VALÈNCIA, Sep 2018. (EUROPA PRESS) – Los casos graves de ‘bullying’ aumentan cada año en España en torno a un 20% anual, hasta registrarse durante el año pasado un total de 1.475, según el informe ‘Mediación escolar como método de resolución de conflicto en las aulas’ elaborado por la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
Ante estas cifras, el análisis de Antonia Martí Aras –profesora colaboradora del Máster Universitario en Psicopedagogía y experta en violencia adolescente– llama a que la mediación y la existencia de equipos de convivencia en las aulas sea uno de los objetivos, detalla la institución académica en un comunicado.
La investigación defiende la mediación escolar como un instrumento que promueve la resolución pacífica de conflictos dentro de los centros escolares y del plan de convivencia de cada centro. En su trabajo, la autora constata un aumento notable del número de intervenciones en la población escolar dirigidas a modificar las conductas agresivas de los estudiantes y «reconquistar la figura de autoridad del profesor».
En cuanto al origen del ‘bullying’, apunta que el conflicto forma parte de la conducta humana y nace de las situaciones en las que entran la oposición y contradicción, tanto de intereses como de necesidades, valores y deseos. La experta repasa las formas de responder al conflicto: superación, negación, evitación, acomodación y agresividad.
Como respuesta, defiende la construcción de oportunidades de crecimiento personal y cambio. «Estaremos hablando de negociación cuando las personas implicadas en el conflicto son capaces de dialogar para llegar a un acuerdo», subraya la profesora.
Otra forma de gestionar el conflicto es a través del arbitraje; es decir, «encomendar la búsqueda de soluciones a un tercero, llamado conciliador, que ofrece propuestas de resolución».
En cualquier caso, el trabajo recoge que la situación actual pone de relieve que «la mediación escolar no tiene cabida sin una formación específica que habilite a los mediadores en el desarrollo de un correcto proceso de resolución», con pautas específicas dirigidas a «gestionar el conflicto de forma positiva y creativa, fomentar un clima de diálogo, tolerancia y cooperación, prevenir la cronificación de problemas y la aparición de la violencia».
«A pesar que en los años 90 ya se empezaron a implementar programas de mediación escolar en algunas comunidades autónomas, los datos no son muy alentadores ya que en comunidades como Andalucía sólo se recurrió a la mediación escolar en menos del 2% de las conductas contrarias a la convivencia», ilustra la investigadora.
«CUALQUIER ALUMNO PUEDE SER BLANCO DE BURLAS»
En cuanto al perfil de las víctimas, el análisis recuerda que algunos estudios identifican una serie de características psicológicas o de actitud y comportamiento comunes. Pero, «por desgracia, cualquier alumno puede convertirse en blanco de las burlas de un grupo de agresores, muchas veces sin otro motivo que el puro azar».
También apunta a los factores que multiplican las posibilidades de sufrir acoso, como sufrir alguna discapacidad física o psíquica, tener algún tipo de trastorno del aprendizaje, «especialmente los problemas relacionados con el lenguaje oral porque son muy evidentes y fácil objeto de burlas», haber padecido acoso escolar con anterioridad o pertenecer a un grupo étnico, religioso, cultural o de orientación sexual minoritario.
Una vez iniciado el acoso, el trabajo señala que tener una personalidad introvertida o reservada o una mala comunicación con padres o profesores dificulta que los chicos denuncien las situaciones a tiempo, con el consiguiente peligro de que el acoso vaya más y la resolución sea más complicada.
Tienes que estar registrado para comentar Acceder