VALÈNCIA, 5 Dic. (EUROPA PRESS) – El público de Bioparc ya puede contemplar en la sabana dos amenazadas especies de antílope, Addax (Addaxnasomaculatus) y Mhorr (Nanger dama mhorr), conviviendo como lo hacen en la naturaleza, según ha informado este miércoles el parque en un comunicado.
El pasado mes de octubre el parque valenciano recibió dos hembras de una nueva especie, el antílope Addax, en el marco del programa europeo de conservación (EEP) de esta singular especie que está catalogada en peligro crítico en la «lista roja» de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), pues se estima que quedan menos de 100 individuos maduros en su hábitat.
Además, se espera la llegada de un macho y así contar con un grupo reproductor en Bioparc que conlleve el nacimiento de los primeros Addax valencianos. Con esta nueva especie «se consolida, una vez más, el compromiso de Bioparc con la actividad conservacionista», han destacado.
Los Addax fueron habitantes de los desiertos del norte de África, desde los sistemas de gran duna de arena a los terrenos desérticos compactados. Pueden pasar meses sin agua e incluso pueden estar sin beber durante años, tomando sólo la humedad de las plantas que comen. Su aclimatación para sobrevivir en estas inhóspitas zonas.
Es el ungulado más grande del desierto y pueden dejar que la temperatura corporal aumente durante el día y reducirla durante el fresco de la noche, sin perder agua. También es conocido como el «antílope blanco» por el color de su pelaje, que se oscurece en invierno hacia tonos grisáceos y marrones, tiene una característica máscara en forma de «X» de color blanco que contrasta con su frente oscura.
Por su parte, Mhorr es un icono conservacionista, pues gracias a instituciones como Bioparc ha comenzado a reintroducirse en su hábitat tras ser salvada de su extinción por los programas internacionales de preservación. Un grupo de este bello antílope llegó al parque en 2014 y desde entonces se está reproduciendo con éxito.
Los recintos multiespecie son una de las características «más valoradas» de Bioparc en todos los sentidos. Por una parte, resultan idóneos para estimular los instintos de los animales, pues tienen que convivir y establecer jerarquías entre los diferentes individuos y especies como sucede en estado silvestre.
Asimsimo, ofrecen una visión «mucho más real» de los hábitats que se recrean. En este recinto podemos contemplar, además de los antílopes, la llamativa Grulla coronada cuelligrís (Balearica regulorum) y la Tortuga de espolones (Geochelonr sulcata).
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