Síguenos

Cultura

ENTREVISTA | Antonio de Felipe, vuelve el rey del Pop Art

Publicado

en

Antonio de Felipe

Antonio de Felipe (València, 1965) es el pintor español Pop más importante a nivel internacional. Su estilo pictórico es fácilmente reconocible. El artista ha logrado convertir iconos del pop en arte y en pop a iconos del arte. Sus Audrey Hepburn, Marilyn Monroe o sus Meninas han servido de inspiración para muchos otros. Sus vacas pastaron por medio planeta revolucionando el panorama cultural. Vive desde hace años en Madrid pero no olvida su tierra. Allí, en la calle Caballeros, 47 tiene abiertas las puerta de su taller para amantes de la cultura y curiosos.

Colecciones, públicas y privadas, tienen en sus fondos obra del artista. Carmen Thyssen-Bornemizsa cuenta con el talento plástico y la fuerza arrolladora del que está considerado por muchos como el Andy Warhol.

Ahora podemos disfrutar de una pequeña muestra de su talento en El Rincón del Faro de Cullera, donde Antonio de Felipe acudió para inaugurar la exposición. Official Press le acompañó a orillas del Mediterráneo entre lienzos, vinos y amigos.

Madonna, Marilyn Monroe, The Beatles… ¿A quién te falta por pintar?

Bueno mucha gente. Lo que pasa es que me gusta alimentarme de la cultura popular de mi generación, de las anteriores y de las posteriores. Utilizar personajes o símbolos de la cultura popular entronca mucho con mi filosofía reinterpretar esos iconos, esos símbolos que son afines o que son muy cercanos a la gente, pero en cambio devolverlos con mi lectura especial que es donde está un poco la esencia del cuadro. Iconos que todo el mundo conoce de alguna manera transformarlos o mezclarlos con cosas inverosímiles, obvias, contrarias u opuestas. Y dentro de mi filosofía de arte es cómo hacer posible lo imposible. Y esas mezclas y combinaciones sorprendentes u obvias es lo que les da una nueva lectura al que ve el cuadro porque le resulta el personaje conocido pero ve que hay algo sorprendente detrás que le resulta atractivo, insólito y bello.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Hace un par de años te reinventaste con Pop Pocket.

Todas mis series son únicas y reflejan un momento. He pasado de series excesivas como fue Graffiti Pop en Casa de Vacas que fue todo en cuadros de gran formato, piezas con neón, pero justo Pop Pocket la hice justo en la pandemia. Volví a hacer como ‘un menos es más’, es decir la obra mínima posible está hecha con bolígrafo y papel de pequeño formato. Y también fue sorprendente la capacidad de poder hacer una obra completa -no son dibujos en realidad- en un tamaño de una tarjeta de visita o algo muy íntimo y ese ejercicio siempre es sorprendente y estimulante para un artista.

Viajes en el tiempo durante 30 años de carrera

Antonio de Felipe es figura clave del Art Pop en España, ¿cómo se lleva esto y cómo es tu día a día a la hora de trabajar?

Una de las cosas que más pueden hacer feliz a artistas que llevamos tiempo, yo llevo más de 30 años de carrera, es ver que tu trabajo ha inspirado a nuevas generaciones de artistas, aparte que sea uno de los artistas más copiados e imitados del país. Yo conozco gente que ha empezado y que tienen ya una línea que se han inspirado en mí para arrancar y crear su propio estilo. Eso me parece que es maravilloso. Los artistas trascendemos si somos capaces de vernos en los artistas del futuro. Por ejemplo, Velázquez quién le iba a decir a él que iba a estar tan presente. Es muy bonito como la esencia del arte o lo que han aportado los grandes artistas, se va transmitiendo de generación en generación de artistas, que es lo que hace que no mueran. Mantienen tu estilo de haber creado una especie de manera de hacer cosas al resto pues es maravilloso. Y no solo en los cuadros; yo veo en Instagram millones de cosas que yo sé que soy un referente porque me reconozco en fotos, en muchísimas cosas que digo bueno pues este es un poco mi legado. He creado esta manera de trabajar las imágenes, los iconos de dar vueltas en el tiempo. Por ejemplo yo estoy constantemente haciendo viajes a lo largo de la historia del tiempo y de los iconos. Me parece sorprendente y yo sé que muchas artistas que les he servido de inspiración para fijar sus carreras y luego que ellos ya vayan evolucionando hacia su propio estilo. Es muy bonito el ser fuente de inspiración para nuevos artistas.

Antonio de Felipe y lo cotidiano como fuente de inspiración

Hemos hablado antes de la pandemia. Llevamos un par de años malos con la pandemia, ahora la guerra. Los artistas, ¿os abstraéis de la realidad o por el contrario no podéis evitar que os afecte y os sirva de inspiración?

Me divierte mucho y me resulta muy atractivo crear de cosas insólitas, es decir de las cosas o actos cotidianos que a lo mejor no tiene ningún interés pero la manera de hacerlo lo hace especial. Por ejemplo, tengo un vídeo sacando la basura pero la manera de hacerlo tiene mucha gracia. El ser capaz de darle arte a cualquier cosa cotidiana, sobre todo ahora con los teléfonos que hay una posibilidad enorme de poder hacer ese tipo de cosas me parece muy estimulante. Porque eso hace que ese tipo de arte, que realizas simplemente por placer y no por ganar dinero me parece maravilloso me parece maravilloso. Y los artistas cada uno tiene sus propias fuentes inspiración, pero yo desde luego me nutro de mi día a día y cosas que me llaman la atención y me resultan atractivas.

¿Y la parte de dolor o tristeza de la realidad también te afecta a la hora de trabajar?

Depende. Yo he tratado temas de dolor, quizá ahora no. Ese tipo de cosas tiene que salir. Yo nunca fuerzo ninguna historia, Sí que es cierto que hay mucho de la guerra, mucha información. Por ejemplo con lo del covid todo era mascarillas. Cuando ya hay tanto de eso… a lo mejor sí podría hacer cosas pero no por subirte al carro de la actualidad, de lo que está de moda esto hago. Hay gente que utiliza lo último para trabajar, pero a mí eso de subirme el carro porque es lo que toca, no. Tienes que trabajar porque realmente te nazca, te apetezca sea la guerra o sea cualquier cosa, un retrato de tu tía porque ha venido del pueblo lo que quieras pero lo más importante es que el artista sienta lo que hace. A mí crear cosas que no me apetezca no puedo, ya he llegado a una edad que lo que me sale natural es arte muy limpio y es lo que realmente me complace hacer.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Así entre tú y yo cuál es tu obra favorita. A la que más cariño le tienes.

Después de 30 años y miles de obras puede sonar un poco a tópico pero todas las obras tienen valor porque reflejan un momento de mi vida. Cada cuadro ya es irrepetible porque tiene el valor de transmitir lo vivido en un momento concreto. Cuando veo alguna de estas obras me retrotraigo al momento en el que estaba, la música que estaba escuchando, qué me estaba pasando para mí. Todos tienen un sentido evocador, por lo que yo quiero a todas mis criaturas, no reniego de ninguna.

Tus vacas pastaron por medio mundo…

Bueno yo fui el primero en hacer las vacas en el 96, luego me copiaron todo el mundo. Fíjate qué idea yo no vi ni un euro, nada de nada y ha sido una idea que han hecho millones por todo el mundo. Se han hecho después vacas, zapatos, pingüinos, meninas etcétera. La idea está demasiado ya saturada y cuando una idea se sobreexplota, sobresatura, pues pierde su valor. Aunque tiene el valor de decir eso es porque mi idea ha sido tan buena que se ha esparcido por todo el mundo y lo ha copiado todo el mundo.  Poca gente sabrá que la idea es mía, pero tienes el placer de decir algo que se me ocurrió a mí ha dado la vuelta al mundo y al final tienes la satisfacción de decir que si se ha copiado tanto es porque era algo bueno. Fíjate si ha dado resultado.

Cómo es un día en la vida de Antonio de Felipe.

Yo vivo en Madrid desde hace muchos años, trabajo en el estudio, haciendo cosas con el teléfono la inspiración. Yo soy como una esponja que todo las ideas las paso por la «factory» (Risas) y luego las defino. Yo voy captando información de cosas todo el día, además yo soy más bien noctámbulo y por la noche es cuando me siento como más tranquilo. Por ejemplo, por las noches estoy trabajando todas esas ideas. Durante el día dándoles forma, voy atando cabos y es el momento maravilloso de la creación, y muchas veces lo hago desde la cama con el teléfono, la tablet. Es un momento de ver qué ocurre con todas las cosas que he cogido y es un momento de hallazgo que es maravilloso.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cultura

El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

Publicado

en

El misterio del nicho 1501
El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

El Cementerio General de València esconde una curiosa historia en la que el amor, la desgracia, el terror y la fortuna se dan la mano. La historia de un nicho, el nicho de Emilia. Un enigmático caso que parece salido de la mente de Edgar Allan Poe Lovecratf, pero que es real y nos vuelve a confirmar que la realidad supera siempre a la ficción.

Para conocer quien descansa en el nicho 1501 y la historia olvidada que allí yace, debemos trasladarnos hasta finales del siglo XIX. Vicente García Valero era un actor y autor teatral nacido a mediados del siglo XIX que se enamoró perdidamente de Emilia Vidal Esteve. A pesar de su juventud, él contaba con 15 años y ella con 13 no tardaron mucho en casarse.

El trabajo de Vicente le llevó a trasladarse a Madrid, donde un día la alegría se transformó en desgracia cuando la joven falleció 1876 por un brote de fiebres tifoideas. 

El misterio del nicho 1501

Su cuerpo fue enterrado en una fosa común debido a que la familia no podía costear los gastos, pero el actor quiso recuperar el cuerpo de su amada costara lo que costara y finalmente logró exhumarla de manera clandestina casi dos años más tarde en el día de Nochebuena de 1877. Cuentan que Vicente tuvo que sobornar con dinero al sacerdote que pocas semanas atrás había enterrado a la chica.

Cuando abrió el féretro, Vicente relató que la joven «parecía como dormida». Tal vez lo viera así fruto de su enamoramiento ya que por el tiempo transcurrido su estado debía ser el de putrefacción y descomposición.

250 pesetas fue el precio que le tocó pagar, sin duda toda una pequeña fortuna para la época, para hacerse con el nicho número 1501 a perpetuidad. Y allí en el Cementerio General de València descansa desde entonces.

El tiempo pasó y Vicente se casó con Ángela, la hermana de su difunta esposa. Pero la historia no queda ahí, ya que el matrimonio tuvo una hija, a la que curiosamente llamaron Emilia, el mismo nombre que el amor de su vida.

Porque Vicente seguía obsesionado con su primera mujer. No la podía olvidar, y así lo demostraba cada año, mandando todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho y lo adornaran de flores, hechos que relata él mismo en su libro ‘Páginas del pasado’.

Pero la desgracia volvió de nuevo a su vida con la muerte de su hija a la edad de 4 años y la de su esposa. Duro es el testimonio de un cartero, que fue testigo de la muerte de la pequeña cuando acudió a la casa para entregar un correo y le abrió la puerta Vicente con su hija en brazos. El cartero pensó que la niña estaba dormida y García Valero le respondió «no, está muy dormida, esta muerta.»

Pero en la mente de Vicente permanecía Emilia. No podía olvidar su recuerdo y tal vez fuera por eso que se volviera a casar con la otra hermana, Amparo. ¿Buscaba en ellas a su amada?

El décimo 1501

Si el relato hasta el momento es ya sorprendente todavía faltaba una última vuelta de tuerca. Un nuevo giro que hace de esta, una historia increíble pero cierta. Vicente, dedicó su vida al teatro, repartiendo su tiempo entre Madrid y València, pero tomando como residencia la capital de España. Allí le inundó la pena y tristeza por estar tan lejos del nicho de su amor a pesar de encargarse desde la distancia de su cuidado.

Hasta que un día dejó de enviar dinero. Era el 1 de noviembre de 1911 y su situación económica había empeorado por lo que no pudo hacer que limpiaran la lápida y le colocaran flores. Pero por fin a Vicente García Valero le iba a sonreír la suerte. El destino o lo que ahora llaman karma o tal vez, quien sabe si su amor, le iba a devolver todo el cariño que le había dedicado Vicente durante años.

Caminando por una administración de lotería próxima al teatro Apolo, Vicente vio un décimo y lo compró. Era el 1501.  En el sorteo del 10 de octubre de 1912 su número fue premiado con 6000 pesetas de la época. “Tantos años enviando dinero a mi amada y ahora es ella la que me lo devuelve”, exclamó Vicente según narra en su libro de memorias.

Ahora Vicente podía seguir pagando los arreglos y cuidados de la lápida cada 1 de noviembre. Y así lo hizo hasta que le llegó la muerte en Madrid el 12 de octubre de 1927. Y allí lejos de su amada se piensa que está enterrado.

Hoy en día nadie se acuerda ya del nicho 1501. La inscripción de la lápida está casi borrada por el paso del tiempo. “Recuerdo de V. García Valero” se puede leer.

Pero desde hace unos años, alguien coloca flores en el nicho 1501…

Continuar leyendo