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Salud y Bienestar

Consejos para elegir la almohada correcta y evitar problemas cervicales y de mandíbula

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VALÈNCIA, Nov 2018. (EUROPA PRESS) – El Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana (ICOFCV) advierte de que elegir la almohada adecuada es fundamental para evitar presiones cervicales y mandibulares y para mantener la espalda y el cráneo recto, aspectos esenciales para garantizar un buen descanso.

Esta es una de las recomendaciones de los fisioterapeutas en el marco de su campaña ’12 meses, 12 consejos de salud’, que en noviembre se centra en cómo elegir el colchón y almohada adecuados para garantizar un buen descanso.

Tal y como explican estos profesionales, cuanto más débiles sean las cervicales de una persona, más importancia tendrá que la almohada haga un buen soporte del cráneo con la columna. Una buena almohada, por tanto, debe permitir una buena respiración, mantener la columna recta y aliviar las presiones cervicales y mandibulares.

Lo ideal es escoger una almohada cuya altura oscile entre los 10 y 15 centímetros, que será, por morfotipo, entre 3 y 4 centímetros más baja en el caso de las mujeres, y siempre que sea posible se evitarán materiales que puedan producir alergias como el látex o las plumas.

Además, los profesionales de la fisioterapia aconsejan utilizar una segunda almohada auxiliar de fibras huecas para colocar entre las rodillas si se duerme de lado, o bajo las rodillas si se hace boca arriba, evitando así flexionar o torsionar la columna.

Los fisioterapeutas advierten también de la importancia de la elección del colchón, un elemento fundamental dada la cantidad de horas que una persona durmiendo y la importancia de la calidad de estas horas de sueño. Recuerdan que los expertos en descanso recomiendan colchones en los que el 25% de la parte superior sea dos veces más suave que el 75% inferior restante, permitiendo que los huesos más protuberantes del cuerpo se acomoden al colchón liberando presiones en tejido blando, pero también que la columna se mantenga alineada con la cabeza y las piernas en la base más firme.

Asimismo, aconsejan elegir colchones de firmeza media si el índice de masa corporal (IMC) está por encima de 27 y de firmeza media baja si el IMC está por debajo de 23.

LA IMPORTANCIA DE LA POSTURA AL DORMIR
Al margen de los elementos indispensables para garantizar un buen descanso, la postura que se adopta al dormir es fundamental, de forma que mantener una posición corporal horizontal es la forma más adecuada de dormir.

Sin embargo, existen algunas excepciones a tener en cuenta, pues en el caso de personas con problemas cardiovasculares deberán optar por elevar la cabeza o las piernas para dormir si el médico lo prescribe. Las personas con reflujo deben dormir con unos pocos grados de inclinación, elevando las patas del cabecero de la cama o durmiendo en posición de cúbito lateral sobre su lado izquierdo.

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¿Sabes por qué no hay que chupar las cabezas de las gambas?

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chupar cabezas de gambas
PEXELS

Las gambas son uno de los mariscos más populares en la gastronomía, especialmente en celebraciones y cenas festivas. Su carne tierna y sabrosa es un manjar que muchos disfrutan en una gran variedad de platos, pero una parte de la gamba que causa controversia es su cabeza. Hay quienes disfrutan chupar las cabezas de las gambas para aprovechar todo su sabor, mientras que otros se abstienen de hacerlo por diversas razones. Entonces, ¿es seguro chupar las cabezas de las gambas? Aquí te contamos por qué es recomendable evitar esta práctica.

Las cabezas de las gambas: ¿una fuente de sabor o de riesgo?

Las cabezas de las gambas contienen una gran cantidad de jugos y una sustancia gelatinosa que, para muchos, tiene un sabor muy intenso y delicioso. Sin embargo, esta «delicadeza» puede ser más problemática de lo que parece.

1. Posibles contaminantes y toxinas

Una de las razones principales para evitar chupar las cabezas de las gambas es que estas partes del marisco pueden concentrar una gran cantidad de contaminantes. Las gambas, como otros mariscos, filtran el agua mientras se alimentan, lo que significa que las toxinas, los metales pesados, los pesticidas y los productos químicos presentes en el agua pueden acumularse en sus sistemas digestivos, especialmente en las cabezas.

Cadmio: el peligro oculto

Uno de los metales pesados más peligrosos que se acumula en las cabezas de los crustáceos es el cadmio, un metal tóxico que puede tener efectos nocivos a largo plazo. El cadmio se encuentra principalmente en la cabeza de las gambas, cigalas, langostinos, cangrejos y otros crustáceos, ya que es una zona donde se concentra una mayor cantidad de residuos provenientes de su sistema digestivo.

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), es conveniente «limitar en la medida de lo posible» el consumo de la carne localizada en la cabeza de estos crustáceos para evitar la acumulación de cadmio en nuestro organismo. Este metal pesado es altamente perjudicial para la salud humana, ya que se acumula lentamente en los órganos, principalmente en el hígado y los riñones.

El cadmio tiene un potencial cancerígeno y su eliminación del organismo es extremadamente lenta, lo que significa que puede permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. El cadmio tarda entre 10 y 30 años en eliminarse, lo que incrementa su peligrosidad con el paso del tiempo.

2. Bacterias y parásitos

El consumo de mariscos crudos o mal cocidos, incluida la práctica de chupar las cabezas, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones bacterianas o parasitarias. Las gambas pueden albergar bacterias como Vibrio o Salmonella, que son responsables de enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque el proceso de cocción suele eliminar estas bacterias, algunas veces los jugos concentrados en las cabezas pueden no estar completamente libres de bacterias, especialmente si las gambas no se han cocinado de manera adecuada.

3. El sistema digestivo de las gambas

En el sistema digestivo de las gambas, particularmente en las cabezas, se encuentran restos de su alimentación, como pequeños organismos o residuos que no siempre son visibles a simple vista. Al chupar la cabeza, podrías estar ingiriendo estos residuos, que, aunque no sean peligrosos en su mayoría, pueden resultar poco agradables o incluso causar malestar digestivo en algunas personas, sobre todo si el marisco no ha sido completamente fresco.

4. El impacto en la salud de los consumidores vulnerables

Para ciertos grupos de personas, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o las personas mayores, el riesgo asociado a consumir mariscos en mal estado o mal cocidos es aún mayor. Las toxinas, bacterias y parásitos presentes en las gambas pueden ser peligrosos para su salud, por lo que se recomienda tener precauciones adicionales en el consumo de mariscos, especialmente de las partes más propensas a concentrar estos riesgos, como las cabezas.

Beneficios de evitar chupar las cabezas de las gambas

  • Reducción del riesgo de enfermedades: Al evitar chupar las cabezas, reduces la posibilidad de ingerir contaminantes y bacterias presentes en los jugos o residuos del sistema digestivo de la gamba.
  • Sabor más controlado: Si bien las cabezas de las gambas pueden tener un sabor fuerte, se pueden aprovechar de forma más segura en caldos o sopas, donde el sabor se extrae y se distribuye en toda la preparación. De esta forma, puedes disfrutar del sabor sin los riesgos asociados.
  • Mejor digestión: Al no consumir las partes menos apetitosas de la gamba, como los residuos de su sistema digestivo, tu sistema digestivo podrá trabajar de forma más eficiente.

¿Es necesario evitarlo por completo?

Si bien no es necesario evitar por completo chupar las cabezas de las gambas, es importante ser consciente de los riesgos potenciales. Para quienes no quieran prescindir de esta costumbre, es fundamental asegurarse de que las gambas estén bien cocidas y sean de buena calidad, procedentes de fuentes fiables y limpias.

Si eres una persona que disfruta de este ritual, ten en cuenta que la seguridad alimentaria siempre debe ser la prioridad. Si tienes dudas sobre la frescura o la procedencia de las gambas, lo mejor es optar por disfrutarlas de manera más segura, como en platos cocidos donde los contaminantes puedan ser eliminados mediante un buen proceso de cocción.

Conclusión

Si bien las cabezas de las gambas pueden parecer deliciosas y ofrecer un sabor profundo, existen riesgos asociados con chuparlas, especialmente en cuanto a toxinas, bacterias y otros contaminantes que pueden concentrarse en esa parte del marisco. El cadmio, un metal pesado presente en las cabezas de los crustáceos, es uno de los principales peligros, ya que puede acumularse en el organismo y tener efectos tóxicos a largo plazo. La mejor opción es disfrutar de las gambas de manera segura, cocinándolas adecuadamente y considerando aprovechar sus cabezas en caldos o sopas para extraer su sabor de manera más controlada y saludable.

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