Cada año, la Telefonada se convierte en uno de los momentos más emocionantes y esperados por el mundo fallero. La cita, que en 2025 tendrá lugar el 14 de octubre, es mucho más que un simple anuncio: es un auténtico ritual que paraliza a toda Valencia. Desde las primeras horas del día, los nervios se apoderan de las candidatas, sus familias y el entorno fallero, mientras que los falleros no pueden evitar hacer sus propias apuestas sobre quién será la próxima Fallera Mayor de Valencia y la Fallera Mayor Infantil.
El acto comienza cuando la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, toma en sus manos los sobres que contienen los nombres de las dos afortunadas, elegidas tras un riguroso proceso de selección. Este proceso incluye pruebas de conocimiento sobre las Fallas, entrevistas y actos públicos que evalúan la capacidad de las candidatas para representar a la ciudad en un año cargado de responsabilidad y simbolismo.
La emoción y nervios en casales y domicilios
La emoción de este día es palpable. Las candidatas, que ya han superado semanas de pruebas y entrevistas, viven las horas previas con los nervios a flor de piel. En cada casa fallera se vive una mezcla de ilusión, expectativa y, sobre todo, esperanza. Para ellas, recibir la llamada telefónica que cambiará sus vidas supone culminar un sueño que muchas persiguen desde la infancia.
El mundo fallero, por su parte, no se queda atrás. Las quinielas y apuestas sobre quiénes serán las elegidas están presentes en todas las comisiones. Aunque el jurado guarda con recelo su veredicto, los falleros, conocedores de su tradición y de los méritos de las aspirantes, no dudan en especular sobre los posibles nombres. Las redes sociales arden con comentarios y pronósticos, mientras que los medios de comunicación siguen de cerca cada detalle.
La Telefonada no solo representa la culminación de un proceso de selección, sino también el inicio oficial del reinado de las Falleras Mayores de Valencia. Desde el momento en que la alcaldesa pronuncia sus nombres, las elegidas se convierten en las máximas representantes de una de las fiestas más importantes de la ciudad. El 14 de octubre, cuando suene el teléfono, no solo cambiará la vida de dos jóvenes, sino que todo el mundo fallero celebrará el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de las Fallas.
El día después de la Telefonada: Un antes y un después para las Falleras Mayores de Valencia
El día después de la Telefonada es un momento que marca un antes y un después en la vida de las nuevas Falleras Mayores de Valencia. La llamada que reciben en la noche anterior no solo las convierte en las principales embajadoras de las Fallas, sino que también les otorga un papel clave en la vida cultural y festiva de la ciudad. A partir de ese momento, sus rostros estarán en todas partes: desde las portadas de los principales periódicos valencianos hasta los programas de televisión y redes sociales.
Repercusión Mediática: De Falleras a Figuras Públicas
El impacto mediático de este nombramiento es inmediato y masivo. Las Falleras Mayores de Valencia se convierten en figuras públicas de relevancia, con una gran responsabilidad sobre sus hombros. A lo largo del año, serán las encargadas de representar a la fiesta fallera no solo en Valencia, sino en eventos nacionales e internacionales. Desde entrevistas en medios hasta reportajes especiales, su figura acapara la atención de la prensa local y regional. Es común que al día siguiente de la Telefonada, las imágenes de las nuevas Falleras ocupen las portadas de los principales diarios, como Las Provincias, Levante-EMV o Valencia Plaza, quienes cubren cada detalle del nombramiento, la proclamación y sus primeras declaraciones.
Proclamación: El Inicio de un Año Intenso
Al día siguiente de la Telefonada, las Falleras Mayores de Valencia participan en su proclamación oficial en el Ayuntamiento de Valencia. Este acto, cargado de solemnidad, es el punto de partida de un año repleto de actos oficiales, entrevistas y eventos. Las elegidas verán cómo sus agendas se llenan de compromisos relacionados con la fiesta, desde las exaltaciones de las comisiones falleras hasta actos institucionales donde representarán a la ciudad y a la tradición fallera. Su vida cambiará por completo, pasando de ser falleras de sus comisiones a ser el rostro visible de la fiesta más importante de la Comunitat Valenciana.
Clave en la Identidad Cultural de Valencia
Las Falleras Mayores se convierten en uno de los símbolos de identidad más representativos de Valencia. Son consideradas guardianas de la tradición fallera y, a lo largo de su mandato, tendrán la responsabilidad de mantener viva la esencia de la fiesta. Además, su rol implica una interacción constante con autoridades, falleros, y medios de comunicación, posicionándolas como figuras clave en la vida cultural de la ciudad.
Además del gran reto personal, el nombramiento trae consigo una profunda repercusión emocional tanto para las elegidas como para sus familias y comisiones. Durante el año, las Falleras Mayores viven un recorrido inolvidable lleno de vivencias que quedarán grabadas en la historia de la fiesta fallera, dejando una huella en la memoria colectiva de Valencia.
Conclusión: Un Título, Una Responsabilidad
El nombramiento como Fallera Mayor de Valencia es más que un título, es un compromiso que transforma la vida de las jóvenes seleccionadas. Desde la Telefonada, su vida gira en torno a representar y preservar las Fallas, llevando consigo la tradición y el orgullo de ser parte de una de las fiestas más emblemáticas del mundo.
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