Valencia
Intensivistas alertan del agravamiento en las UCI: «La magnitud de esta tercera ola es mucho mayor que lo que hemos visto hasta ahora»
Publicado
hace 5 añosen

Concha Tejerina
València, 16 ene (EFE).- La situación de las UCI de los hospitales españoles se agravará en las próximas semanas y podría alcanzar el pico más alto de ingresos a finales de enero, por lo que sería necesario aplicar «medidas más severas».
Entre ellas, «restricciones más rigurosas a las actividades que sabemos claramente que favorecen la diseminación del virus e incluso un confinamiento domiciliario de dos semanas», asegura a EFE el doctor Álvaro Castellanos, vicepresidente de la Sociedad española de medicina intensiva crítica y unidades coronarias (Semicyuc).
Castellanos, jefe de servicio de Medicina Intensiva del Hospital La Fe de València, advierte: «La magnitud de esta tercera ola de la pandemia es mucho mayor que lo que hemos visto hasta ahora».
OCUPACIÓN EN UCI
Según alerta, en la Comunitat Valenciana prácticamente el 100 % de las camas de cuidados intensivos ya está ocupado en su mayoría por pacientes con COVID-19 y actualmente están ingresando pacientes en áreas de reanimación posquirúrgica, cuidados intermedios y quirófanos en algunos casos.
La Fe está recibiendo pacientes de otros hospitales, como el Clínico de València o el de Sagunto, saturados desde hace tiempo. «Estos dos hospitales no tienen más capacidad de atención UCI, más que las altas que puedan ir dando, y sus posibilidades de expansión están acotadas», explica.
Por ello, en La Fe «se van habilitando nuevos espacios» y aún tiene posibilidad de ingresar a más pacientes con covid y con otras patologías.
De hecho, matiza, durante la primera ola, muchos de los pacientes con patología habitual dejaron de venir, pero ahora sí acuden al hospital «y ocupan un número de camas de UCI también significativo».
«Es verdad que ahora mismo la ocupación de la UCI es mayor que durante la primera ola, en marzo, pero todavía tenemos un pequeño margen», indica.
LA OLA MÁS INTENSA
Aunque indica que se podría hablar de un rebote en diciembre de 2020 de la segunda ola de la pandemia, que a finales de octubre empezó a bajar en frecuencia de ingresos hospitalarios y de pacientes en UCI, «está viniendo una tercera ola con más intensidad que en la vivida en marzo del pasado año».
En Cataluña los ingresos en UCI están aumentando pero de forma más gradual, en Madrid las hospitalizaciones suben rápidamente y Extremadura, con la incidencia más alta del país, también la ocupación es muy alta, aunque es la Comunitat Valenciana la que mayor porcentaje de ingresos tiene en las UCI.
AGRAVAMIENTO DE LA SITUACIÓN
A su juicio, «la situación se va a agravar, seguro. Van a seguir ingresando pacientes en el hospital y en la UCI» porque falta el efecto de las reuniones que se hayan podido producir durante los primeros días de enero y la festividad de Reyes Magos.
«Durante todo este mes vamos a seguir recibiendo pacientes con toda seguridad», augura Álvaro Castellanos, que indica que se espera que, a nivel nacional, el pico e ingresos en las UCI se produzca a finales de enero.
A su juicio, para abordar este incremento de ingresos en la Comunitat Valenciana «podemos hacer lo que hicieron Madrid y Barcelona en la primera ola, que cuadruplicaron su capacidad de atención de pacientes críticos».
«Habilitaron hospitales de día, áreas de acogida prequirúrgica e incluso espacios abiertos diáfanos en los que poder incorporar gases medicinales, que son fundamentales», recuerda para añadir que la opción es seguir expandiéndose a áreas que potencialmente se pueden utilizar como unidades de críticos «con los cambios necesarios».
Esta expansión debería ser dentro del hospital, en espacios diáfanos y áreas en la que, con modificaciones por parte de ingeniería, se pudieran incorporar gases medicinales para poder servir para tratar también a enfermos críticos.
Según Castellanos, en principio los hospitales de Campaña tenían un diseño para permitir tratar a pacientes críticos, pero lo ideal es que, siempre que se pueda, sean tratados dentro del Hospital, donde están las técnicas diagnósticas y de imagen, los laboratorios y una logística más efectiva.
ENDURECER LAS RESTRICCIONES
A su juicio, ante la situación actual «quizá un confinamiento corto de dos semanas podría ser una solución».
Aunque señala que hay incertidumbre con respecto a cómo evolucionará la curva, y se prevé que el pico pueda llegar a finales de enero, «puede ser que no, que se retrase, en cuyo caso podemos llegar al colapso a pesar de la posibilidad de que podamos tener que multiplicar, incluso por tres, el número de camas de UCI».
Por ello, asegura que los profesionales intensivistas, en primera línea en la lucha contra la covid-19, son «partidarios de tomar medidas más estrictas, como la que se ha hecho en otros países, un confinamiento limitado de dos semanas».
«El confinamiento familiar es, quizá, una medida extrema, pero sí una restricción más severa de actividades que sabemos que se asocian con el incremento de contactos. El confinamiento domiciliar de dos semanas puede ser buena medida para retener rápidamente este incremento de casos que estamos viviendo», asevera.
Y pronostica que el efecto de las vacunas en cuanto a la disminución de la transmisión del virus no se verá hasta que se consiga vacunar a entre el 60 y 70 % de la población, y para alcanzar esas cifras pasarán, al menos, 4 o 5 meses.
«Vamos a tardar mucho en ver ese efecto y, por ello, ahora mismo habría que tomar medidas más drásticas para parar esta afluencia masiva de pacientes con covid a los hospitales», insiste.
SITUACIÓN DEL PERSONAL
Sobre la situación de los profesiones sanitarios, asegura que están «cumpliendo perfectamente» y aunque reconoce que hay «cierto cansancio», afirma que no ve «signos de desgaste profesional».
«El personal está siempre volcado en hacer las cosas lo mejor posible, cumplir con su deber y, pese al cansancio, darlo todo», valora.
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Cultura
Muere a los 47 años el valenciano Azuquita, creador del Rumbakalao e icono de la Ruta del Bacalao
Publicado
hace 3 horasen
7 septiembre, 2025
El mundo de la música en España llora la pérdida de Pedro Bermúdez, conocido artísticamente como Azuquita, fallecido a los 47 años en Palma de Mallorca, ciudad en la que residía en los últimos años. La noticia fue confirmada por la prensa balear en la mañana del sábado 6 de septiembre de 2025 y rápidamente se difundió entre seguidores y compañeros de profesión.
Azuquita deja tras de sí un legado musical muy singular, marcado por la creación del Rumbakalao, un estilo híbrido que en los años 90 unió la rumba con los sonidos electrónicos de la mítica Ruta del Bacalao. Con esta fusión, el artista valenciano alcanzó una gran popularidad y se convirtió en uno de los nombres propios de aquella época.
El origen del Rumbakalao: la rumba se cruza con la Ruta del Bacalao
En plena efervescencia de la Ruta del Bacalao, un movimiento musical y cultural que marcó la Comunitat Valenciana y se extendió por toda España en los 80 y 90, surgió la figura de Azuquita. Mientras los clubes de Valencia y alrededores vibraban con el techno, el dance y el house, él apostó por un camino alternativo: versionar los grandes éxitos de la música de discoteca desde un prisma rumbero.
Ese experimento dio lugar al Rumbakalao, un género propio que unía el ritmo festivo y cercano de la rumba con la energía electrónica que dominaba las pistas de baile. Fue en 1993, con apenas 17 años, cuando Azuquita saltó a la fama al versionar “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo, uno de los himnos indiscutibles de la Ruta. Su propuesta sorprendió y conectó con un público que buscaba nuevas formas de vivir la música.
Azuquita, un artista que rompió moldes en los 90
Con su estilo desenfadado, su humor característico y una personalidad cercana, Azuquita logró hacerse un hueco en la escena musical de los 90. Sus versiones convertían los éxitos electrónicos en temas que podían sonar tanto en una discoteca como en una verbena popular, lo que ampliaba enormemente su público.
Durante esa década lanzó tres discos:
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Rumbakalao (1994)
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Escucha que te digo (1995)
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Sinelo Kalo (1997)
Cada uno de estos álbumes reforzaba su propuesta musical y consolidaba su imagen de artista rompedor. Su voz y su particular manera de interpretar canciones lo convirtieron en un referente de un estilo único que, aunque surgido en un contexto muy concreto, sigue siendo recordado por quienes vivieron aquella época.
La Ruta del Bacalao: un fenómeno cultural más allá de la música
Para entender la relevancia de Azuquita, es necesario recordar lo que supuso la Ruta del Bacalao. Más que un movimiento musical, fue una auténtica revolución cultural en la Comunitat Valenciana que tuvo su epicentro en discotecas míticas como Barraca, Spook, Puzzle o ACTV. Allí sonaban sesiones maratonianas de música electrónica que marcaron a toda una generación.
En ese ambiente dominado por el techno y el dance, irrumpió Azuquita con un toque inesperado: fusionar ese sonido de club con la rumba valenciana. Su propuesta, lejos de pasar desapercibida, ofreció un soplo de aire fresco y demostró que la Ruta también podía reinterpretarse desde otros estilos.
El Rumbakalao se convirtió así en un símbolo paralelo al fenómeno de la Ruta, con un aire más desenfadado y popular, que lo acercaba tanto a la cultura de la calle como a la de las discotecas.
Colaboraciones y proyección internacional
Aunque su época dorada estuvo en los 90, Azuquita no se quedó anclado en el pasado. Ya en los 2000, participó en proyectos que le llevaron más allá de España. Una de las colaboraciones más destacadas fue con el alemán Matthias Reim, lo que le permitió acercarse al público centroeuropeo.
Su versatilidad musical y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos lo convirtieron en un artista querido dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.
Azuquita y Los Rumba Kings: su etapa más reciente
En los últimos años, Azuquita formaba parte de Los Rumba Kings, un grupo que mantenía vivo el espíritu de la rumba española y con el que continuaba actuando en fiestas, conciertos y festivales. Desde Mallorca, su lugar de residencia, seguía compartiendo música y demostrando que su pasión por el escenario permanecía intacta.
Para sus seguidores, cada actuación era un viaje en el tiempo que recordaba la frescura de los años 90 y la época dorada del Rumbakalao.
El legado de Azuquita en la memoria musical valenciana
La muerte de Azuquita supone un golpe para quienes vivieron la Ruta del Bacalao y para los amantes de la música fusión en España. Su aportación fue única: logró unir dos mundos aparentemente opuestos, la rumba y la música electrónica, en un género propio que hoy sigue siendo recordado como una seña de identidad de los 90.
Además de su música, queda en el recuerdo su carácter alegre y su humor, que transmitía tanto en entrevistas como sobre el escenario. Su figura forma parte de la memoria colectiva de una generación que bailó sus versiones en discotecas, verbenas y fiestas populares.
La Ruta del Bacalao como patrimonio cultural
Hoy, con el paso del tiempo, la Ruta del Bacalao se reivindica como un fenómeno cultural que fue mucho más que ocio nocturno. Supuso un laboratorio musical, artístico y social que influyó en la música electrónica en España y dejó huella en generaciones posteriores.
En este contexto, artistas como Azuquita ayudaron a ampliar las fronteras de lo que podía ser la Ruta, demostrando que la innovación también cabía dentro de un movimiento ya de por sí experimental.
Un adiós con sabor a nostalgia
El fallecimiento de Azuquita a los 47 años deja un vacío en la música valenciana y en la historia reciente de la cultura popular española. Sus discos, sus versiones rumberas de clásicos de la Ruta del Bacalao y su papel en Los Rumba Kings forman parte de un legado que seguirá vivo en la memoria de sus seguidores.
En un momento en que se recupera la memoria de la Ruta y se organizan homenajes a aquel movimiento, la figura de Azuquita resurge como la de un artista que se atrevió a mezclar mundos y consiguió crear algo nuevo. Su Rumbakalao siempre será recordado como un sonido propio de los 90, un símbolo de una época irrepetible.
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