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¿Cómo hacer más fácil la ‘vuelta al cole’ para los más pequeños?

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¿Cómo hacer más fácil la 'vuelta al cole' para los más pequeños?

La vuelta al cole se ha convertido en los últimos tiempos en un tema de obligatoria gestión en los hogares, potenciado por el protagonismo creciente que le prestan los medios y la publicidad, convirtiéndolo en una cuestión imposible de obviar en nuestra sociedad. Esto ocasiona que, cada vez más, los padres pidan consejo para hacer más llevadera la adaptación y vuelta a la rutina después de un periodo más o menos largo de descanso, ocio y diversión.

No hay que olvidar que estas pequeñas dificultades de adaptación de nuestros niños a la incorporación de nuevo al cole son sin duda pequeños “problemas  de la abundancia” de nuestro mundo desarrollado en el que todos los niños, afortunadamente, son escolarizados. Pilar Dolz del Castellar, psicóloga de IVI, da algunas sencillas pautas para hacer un poco más atractiva la idea de volver a empezar el nuevo curso escolar.

¿Cómo hacer más fácil la ‘vuelta al cole’ para los más pequeños?

La actitud de los padres

No sólo en septiembre, sino durante los doce meses del año, ¿cuántas veces habré oído a amigos míos un domingo quejarse de tener que volver a trabajar delante de los hijos?

Una de las formas de aprendizaje en los niños es “el modelado vicario”, es decir, la imitación. Los niños captan en las quejas una insatisfacción continua ligada al trabajo diario. Es verdad que trabajar todos los días es duro, pero debemos fijarnos también en alguna satisfacción, algún logro, alguna anécdota simpática que haya ocurrido en el día y contarlo en familia. Si lo niños se ríen o les parece curiosa  alguna situación que hemos contado como positiva, perciben que pese al esfuerzo diario “el trabajo compensa”. Los padres somos un referente muy importante a ciertas edades y a veces marcamos fobias y filias en nuestros hijos sin darnos cuenta.

Hacer al niño partícipe de la organización de su material escolar y su habitación

Es importante antes de empezar el curso y durante el mismo que los pequeños participen en la organización del material escolar y que aprendan a meter en la mochila todo lo necesario para su primer día de colegio. Del mismo modo, es positivo que participen también en la organización de su habitación y zonas de trabajo; colocar juguetes y despejar y ordenar el escritorio, etc.

Proporcionar Información previa sobre el nuevo curso

De la misma forma que nos pasaría a los adultos si cambiamos de departamento, de compañeros o de jefe, los niños se sienten inquietos ante la llegada del nuevo curso y lo que ello implica. Para ayudarles debemos proporcionarles previamente la información de que dispongamos acerca de su nueva etapa en el colegio, procurando evitar profundizar en detalles o realizar valoraciones.

Recordar alguna anécdota divertida del curso anterior

Es muy positivo volver a contar alguna situación o experiencia en la que el niño ha disfrutado o se ha reído. Incluso es bueno contactar con algún amiguito o visitar las instalaciones del colegio previamente al día de comienzo.

Algo que estrenar

Sin caer en un consumismo superfluo es positivo que el niño estrene alguna cosa relacionada con el cole el día de la incorporación. Una mochila, una caja de lápices…algo sencillo que le guste y le haga ilusión.

Vuelta paulatina a la vida cotidiana

Es recomendable restaurar las rutinas y horarios escolares unos días antes del inicio del curso; adelantar el horario de las cenas y la hora de ir a la cama. Así, el cambio es menos brusco el primer día de cole.

La intuición de los padres

Nadie conoce tan bien a un niño o a una niña como sus propios padres. Los profesionales podemos dar algún consejo práctico y ayudar un poco, pero guiarse por la propia intuición de madre o padre es en muchos casos lo correcto.

El valor de las palabras

En los últimos años se oye y se lee durante el mes de septiembre esta frase: “Depresión postvacacional”. ¡Qué frase tan desafortunada!

Culpa nuestra, de los psicólogos me refiero, que le hemos puesto una etiqueta mórbida a un estado muy saludable; volvemos con buen aspecto físico, algunos incluso bronceados, hemos disfrutado de la naturaleza, hemos comido estupendamente en compañía de nuestros seres queridos, hemos trasnochado por puro placer, hemos leído más que en todo el año… Podríamos cambiarla por el título de aquella canción “Melancolía en septiembre”, que tiene más una connotación de cierta pena porque se ha terminado un tiempo en el que lo hemos pasado muy bien. Muchos pensarán, es lo mismo, pero la psicóloga le ha dado “la vuelta a la tortilla”. Pues sí, es el título de otra canción más reciente, “Dale la vuelta a la tortilla”, y es positiva como la Psicología del siglo XXI que, al contrario de la psicología negativa, busca lo bueno y positivo que tiene el ser humano para potenciarlo.

Y si es duro o menos duro volver a la rutina, no se lo inculquemos a priori a nuestros niños, que lo descubran ellos con el tiempo, y que elijan por sí mismos “la etiqueta”.

 

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Cómo combatir la soledad

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Cómo combatir la soledad

Combatir la soledad puede ser un desafío, pero hay varias estrategias que puedes probar para mejorar tu situación y sentirte más conectado. El miedo a la soledad es una experiencia común y puede tener varias raíces psicológicas y emocionales.

Algunas razones por las cuales la soledad puede generar miedo:

  1. Necesidad innata de conexión social: Los humanos son seres sociales por naturaleza. Desde tiempos antiguos, la conexión con otros miembros de la tribu o comunidad era esencial para la supervivencia. La soledad, por lo tanto, puede activar instintos de alarma en nuestro cerebro, ya que históricamente la falta de conexión social podía significar peligro.
  2. Temor al rechazo o abandono: El miedo a la soledad puede estar vinculado al temor al rechazo o al abandono. Las experiencias pasadas de rechazo pueden llevar a la ansiedad social y al temor de quedarse solo.
  3. Presión social: En muchas culturas, existe una presión social para encajar y ser parte de un grupo. La soledad puede percibirse como un fracaso en cumplir con estas expectativas sociales.
  4. Autoconocimiento y reflexión: La soledad a menudo nos enfrenta a nosotros mismos y a nuestros pensamientos más profundos. Para algunas personas, este autoexamen puede ser incómodo o desafiante, y prefieren distracciones externas para evitarlo.
  5. Estigma social asociado con la soledad: La sociedad a menudo estigmatiza la soledad, asociándola con la tristeza, la depresión o la falta de éxito. Este estigma puede hacer que las personas teman ser vistas como solitarias.
  6. Dependencia emocional: Algunas personas dependen emocionalmente de la presencia constante de otros para sentirse valoradas o seguras. La idea de estar solo puede generar ansiedad debido a la dependencia emocional.
  7. Cultura contemporánea de conectividad constante: Vivimos en una era de hiperconectividad a través de la tecnología, y la idea de desconectarse socialmente puede ser percibida como inusual o incluso amenazante.

Es importante señalar que no todas las personas temen la soledad por las mismas razones, y la intensidad del miedo puede variar según la personalidad, las experiencias de vida y otros factores individuales. Abordar este miedo puede implicar reflexión personal, autoaceptación, desarrollo de habilidades sociales y, en algunos casos, buscar apoyo profesional.

Cómo combatir la soledad

  1. Establecer conexiones sociales:
    • Busca actividades locales, como grupos de interés o clubes, donde puedas conocer a nuevas personas con intereses similares.
    • Únete a clases o talleres para aprender algo nuevo, lo que te permitirá conocer a personas con intereses comunes.
    • Participa en eventos comunitarios o voluntariado.
  2. Mantener relaciones existentes:
    • Cultiva y nutre las relaciones existentes. A veces, el simple hecho de fortalecer los lazos con amigos o familiares puede ayudar a combatir la soledad.
    • Programa regularmente encuentros con amigos o seres queridos, ya sea para tomar un café, dar un paseo o simplemente charlar.
  3. Utilizar la tecnología de manera positiva:
    • Mantén el contacto con amigos y familiares a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o videoconferencias.
    • Únete a comunidades en línea que compartan tus intereses. Las redes sociales pueden ser una herramienta valiosa si se utilizan de manera positiva.
  4. Desarrollar nuevas habilidades sociales:
    • Trabaja en el desarrollo de habilidades sociales. Practicar la empatía, escucha activa y habilidades de comunicación puede facilitar la construcción de relaciones más sólidas.
  5. Cuidar de ti mismo:
    • Dedica tiempo a actividades que disfrutes y que te ayuden a mantener un equilibrio emocional.
    • Establece metas personales y trabaja en su logro, lo que puede brindarte un sentido de propósito y logro.
  6. Buscar ayuda profesional:
    • Si la soledad se vuelve abrumadora o persistente, considera hablar con un profesional de la salud mental. Un terapeuta o consejero puede proporcionar apoyo y orientación.
  7. Adoptar una mascota:
    • Tener una mascota puede proporcionar compañía y afecto, y también puede brindar una estructura diaria.
  8. Practicar el autocuidado:
    • Asegúrate de cuidar tu bienestar físico y mental. La soledad puede aumentar el estrés y la ansiedad, por lo que es importante cuidar de ti mismo.

Recuerda que cada persona es diferente, y lo que funcione para uno puede no ser la solución para otro. Experimenta con diferentes estrategias y encuentra las que mejor se adapten a tu personalidad y situación. Además, ten paciencia contigo mismo durante este proceso.

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