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Los Jaume I piden más recursos, menos burocracia y una ley del mecenazgo

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Los Jaume I piden más recursos, menos burocracia y una ley del mecenazgo
Los galardonados con los Premios Rei Jaume I 2022 (de i a d): Jesús María Sanz Serna (Investigación Básica), Marta Reyna (Economía), Antonio María de Lacy Fortuny (Investigación Médica), Emilio Chuvieco Saliner (Protección del Medio Ambiente), Monserrat Calleja Gómez (Nuevas Tecnologías) y Ángela Pérez Pérez (Premio al Emprendedor), y Javier Quesada, presidente ejecutivo de la Fundación Premios Rei Jaume I. EFE/ Ana Escobar

València, 23 nov (EFE).- Los ganadores de la trigésimo cuarta edición de los Premios Rei Jaume I han coincidido en destacar la necesidad de más recursos para la ciencia y la investigación, han criticado la excesiva burocracia y la falta de organización, y han reclamado una ley del mecenazgo que aplique medidas fiscales que ayuden a invertir.

Así lo han señalado Jesús María Sanz Serna (Investigación Básica); Marta Reynal-Querol (Economía); Antonio de Lacy Fortuny (Investigación Médica); Emilio Chuvieco (Protección del Medio Ambiente); Montserrat Calleja (Nuevas tecnologías) y Ángela Pérez (Emprendedor) en una rueda de prensa dos días antes de recibir el galardón en un acto que presidirán los reyes de España en la Lonja de València.

SITUACIÓN DE LA CIENCIA EN ESPAÑA

Reynal-Querol ha asegurado que en investigación en España es necesario «aumentar mucho los recursos y hacerlo fácil y que haya menos regulación y menos burocracia que nos está ahogando», y tras subrayar que en nuestro país «tenemos mucho talento» ha advertido de que estamos en un «momento peligroso» por el riesgo de que se vayan a trabajar a otros países muchos científicos.

Al respecto, José María Sanz Serna ha indicado que si finalmente los presupuestos generales del Estado son aprobados incluyen «un incremento» para ciencia e investigación que «agradecemos» pero que «todavía está muy lejos del porcentaje de PIB que dedican otros países similares».

A su juicio, en España «cuando hay vacas flacas lo primero en lo que se recorta es en ciencia» y ha criticado los sistemas de gestión, que considera «muy inadecuados» y una «burocracia en investigación que hace perder tiempo y energía a los investigadores».

«La ciencia española ha avanzado mucho hasta ahora, pero tenemos un cuello de botella que nos impide seguir haciéndolo. En los últimos veinte años no se han intentando resolver las deficiencias y el 90 por ciento de los investigadores haría el mismo diagnóstico: hay que poner medios que permitan implementar medidas sustanciales».

Montserrat Calleja ha opinado que es «imprescindible» un pacto por la Ciencia porque, ha dicho, la inversión en este campo «tiene un retorno social y económico. Por cada euro se recuperan cinco o más en inversión I+D+i» y ha subrayado que esta recuperación de la inversión «ocurre en plazo de 10 o 20 años y es necesario ese pacto para que sea un éxito para todos».

Según Calleja, no se han hecho inversiones importantes desde hace viente años «y me da pena no haber hecho antes ese esfuerzo por establecer que funcione un sistema que tiene defectos y mucha burocracia», y ha reclamado que se alcance un pacto de todos los partidos para que eso cambie.

Para Emilio Chuvieco, el retorno de la inversión en ciencia «está claro» y ha indicado que «no es solo cuestión de recursos sino de facilitar las cosas y que la gestión sea más sencilla porque para comprar cualquier cosa tienes que hacer un papeleo que no tiene sentido».

Por su parte, Ángela Pérez también ha asegurado que la gestión de la ciencia «no es eficiente» y ha abogado por la colaboración público privada y porque la inversión «se suceda con más intensidad y sin parar» para poder «hacer cambios y proyectos transformadores».

Antonio de Lacy ha subrayado que España es un país que «adolece de falta de organización y hace que se pierda en burocracia» pero tras subrayar que por definición es «optimista» ha indicado que si «no perdemos el talento podemos llegar muy lejos».

LEY DE MECENAZGO

A juicio de Ángela Pérez, «contribuiría positivamente ir pensando en una ley de mecenazgo, en aplicar medidas fiscales que ayuden a las empresas a invertir en proyectos de investigación, tanto en centros públicos como en empresas emprendedoras», y ha insistido en que la colaboración público-privada es «fundamental».

Antonio de Lacy también se ha mostrado partidario de una ley de mecenazgo, aunque ha reconocido que no sabe «qué hay que hacer» y tras señalar que las inversiones privadas que más interesan son las destinadas a sanidad y a renovables, ha indicado que en el primer caso el retorno puede llegar al 28 por ciento.

La premio de Economía se ha mostrado de acuerdo con esta ley y ha considerado que se trata de un tema cultural «en el que hay que trabajar desde los colegios», mientras que Sanz Serna ha explicado que aunque varios gobiernos han intentado desarrollar una Ley de Mecenazgo, «el Ministerio de Hacienda lo ha vetado por ser celoso de los recursos que iba a perder».

CUMBRE COP27

Preguntado sobre el resultado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) de este año en Egipto, Chuvieco ha indicado que previamente había pocas esperanzas de que se llegara a acuerdos «muy sustanciales» y la conclusión ha demostrado ser «poco ambiciosa».

«Siguen sin concretarse los techos de emisión de los distintos países y ha habido un avance interesante, que ha sido poner sobre el papel el principio de la justicia climática, reconocer que los países que sufren más el cambio climático son los que menos han contribuido a que ocurra», ha indicado.

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Cultura

Muere Alfonso Ussía

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Alfonso Ussia

Alfonso Ussía, uno de los escritores y periodistas más influyentes de la prensa española de las últimas décadas, ha fallecido en Ruiloba, Cantabria, a los 77 años. Su muerte pone fin a una trayectoria marcada por el ingenio, la sátira y una fidelidad absoluta a sus lectores, especialmente en ABC, La Razón y en sus últimos años en El Debate, donde siguió publicando hasta el final de su vida.

Alfonso de Ussía y Muñoz-Seca nació en Madrid el 12 de febrero de 1948 y falleció en Ruiloba, Cantabria, el 5 de diciembre de 2025. Fue escritor, periodista y una de las firmas más reconocidas de la prensa española durante más de cinco décadas. Su estilo satírico, su defensa de la monarquía y su mirada crítica marcaron a generaciones de lectores.

Durante su vida profesional brilló especialmente en ABC y, en los últimos años, en El Debate, donde publicó diariamente hasta sus últimos días. También trabajó en radio, televisión, semanarios y colaboró con diferentes medios. Era autor de la exitosa serie del marqués de Sotoancho, ilustrada por su amigo Barca, con quince volúmenes publicados.

Estaba casado con Pili Hornedo Muguiro, con quien tuvo tres hijos y ocho nietos. Su familia fue decisiva tanto en su vida personal como en su forma de trabajar, especialmente en sus últimos años, cuando ya no podía escribir físicamente y dictaba sus textos.

Su compromiso con la escritura hasta el final

La escritura fue su motor vital. Cuando su salud se debilitó, continuó dictando artículos a su hija Isabel hasta quedarse sin voz. Tras recibir la extremaunción aún siguió escribiendo, convencido de que su columna diaria era su forma de mantenerse en contacto con sus lectores. El último día en que dictó un artículo fue el martes anterior a su fallecimiento.

Su fidelidad a El Debate fue absoluta desde el 1 de octubre de 2021, fecha del relanzamiento del diario. Su audiencia digital demostraba diariamente el enorme seguimiento que conservaba, incluso en los nuevos formatos periodísticos.

Raíces familiares e influencias

Alfonso Ussía nació en una familia con identidad marcada y un legado literario. Su padre era vasco, y de él heredó la lealtad absoluta a la Corona y una profunda admiración por don Juan de Borbón, rey de derecho. Siempre estuvo a su lado, aunque nunca fue cortesano ante don Juan Carlos o don Felipe.

De su madre heredó la brillantez literaria y el espíritu satírico de su abuelo, don Pedro Muñoz Seca, figura clave del teatro español y asesinado en Paracuellos en 1936. Este vínculo marcó profundamente su personalidad, su estilo y su sentido de la responsabilidad cultural.

Formación y primeros pasos

Estudió en los colegios del Pilar y Alameda de Osuna, instituciones que moldearon su carácter. Inició las carreras de Derecho y Periodismo, aunque no llegó a terminarlas porque su vocación real era ser escritor. Esa profesión no tenía titulación oficial, pero sí le permitió vivir holgadamente y convertirse en un referente nacional.

Sus primeros trabajos fueron en los diarios Informaciones, Diario 16 y Ya, hasta que llegó a ABC, donde consolidó la etapa más sólida y reconocida de su carrera.

Poesía satírica y provocación inteligente

Su talento satírico destacaba tanto en prosa como en poesía. Era provocador, versátil y conocedor de los límites según el contexto. Una anécdota habitual recuerda una conferencia en Santander sobre poesía satírica española. Antes de iniciarla, preguntó si podía incluir unos versos polémicos sobre el marqués de Villaverde. Finalmente decidió no hacerlo, atendiendo a la prudencia solicitada.

También vivió una intensa pasión por el deporte, especialmente el Real Madrid, para el que llegó a presentarse como candidato a presidente. Perdió por escaso margen frente a Ramón Mendoza, y más tarde se conocería el escándalo de votos de socios fallecidos. Su ironía resumió aquello con una frase memorable: menos mal, qué follón ser presidente del Madrid.

Estrella indiscutible de ABC

Ussía fue una de las principales estrellas de ABC durante años. Sin embargo, cuando el periódico pasó a ser propiedad del grupo Vocento, su situación profesional se volvió más incómoda. La presión de amenazas terroristas le obligó a pedir seguridad, y él defendía que debía ser el diario quien asumiera esa responsabilidad, en coherencia con el riesgo generado por lo publicado.

Una de sus columnas más polémicas, El cerdo vasco, provocó su salida definitiva del periódico. Tras valorar diferentes propuestas, se incorporó a La Razón, donde volvió a convertirse en figura destacada. En aquella etapa se crearon los Premios Alfonso Ussía, con cinco categorías: Estudiante del año, Héroe del año, Conservación de la naturaleza, Personaje del año y Trayectoria profesional. Tras su marcha, los premios fueron suprimidos.

Su salida estuvo motivada por su negativa a formar parte de un grupo mediático que integraba tanto La Sexta como La Razón bajo la misma propiedad. Esa decisión reafirmó su independencia, pero lo dejó sin grandes apoyos empresariales, limitando sus colaboraciones a pequeños proyectos con los que apenas podía vivir.

El retiro en Ruiloba y una vida nueva

Apoyado siempre por su mujer Pili Hornedo, enfermera jubilada y compañera absoluta, la pareja decidió vender su casa en Madrid y mudarse a su vivienda en Ruiloba, junto a Comillas, en Cantabria. Allí vivían desde hacía años durante los veranos y, con el tiempo, encontraron un refugio definitivo para vivir con serenidad.

Regreso a El Debate en homenaje a su abuelo

El 29 de julio de 2021 fue invitado a almorzar en el Real Club Marítimo de Santander, donde recibió la propuesta de incorporarse al nuevo proyecto de El Debate. Su entusiasmo fue inmediato. La conexión familiar era profunda: don Pedro Muñoz Seca había sido una firma histórica del diario antes de su asesinato.

Aceptó con la única condición de evitar críticas directas al Papa, a lo que accedió sin problema. Su incorporación fue un impulso para el diario y consolidó el relanzamiento de El Debate dentro del panorama digital.

Principios inquebrantables

Alfonso Ussía fue un hombre de principios muy claros: la defensa de la Corona, la identidad nacional, el respeto a las Fuerzas Armadas y una visión cultural conservadora. Su trayectoria fue reconocida con distinciones como la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco y la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil.

La última distinción y la despedida

A finales de agosto de 2025, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, viajó hasta su casa en Ruiloba para entregarle el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en Literatura. Era un reconocimiento íntimo, humano y muy emotivo, en un momento en el que ya sufría rotura de cadera y cáncer avanzado.

El encuentro fue breve, pero profundamente significativo. Era evidente que se trataba de su última gran distinción pública.

Semanas después conversó por última vez con amigos. Su voz era débil, pero todavía conservaba humor. La anécdota final que lo alegró especialmente fue la confesión del actor Antonio Resines, quien lo reconoció gracias a su retrato en El Debate y afirmó leerlo cada día. Aquello le emocionó profundamente.

Su muerte deja un vacío inmenso en el periodismo español, en la sátira contemporánea y en la literatura humorística. Para quienes lo siguieron durante décadas, Alfonso Ussía fue una compañía diaria cargada de ingenio, libertad y estilo.

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