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Salud y Bienestar

Martina, trasplantada: Tengo miedo y respeto pero me pondré la tercera dosis

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Martina López, en una imagen facilitada por ella a EFE.

Alicante, 14 sep (EFE).- A Martina López Díaz, que hace año y medio le trasplantaron el corazón con solo 29 años de edad, le administrarán el próximo lunes la tercera dosis de la vacuna contra la covid-19, y aunque confiesa a EFE que le produce «miedo y respeto», se la pondrá: «Es una forma de poder protegernos».

Esta joven alicantina, que trabaja en la Fundación ONCE como responsable de formación, es una de las personas inmunodeprimidas citadas por la Conselleria de Sanidad para recibir una dosis de refuerzo de la vacuna del coronavirus.

De momento, esta dosis adicional está indicada para personas con trasplante de órgano sólido, receptores de trasplante de progenitores hematopoyéticos y enfermos en tratamiento con determinados fármacos.

Según indica, aunque fue citada para ser vacunada este lunes, se reincorporaba ese mismo día al trabajo tras las vacaciones y debía hacerse cargo de un curso que no podía dejar de atender, por lo que le aplazaron la administración de la tercera dosis para el próximo lunes.

Martina ya ha recibido las dos dosis de la vacuna Moderna, que le provocó efectos secundarios como dolor de brazo y, en el caso de la segunda, estar en la cama por cansancio pero sin fiebre, y ahora recibirá la tercera dosis de refuerzo de esa misma vacuna.

«Si te soy sincera, tengo miedo pero me la voy a poner. Si me contagio de covid tengo más probabilidades de que me pase algo más grave que a una persona que no está inmunodeprimida. Lo que diga el médico que haga, yo lo hago», señala a EFE.

Martina, que ahora tiene 30 años, sufría una arritmia e insuficiencia cardíaca que provocó que su corazón dejara de latir y se le encharcaran los pulmones, por lo que fue derivada al Hospital La Fe de València, donde le realizaron el trasplante de corazón.

«Estaba muy mal», asegura la joven alicantina, que explica que aunque los dos primeros meses tras la intervención fueron los peores porque el cuerpo no estaba acostumbrado a los inmunosupresores, que es por lo que le ponen la tercera dosis de la vacuna, la evolución después ha sido «espectacular».

«Al principio no podía salir, pero cuando el cuerpo se acostumbra y te regulan la medicación puedes hacer vida normal -confiesa-. Voy a correr y al gimnasio, hago vida normal».

Explica que cuando le dieron de alta tras el trasplante era mitad de febrero, y pocas semanas después comenzó el confinamiento por la pandemia, por lo que ha vivido «como en una burbuja». «Tuve mucha suerte, estando ingresada en el hospital oía lo que pasaba en China y me preguntaba si llegaría aquí, y al mes siguiente estábamos encerrados en casa», recuerda.

Martina será vacunada en la Ciudad de la Luz, donde este lunes fueron ya vacunados algunos compañeros que, según explica, «no han tenido ninguna reacción, solo el dolor de brazo, lo típico de una vacuna».

Anima a las personas más vulnerables a que se pongan la tercera dosis: «Aunque tenga miedo y respeto creo que es una forma de poder protegernos. No sabemos si va a durar uno, dos o tres meses pero seguro que algo nos hace porque nosotros, a la mínima, tenemos infecciones».

«Para mí es importante y puedes tener miedo, como con todas las vacunas, como cuando me pongo la de la gripe y pienso qué reacción me va a hacer, pero luego me compensa», asegura.

También destaca que desde la Asociación Valenciana de Trasplantados de Corazón y Pulmón (Avatcor) ayudan a la gente trasplantada y ella ofrece conferencias en las universidades para hablar de su experiencia y que los afectados sepan «que se puede salir adelante».

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Niveles de hierro en el cerebro podrían indicar riesgo de Alzheimer antes de los primeros síntomas

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La enfermedad de Alzheimer, principal causa de demencia en todo el mundo, continúa siendo uno de los mayores retos de la medicina moderna. Ahora, un estudio de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) revela que los niveles elevados de hierro en el cerebro podrían servir como biomarcador temprano de Alzheimer, incluso antes de que aparezcan los síntomas.

Hierro cerebral y neurodegeneración

El Alzheimer se caracteriza por la acumulación de proteínas anormales como la beta amiloide y la tau, que pueden detectarse años antes de los síntomas. Sin embargo, los tratamientos actuales contra estas proteínas han mostrado una eficacia limitada.

En los últimos años, los científicos han identificado que el exceso de hierro en el cerebro impulsa la neurodegeneración, ya que provoca estrés oxidativo, agrava la toxicidad de la proteína amiloide, altera la función de la tau y favorece la muerte neuronal.

Una resonancia magnética especial para detectar hierro

El estudio, publicado en la revista Radiology, empleó una técnica avanzada de resonancia magnética llamada mapeo de susceptibilidad cuantitativa (QSM). Esta tecnología permite medir los niveles de hierro en diferentes regiones del cerebro de forma no invasiva y precisa.

Según el doctor Xu Li, autor principal de la investigación, “QSM puede detectar pequeñas diferencias en los niveles de hierro cerebral, algo imposible con los métodos convencionales de resonancia magnética”.

Resultados del estudio

El equipo analizó a 158 adultos sin deterioro cognitivo dentro del proyecto BIOCARD, un seguimiento de largo plazo sobre los factores de riesgo de Alzheimer.

Tras más de siete años de seguimiento, observaron que:

Un mayor nivel de hierro en la corteza entorrinal y el putamen se asoció con un riesgo elevado de desarrollar deterioro cognitivo leve (DCL).

Este riesgo fue aún más significativo en pacientes que también presentaban depósitos de beta amiloide.

La combinación de ambos factores (hierro y proteínas amiloides) aceleró la progresión hacia el deterioro cognitivo.

Implicaciones para la prevención del Alzheimer

Estos hallazgos abren la puerta a intervenciones más tempranas en personas en riesgo de desarrollar Alzheimer. La técnica QSM podría convertirse en una herramienta clave para identificar pacientes vulnerables y, en un futuro, el hierro cerebral podría ser una diana terapéutica.

El doctor Li apunta: “Esperamos que la tecnología QSM se estandarice y sea más accesible en la práctica clínica, y que los ensayos clínicos evalúen terapias dirigidas al hierro”.

La investigación sugiere que medir el hierro cerebral mediante resonancia magnética avanzada podría anticipar el diagnóstico de Alzheimer años antes de los síntomas clínicos. Esto no solo permitiría actuar de forma preventiva, sino también diseñar tratamientos más eficaces en fases iniciales

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