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Comunicado de Cristina Pedroche tras el aluvión de críticas por su foto postparto

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Cristina Pedroche postparto
Cristina Pedroche-INSTAGRAM

Cristina Pedroche compartió este fin de semana una foto en la que lucía una sorprendente recuperación y en perfecto estado postparto después de ser madre hace apenas tres semanas.

La presentadora acompañaba la imagen en sus redes sociales con un texto que decía: «3 semanas y dos días de posparto. Aquí no hay suerte ni milagros, hay mucha preparación antes y durante el embarazo. Vida saludable, deporte, comida sana y meditación».

Aluvión de críticas a Pedroche

Esta imagen de Pedroche comenzó a hacerse viral y a recibir un aluvión de críticas de miles de mujeres que le recriminaban que esa no es la realidad de la vida si no tienes ayuda.

Entre los miles de comentarios que se han publicado en su contra, ha llamado especialmente la atención el de la escritora Lucía Etxebarría, con un amplio post:

«Cristina Pedroche factura entre 1 y 2 millones de euros al año. Sólo ella, creo que su marido factura más o menos lo mismo. Damos por hecho que Cristina cuenta con servicio en casa y una enfermera Salus por la noche, para ayudarle a cuidar al bebé.

Si tú apenas duermes por las noches porque tienes que levantarte a dar de mamar al bebé, si te pasas el día poniendo lavadoras (porque a los bebés hay que cambiarles varias veces al día), si apenas sacas ni tiempo para barrer la casa y pasar el polvo con un poco de suerte, si tienes la pila del fregadero a rebosar de vasos sucios, si estás tan cansada como suelen estarlo la mayoría de las mujeres en el postparto , si no cuentas con un entrenador personal como el que se puede pagar Cristina Pedroche, y si tu concepto de meditación es que en cuanto te sientas en un sofá se te cierran los ojos y te quedas dormida…

Tú tendrás un cuerpo como el de Julie Bhosale, no como el de Cristina Pedroche. Y tu cuerpo también es un cuerpo precioso, porque ha gestado vida. No es que te falte fuerza de voluntad. De hecho, tienes una fuerza de voluntad que mueve montañas. Es que no eres rica.

Cristina puede hacer deporte porque tiene un entrenador personal. Puede comer comida sana porque alguien cocina para ella. Puede hacer meditación porque el personal de servicio y la enfermera le ayudan, y eso le permite disponer de tiempo para ella misma. Tú no podrás hacerlo. Pero tu cuerpo será siendo precioso, y tu bebé te amará igual.

A tu bebé no le importa lo más mínimo cómo sea tu tripa. Ah, no olvidemos que, si eres trabajadora autónoma , tres días después de parir ya estarás apagando fuegos en casa desde el ordenador. Como para ponerte a hacer meditación, no te j-ode».

La publicación de Etxevarría recibía, horas después, contestación de la misma Pedroche: «Hola Lucía, perdona las horas pero justo la niña se ha quedado dormida ahora. No tengo ningún tipo de ayuda en casa para ella, vivo solo con mi marido y mi madre algunas mañanas viene a ver a la niña y sí algún pañal le cambia (perdón por esto🙏🏽).

No tengo entrenador personal porque estudié yo misma, pero claro que recurro a profesionales cuando no tengo la capacidad o el conocimiento. (Perdón también por esto). El cuerpo de la mujer que muestras es real, de un posparto real. ¿Entiendo que yo me tengo que sentir mal porque el mío no es así?

Todos los cuerpos son reales y válidos y todas las mujeres iguales de buenas madres. No me intentéis hacer sentir mala madre a mí por favor».

Comunicado de Crístina Pedroche tras su foto postparto

Tras la avalancha de críticas, la presentadora ha respondido en sus redes sociales con un comunicado en el que califica de «agotador» tener que dar explicaciones y «tener que recibir todo este odio siempre».

«No he dicho que sea el cuerpo que se le tiene que quedar a nadie después de dar a luz. Es mi cuenta y hablo de mí, solo de mi caso personal. No hablo de otras mujeres ni de otros embarazos que no sean el mío», asegura la presentadora. Pedroche explica que ha subido a sus redes la evolución de su cuerpo durante y después del embarazo, haciendo hincapié en que también ha hablado de «lo duro que han sido las grietas en el pecho los primeros días de lactancia» y las sombras del postparto, ya que ha necesitado la ayuda de una psicóloga perinatal.

«Si he compartido los entrenamientos y la comida es para motivar a llevar una vida sana. Pero repito, esta es solo mi cuenta personal y mi propia experiencia. Todos los pospartos son reales y no me considero mejor madre que nadie. Y estoy trabajando para tampoco sentirme peor madre que nadie, pero estoy descansando muy poco, cada 2-3 horas doy pecho, no me he separado ni un segundo de mi hija desde que nació y el cansancio y todo este revuelo siempre me pasa factura», justifica, para después de añadir: «Tengo que protegerme y cuidar mi salud mental, y no solo por mí, por mi hija. Necesito estar bien para ella».

Para terminar, Pedroche ha lanzado un mensaje directo a sus seguidores: «Gracias a los que lo entendéis y me apoyáis y a los que no, a los que me deseáis esas cosas tan feas, a los que me insultái, a los que me mandáis todo este odio… os abrazo, porque está claro que necesitáis más amor en vuestra vida. Feliz verano a todos».

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Rosarosae

8 años sin Chiquito, el creador del idioma ‘Grijarder’

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VÍDEO | Chiquito de la Calzada, homenajeado con un semáforo que repite sus frases

Como cada año por estas fechas, los medios de comunicación sacaremos las «listas del año»: que si las mejores películas, las canciones más escuchadas en la plataforma de moda. Incluso hay recuento de las palabras más utilizadas en cada país.

Precisamente, por estas fechas, un día como hoy de hace cinco años fallecía un humorista capaz de revolucionar por completo el Diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Necesitábamos revolucionar nuestro lenguaje, sin necesidad de que lo hicieran desde fuera con nuevos vocablos. Y de eso se encargó, por la gloria de mi madre, Chiquito de la Calzada.

El humorista, cantaor y actor cómico revolucionó nuestra lengua. Todo el mundo niños, mayores, ancianos; ricos y pobres; perros y gatos. Nadie podía evitar contagiarse de esos vocablos que nos traía ese hombre y su nueva lengua, el grijander. Porque si esta persona fue capaz por aquel entonces de batir con más de cuatro millones de espectadores de audiencia un partido de Champions del todopoderoso Real Madrid, seguro que es capaz de terminar con la lengua de Shakespeare en un abrir y cerrar de ojos.

Así creo que sería justo que Chiquito de la Calzada tuviera una silla en la Real Academia Española (RAE) para darle aires nuevos a nuestra lengua y dejar de tomar palabras de otras.

¿Para qué queremos el spanglish? Ya puestos a inventar e incluir palabras nuevas prefiero que por lo menos sean graciosas.

Aquí van los motivos que refrendan el movimiento #chiquitoalarae

Palabra de Chiquito (de la Calzada)

Te das cuen; Quietorr; por la gloria de mi madre; al ataquerr; cobarde; pecador de la pradera; Bambino; jaaarl; era el año 4; ese caballo que viene de Bonansa; mamarl; no puedorl; asexuar; no te digo trigo por no llamarte Rodrigo; apitican de morenau; no puede sé; torpedor; y un largo, largo etcétera.

Que levante la mano aquel que no haya dicho ninguna palabra salida de esa brillante y lúcida mente.

Mi duda es, si la gente hizo suyo ese lenguaje, ¿por qué ninguno de esos términos está en el diccionario?

El idioma Grijander o chiquitistaní

En un país como España en el que todo el mundo tiene nivel medio de inglés aunque luego no sepa ni preguntar la hora, el grijander sería el segundo idioma que tanto nos exigen. Porque Chiquito tiene un método mucho mejor que Vaughan.

Ya imagino esos diccionarios de Español-Grijander/ Grijander-Español.

¿Podría ser el grijander ese idioma esperanto con el que todo el mundo pudiera entenderse con un simple “¡Jaaarl!”?

Su conjugación y formación de palabras es muy sencilla: simplemente basta con añadir las terminaciones “rr” (¿cómorr?), “rl” (fuegorl),… y otras muchas que el espíritu chiquitistaní nos sugiera.

Con el idioma Grijander no existirían las discusiones de si hay que llevar una canción a eurovisión en español o en inglés. Imaginad una versión del “La, la, la” de Massiel. No sería difícil: “Jarl, jarl, jarl”. ¡Nos votarían hasta los países del este! (Que tomen nota los del BenidormFest)

El doctor Grijander

Si hay un médico famoso en nuestro país, ese es el doctor Grijander.

Pupitas en el fistro de abajo; revisiones del diodeno; amatomas sexuales;… no había especialidad que se le resistiera.

Por muy asustado que estuviera el paciente, el doctor Grijander siempre sabía cómo tranquilizarlo con su “¡reláaajese usted!” o el “¡Ten cuidadín no te hagas pupita en el fistro duodenaaal!”

Insultar con gracia

Chiquito te ofrecía la posibilidad de decirle a tu jefe en toda su cara “Me cago en tus muelars… Eres un fistro-pecador-cobarde” Y no solo no te despedía, sino que te subían el sueldo y te ascendían a director.

Fácil de aprender (no requiere de un nivel alto de estudios)

Por aquel entonces sin internet, wikipedias, ni redes sociales, todos sabíamos de memoria sus consignas ya fueras muy listo o no tan listo. Tal vez no recordáramos ya los afluentes del Tajo pero sí que el sastre de Tarzán trabajaba poco; que había un hombre que había nacido después de los dolores; que había gente que en vez del graduado tenía una etiqueta de anís del mono o que se podía freír un huevo con saliva.

Gromenauer, Peich,… números y letras fáciles de recordar. ¿Para cuándo unos Cuadernos Rubio?

Sensualidad y sexualidad

Las novelas eróticas que están tan de moda en la actualidad no serían los mismo si se escribiera en el idioma de Chiquito (serían mejores):

“El señor Grey la recibirá ahora para borrarle el cerito mientras hacen guarreridas españolas con el fistro sexual. Después irán en helicopteror hasta su habitación roja donde allí le hará la caidita de Roma varias veces hasta que grite: ¡Por la gloriaa de mi madrer!”.

¿Y los anuncios de colonias? También cambiarían ligeramente. La imagen en blanco y negro de ese hombre perfectamente esculpido en busca de su camisa en un interminable vestidor mientras camina dando pequeños saltitos con la mano en sus lumbares. Una vez vestido, mirada a cámara frunciendo el ceño en plan malote y grito: ¡¡¡Al ataaqueeerrr!!!

¿Os imagináis a Kate Moss en un anuncio de “A-canemor”, la fragancia para ella”?

El movimiento chiquito

No me refiero a ningún partido, moda o grupo social.  Me refiero a esos pequeños saltitos que hacía el señor Chiquito para caminar con la mano colocada en las lumbares como si tuviera un terrible dolor. Esa perfecta coreografía no era algo banal ni superfluo, era una forma de ser. Una forma de vida. One lifestyle que dirían otros.

Si el siglo XXI nos ha traído a los metrosexuales y a los hipster, los últimos años del siglo pasado nos dejó el chiquitismo como forma de ver las cosas y afrontar el día a día. ¿Por qué no recuperarlo ahora?

Si el chiquitismo hubiera surgido hoy en día en pleno auge de las redes sociales y sus vídeos virales, estoy seguro que hasta el mismísimo Obama habría aparecido en la portada de la revista Time con el titular: “I can´t, can´t”.

Incluso las crisis económicas se podrían afrontar de una manera bien distinta.

–Periodistas: ¿Cómo esta el asunto?

–Político: La cosa está muy malitaaaar.

–Periodistas: ¿Sabría decirnos cuándo saldremos de la crisis?

–Político: No puedorr, no puedorr… ¡jaaaarl!

Y la sociedad ante eso habría reaccionado de otra manera seguro: “nos hemos quedado sin trabajo pero ¡nos hemos reído!”, comentarían por las calles los ciudadanos entre lágrimas de alegría.

Expresiones llenas de sabiduría popular

Tengo más nervios que un filete de cinco pesetas; Trabajas menos que el sobaco de un churrero; Te mueves más que los precios;…

Son solo unos pocos ejemplos de las cientos y cientos de expresiones que a mediados de los 90 invadieron nuestras conversaciones. Contar la comparación más ocurrente se convirtió en deporte nacional, creciendo de paso el ingenio lingüístico de los españoles.

Por eso, desde aquí pido (exigir me parece demasiado) una silla en la RAE para don Chiquito de la Calzada, con el fin de salvar nuestra lengua de la invasión anglosajona.

Él que tanto hizo revolucionando nuestro lenguaje merece un asiento o incluso un tresillo. El de la letra Peich.

¡Hasta luego… Lucas!                                          

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