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Psicología

Save the Children: Los niños de la DANA afrontan problemas de salud mental y escolaridad

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daños psicológicos niños dana

València, 28 ene (EFE).– Más de 70.000 menores que viven en las zonas más afectadas por la DANA del 29 de octubre se enfrentan a retos devastadores para su salud mental, calidad de vida y escolaridad, según alertó la organización Save the Children. Los efectos de esta catástrofe no solo han destruido hogares y bienes materiales, sino que también han dejado cicatrices emocionales en la infancia que necesitarán años para sanar.

A través de un informe detallado, la organización denunció que los menores afectados por la DANA enfrentan un panorama complejo en el que se combinan problemas de salud mental, insalubridad en los hogares y una educación gravemente interrumpida. En respuesta, Save the Children ha implementado seis espacios seguros en diferentes municipios de la región, donde los niños reciben atención emocional, física y educativa mientras se encuentran en un entorno protegido y amigable.

El impacto de la DANA en la salud mental de los niños

Los niños han sido uno de los colectivos más vulnerables a nivel psicológico, con síntomas como mutismo, pesadillas recurrentes, miedo a fenómenos atmosféricos, y en algunos casos, rechazo a salir de sus casas o hablar sobre lo sucedido. Rodrigo Hernández, director de Save the Children en la Comunitat Valenciana, ha destacado que el impacto en la salud mental de los menores ha sido tan grave que muchos necesitan atención psicológica urgente para prevenir consecuencias más graves a largo plazo.

El testimonio de Sandra, madre de tres hijos de 3, 7 y 11 años en Sedaví, refleja la dureza de la situación. “Mis hijos, la tarde que pasó todo no paraban de llorar al ver la situación y al mayor hasta le dio un ataque de pánico y se desmayó. A día de hoy está siendo medicado porque está sufriendo mucho”, cuenta Sandra, quien menciona también los problemas de hiperactividad y ansiedad de su hijo mediano.

Viviendas insalubres: un entorno que agrava la situación

Save the Children también denuncia que muchas de las familias afectadas por la DANA siguen viviendo en viviendas que no reúnen condiciones mínimas de habitabilidad. Muchas de estas casas presentan deficiencias graves de construcción y condiciones insalubres, lo que genera un deterioro tanto físico como emocional en los menores. La organización subraya que vivir en un entorno no adecuado impacta directamente en la salud física y mental de los niños, provocando desde ansiedad y depresión hasta problemas de sueño y un rendimiento escolar deficiente.

Nicoletta, madre de dos hijos en Alfafar, relata su experiencia de pérdida: “Mi casa fue totalmente devastada, solo se salvó un cuadro y el aire acondicionado. Hemos perdido los muebles, los recuerdos, la vida entera… absolutamente todo. Tengo humedades y he pintado las paredes, pero vuelven a salir, la pintura salta”, explica, subrayando las difíciles condiciones de vida a las que aún se enfrenta su familia.

Una educación interrumpida: desafíos en el aula

El impacto de la DANA también ha afectado gravemente la educación de miles de menores. Muchos de los niños y niñas de las zonas afectadas estuvieron semanas sin poder asistir a clases debido a los daños materiales sufridos por los centros educativos, lo que interrumpió la enseñanza de contenidos esenciales. Además, la organización denuncia que los recursos educativos necesarios, como los servicios de logopedia para niños con necesidades especiales, han sido gravemente limitados tras el desastre.

Nicoletta también cuenta cómo su hijo pequeño, diagnosticado con TEA (Trastorno del Espectro Autista), ha empeorado desde que dejó de asistir al logopeda debido a la interrupción de los servicios educativos. “Ha empeorado muchísimo desde que no va, pero es que hay muchos niños y niñas afectados que necesitan recursos, y no hay suficientes”, señala.

La respuesta de Save the Children: apoyo y protección

Para abordar esta crisis, Save the Children ha abierto seis espacios seguros y amigables en diversas localidades afectadas, donde los niños y niñas reciben apoyo emocional, físico y educativo. Estos centros están gestionados por un equipo de profesionales que incluye psicólogos, trabajadoras sociales y pedagogos. Además de brindar asistencia en salud mental, los espacios ofrecen actividades recreativas y educativas como deportes, juegos y actividades creativas que permiten a los menores recuperar un sentido de normalidad en medio de la tragedia.

Save the Children también hace un llamado a las administraciones para reforzar los servicios de salud mental infantojuvenil, asegurar la renovación de viviendas afectadas y garantizar una educación continua para los menores que aún enfrentan dificultades en los centros educativos. La organización cree que, a través de la intervención temprana y la cooperación, se puede mitigar el impacto a largo plazo que esta catástrofe ha tenido en los niños y sus familias.

Un futuro incierto para los menores afectados

El esfuerzo de Save the Children es crucial para garantizar que los niños y niñas afectados por la DANA puedan superar los desafíos emocionales, educativos y sociales a los que se enfrentan. La organización insta a todos los sectores de la sociedad, incluidos los gobiernos y las instituciones, a unirse para ayudar a este colectivo vulnerable. Solo con un enfoque integral que atienda las necesidades inmediatas y a largo plazo, se podrá garantizar el bienestar y el futuro de estos menores.

Unos niños portan una pancarta en un homenaje en el barranco del Poyo a los fallecidos por la dana. EFE/Kai Försterling

 

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Psicología

¿Qué significa que una persona mueva la pierna sin parar mientras está sentada, según la psicología?

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Qué significa mover la pierna sentada
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¿Por qué movemos la pierna constantemente al estar sentados?

Seguro que has visto —o incluso has hecho— ese gesto de mover una pierna sin parar mientras estás sentado. Es un movimiento casi automático, repetitivo y a menudo inconsciente. Aunque muchas personas lo asocian con el nerviosismo, la psicología moderna ofrece diversas explicaciones sobre este comportamiento corporal involuntario.

Este tipo de movimiento repetitivo se conoce como sacudida rítmica de las piernas, y puede tener orígenes tanto psicológicos como fisiológicos. Su interpretación depende del contexto, la frecuencia con la que se produce y el perfil de personalidad de quien lo realiza.


Significados psicológicos de mover la pierna sin parar

1. Ansiedad y estrés

Una de las causas más comunes que explican este comportamiento es la ansiedad. Cuando una persona se siente tensa, su cuerpo busca liberar esa tensión a través de movimientos automáticos, como agitar la pierna, morderse las uñas o jugar con objetos.

Según expertos en psicología del comportamiento, mover la pierna puede ser una forma inconsciente de autorregulación emocional. El movimiento permite canalizar la inquietud interna sin necesidad de expresarla verbalmente.

2. Hiperactividad o trastornos de atención

En personas con TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), es habitual observar este tipo de movimientos repetitivos, conocidos como comportamientos autoestimulantes. No solo mueven la pierna: también pueden balancearse, cambiar de postura constantemente o jugar con sus manos.

En estos casos, el movimiento no es un signo de ansiedad, sino una forma de mantener la concentración o liberar un exceso de energía interna.

3. Tics nerviosos o hábitos inconscientes

Algunas personas desarrollan movimientos repetitivos que forman parte de su repertorio habitual, sin que necesariamente estén relacionados con un estado emocional. Estos tics nerviosos no son patológicos si no afectan a la calidad de vida, y pueden aparecer en situaciones sociales, laborales o mientras se está pensando intensamente.

En muchas ocasiones, no somos conscientes de que estamos moviendo la pierna, lo que refuerza la teoría de que se trata de una respuesta automática del sistema nervioso ante estímulos internos o externos.

4. Impaciencia o aburrimiento

La psicología cognitiva también asocia este tipo de movimientos con estados mentales como la impaciencia, el aburrimiento o la frustración. Al mover la pierna, la persona expresa de forma no verbal su incomodidad o su deseo de que la situación termine pronto.

Es habitual ver este comportamiento en reuniones largas, clases aburridas o salas de espera, donde el estímulo externo no satisface la necesidad interna de acción o cambio.


¿Qué dice el lenguaje corporal sobre mover la pierna sin parar?

Desde la perspectiva del lenguaje no verbal, mover la pierna de forma constante puede interpretarse como una señal de incomodidad o tensión interna. Aunque no siempre se debe a ansiedad, sí refleja que la persona no está completamente relajada en ese momento.

En contextos sociales, este gesto puede transmitir inseguridad, nerviosismo o impaciencia, y suele ir acompañado de otros microgestos como tocarse la cara, evitar la mirada o cambiar frecuentemente de postura.


¿Cuándo puede ser un síntoma de algo más serio?

Aunque en la mayoría de los casos este movimiento es inofensivo, hay ocasiones en las que puede estar relacionado con trastornos médicos o neurológicos. Algunos ejemplos incluyen:

  • Síndrome de piernas inquietas: se manifiesta sobre todo durante la noche o en reposo prolongado, y suele ir acompañado de una sensación molesta en las extremidades.

  • Trastornos del espectro autista: donde los movimientos repetitivos forman parte del patrón conductual.

  • Trastornos de ansiedad generalizada, en los que el cuerpo manifiesta una hiperactivación constante.

Si este movimiento afecta al descanso, la concentración o la vida diaria, es recomendable consultar con un profesional de la salud mental o un neurólogo.


¿Cómo controlar o reducir el movimiento repetitivo de las piernas?

Si bien no siempre es necesario eliminar este hábito, hay personas que desean reducir la frecuencia con la que lo hacen, especialmente si se presenta en momentos inapropiados o genera incomodidad en contextos profesionales o sociales.

Recomendaciones psicológicas:

  • Técnicas de relajación: respiración profunda, mindfulness o meditación.

  • Ejercicio físico regular: para canalizar la energía acumulada.

  • Identificar el desencadenante: ¿aparece cuando estás nervioso, aburrido, estresado?

  • Sustituir el gesto: por otro más discreto o funcional (como apretar una pelota antiestrés).

  • Acudir a terapia cognitivo-conductual: si está vinculado a un trastorno de ansiedad o TDAH.


Conclusión: ¿es normal mover la pierna constantemente?

Sí. Mover la pierna sin parar mientras estás sentado es un comportamiento común, y en la mayoría de los casos, no tiene implicaciones patológicas. Desde la psicología, se interpreta como una respuesta natural del cuerpo ante el estrés, la hiperactividad, la impaciencia o el aburrimiento.

Sin embargo, si este gesto se vuelve incontrolable o va acompañado de otros síntomas emocionales o físicos, conviene buscar orientación profesional para descartar trastornos subyacentes.

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