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Premios Óscar 2025: todos los ganadores

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Premios Oscar 2025
Premios Oscar 2025

Por Mikaela Viqueira |

Los Ángeles (EE.UU.) (EFE).- ‘Anora’ fue la máxima ganadora de la 97 edición de los Óscar tras imponerse en cinco de las seis categorías a las que aspiraba, seguida de ‘The Brutalist’, con tres premios, mientras que ‘Emilia Pérez’ se llevó solo dos de los trece galardones a los que aspiraba.

‘Anora’, la película de Sean Baker que retrata la historia de una stríper estadounidense que se casa con el hijo de un oligarca ruso, logró alzarse con los Óscar a mejor película, actriz protagonista (Mikey Madison) y dirección, guión original y montaje, los tres para Baker.

Anora Óscar
Sean Bakery Samantha Quan celbran tras el anuncio de Baker como ganador del Óscar a mejor director en Los Ángeles, California (EE.UU.). EFE/EPA/Allison Dinner

Madison dio la sorpresa al hacerse con el que es su primer Óscar, compitiendo con Demi Moore (‘The Substance’), quien era la favorita de la categoría, además de con la española Karla Sofía Gascón (‘Emilia Pérez’), Cynthia Erivo (‘Wicked’) y la brasileña Fernanda Torres (‘I’m Still Here’).

Durante su discurso, tanto Baker como Madison quisieron honrar a las trabajadoras sexuales, como la protagonista del filme, así como reivindicar una mayor inversión por el cine independiente y su lugar en premios como los Óscar, ya que tanto ‘Anora’ como otras de las producciones nominadas como ‘The Brutalist’ se rodaron con un presupuesto inferior a los 30 millones de dólares, una cuantía bastante baja para una producción de Hollywood.

El drama de postguerra dirigido por Brady Corbet quedó en segundo lugar, con tres galardones que incluyeron a Adrien Brody con el segundo Óscar de su carrera a mejor actor, además de los premios a mejor fotografía y a mejor banda sonora.

El castigo a ‘Emilia Pérez’, sin salpicar a Zoe Saldaña

El narcomusical ‘Emilia Pérez’ que llegaba como la película más nominada, se vio duramente afectado por la vorágine de críticas y generada tras el descubrimiento de viejos mensajes de tintes homófobos y racistas de Gascón en su cuenta de X.

Aunque la canción ‘El mal’ logró un galardón que se daba por sentado entre las apuestas de la película, se quedó a las puertas del reconocimiento de la Academia a mejor película internacional, que le fue arrebatado por el drama brasileño ‘Aun estoy aquí’.

Pocos se esperaban que la cinta de Walter Salles superase a ‘Emilia Pérez’, que se había convertido en la película de habla no inglesa más nominada en la historia de los Óscar.

Anora Óscar
Zoe Saldaña, ganadora del Óscar de mejor actriz de reparto en ‘Emilia Pérez’, Los Ángeles, California (EE.UU.) EFE/EPA/Caroline Brehman

De la prueba de fuego que enfrentaba la película salió indemne la actriz de origen dominicano Zoe Saldaña, que venció al Óscar a mejor intérprete de reparto, agrandando así su huella tras haberse alzado con un BAFTA y un Globo de Oro, entre otros premios.

También ocurrió lo esperado en el campo a mejor actor de reparto con un Kieran Culkin culminando la temporada de premios con el galardón más grande de Hollywood entre sus manos, por su trabajo en ‘A Real Pain’.

El documental de Palestina se abre paso en los Óscar

Entre las muchas sorpresas que se esperaban en una gala muy abierta y sin claros favoritos en muchas de las categorías fue el de mejor documental para el palestino ‘No Other Land’ que, sin apenas presupuesto ni el respaldo de una distribuidora, luchó en EE.UU. por poder verse en los cines.

Basel Adra, Rachel Szor, Hamdan Ballal y Yuval Abraham, ganadores al mejor largometraje documental con ‘No other land’ en Los Ángeles, California (EE.UU.). EFE/EPA/Caroline Brehman

El mismo furor despertó la película de animación letona ‘Flow’ que se impuso al éxito en taquilla de Disney ‘Inside Out 2’ o ‘Wild Robot’, las dos grandes favoritas que batallaban por la estatuilla a mejor película de animación.

El podio de premios lo completan ‘Wicked’ que se llevó dos Óscar a mejor diseño de producción y mejor vestuario; ‘Dune: Part Two’, con mejor sonido y mejor efectos especiales; mientras que ‘The Substance’ solo se pudo arrancar un Óscar a mejor maquillaje y peluquería.

Todo ello en una gala que comenzó con un homenaje a Los Ángeles y un recuerdo a los devastadores incendios de enero, en la que hubo muy pocas reivindicaciones políticas y que tuvo emotivos momentos musicales, como los dedicados a ‘The Wizard of Oz’ y a James Bond.

Además de un ‘In Memorian’ que dedicó un espacio destacado al recientemente fallecido Gene Hackman.

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Muere a los 47 años el valenciano Azuquita, creador del Rumbakalao e icono de la Ruta del Bacalao

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Azuquita
Azuquita-INSTAGRAM

El mundo de la música en España llora la pérdida de Pedro Bermúdez, conocido artísticamente como Azuquita, fallecido a los 47 años en Palma de Mallorca, ciudad en la que residía en los últimos años. La noticia fue confirmada por la prensa balear en la mañana del sábado 6 de septiembre de 2025 y rápidamente se difundió entre seguidores y compañeros de profesión.

Azuquita deja tras de sí un legado musical muy singular, marcado por la creación del Rumbakalao, un estilo híbrido que en los años 90 unió la rumba con los sonidos electrónicos de la mítica Ruta del Bacalao. Con esta fusión, el artista valenciano alcanzó una gran popularidad y se convirtió en uno de los nombres propios de aquella época.

El origen del Rumbakalao: la rumba se cruza con la Ruta del Bacalao

En plena efervescencia de la Ruta del Bacalao, un movimiento musical y cultural que marcó la Comunitat Valenciana y se extendió por toda España en los 80 y 90, surgió la figura de Azuquita. Mientras los clubes de Valencia y alrededores vibraban con el techno, el dance y el house, él apostó por un camino alternativo: versionar los grandes éxitos de la música de discoteca desde un prisma rumbero.

Ese experimento dio lugar al Rumbakalao, un género propio que unía el ritmo festivo y cercano de la rumba con la energía electrónica que dominaba las pistas de baile. Fue en 1993, con apenas 17 años, cuando Azuquita saltó a la fama al versionar “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo, uno de los himnos indiscutibles de la Ruta. Su propuesta sorprendió y conectó con un público que buscaba nuevas formas de vivir la música.

Azuquita, un artista que rompió moldes en los 90

Con su estilo desenfadado, su humor característico y una personalidad cercana, Azuquita logró hacerse un hueco en la escena musical de los 90. Sus versiones convertían los éxitos electrónicos en temas que podían sonar tanto en una discoteca como en una verbena popular, lo que ampliaba enormemente su público.

Durante esa década lanzó tres discos:

  • Rumbakalao (1994)

  • Escucha que te digo (1995)

  • Sinelo Kalo (1997)

Cada uno de estos álbumes reforzaba su propuesta musical y consolidaba su imagen de artista rompedor. Su voz y su particular manera de interpretar canciones lo convirtieron en un referente de un estilo único que, aunque surgido en un contexto muy concreto, sigue siendo recordado por quienes vivieron aquella época.

La Ruta del Bacalao: un fenómeno cultural más allá de la música

Para entender la relevancia de Azuquita, es necesario recordar lo que supuso la Ruta del Bacalao. Más que un movimiento musical, fue una auténtica revolución cultural en la Comunitat Valenciana que tuvo su epicentro en discotecas míticas como Barraca, Spook, Puzzle o ACTV. Allí sonaban sesiones maratonianas de música electrónica que marcaron a toda una generación.

En ese ambiente dominado por el techno y el dance, irrumpió Azuquita con un toque inesperado: fusionar ese sonido de club con la rumba valenciana. Su propuesta, lejos de pasar desapercibida, ofreció un soplo de aire fresco y demostró que la Ruta también podía reinterpretarse desde otros estilos.

El Rumbakalao se convirtió así en un símbolo paralelo al fenómeno de la Ruta, con un aire más desenfadado y popular, que lo acercaba tanto a la cultura de la calle como a la de las discotecas.

Colaboraciones y proyección internacional

Aunque su época dorada estuvo en los 90, Azuquita no se quedó anclado en el pasado. Ya en los 2000, participó en proyectos que le llevaron más allá de España. Una de las colaboraciones más destacadas fue con el alemán Matthias Reim, lo que le permitió acercarse al público centroeuropeo.

Su versatilidad musical y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos lo convirtieron en un artista querido dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.

Azuquita y Los Rumba Kings: su etapa más reciente

En los últimos años, Azuquita formaba parte de Los Rumba Kings, un grupo que mantenía vivo el espíritu de la rumba española y con el que continuaba actuando en fiestas, conciertos y festivales. Desde Mallorca, su lugar de residencia, seguía compartiendo música y demostrando que su pasión por el escenario permanecía intacta.

Para sus seguidores, cada actuación era un viaje en el tiempo que recordaba la frescura de los años 90 y la época dorada del Rumbakalao.

El legado de Azuquita en la memoria musical valenciana

La muerte de Azuquita supone un golpe para quienes vivieron la Ruta del Bacalao y para los amantes de la música fusión en España. Su aportación fue única: logró unir dos mundos aparentemente opuestos, la rumba y la música electrónica, en un género propio que hoy sigue siendo recordado como una seña de identidad de los 90.

Además de su música, queda en el recuerdo su carácter alegre y su humor, que transmitía tanto en entrevistas como sobre el escenario. Su figura forma parte de la memoria colectiva de una generación que bailó sus versiones en discotecas, verbenas y fiestas populares.

La Ruta del Bacalao como patrimonio cultural

Hoy, con el paso del tiempo, la Ruta del Bacalao se reivindica como un fenómeno cultural que fue mucho más que ocio nocturno. Supuso un laboratorio musical, artístico y social que influyó en la música electrónica en España y dejó huella en generaciones posteriores.

En este contexto, artistas como Azuquita ayudaron a ampliar las fronteras de lo que podía ser la Ruta, demostrando que la innovación también cabía dentro de un movimiento ya de por sí experimental.

Un adiós con sabor a nostalgia

El fallecimiento de Azuquita a los 47 años deja un vacío en la música valenciana y en la historia reciente de la cultura popular española. Sus discos, sus versiones rumberas de clásicos de la Ruta del Bacalao y su papel en Los Rumba Kings forman parte de un legado que seguirá vivo en la memoria de sus seguidores.

En un momento en que se recupera la memoria de la Ruta y se organizan homenajes a aquel movimiento, la figura de Azuquita resurge como la de un artista que se atrevió a mezclar mundos y consiguió crear algo nuevo. Su Rumbakalao siempre será recordado como un sonido propio de los 90, un símbolo de una época irrepetible.

 

 

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