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Salud y Bienestar

Nutricionistas alertan del alto pocentaje de obesidad infantil que ‘ya es una pandemia en España’

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ayuntamiento de valencia becas comedor

VALÈNCIA, 3 Sep.- El Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) ha alertado este martes del elevado porcentaje de niños y adolescentes valencianos que se sitúan por encima de su peso saludable. «La obesidad infantil ya es una pandemia en España y en concreto en nuestra comunidad, que ha alcanzado la tercera posición en el ranking de las autonomías con mayor número de niños obesos», ha agregado.

En un comunicado, los nutricionistas han explicado que, según la última Encuesta Nacional de Salud, cerca de un 29% de la población de 2 a 17 años de la Comunitat Valenciana sufre problemas de peso, o bien obesidad (16,94%) o bien sobrepeso (11,98%), una cifra que está más de tres puntos por encima que en 2012, cuando esta población significaba un 25,6%.

«Para hacer frente a esta alarmante situación, debemos fomentar una correcta educación nutricional alimentaria no solo con campañas de sensibilización, sino también insistiendo en la alimentación diaria, tanto en las familias como en los comedores escolares,», ha afirmado la presidenta del CODiNuCoVa, Paula Crespo.

Asimismo, el último informe ‘Cómo comemos en la Comunidad Valenciana’ del Colegio Oficial apunta que junto a la población mayor de 65 años, los niños y adolescentes valencianos es el grupo de edad que peor come.

«Este segmento de población toma con bastante frecuencia bebidas azucaradas y presenta un elevado consumo de bollería, dulces y ultraprocesados debido a, entre otras cosas, la publicidad engañosa que etiqueta a productos con altos contenidos en azúcares, sal y grasas de mala calidad como recomendables o enriquecidos», ha incidido.

Si a eso se le añade un modo de vida más sedentario, ha advertido, «los niños obesos se transformarán en adultos obesos» y «cinco de cada siete adolescentes con sobrepeso mantendrán ese estado de adultos».

Hoy en día la Comunitat Valenciana cuenta con casi un 40% de la población con sobrepeso y cerca de un 20% con obesidad, ha alertado el secretario del Colegio de Nutricionistas, Luis Cabañas.

DÉFICITS NUTRICIONALES EN COMEDORES ESCOLARES

Frente al elevado índice de obesidad infantil, los dietistas-nutricionistas insisten, por un lado, en la necesidad de mayor control de los menús de los comedores escolares para que cumplan requerimientos nutricionales mínimos.

«Los comedores escolares pueden ser una buena oportunidad para inculcar pautas de alimentación saludable desde la infancia. En esta línea, la Generalitat Valenciana publicó hace casi un año una nueva Guía para los Menús en Comedores Escolares. No obstante, al tratarse de recomendaciones, todavía no existe una aplicación efectiva en muchos centros educativos», ha expliado Inma Girba, miembro de la Comisión de Comedores Saludables del CODiNuCoVa.

En estas circunstancias imperan, según comenta la dietista-nutricionista, otros criterios para elaborar los menús que impiden una dieta saludable y completa nutricionalmente, como son los gustos de los comensales, el precio, la rapidez de la preparación en cocina o el tiempo que dispone cada grupo para el comedor.

Así, algunos comedores escolares valencianos siguen presentando carencias y desequilibrios nutricionales graves: abundan carnes procesadas como fiambres, nuggets de pollo y salchichas, y carne picada en forma de albóndiga y hamburguesas, además de pescados precocinados y empanados, pastas y arroces de harina blanca y lácteos azucarados.

En contraposición, el huevo, las verduras frescas y las legumbres son alimentos que tienen muy poco peso dentro de algunos menús, con un consumo inferior a lo deseado que dificulta que los niños se familiaricen y demanden estos platos de forma habitual.

«Toda esta alimentación diaria desequilibrada, junto al incremento del sedentarismo, contribuye a un aumento progresivo de peso, al que va aparejado la aparición de caries y, con los años de sobrepeso acumulado, problemas articulares, alteraciones cardiovasculares, además de que pueden presentar enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión, de forma más temprana», ha añadido Inma Girba.

EN EL CAMINO HACIA UNA SOCIEDAD SANA

Desde el CODiNuCoVa reclaman también centrar la atención en los niños de 0 a 3 años y regular la alimentación que se lleva a cabo en las escuelas infantiles, al tratarse de una de las etapas más importantes para la adquisición de buenos hábitos. Asimismo, abogan por la formación de profesores y monitores de comedores escolares de todos los centros educativos y la inclusión de más materia sobre alimentación y nutrición en los planes de enseñanza.

Asimismo, demandan un abordaje nutricional para estos casos desde la sanidad pública. «La incorporación del dietista-nutricionista como profesional sanitario experto en alimentación en los centros de atención primaria y hospitales públicos es necesaria para frenar esta pandemia y tener una respuesta adaptada a cada caso», ha concluido la presidenta del CODiNuCoVa.

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Qué significa tener hambre al rato de comer: la señal de que algo va mal

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Dieta Bioimis
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¿Te ha pasado que terminas de comer y, apenas una hora después, sientes otra vez hambre? No estás solo. Tener hambre al rato de comer es una sensación más común de lo que parece, y puede estar relacionada tanto con lo que comes como con cómo come tu cuerpo. En este artículo te explicamos por qué ocurre, qué causas pueden estar detrás y qué puedes hacer para controlarlo sin pasar hambre ni ansiedad.


¿Es normal tener hambre poco después de comer?

Sentir hambre poco tiempo después de comer puede ser normal en determinadas circunstancias, pero también puede indicar que algo no está funcionando correctamente en tu metabolismo, tus hormonas o tus hábitos alimenticios.

El hambre es un mecanismo fisiológico controlado por una compleja red de hormonas (como la grelina y la leptina), neurotransmisores y señales del sistema digestivo. Cuando el cuerpo necesita energía, se libera grelina, la “hormona del hambre”, que avisa al cerebro de que es hora de comer. Tras una comida completa, deberían aumentar los niveles de leptina y otras hormonas de saciedad, lo que envía al cerebro la señal contraria: la de estar satisfecho.

Si esa sensación de saciedad dura poco o desaparece enseguida, puede que el cuerpo no esté recibiendo los nutrientes o las proporciones adecuadas para mantenerse estable.


Causas más frecuentes del hambre poco después de comer

1. Comidas bajas en proteínas o grasas saludables

Uno de los errores más comunes es comer platos con muchos carbohidratos simples (pan blanco, arroz, pasta o dulces) y pocas proteínas o grasas saludables.
Estos alimentos provocan picos rápidos de glucosa en sangre que, tras una subida, se desploman en poco tiempo. Esa caída brusca de azúcar activa de nuevo el apetito y genera la sensación de hambre, aunque el estómago esté lleno.

Solución: incluye en cada comida una fuente de proteína (pollo, pescado, huevo, tofu o legumbres) y grasas saludables (aguacate, frutos secos, aceite de oliva virgen extra). Te ayudarán a mantener la glucosa estable y a prolongar la sensación de saciedad.


2. Exceso de azúcares o carbohidratos refinados

Los productos ultraprocesados, los zumos industriales o los cereales azucarados generan lo que se conoce como “montaña rusa de glucosa”. Este fenómeno hace que, tras un pico energético momentáneo, tu cuerpo reclame más comida rápidamente.

Solución: opta por carbohidratos complejos y de bajo índice glucémico, como avena, arroz integral, legumbres o pan de centeno, que se digieren más lentamente y mantienen estables los niveles de energía.


3. Comer demasiado rápido

Cuando comes con prisa, el cerebro no tiene tiempo de procesar la señal de saciedad. El cuerpo necesita entre 15 y 20 minutos para activar la respuesta hormonal que indica que has comido suficiente. Si terminas antes, es muy probable que al poco rato vuelvas a tener hambre.

Solución: mastica despacio, evita distracciones como el móvil o la televisión y da tiempo a tu cuerpo a “registrar” la comida.


4. Falta de fibra en la dieta

La fibra es uno de los componentes más importantes para regular el apetito. Aumenta el volumen de los alimentos en el estómago, ralentiza la digestión y ayuda a mantener estable el azúcar en sangre.
Si tu dieta es pobre en frutas, verduras o cereales integrales, es normal que la sensación de saciedad desaparezca enseguida.

Solución: añade más fibra soluble (presente en avena, manzana, lentejas o chía) para mantenerte lleno durante más tiempo.


5. Desequilibrio hormonal

En mujeres, especialmente en etapas de perimenopausia o síndrome premenstrual, los niveles de estrógenos y progesterona pueden alterar las señales de hambre y saciedad.
También en hombres y mujeres con resistencia a la insulina o hipotiroidismo, el apetito puede dispararse incluso tras comidas completas.

Solución: si notas que este patrón se repite con frecuencia, consulta con un endocrino. Un análisis hormonal puede detectar desequilibrios que estén afectando tu metabolismo.


6. Deshidratación

A menudo confundimos hambre con sed. El hipotálamo —la parte del cerebro que regula ambas sensaciones— puede enviar señales similares cuando el cuerpo necesita agua.

Solución: antes de picar algo, bebe un vaso de agua y espera unos minutos. Si la sensación desaparece, probablemente tu cuerpo solo necesitaba hidratarse.


7. Falta de sueño y estrés

Dormir poco o vivir en estado de estrés continuo aumenta la grelina (hormona del hambre) y reduce la leptina (hormona de la saciedad). El resultado: más apetito, más ansiedad por comer y más dificultad para controlar los impulsos, sobre todo por alimentos calóricos y dulces.

Solución: procura dormir entre 7 y 8 horas por noche y busca técnicas que te ayuden a gestionar el estrés, como el ejercicio físico, la meditación o pasear al aire libre.


8. Consumo excesivo de alcohol o cafeína

El alcohol inhibe temporalmente la producción de leptina, mientras que la cafeína puede alterar el equilibrio del azúcar en sangre. Ambos factores provocan un efecto rebote de hambre tras su consumo.

Solución: reduce el alcohol y limita la cafeína a dos tazas de café al día. Si te apetece una bebida caliente, elige infusiones naturales o descafeinadas.


Cómo saber si lo que sientes es hambre real o emocional

A veces, el hambre no tiene nada que ver con la necesidad de comer, sino con una respuesta emocional.
El hambre emocional aparece repentinamente, suele dirigirse hacia un tipo concreto de alimento (dulce, salado o ultraprocesado) y no desaparece aunque comas.

Por el contrario, el hambre fisiológica crece gradualmente y puede satisfacerse con casi cualquier tipo de comida.

Truco: antes de comer, pregúntate si es hambre o aburrimiento, ansiedad, estrés o cansancio. Identificar la diferencia es clave para mantener una relación sana con la comida.


Consejos para evitar tener hambre al poco tiempo de comer

  1. No te saltes comidas. Saltar comidas desequilibra tus hormonas y aumenta el riesgo de atracones.

  2. Incluye proteínas y grasas saludables en cada plato. Ayudan a mantener estable el azúcar en sangre.

  3. Prioriza alimentos reales. Evita ultraprocesados y apuesta por frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.

  4. Mantente hidratado. Muchas veces el cuerpo pide agua, no comida.

  5. Descansa lo suficiente. Dormir bien mejora el control del apetito.

  6. Gestiona el estrés. Evita que el cortisol dispare el hambre emocional.

  7. Escucha a tu cuerpo. Come despacio, sin distracciones y solo hasta sentirte satisfecho.


Cuándo consultar con un especialista

Si sientes hambre de forma constante después de comer, incluso tras menús equilibrados y con horarios regulares, puede ser un signo de resistencia a la insulina, hipoglucemia reactiva o alteraciones hormonales.
Un endocrino o nutricionista puede ayudarte a encontrar la causa exacta y ajustar la dieta a tus necesidades metabólicas.


Conclusión: el hambre temprana es una señal que el cuerpo envía, no un fallo

Tener hambre poco después de comer no siempre es un problema, pero sí una alerta de que algo puede mejorarse en tu alimentación, tu descanso o tu equilibrio hormonal.
Escuchar al cuerpo, elegir alimentos saciantes y mantener hábitos saludables son las claves para controlar el apetito sin renunciar al placer de comer.

Cuando el cuerpo recibe los nutrientes adecuados, el hambre deja de ser una lucha y se convierte en un mensaje de equilibrio interno.

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