de sol…

• Aplicar suficiente protector solar 30 minutos antes de cada exposición al sol y volver a aplicarlo nuevamente cada 2 horas. Siempre hay que aplicar de nuevo el protector solar después de nadar o de sudar.

• Utilizar protectores solares con un FPS 15 o superior.

• Aplicar protector solar en días nublados y en cualquier época del año.

• Usar protector solar a gran altitud, cuando se practica el esquí, la escalada, el montañismo…

• No exponer al sol a los bebés. Aplicarles protector solar a partir de los seis meses.

• Inspeccionar la piel regularmente y acudir al dermatólogo siempre que se aprecie cualquier signo sospechoso en nuestra piel.

Protectores solares

La utilización regular de protectores solares de calidad y adecuados a cada tipo de piel es uno de los hábitos más importantes y recomendables para garantizar la salud de nuestra piel. Tras cada exposición al sol se produce un daño acumulativo y es de gran importancia la utilización de un fotorreparador como Repaskin, que repare el daño que el sol causa en el ADN.

Se sabe que el 80% del daño solar que sufre una persona a lo largo de su vida se produce en los primeros 18 años. Los niños, y especialmente los bebés, son más vulnerables a los peligros de la
exposición al sol, ya que su piel es mucho más frágil e inmadura que la de los adultos.

La piel de los niños necesita atenciones especiales porque su sistema de protección natural no está totalmente desarrollado.

Cualquier lesión solar durante la infancia puede provocar daños irreversibles en la edad adulta ya que la piel tiene memoria solar.

Por esta razón, se recomienda que los bebés empiecen a utilizar protector solar cuanto antes.

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Salud y Bienestar

Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.

Efectos nocivos que el calor puede provocar en los medicamentos

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.

Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.

Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.

Cuando nunca debes consumirlos

Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.

Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.

Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.

En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con  profesionales sanitarios y se evite la automedicación.

Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.

Viajar con medicamentos

En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.

Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.

Síndrome de agotamiento y golpe de calor

Por otro lado,  el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.

En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.

“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.

Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.

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