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Salud y Bienestar

El ictus, clasificado por la OMS como enfermedad del sistema nervioso desde el 1 enero

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Madrid, 20 dic (EFE).- A partir del próximo 1 de enero, la OMS incluirá, en su nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), el ictus como una enfermedad del sistema nervioso y no del aparato circulatorio, revisión que ha sido aplaudida por la Sociedad Española de Neurología (SEN).

El presidente de la SEN, José Miguel Láinez, jefe del servicio de Neurología del Hospital Clínico de València, ha explicado que el hecho de que el ictus estuviera clasificado como enfermedad circulatoria llevaba a que se confundiera con una enfermedad de corazón y «confundir las enfermedades cerebrovasculares con las cardiovasculares ha generado problemas en la población a la hora de identificar los síntomas, algo realmente peligroso porque tratar a tiempo un ictus es importantísimo».

Además y según el presidente de la SEN, «el sistema de clasificación de la OMS tiene una gran impacto en cómo asignan los gobiernos los fondos económicos a la investigación, a los tratamientos y a las infraestructuras hospitalarias».

Y si las cifras no se registran de manera correcta, ha subrayado Laínez, es muy difícil llevar a cabo campañas de información general que permitan fomentar el conocimiento de las enfermedades cerebrovasculares por parte de la población.

Otro de los problemas que generaba la antigua clasificación de la OMS es que producía confusión en los análisis estadísticos. Al clasificar de manera correcta las enfermedades cerebrovasculares, las cifras de personas afectadas es más precisa y estas enfermedades logran mejor atención.

El ictus es la segunda causa de muerte en la población española (la primera en las mujeres) y la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto.

Pese a ser una urgencia médica, el 50 % de la población desconoce cuáles son los síntomas de un ictus.

En España, unas 110.000 personas sufren un ictus cada año, de los cuáles al menos un 15 % fallecen y, entre los supervivientes en torno a un 30 % se queda en situación de dependencia funcional.

El 1 de enero, entrará en vigor la undécima Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud de la OMS, una herramienta que busca la estandarización mundial de los datos que los países miembros recogen en el ámbito de la salud, según el diagnóstico de los pacientes.

La SEN ha recordado que la comunidad neurológica internacional llevaba años luchando por intentar que se clasificara correctamente esta enfermedad, por los problemas estadísticos que generaba y también por la confusión que creaba en la población a la hora de entender en qué consisten las enfermedades cerebrovasculares.

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Alimentos que no debes mezclar con antibióticos

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Alimentos que no debes mezclar con antibióticos
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Hay alimentos que no debes mezclar con antibióticos tal y como informa el portal web Noticias24.com. Resulta que varias frutas, verduras, refrigerios y bebidas de consumo frecuente pueden afectar la forma en que el organismo absorbe o metaboliza los medicamentos.

1. Analgésicos y gaseosas

Para inflamaciones, dolores musculares y de cabeza, medicamentos como el ibuprofeno no deben mezclarse con bebidas gaseosas. El ácido carbónico y el ácido de las gaseosas aumentan la absorción y la concentración del medicamento en la sangre, por lo que no se puede controlar la dosis y puede intoxicar y afectar a los riñones.

Alimentos que no debes mezclar con antibióticos:

2. Antibióticos y lácteos

Los medicamentos para combatir infecciones, como la ciprofloxacina, penicilina, entre otros, jamás deben mezclarse con lácteos, pues su eficiencia disminuye.

3. Cítricos y medicamentos para reducir el colesterol malo

La mezcla puede provocar algo similar a la sobredosis. La atorvastatina, fluvastatina, lovastatina, simvastatina, rosuvastatina y pravastatina son medicamentos que se recetan para la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

4. Anticoagulantes y espinacas

Recetada para curar y prevenir la trombosis, la warfarina no puede mezclarse con los alimentos ricos en vitamina K como las espinacas, col, arándanos, ajo o brócoli, entre otros. Al ser anticoagulantes, aumentan el efecto de la warfarina y provocan sangrado.

5. Bebidas con cafeína y broncodilatadores (salbutamol)

Medicamentos como la teofilina o el salbutamol son recetados para el asma, bronquitis u otras enfermedades respiratorias. Provocan un efecto estimulante en el sistema nervioso, por lo que hay que evitar consumir cafeína, sobre todo porque la teofilina aumenta su toxicidad cuando es mezclada con cafeína.

6. Antiarrítmicos, regaliz y alimentos con fibra

La digoxina es un medicamento indicado para curar y prevenir la insuficiencia cardíaca. Por lo tanto, al comer un alimento con gran nivel en ácido glicirrícico, se generan latidos irregulares o hasta un paro cardíaco. Este ácido está presente en el regaliz, que se encuentra en dulces y pasteles e, incluso, en la cerveza. Por otro lado, otros alimentos que contienen fibra dietética disminuyen la eficiencia de este medicamento, por lo que debes consumirlo al menos dos horas antes de comer fibra.

7. Alimentos ricos en potasio y medicamentos para la presión arterial

El captopril, enalapril y ramipil están recetaods para enfermedades de los riñones y el corazón. Es vital no consumir alimentos ricos en potasio como plátano, patata, soja o espinacas, que aumentan la cantidad de potasio en sangre. Es preciso evitar la sobredosis de este componente ya que podría provocar falta de aliento o latidos cardíacos irregulares.

8. Hormonas tiroideas y soja

Medicamentos como la levotiroxina y sus análogos (eutirox, bagotirox, L-tiroxina) no pueden mezclarse con soja, nueces o fibra, pues estos bloquean la absorción del medicamento.

9. Antidepresivos y carne

Los medicamentos del grupo de los inhibidores de la MAO (tranilcipromina, fenelzina, nialamida) no pueden mezclarse con carnes, pescados, quesos o embutidos secos, pues estos medicamentos al entrar en contacto con la tiramina pueden aumentar críticamente la presión.

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