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Salud y Bienestar

Un estudio revela que muchas operaciones estéticas tienen una raíz psicológica y no física

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La atención al paciente de cirugías estéticas no reconstructivas debe contemplar no solo su bienestar físico, sino también el psicológico. Esta es una de las conclusiones de la investigación realizada por el profesor de Bioética de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, Emilio García Sánchez.

En muchos casos antes de las operaciones estéticas se debería derivar a una consulta psicológica

Su estudio, publicado por la revista científica internacional de bioética y ética médica Medicina e Morale, concluye que en aquellos casos en los que el equipo médico compruebe la existencia de alteraciones psicológicas, debe tratarse la causa del complejo o el descontento del paciente con su físico y no limitarse a lograr los efectos deseados a través de la cirugía.

“Estamos ante un aumento de los casos en los que la raíz del problema estético no es de naturaleza física, sino psicológica. En estos casos, el uso del bisturí no es la asistencia que el paciente requiere de su médico y por eso se debería derivar a una consulta psicológica”, destaca García Sánchez. 

La investigación del profesor de Bioética de la CEU UCH se fundamenta en datos recientes sobre el aumento de las intervenciones estéticas. Entre 2002 y 2015 los procedimientos estéticos aumentaron un 300% a nivel mundial, alcanzándose los 21 millones de intervenciones. Un indicador de que la autopercepción de la imagen entre la población está preocupando cada vez más por la presión social.

En 2018, el Sistema Nacional de Salud británico reveló que el 42% de las personas que recurrieron a una intervención estética fueron derivadas a una consulta psicológica en lugar de ser intervenidas. “Detrás de la insatisfacción del paciente con su imagen como razón para someterse a una cirugía puede haber factores psicológicos que deben identificarse. Así poder estar seguros de que la intervención estética no va a afectar a la salud mental del paciente y de que una probable insatisfacción por el resultado no vaya a conducir a una nueva necesidad de intervención”, destaca el profesor de Bioética de la CEU UCH, autor del estudio. 

Dismorfofobia y fragilidad emocional 

El profesor García Sánchez recopila en esta investigación los síntomas que pueden alertar sobre un posible caso de Body Dysmorphic Disorder (BDD) o dismorfofobia. Un trastorno mental que genera una imagen distorsionada del propio cuerpo. “Manifestar un defecto corporal imaginario, hasta el punto de que afecte a la vida social y laboral. Y recurrir a excesivas consultas o a un exceso de cirugías. Tener expectativas poco realistas sobre la intervención que se desea, como parecerse a algún famoso, son factores que ya han sido identificados por la Asociación británica de cirujanos plásticos como casos para remitir a una consulta psicológica”. 

A estos indicadores, el profesor García Sánchez añade otros factores a tener en consideración, relacionados con lo que denomina “fragilidad emocional” de los pacientes estéticos. “La baja tolerancia a la frustración, el exceso de euforia y autoestima, la falta de madurez en pacientes jóvenes cuyo cuerpo aún está en desarrollo o alegar presión de la pareja, del entorno o de los seguidores en las redes sociales para recurrir a la cirugía son también signos que deben alertar sobre un posible problema psicológico que debe ser atendido para garantizar el bienestar del paciente”, destaca. 

Bienestar y salud mental del paciente 

Tener en cuenta estos factores debería ser tan importante para los cirujanos como la propia intervención estética. Según destaca el profesor de Bioética: “Un médico no debería recomendar un tratamiento quirúrgico en situaciones de fragilidad emocional como estas. No va a mejorar con ello el bienestar del paciente. Es necesario actuar en la raíz del problema, cuando esta es psicológica, porque la cirugía no va a eliminar la verdadera causa de ese malestar”.  

En este sentido, el profesor Emilio García Sánchez destaca: “El cirujano debe posponer la decisión sobre la intervención estética para cuando la situación emocional del paciente esté resuelta. En muchas ocasiones es necesario un adecuado tratamiento psicológico. Solo así el médico estético podrá establecer una alianza terapéutica con el paciente. De esta manera,  podrá tomar una decisión autónoma y segura. Así poder salvaguardar  no solo la salud física, sino también la salud mental del paciente”. 

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La Fe realiza la primera electroquimioterapia en España

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La Fe realiza la primera electroquimioterapia en España

València, 21 de mayo de 2025 – El Hospital Universitari i Politècnic La Fe de València ha marcado un nuevo hito médico al llevar a cabo por primera vez en España una electroquimioterapia (EQT) para el tratamiento de la compresión medular metastásica (CMM). Este avance ofrece una opción terapéutica innovadora a pacientes oncológicos con escasas alternativas, abriendo nuevas vías más allá de los cuidados paliativos.

¿Qué es la compresión medular metastásica?

La CMM afecta hasta al 2% de los pacientes con cáncer y se produce cuando células tumorales se diseminan a la columna vertebral desde otras partes del cuerpo, generando presión sobre la médula espinal. Esta condición provoca síntomas graves como:

  • Dolor de espalda progresivo

  • Debilidad muscular

  • Alteraciones urinarias o intestinales

  • Parálisis en casos avanzados

Tradicionalmente, su tratamiento se limita a cirugía, radioterapia, quimioterapia convencional, inmunoterapia o ablaciones percutáneas, pero en algunos casos estas opciones no son viables.


¿Qué es la electroquimioterapia (EQT) y cómo funciona?

La electroquimioterapia es un tratamiento oncológico que combina el uso de fármacos quimioterápicos con impulsos eléctricos de alta intensidad, aplicados mediante agujas directamente sobre el tumor. Esta técnica provoca la apertura temporal de los poros en las membranas celulares (electroporación), permitiendo que el medicamento penetre en concentraciones hasta 1.000 veces mayores en las células tumorales.

“La apertura se revierte rápidamente, impidiendo que el fármaco salga, lo que garantiza una concentración muy alta en el tejido tumoral”, explican los doctores Gómez Muñoz, García Marcos y Belloch Ripollés.


Aplicación pionera en España

El Hospital La Fe ha aplicado por primera vez esta técnica en un caso de compresión medular metastásica, basándose en experiencias exitosas en centros europeos. La intervención ha sido realizada por un equipo multidisciplinar que incluye especialistas en:

  • Radiología intervencionista

  • Traumatología (Unidad de Raquis)

  • Radioterapia

  • Rehabilitación

El procedimiento fue aprobado tras el estudio del caso por el Comité Multidisciplinar de Patología Espinal y Raquídea de La Fe, y la evolución inicial de la paciente es positiva, sin signos de déficit neurológico.


Otras indicaciones de la electroquimioterapia

Hasta ahora, la EQT se utilizaba principalmente para el tratamiento de:

  • Metástasis cutáneas y subcutáneas

  • Tumores hepáticos

  • Metástasis óseas

  • Implantes peritoneales

La Fe incorpora por primera vez en España su uso para la compresión medular metastásica, ampliando su potencial terapéutico y consolidando su papel en la oncología de precisión.

“Es una opción de tratamiento para pacientes sin alternativa terapéutica, lo que mejora su calidad de vida y pronóstico en algunos casos”, destaca José Luis Poveda, gerente de la Agrupación Sanitaria interdepartamental Valencia Sur y de La Fe.


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