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El nuevo «proces» de catalanización de Valencia, por @JoseSorzano
Publicado
hace 7 añosen

José Antonio Sorzano Escavy
Foro de Opinión: José Luis Sampedro
Los atropellos hacia la comunidad castellano-parlante por el actual gobierno del Botanic, simplemente hasta el más lerdo se daría cuenta que es de libro. Y digo esto, a causa de los múltiples desprecios ocasionados por este gobierno tripartito o caja de Pandora, dirigido y mangoneado por el ultra nacionalismo de Compromis, hacia los valencianos castellano-parlantes. Todo ello, a través de esa especie de patente de corso que se han auto concedido los nacionalistas para hacer todo lo que le “rote”, en materia de Cultura y Educación en esta tierra valenciana de nuestros amores. Y eso, simplemente por ser imprescindibles sus votos para que pueda seguir reinando, que no gobernando, el actual Sanedrín de Prebostes del Psoe. Partido cogido realmente del “pelotamen o criadillas”, por los nacionalistas de Mónica Oltra y los Podemitas de ese nuevo miembro de la casta urbanita de lujo, como es Pablito Iglesias y su ahora ilustre y distinguida consorte, Dña. Irene Montero de Galapagar.
Y al hilo de todo esto, recuerdo que hace aproximadamente unos 30 años, que ante la impaciencia de los suyos por ser independientes, Jordi Pujol les dijo: “no desesperéis, la Independencia la lograremos, más pronto que tarde, simplemente a través de las escuelas y la TV3”. Y efectivamente he ahí el “Proces” catalán. Resultado logrado por esa especie de enano pitoniso, después de comerle el coco a dos generaciones completas en las escuelas catalanas, a través de profesores adeptos y fieles a la causa, manipulando a su antojo la cultura e historia de Cataluña. Y eso si, como el que no quiere la cosa, a su vez, hacerse multimillonarios tanto el cómo su cónyuge la insaciable Marta Ferrusola y demás prole prolis de “Pujolandia”. Consecuencia directa de las suculentas comisiones del 3%, aplaudidas y bendecidas por esa tropa de imbéciles y descerebrados que le siguen haciendo la ola como si de un mesías se tratara, mientras ellos simplemente se siguen comiendo las migajas dejadas por la exquisita y aristocrática “nomenclatura Pujolista”.
Y dado el repaso a nuestros vecinos del Norte, aquí, en nuestra tierra, aunque los poderes “fálicos”, perdón, facticos, lo quieran negar, pues aún es pronto y por lo tanto aun no toca, la hoja de ruta del “Proces” valenciano no deja de ser un calco o copia y pega del “Proces” catalán. Por lo tanto, con todos mis respetos, esos mismos que ellos no tienen conmigo como castellano parlante, les digo al amigo Chimo Puig, Mónica Oltra, Joan Ribo y demás parentela nacionalista, que a otro perro con ese hueso, cuando quieran negar sus aviesas intenciones, por otro lado, cada día mas manifiestas.
Uno de los mayores atentados anticonstitucional contra la comunidad castellano-parlante valenciana, deviene con la implantación de la nueva televisión valenciana “ A Punt”, cuyas emisiones se realizan sin ningún miramiento hacia los castellanos –parlantes totalmente en catalán. Pero siempre con la aquiescencia y beneplácito de la totalidad del gobierno de la Generalitat Valenciana, e incluso de la propia Oposición. Pero para más inri, esta cadena viene emitiendo con subtítulos en catalán en todas las películas extranjeras de la parrilla. Consolidándose así, el total desprecio manifestado por el nacionalismo pan catalanista hacia la lengua materna de dos terceras partes de la población valenciana. Negándose, a su vez, a usar una sola palabra en la lengua oficial y constitucional del Estado: el Castellano. Lengua usada, por otra parte, por esa gran mayoría de ciudadanos castellano-parlantes venidos de otras Comunidades. Así como, mas grave, por los ciudadanos de las comarcas valencianas que desde hace siglos vienen expresándose solamente en castellano , como son: el Alto Millares; el Alto Palancia; Los Serranos; el Rincón de Ademuz; la Hoya de Buñol; el Valle de Cofrentes. Y desde principios del siglo XIX, la Plana de Utiel Requena. Ciudadanos valencianos, por lo visto de segunda, los cuales no pueden disfrutar del servicio de esta televisión, autentica sucursal de la TV3 catalana, a pesar de haber contribuido con sus impuestos a su nueva reapertura, pero en este caso, para uso y disfrute exclusivo de esta pléyade “catalanoide” de Compromis y allegados. Y para que nadie dude de sus intenciones a medio plazo, incluso van y nombran con un par……. a la antigua delegada de la TV3, Empar Marco, nueva directora general de este nuevo engendro o bodrio catalanista de 100 millones de euros, como es “A Punt”.
Pero no contentos con todo este disparate audiovisual, a este otro visionario catalán de Lérida, Joan Ribo, metido a alcalde de Valencia, no se le ocurre otra cosa más brillante que gastarse un pastón cambiando a la lengua catalana todo el callejero de la ciudad. Todo un logro el de este señor, ante el clamor enfervorizado de todos los ciudadanos de Valencia pidiendo a gritos el citado cambio. La leche con el Ribo!!
Y eso ya por no hablar del gran e intimo amigo de los castellano- parlantes valencianos, el nefasto maestro de escuela, Vicent Marza; el cual, pasándose por la entrepierna todas las sentencias judiciales contra su política lingüística, se ha empeñado en hacernos hablar, escribir y pensar en catalán desde su feudo la consellería de Educación.
Dicho lo cual, a pesar de la cercanía en el tiempo, parece que quedan muy lejos aquellos tiempos de armonía, comprensión y buen rollo, donde sin ningún tipo de imposición un castellano-parlante podía mantener una conversación perfectamente ágil y fluida con un valenciano-parlante de la Hora o la Marina, en ese valenciano suave, armónico y preciosista de nuestros Joanot Martorell o Martí Joan de Galba, sin que ni el uno ni el otro tuvieran que traducirse sus respectivas lenguas a lo largo de la conversación. Y no como ahora, donde los niños se están educando al margen de la lengua materna con la que se han venido entendiendo toda la vida con sus padres y abuelos. Y todo eso, gracias a la impunidad de un profesorado o educadores catalano adictos, la mayoría de ellos partidistas, y que vienen funcionando fuera del control de una “Alta Inspección” ministerial, que ciña la educación simple y llanamente a lo descrito en esa Ley de Leyes llamada Constitución.
Actualmente en Valencia, esa y no otra es la misma hoja de ruta apuntada en su día por el propio Jordi Pujol, y que se ha estado siguiendo en Cataluña, hasta desembocar en ese “desafuero” de manicomio llamado “Proces”.
La cara dura y desvergüenza en algunas instituciones valencianas, está llegando a tales extremos que uno ya no sabe quién es quién ni donde se encuentra políticamente el interlocutor de turno. Sin ir más lejos, el otro día me tropecé con un alcalde de la Horta, actualmente en el Psoe, pero que dos o tres años atrás militaba en un partido ultra nacionalista llamado el BLOC, y cuya obsesión actual, en coalición con Compromis, sigue siendo la de imponer, si o si, la lengua catalana en su ayuntamiento. Obsesión, inconstitucional que lo está llevando a publicar todo lo institucional en catalán, con una total falta de respeto hacia los ciudadanos castellano- parlantes que, por otro lado, son mayoría en ese municipio. Olvidándose, igualmente, que tradicionalmente el Psoe como partido de izquierdas y de clase, no debiera de pisar semejantes charcos que lo alejan de los trabajadores.
Por otro lado, la posición actual del PP y Ciudadanos al respecto se desconoce totalmente, ya que parece que ambos están huidos. Los unos intentado lavar todos los trapos de su corrupción de cara al nombramiento de su nuevo presidente. Y los otros tratando de reubicar su nueva posición después de la moción de censura. Y del Psoe valenciano para que hablar. Estos están más preocupados en seguir calentando los sillones a costa y cuenta de lo que sea, que de pegar un puñetazo en la mesa a la hora de impedir semejantes abusos nacionalistas.
Además, lo mas cojonudo del asunto, es que después de haber estado dando la cara, si dando la cara, luchando para intentar traer las libertades en los tiempos duros de la dictadura, donde por cierto todos estos niñatos nacionalistas estaban jugando al futbolín, se tenga que oír uno que es un “facha”, simplemente por defender sus derechos cívicos y constitucionales frente al nacionalismo.
Y es que hemos llegado a unos límites de locura, donde se le da mucho más valor al simple hecho de no ser nacionalista, que decirle a un tío “hijo de la gran puta”. Y así es, como desgraciadamente carbura actualmente el patio nacional. Que Dios nos pille confesados.
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José Luis Fortea
………….corría el verano de 1975, aquel en el que no cesaba de sonar en las radios el Bimbó de Georgie Dann, que acabaría siendo declarada oficialmente la canción del verano, aquel en el que Televisión Española emitía su series detectivescas de moda, las de “Tony Baretta” y “Kojak” y que amenizaba desde el pasado mes de abril, la noche de los sábados, con un nuevo programa llamado “Directísimo”, presentado por un joven bilbaíno de treinta y tres años, de grandes bigotes, llamado José María Íñigo Gómez.
Bernard Thévenet
Aquel verano, en el que ganaba el tour, contra todo pronóstico, el francés Bernard Thévenet, imponiéndose a un Eddy Merckx, líder desde la sexta jornada, que había sido golpeado por un espectador en su costado derecho en el ascenso al Puy de Dome, presentando desde entonces unas molestias que le harían perder a partir de aquella etapa, la decimocuarta, el maillot amarillo y que no lo volvería a recuperar, de un periodo estival más que sofocante y tórrido, en el que una caña en aquellos días costaba entonces diez pesetas, de aquel verano, el del 75, el último del jefe del Estado español, que fallecería cinco meses más tarde.
Qué pasó un 22 de julio
El martes 22 de julio, de un día como hoy, de hace más de cuarenta años , a unos cincuenta y tres kilómetros de Sevilla, en el término municipal de Paradas, iba a tener lugar uno de los sucesos más trágicos de los últimos tiempos, que acabaría por convulsionar la vida de sus cerca de ocho mil habitantes, de un terrible episodio que en los juzgados terminaría conociéndose como el expediente 20/75.
A unos cuatro kilómetros de la mencionada población de Paradas, se encuentra la finca de los Galindos, perteneciente, desde hace seis años, a Gonzalo Fernández de Córdoba y Topete, marqués de Grañina, donde suele acudir esporádicamente, en tiempo estival, sin la compañía de su mujer, María de las Mercedes Delgado Durán. Al frente del aludido inmueble, se encuentra Manuel Zapata Villanueva, de cincuenta y nueve años, antiguo legionario y miembro de la Guardia Civil, que allí vive junto a su mujer Juana Martín Macías, de cincuenta y tres años, desempeñando las tareas de capataz, en unos terrenos dedicados principalmente al cultivo de la aceituna.
En el cortijo trabajan siete personas, tres tractoristas y cuatro temporeros, que a eso de las ocho de la mañana, de aquel martes día 22, ya se encuentran allí para ponerse a bregar, antes de que el sol les ajusticie con esos 49 ºC que alcanzarán a lo largo de aquella misma mañana. Zapata, como de costumbre, es quien distribuye “la faena”, mandando a las alpacas, a medio kilometro de la finca, al tractorista José González Jiménez, a un segundo tractor, junto con tres braceros, a la parte posterior del cerro y al tercer tractorista Ramón Parrilla a regar garrotes (que son los troncos de los olivos metidos en bolsas con tierra) de una jornada laboral que se prolongará hasta la una, momento en el que harán un alto en el camino para almorzar, durante cerca de media hora, y proseguir hasta eso de las cuatro de la tarde, cuando el mercurio se encarame en lo más alto de los termómetros respondiendo al calor abrasivo de esos casi cincuenta grados.
Y es entonces, sobre esa hora de las cuatro de la tarde, cuando el grupo de los tres temporeros que se encuentran en la parte del cerro observan salir un humo negro y espeso del cortijo, dirigiéndose rápidamente hacia allí.
Al llegar al lado de la verja de la entrada, encuentran restos de lo que parece un reguero de sangre, que les hace presagiar que alguien pudiera haber resultado herido, de un rastro abundante que dibujando un movimiento sobre la tierra serpenteante poco a poco se va diluyendo hasta llegar a desaparecer, por lo que Antonio Escobar, uno de aquellos trabajadores, acude raudo hacia el cuartel de la Guardia Civil, para dar el pertinente aviso, mientras Antonio Fenet Pastor, que lleva cinco años trabajando las tierras de Los Galindos, divisa lo que le da la sensación son dos cuerpos mutilados en aquel fuego que acelerado con gasolina desprende un olor más que nauseabundo, decidiendo no indagar más, hasta la llegada de la Benemérita.
No tardan mucho en personarse en el cortijo el cabo Raúl Fernández acompañado de un número de la Guardia Civil, para realizar las primeras diligencias de investigación. Al entrar en la casa, observan, al lado de una mesa camilla, otro gran charco de sangre, cuyo rastro se dirige pasillo arriba, hacia donde se encuentra la puerta de una habitación cerrada con un candado, colocado en la parte exterior, que fuerzan para poder acceder a su interior, encontrándose una vez dentro, el cuerpo de Juana Martín, la mujer del capataz, con la cabeza destrozada, golpeada por algún objeto romo, no hallándose nada más reseñable en la vivienda.
En el exterior, donde todavía permanece encendido aquel fuego, aparecen los restos casi calcinados del tractorista José González, Pepe, de 27 años y su esposa Asunción Peralta, seis años mayor que él, de 34 años, a quien al parecer había ido a recoger al pueblo para traerla allí, en algún momento de aquel día, aparcando su seiscientos de color crema en la entrada del cortijo, desconociéndose los motivos.
En la cuneta del llamado Camino de Rodales, cubierto con un montón de paja, se descubre un cuarto cuerpo sin vida, el del jornalero Ramón Parrilla, de 40 años de edad, tractorista eventual de la finca, muerto de un disparo de escopeta.
De Zapata, el capataz de la finca de Los Galindos, no hay rastro alguno, por lo que las primeras sospechas recaen sobre este, emitiéndose incluso, a la mañana siguiente, por el recién llegado juez del juzgado de Écija (al estar el de Carmona de vacaciones) Andrés Márquez Aranda la pertinente orden de busca y captura.
Al parecer, en los mentideros del pueblo, se decía que las relaciones entre el capataz y el tractorista Pepe no eran todo lo buenamente deseables que podían ser, fruto de un intento de José González por cortejar a una de las hijas de Zapata, negándose este a dicha relación, enemistando en cierta manera a ambos. Lo cual fue considerado como un posible móvil de aquel crimen, aunque no resolvía las dudas existentes sobre las restantes muertes.
Y fue entonces cuando tres días más tarde, el 25 de julio apareció el cadáver del capataz, que tras la autopsia realizada determinaría que había resultado ser la primera de las víctimas de aquel crimen que ya sumaba con esta, cinco muertes, desarbolando la hipótesis que se había venido considerando como probable.
El sumario del caso, el denominado expediente número 20 de 1975, con más de mil trescientos folios, ha dado a lo largo de la historia numerosas elucubraciones y teorías que no han podido resultar finalmente probadas, recayendo durante años las sospechas, tras haber sido encontrado el cuerpo de Manuel Zapata, sobre José González Jiménez que juzgado y condenado por el pueblo tendría que esperar hasta la exhumación de los cadáveres mediante orden emitida por el juez Heriberto Asensio que acabaría determinando que el “sospechoso” era, de igual forma, triste víctima de este suceso, y que además en opinión del prestigioso médico forense Luis Frontela Carreras, estudiando aquellas manchas de sangre en el piso encontradas, concluiría que a –“Juana la arrastraron desde el comedor hasta el dormitorio entre dos personas por lo menos”- .
Transcurrido los plazos legales previstos sin encontrarse el culpable de estos hechos, la causa quedaría archivada en el año 1988, y siguiendo el principio que extingue la responsabilidad criminal por el transcurso del tiempo, siendo para este tipo de delitos el previsto de veinte años, fue por tanto declarado su prescripción en 1995, a los veinte años de haberse cometido.
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