Síguenos

Valencia

Juan Carlos Caballero, director y portavoz de la campaña a la alcaldía de María José Catalá

Publicado

en

juan carlos caballero
Juan Carlos Caballero y María José Catalá

El comité de dirección local del PP de Valencia ha nombrado a Juan Carlos Caballero, diputado en Cortes Valencianas y secretario general del PP de Valencia, director y portavoz de la campaña de María José Catalá a la alcaldía de Valencia en las elecciones del próximo 28 de mayo. Catalá también ha anunciado al finalizar el comité que “tanto los concejales de la ciudad como los coordinadores de distritos se incorporan al comité de campaña”.

Es una de las primeras decisiones que toma la dirección local por la campaña que la líder del PP de Valencia ya cifra en más de 20 los actos organizados cada semana en la ciudad. Catalá ha desvelado que “la campaña va a ser propositiva y de propuestas para mejorar la vida de los vecinos de la ciudad”.

Juan Carlos Caballero

La candidata del PP a la Alcaldía de Valencia, María José Catalá, ha señalado que “Caballero concentrará la dirección y la portavocía de la campaña. Para mí es un privilegio contar con una persona joven, con tanto talento e ilusión por esta ciudad. Voy a hacer una campaña propositiva porque los valencianos se merecen y necesitan ilusión y proyectos de ciudad abiertos, donde caben todos.

Estoy satisfecha que el Partido Popular sea una casa de acogida para aquellos vecinos que optaron por otros partidos y que ahora ven aquí su mejor proyecto”.

El director de Campaña de María José Catalá, Juan Carlos Caballero, ha agradecido la confianza depositada en él para dirigir una campaña que va ser “la campaña del cambio y de la esperanza porque Valencia pide un cambio y ese cambio es María José Catalá y el Partido Popular.

El Partido Popular va a hacer una campaña de barrios. No nos vamos a dejar una calle sin pisar, ni un barrio por recorrer, ni un distrito por patear, ni un vecino por escuchar. Va a ser una campaña de proximidad. Tenemos la mejor candidata y el mejor proyecto. Los valencianos piden un cambio y vamos a darles esa esperanza. Los valencianos están hartos de la apatía y de la ideología de Ribó. Y el cambio será María José Catalá”.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

Publicado

en

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

Continuar leyendo