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El horario intensivo escolar: descansan menos, comen peor y hacen más deberes

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horario intensivo escolar
En la imagen, un día de colegio en un Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) de València. EFE/Biel Aliño/Archivo
Madrid, 28 ago (OFFICIAL PRESS-EFE).- La implantación del horario intensivo escolar en los centros educativos españoles desde los años 90 impacta en la salud y el bienestar del alumnado: descansa y come peor, hacen más deberes, dedican más tiempo a las pantallas y les obliga a madrugar en exceso.

Son resultados de una investigación de Daniel Gabaldón, sociólogo especializado en educación de la Universidad de Valencia, en colaboración con Kadri Táht de la Universidad de Tallin, quienes han analizado los datos de las dos ediciones publicadas de la Encuesta del Empleo del Tiempo del INE (consulta a personas a partir de los 10 años).

A pocas semanas del inicio del nuevo curso y al hilo de las recientes recomendaciones de la OCDE sobre abandono escolar -piden evaluar la vuelta a la jornada completa-, el experto se muestra preocupado por el impacto que está teniendo el horario continuo en los menores -implantada en la mayor parte de los institutos de secundaria del país y en menor grado en primaria-.

«Está mermando su salud», subraya el sociólogo, quien aboga por frenar las votaciones en los centros que aún deben decidir si aplicar una u otra modalidad.

Horario intensivo escolar: las consecuencias

Entre las conclusiones del estudio, financiado por la Comunitat Valenciana, destaca que el alumnado de la intensiva dedica más tiempo a deberes, pasa más tiempo viendo pantallas y duerme menos que el de la partida.

«¿Si entran a la misma hora, por qué se acuestan más tarde los de la continua que los de partida? La única explicación es que la concentración horaria les hace vivir con más estrés», explica Gabaldón, que actualmente investiga en la Universidad de Tallin.

Además, «hemos descubierto que hasta un 10% de los estudiantes de secundaria que va a jornada continuada duerme siesta, con lo que eso te puede reducir la presión de sueño y por la noche te cuesta dormir».

Más uso de las pantallas

En cuanto al mayor uso de las pantallas, de media 43 minutos/día más que el alumnado que asiste a jornada partida, el experto en usos del tiempo lo achaca a que cuando llegan a casa están solos buena parte de la tarde, «y si no estudian se enganchan a las pantallas».

También sostiene que el alumnado que asiste a la intensiva come demasiado tarde (entre las 14:00 y las 16:00) frente al de la partida (entre las 13:00 y las 15:00), y ello se traduce en sobrepeso y obesidad.

Las comidas con el intensivo

Las células del tejido adiposo también poseen «un reloj circadiano»: «No solo importa cuánto comemos, sino cuándo comemos, si comes a la una o a partir de las tres, vas a tener un rendimiento diferente con los mismos nutrientes».

Gabaldón respalda el último informe de la OCDE para reducir el abandono escolar en España: «Hay que luchar para que deje de avanzar la intensiva en los sitios donde aún se está votando, y tratar de parar y evaluar con evidencias científicas las consecuencias» sobre la salud del menor.

Otras conclusiones de su trabajo apuntan a que en la continua se descansa peor: su alumnado duerme de media 42 minutos/día menos que el que va a partida.

Madrugan más

Por otro lado, en ambas jornadas el estudiante madruga «en exceso», «somos de los más madrugadores de Europa, a la cabeza en secundaria y el séptimo más madrugador en primaria (tras Alemania, Dinamarca, Francia, y el Benelux)», explica Gabaldón que acaba de empezar un estudio financiado por el Ministerio de Ciencia, «Kairós», para estudiar el «jet lag social» en la salud y el rendimiento del alumnado.

«Vivimos con un horario que no se adecúa a nuestro horario interno, que se sincroniza sobre todo con la luz solar. En España tenemos el horario de Europa central pese a que estamos al oeste total; por ejemplo tenemos el mismo horario que Varsovia pero allí el sol sale aproximadamente un par de horas antes que aquí».

Por ello, «nos obligamos a hacer un horario estrictamente centro europeo, de levantarnos a las 7.00 para empezar a trabajar a las 8, los alumnos de primaria empiezan a las 9 y el de Instituto a las 8; tenemos una sobredimensión de lo que hacemos por las mañanas», sostiene.

La mejor hora para empezar la jornada

Así, «nuestro reloj interno sigue sincronizándose cada día con la luz solar. Los estudios de cronobiología afirman que los alumnos cuando empiezan con la pubertad comienzan a retrasar su reloj circadiano, es decir, si de normal nos vendría mejor empezar a trabajar a las 10.00, a los adolescentes les vendría mejor las 12.00; si tuviéramos que elegir una jornada continua para la ESO sería la verpertina, no la matutina».

El proyecto Kairós, de cuatro años de duración, ha empezado con 1º de ESO, el año próximo continuará con 2º de ESO, 1º de primaria y 4º de primaria y después vendrán todos los grupos hasta tener una muestra de cada uno de los cursos de la educación obligatoria.

En España, resume, hay «una confusión de la zona horaria: no nos damos cuenta de que cuando estamos haciendo entrar a un niño de primaria o infantil a las nueve en el colegio son las 8 en otoño, pero son las 7.00 en verano y cuando hacemos entrar a un adolescente a las 8.00 en realidad son las 7.00 en otoño y las 6.00 en verano».

«Se ha perdido un poco el sentido de las horas», subraya.

EFE-Marina Segura Ramos

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Qué es el Plan Auto 2030 y cómo puedes optar a hasta 7.000 euros para comprar un coche

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Revisión coche y documentación

La industria española del automóvil atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente. Tras años ocupando una posición destacada en el panorama internacional como segundo fabricante europeo y octavo del mundo, España ha perdido parte de su peso industrial, superada ahora por Brasil. La caída de la demanda en Europa y el frenazo en la producción han llevado al sector a movilizarse como no lo hacía desde hace décadas.

Un sector en retroceso desde la pandemia

Antes del Covid, la automoción europea vendía alrededor de 19 millones de vehículos al año; actualmente apenas alcanza los 15 millones. Este desplome ha tenido un impacto directo en España: las fábricas nacionales producen dos millones de vehículos menos que hace unos años, una pérdida que equivaldría a mantener paradas las 16 plantas españolas durante un año completo.

Ante esta situación, las principales asociaciones del automóvil, encabezadas por Anfac, han logrado unir a fabricantes, concesionarios, agentes sociales, eléctricas, comunidades autónomas e instituciones para elaborar un diagnóstico común y una propuesta de actuación. El resultado es el Plan Auto 2030, un programa integral que cuenta con sintonía por parte del Ministerio de Industria, liderado por Jordi Hereu, y que busca frenar el deterioro del sector.

Por qué el sector reclama el Plan Auto 2030

El mensaje de la industria es claro:
si no se venden más coches en España, las fábricas no podrán mantener los volúmenes actuales de producción.

Para evitarlo, el sector pide al Gobierno un plan nacional que combine medidas de apoyo industrial y un nuevo impulso a la demanda mediante ayudas directas a la compra. Este paquete de estímulos deberá corregir los errores del actual Moves, que ha generado retrasos, incertidumbre y diferencias de aplicación entre comunidades autónomas.

Cómo funcionarían las ayudas: hasta 7.000 euros para vehículos electrificados

Aunque el Gobierno aún no ha presentado la versión definitiva del Plan Auto 2030, las líneas generales ya están consensuadas. Para los compradores particulares, las claves serían las siguientes:

Ayudas directas descontadas en la factura

El sector reclama que los incentivos se apliquen de forma inmediata, restándose del precio final del coche en el concesionario. Esto eliminaría la espera de meses o incluso años que actualmente sufren los beneficiarios del Moves.

Vehículos beneficiados

Las ayudas estarían enfocadas principalmente a:

  • Coches eléctricos 100 %

  • Híbridos enchufables

  • Posible inclusión de híbridos no enchufables, pero con cuantías inferiores

Cuantía estimada

La propuesta mantiene cifras similares a las del Moves, con ayudas que oscilarían entre 4.000 y 7.000 euros en función del vehículo y las condiciones de achatarramiento.

Exención en el IRPF

Uno de los objetivos del plan es que las ayudas no tributen en la declaración de la renta, eliminando así una de las principales barreras del Moves.

Gestión centralizada

El sector exige que los fondos se gestionen de forma estatal y no autonómica, para evitar desigualdades entre regiones y retrasos como los actuales, que han dejado a miles de compradores sin cobrar pese a tener aprobada la ayuda.

Los fallos del Moves que el Plan Auto 2030 quiere corregir

El Moves se ha visto afectado por diversos problemas:

  • Largas esperas para cobrar las ayudas, que en ocasiones superan los dos años.

  • Comunidades que aún no han puesto en marcha la convocatoria.

  • Otras regiones que se han quedado sin fondos meses atrás.

  • Incertidumbre para miles de compradores que no saben si cobrarán la subvención aprobada.

El Plan Auto 2030 se inspira en modelos regionales de éxito, como el Plan Reinicia Auto impulsado en la Comunitat Valenciana tras la dana, donde las ayudas fueron rápidas, directas y eficaces.

Un riesgo para miles de compradores del Moves

Las asociaciones del automóvil alertan de que el Moves actual corre el riesgo de quedar abandonado si no se habilita una nueva partida presupuestaria. Sin esos fondos, miles de beneficiarios podrían no llegar a recibir nunca las ayudas prometidas, incluso aunque ya estuvieran aprobadas.

Un plan decisivo para el futuro de la automoción en España

El Plan Auto 2030 se presenta como una herramienta clave para revitalizar la demanda, sostener la producción, acelerar la electrificación y asegurar la posición estratégica de España en el sector. En un momento de transición tecnológica y competencia global, la industria considera que el país se juega una parte esencial de su tejido económico.

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