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Elecciones en Francia| La izquierda sorprende y se impone relegando a la ultraderecha al tercer lugar

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Elecciones en Francia
Marine Le Pen

La izquierda francesa protagonizó este domingo una gran vuelco electoral al quedar en cabeza de las legislativas, por delante del bloque macronista, lo que relegó a la favorita, la ultraderecha de Marine Le Pen, al tercer lugar.

El Nuevo Frente Popular (NFP) que reúne a los partidos de izquierda va a designar esta semana a un candidato a primer ministro para que sea nombrado y gobierne con su propio programa y no en coalición con la mayoría saliente del presidente, Emmanuel Macron.

El imprevisto mapa político que deja la segunda vuelta anticipa una Asamblea Nacional enormemente dividida y sin mayorías claras, por lo que la gobernabilidad de Francia entra en una fase muy incierta, más aún en un país sin tradición de coaliciones ni alianzas.

Gobernabilidad muy incierta

El Nuevo Frente Popular (NFP) de socialistas, comunistas, ecologistas y la más radical La Francia Insumisa (LFI) quedó en primer lugar, con entre 195 y 208 diputados (sumando a independientes de izquierda), según las últimas proyecciones.

El bloque macronista, formado por tres partidos, logró de 161 a 169 escaños, con una caída apreciable respecto a los 250 que tenía antes, pero mucho menos pronunciada de lo que vaticinaba la primera vuelta.

Y el tercer puesto fue para la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), que partía como gran favorita tras su victoria en la primera vuelta y los pronósticos de los sondeos publicados hasta el viernes, pero que se quedó en 135-143.

Resultado histórico del RN

A pesar de esta fuerte decepción, el RN logra un resultado histórico, muy por encima de los 89 diputados de 2022, que ya supusieron un salto excepcional desde los 8 que tenían en 2017.

El conservador Los Republicanos (LR) se mantiene a pesar de algunas deserciones al RN y tendría 63 diputados.
Con una participación muy alta, en torno al 67 %, la mayor en varias décadas, muchos franceses parecen haberse movilizado para frenar la llegada al poder de la ultraderecha tras su triunfo en la primera vuelta del 30 de junio.

En una Asamblea de 577 diputados, la mayoría absoluta está en 289, una cifra solo alcanzable con pactos que ahora mismo se presentan como improbables ante el veto de los macronistas y los conservadores a LFI, que tendrá más de 80 diputados.

Explosión de alegría en la Plaza de la República

El imprevisto vuelco que supusieron las proyecciones, seguidas de los resultados que llegaban a cuentagotas, fue recibido con una explosión de alegría en la simbólica Plaza de la República por miles de simpatizantes de la izquierda que se habían congregado en su lugar habitual de concentración.

El líder de LFI, el volcánico Jean Luc Mélenchon, se apresuró a exigir al presidente, Emmanuel Macron, que nombre un primer ministro de la alianza de izquierdas.

Mélenchon afirmó que el Nuevo Frente Popular “tiene que aplicar su programa y solo su programa”, y rechazó entrar en negociaciones con la coalición de Macron.

Más prudente fue el expresidente socialista François Hollande, quien fue elegido diputado tras volver a la política activa en estas elecciones, y que reconoció que, sin mayoría absoluta, la izquierda debe mostrar “responsabilidad” para aplicar su programa y pacificar el país tras la fractura de la campaña.

Gabriel Attal presentará su dimisión

En el campo presidencial, el primer ministro, Gabriel Attal, anunció que mañana presentará a Macron su dimisión, pero se abrió a dirigir un Gobierno provisional debido a la “situación política sin precedentes” y a que Francia inaugura en menos de tres semanas los Juegos Olímpicos de París.

Fuentes del Elíseo avanzaron que Macron, que este lunes viaja a Washington para participar en la cumbre de la OTAN, va a tomarse tiempo hasta que se instaure la nueva Asamblea Nacional “para tomar las decisiones necesarias”, es decir para decidir sobre el Gobierno que se pueda constituir.

Y añadieron que Macron, cuando tenga que decidir, como “garante de las instituciones, velará para que se respete la decisión soberana de los franceses”.

“Alianzas contra natura”, según Bardella

Muy distinto era el ambiente en la noche electoral del RN, donde su presidente y aspirante a primer ministro, Jordan Bardella, denunció con gesto adusto las “alianzas contra natura” que, en forma de renuncias de candidatos de otros partidos a participar en la segunda vuelta, han perjudicado a su formación.

La líder del partido, Marine Le Pen, no habló a los militantes pero en algunas entrevistas aseguró que lo de hoy fue “una victoria en diferido” ya que la progresión de su partido sienta los cimientos de un triunfo que ve como inexorable.

“La marea ha subido, no lo suficiente esta vez, pero sigue subiendo. Ha sido una victoria en diferido”, afirmó.

Una segunda vuelta muy distinta

Los resultados llegaron después de que el RN ganara holgadamente la primera vuelta del 30 de junio, con un 33,3 % de los votos y era el favorito unánime para la segunda ronda, aunque sin mayoría absoluta, en todas las proyecciones demoscópicas.

“Es la mayor sorpresa electoral de nuestra historia”, resumió el politólogo Alain Duhamel en el canal BFM.

En algunas ciudades del país las manifestaciones para celebrar la victoria de la izquierda desembocaron en enfrentamientos con las fuerzas del orden, como en Lyon, Rennes, Lille y Nantes, donde habían sido prohibidas, lo que provocó intervenciones policiales para desalojarlas con gases lacrimógenos.

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Maquillaje y contouring para aparentar derrota: la puesta en escena más cínica de Pedro Sánchez

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Maquillaje Pedro Sánchez
Pedro Sánchez visiblemente maquillado

El presidente del Gobierno apareció con un rostro visiblemente maquillado y gesto compungido en su comparecencia tras el informe de la UCO sobre corrupción en el PSOE.

La comparecencia de Pedro Sánchez el pasado jueves en la sede del PSOE en Ferraz no fue simplemente una rueda de prensa: fue una puesta en escena medida al milímetro. El presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas apareció con semblante serio, voz apagada y un gesto que quería transmitir preocupación y abatimiento. Pero hubo un detalle que no pasó desapercibido para nadie: su rostro, visiblemente maquillado, usó técnicas de contouring propias del maquillaje profesional, con las que, lejos de embellecerse, buscaba aparentar desgaste, tristeza y preocupación.

Comunicación política o maquillaje emocional

En política, la imagen lo es todo. La forma en la que un líder comunica —ya sea con palabras, gestos o presencia escénica— puede ser tan poderosa como el contenido de su mensaje. En esta ocasión, Pedro Sánchez parecía haberlo entendido a la perfección. Frente a las cámaras, lució un tono de piel bronceado que contrastaba con el maquillaje oscuro aplicado en los pómulos, mandíbula y sienes, una técnica conocida como contouring, utilizada para dar profundidad y esculpir el rostro.

Pero, en lugar de proyectar una imagen cuidada, este maquillaje generó un efecto contraproducente: su rostro apareció demacrado, con rasgos marcados, ojeras acentuadas y un rictus dramático. Una imagen que, unida a su discurso en tono bajo y afectado, buscaba transmitir un mensaje muy concreto: soy una víctima más de la traición y la corrupción que me rodea.

El objetivo: generar empatía

El caso de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE y señalado en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por su supuesta implicación en un cobro de comisiones, ha golpeado directamente al núcleo duro del sanchismo. Y Sánchez ha reaccionado con una estrategia que combina distanciamiento institucional y victimismo personal. Ha pedido perdón a los militantes del partido y a la ciudadanía, ha admitido que confiaba en Cerdán hasta el último momento y ha asegurado que no tenía conocimiento previo del informe policial.

Sin embargo, este mensaje no ha calado como él esperaba. Las redes sociales ardieron en críticas, memes y comentarios que denunciaban la artificialidad de su puesta en escena. El hashtag #MaquillajeDeFerraz se convirtió en tendencia, y usuarios y analistas coincidieron en señalar que el presidente había querido parecer más afectado de lo que realmente está.

El sudor del poder

Durante la intervención, otro detalle llamó especialmente la atención: la sudoración excesiva en el rostro de Sánchez. A medida que avanzaba la rueda de prensa, los brillos en la frente, el labio superior y los pómulos se hicieron más visibles. Un efecto que, lejos de humanizar su imagen, incrementó la sensación de nerviosismo y teatralidad. ¿Sudaba por tensión real o por un maquillaje mal aplicado bajo los focos?

El resultado fue una escena que muchos tildaron de “tanatorio político”, con un líder que quiso proyectar desolación, pero que terminó generando escepticismo. Incluso periodistas y profesionales del maquillaje han comentado en redes que la ejecución del contouring fue excesiva y poco natural, logrando el efecto contrario al deseado: una imagen artificiosa.

La estética al servicio de la estrategia

Esta no es la primera vez que la imagen de Pedro Sánchez es objeto de análisis. Desde su llegada a La Moncloa, ha mostrado un especial cuidado por su apariencia pública. De hecho, fuentes oficiales han reconocido que el gasto en peluquería, maquillaje y asesoría de imagen del presidente ha aumentado de forma notable desde 2020. Según datos publicados, el presupuesto de imagen se duplicó en esta legislatura, lo que evidencia que, para Sánchez, la estética también es política.

En esta ocasión, la puesta en escena fue más allá del maquillaje. La elección de Ferraz como escenario, el contraste del traje oscuro con la camisa blanca, el tono sombrío de su discurso y la decisión de comparecer sin el logo oficial del Gobierno buscaban un único propósito: salvar la figura institucional del presidente y dejar claro que lo que está en entredicho es el partido, no el Ejecutivo.

¿Víctima o estratega?

El debate está servido: ¿fue Pedro Sánchez víctima de la traición de su entorno o un estratega que quiso aprovechar la ocasión para reafirmar su liderazgo ante la tormenta? Lo cierto es que, al despedir a Cerdán, ha lanzado un mensaje claro de corte de cabezas, intentando transmitir que no le temblará el pulso frente a la corrupción. Pero al mismo tiempo, se aferra al poder y descarta cualquier cambio profundo o elecciones anticipadas. Su objetivo, como él mismo ha declarado, es gobernar hasta 2027.

A ojos de la ciudadanía, sin embargo, este movimiento puede resultar insuficiente. Las explicaciones dadas hasta ahora, tanto en lo político como en lo penal, siguen generando muchas dudas. Y la puesta en escena de Sánchez, con maquillaje dramático incluido, ha sido percibida por muchos como una maniobra de distracción más que como un gesto sincero.

Reacciones en redes: del meme al escándalo

En pocas horas, la imagen de Pedro Sánchez se convirtió en blanco de burlas y críticas. Usuarios como @manuel_llamas o @EL00LEON compararon su aspecto con personajes de ficción y criticaron duramente lo que consideran una farsa política: “El PSOE ha contratado al equipo de maquillaje de The Walking Dead para esta rueda de prensa”, ironizaba uno de ellos. Otros señalaban el uso del maquillaje como “una técnica manipuladora” para generar lástima.

Analistas políticos también han cuestionado el momento elegido para la comparecencia: justo después de que se conociera el informe de la UCO que implica al núcleo de confianza del presidente en posibles tramas de adjudicación de obras públicas a cambio de comisiones. En ese contexto, la imagen compungida de Sánchez parecía, para muchos, una cortina de humo.

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