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Ana Rosa Quintana: «Penélope va de novia fallera»

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Ana Rosa novia fallera

La gala Met crea gran expectación, se celebra el primer lunes de mayo y cada año tiene una temática. Karl Lagerfeld bajo el lema «A Line of Beuaty» era la línea temática de este año, en honor al diseñador que falleció en 2019. Penélope Cruz era una de las primeras en llegar al Museo Metropolitan de Nueva York y su vestimenta no ha dejado indiferente a nadie. En el programa de Ana Rosa no han dudado en comentarlo y hacer una gran referencia un tanto desconcertante hacia las Fallas de València.

Ana Rosa Quintana: «Penélope va de novia fallera»

La actriz cautivaba a los espectadores con un vestido de alta costura firmado por Chanel. Se trataba de una pieza vintage, de 1998 que pertenece a la colección Spring Summer. El vestido,  es ajustado a la cintura con un cinturón con perlas y el logotipo de la firma francesa. La falda, con cancán y gasa bordada en el bajo con lentejuelas, remataba el espectacular diseño. Grandes expertos en moda admiten que tiene una inspiración principesca, que recuerda al vestido de una novia.

Todas las tertulias de la mañana se han hecho eco de este gran evento y el programa de Ana Rosa no ha sido menos. Han hecho una recapitulación de los mejores vestidos de la gala en la que Bibiana Fernández hacia de experta. Todos los comentaristas se han centrado en Penélope Cruz y han comentado cómo iba.

Pocos segundos han tardado en hacer alusión al traje de fallera. Pues todos los presentes han dicho que se parecía a una princesa, pero Bibiana Fernández decía: «La veo más fallera». A estas palabras se sumaba Ana Rosa Quintana, quien además, añadía que aludía a una novia fallera: » Puede ser perfectamente una novia fallera, Penélope va de novia fallera».

La afirmación ha creado bastante revuelo, por lo poco informados que se encontraban, al comparar un vestido de corte princesa con el de una fallera. Sí que es verdad que no se encontraba la valenciana del equipo, Cristina Tárrega. Pero sus confusiones no han cesado ahí, llamando rosas a las características camelias de Chanel.

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8 años sin Chiquito, el creador del idioma ‘Grijarder’

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VÍDEO | Chiquito de la Calzada, homenajeado con un semáforo que repite sus frases
Chiquito de la Calzada

Como cada año por estas fechas, los medios de comunicación sacaremos las «listas del año»: que si las mejores películas, las canciones más escuchadas en la plataforma de moda. Incluso hay recuento de las palabras más utilizadas en cada país.

Precisamente, por estas fechas, un día como hoy de hace ocho años fallecía un humorista capaz de revolucionar por completo el Diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Necesitábamos revolucionar nuestro lenguaje, sin necesidad de que lo hicieran desde fuera con nuevos vocablos. Y de eso se encargó, por la gloria de mi madre, Chiquito de la Calzada.

El humorista, cantaor y actor cómico revolucionó nuestra lengua. Todo el mundo niños, mayores, ancianos; ricos y pobres; perros y gatos. Nadie podía evitar contagiarse de esos vocablos que nos traía ese hombre y su nueva lengua, el grijander. Porque si esta persona fue capaz por aquel entonces de batir con más de cuatro millones de espectadores de audiencia un partido de Champions del todopoderoso Real Madrid, seguro que es capaz de terminar con la lengua de Shakespeare en un abrir y cerrar de ojos.

Así creo que sería justo que Chiquito de la Calzada tuviera una silla en la Real Academia Española (RAE) para darle aires nuevos a nuestra lengua y dejar de tomar palabras de otras.

¿Para qué queremos el spanglish? Ya puestos a inventar e incluir palabras nuevas prefiero que por lo menos sean graciosas.

Aquí van los motivos que refrendan el movimiento #chiquitoalarae

Palabra de Chiquito (de la Calzada)

Te das cuen; Quietorr; por la gloria de mi madre; al ataquerr; cobarde; pecador de la pradera; Bambino; jaaarl; era el año 4; ese caballo que viene de Bonansa; mamarl; no puedorl; asexuar; no te digo trigo por no llamarte Rodrigo; apitican de morenau; no puede sé; torpedor; y un largo, largo etcétera.

Que levante la mano aquel que no haya dicho ninguna palabra salida de esa brillante y lúcida mente.

Mi duda es, si la gente hizo suyo ese lenguaje, ¿por qué ninguno de esos términos está en el diccionario?

El idioma Grijander o chiquitistaní

En un país como España en el que todo el mundo tiene nivel medio de inglés aunque luego no sepa ni preguntar la hora, el grijander sería el segundo idioma que tanto nos exigen. Porque Chiquito tiene un método mucho mejor que Vaughan.

Ya imagino esos diccionarios de Español-Grijander/ Grijander-Español.

¿Podría ser el grijander ese idioma esperanto con el que todo el mundo pudiera entenderse con un simple “¡Jaaarl!”?

Su conjugación y formación de palabras es muy sencilla: simplemente basta con añadir las terminaciones “rr” (¿cómorr?), “rl” (fuegorl),… y otras muchas que el espíritu chiquitistaní nos sugiera.

Con el idioma Grijander no existirían las discusiones de si hay que llevar una canción a eurovisión en español o en inglés. Imaginad una versión del “La, la, la” de Massiel. No sería difícil: “Jarl, jarl, jarl”. ¡Nos votarían hasta los países del este! (Que tomen nota los del BenidormFest)

El doctor Grijander

Si hay un médico famoso en nuestro país, ese es el doctor Grijander.

Pupitas en el fistro de abajo; revisiones del diodeno; amatomas sexuales;… no había especialidad que se le resistiera.

Por muy asustado que estuviera el paciente, el doctor Grijander siempre sabía cómo tranquilizarlo con su “¡reláaajese usted!” o el “¡Ten cuidadín no te hagas pupita en el fistro duodenaaal!”

Insultar con gracia

Chiquito te ofrecía la posibilidad de decirle a tu jefe en toda su cara “Me cago en tus muelars… Eres un fistro-pecador-cobarde” Y no solo no te despedía, sino que te subían el sueldo y te ascendían a director.

Fácil de aprender (no requiere de un nivel alto de estudios)

Por aquel entonces sin internet, wikipedias, ni redes sociales, todos sabíamos de memoria sus consignas ya fueras muy listo o no tan listo. Tal vez no recordáramos ya los afluentes del Tajo pero sí que el sastre de Tarzán trabajaba poco; que había un hombre que había nacido después de los dolores; que había gente que en vez del graduado tenía una etiqueta de anís del mono o que se podía freír un huevo con saliva.

Gromenauer, Peich,… números y letras fáciles de recordar. ¿Para cuándo unos Cuadernos Rubio?

Sensualidad y sexualidad

Las novelas eróticas que están tan de moda en la actualidad no serían los mismo si se escribiera en el idioma de Chiquito (serían mejores):

“El señor Grey la recibirá ahora para borrarle el cerito mientras hacen guarreridas españolas con el fistro sexual. Después irán en helicopteror hasta su habitación roja donde allí le hará la caidita de Roma varias veces hasta que grite: ¡Por la gloriaa de mi madrer!”.

¿Y los anuncios de colonias? También cambiarían ligeramente. La imagen en blanco y negro de ese hombre perfectamente esculpido en busca de su camisa en un interminable vestidor mientras camina dando pequeños saltitos con la mano en sus lumbares. Una vez vestido, mirada a cámara frunciendo el ceño en plan malote y grito: ¡¡¡Al ataaqueeerrr!!!

¿Os imagináis a Kate Moss en un anuncio de “A-canemor”, la fragancia para ella”?

El movimiento chiquito

No me refiero a ningún partido, moda o grupo social.  Me refiero a esos pequeños saltitos que hacía el señor Chiquito para caminar con la mano colocada en las lumbares como si tuviera un terrible dolor. Esa perfecta coreografía no era algo banal ni superfluo, era una forma de ser. Una forma de vida. One lifestyle que dirían otros.

Si el siglo XXI nos ha traído a los metrosexuales y a los hipster, los últimos años del siglo pasado nos dejó el chiquitismo como forma de ver las cosas y afrontar el día a día. ¿Por qué no recuperarlo ahora?

Si el chiquitismo hubiera surgido hoy en día en pleno auge de las redes sociales y sus vídeos virales, estoy seguro que hasta el mismísimo Obama habría aparecido en la portada de la revista Time con el titular: “I can´t, can´t”.

Incluso las crisis económicas se podrían afrontar de una manera bien distinta.

–Periodistas: ¿Cómo esta el asunto?

–Político: La cosa está muy malitaaaar.

–Periodistas: ¿Sabría decirnos cuándo saldremos de la crisis?

–Político: No puedorr, no puedorr… ¡jaaaarl!

Y la sociedad ante eso habría reaccionado de otra manera seguro: “nos hemos quedado sin trabajo pero ¡nos hemos reído!”, comentarían por las calles los ciudadanos entre lágrimas de alegría.

Expresiones llenas de sabiduría popular

Tengo más nervios que un filete de cinco pesetas; Trabajas menos que el sobaco de un churrero; Te mueves más que los precios;…

Son solo unos pocos ejemplos de las cientos y cientos de expresiones que a mediados de los 90 invadieron nuestras conversaciones. Contar la comparación más ocurrente se convirtió en deporte nacional, creciendo de paso el ingenio lingüístico de los españoles.

Por eso, desde aquí pido (exigir me parece demasiado) una silla en la RAE para don Chiquito de la Calzada, con el fin de salvar nuestra lengua de la invasión anglosajona.

Él que tanto hizo revolucionando nuestro lenguaje merece un asiento o incluso un tresillo. El de la letra Peich.

¡Hasta luego… Lucas!                                          

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