Hoy, 18 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). Los especialistas en Neumología lo han aprovechado para hacer un llamamiento a las personas que la padecen para que extremen los cuidados para evitar complicaciones y una peor evolución en caso de contagio por COVID-19.
«Además de las medidas generales que la población debe adoptar para limitar el riesgo de contagio de coronavirus, si se padece EPOC u otra enfermedad respiratoria, es especialmente importante tomar la medicación inhalada de mantenimiento o la oral que le hayan prescrito con el fin de que la enfermedad esté completamente estable y controlada», ha señalado Eva Martínez Moragón, jefa de Servicio de Neumología del Hospital Universitario Doctor Peset.
Asimismo, si siempre se ha aconsejado dejar de fumar cuando se padece EPOC, ahora es imprescindible hacerlo puesto que la COVID-19 es más grave en personas fumadoras (tanto de cigarrillos manufacturados como cigarrillos electrónicos). También es importante mantener una actividad física adaptada a la situación de cada paciente, que puede hacerse en el propio domicilio si es necesario por la evolución de la pandemia.
Una correcta vacunación antigripal también se recomienda especialmente a las personas con EPOC, así como el uso adecuado de la mascarilla, puesto que la mascarilla es una de las barreras más efectivas frente a la dispersión del virus.
La EPOC es una enfermedad pulmonar crónica progresiva que reduce el flujo de aire y, con el tiempo, hace que sea difícil respirar. Dentro del diagnóstico de EPOC se incluyen la bronquitis crónica y el enfisema. Su principal causa es la exposición al humo del tabaco y suele diagnosticarse cuando ya está avanzada, generalmente en mayores de 40 años.
Los síntomas más frecuentes de esta patología son la disnea (dificultad para respirar), la tos crónica y la producción de flemas (expectoración con mucosidad). Con el tiempo suele empeorar y actividades cotidianas como subir las escaleras o cargar una maleta se hacen extremadamente complicadas.
«Las personas que fuman acostumbran a no quejarse y a no acudir al médico por tener tos o dificultades para respirar, consideran que es algo que lleva asociado el tabaco y no una enfermedad que puede ser mortal. De hecho, la EPOC es la cuarta causa de muerte en el mundo y debemos saber que, aunque no tiene cura, sí es una patología prevenible y tratable si actuamos a tiempo», ha asegurado Martínez Moragón.
Actualmente, la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública tiene registradas a 102.858 personas con diagnóstico activo de EPOC.
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