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1 de Mayo en España: Un día para ‘reflexionar’

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1 de Mayo en España

Cada 1 de mayo, España y muchos otros países alrededor del mundo celebran el Día Internacional de los Trabajadores, también conocido como el Día del Trabajo. Esta fecha conmemora la lucha histórica de los trabajadores por sus derechos laborales y marca un momento para reflexionar sobre los logros alcanzados y los desafíos que aún enfrentan los trabajadores en la actualidad.

Un día para ‘reflexionar’

Horas después de anunciar que continuará en el cargo tras cinco días de incertidumbre, Pedro Sánchez concedía una entrevista en el Telediario de TVE en la que ha hablado de los días previos a su esperada comparecencia, así como de las razones de su decisión y ha apuntado en múltiples ocasiones a la «máquina de fango» encargada de perpetrar la «estrategia de acoso y derribo» a la que hizo referencia en su carta a la ciudadanía del pasado miércoles.

Durante estos cinco días, Pedro Sánchez se tomó un tiempo para reflexionar sobre su futuro político, una oportunidad que muchos autónomos y trabajadores no tenemos. Mientras él deliberaba sobre su decisión, miles de trabajadores continuaban enfrentando desafíos diarios sin la misma posibilidad de pausa o reflexión y cumpliendo con sus obligaciones.

La respuesta pública a los «días de reflexión» de Pedro Sánchez ha sido mayormente de descontento y escepticismo. Los ciudadanos demandan liderazgo firme y decisiones concretas en un momento crítico para España, marcado por desafíos socioeconómicos y políticos significativos. La percepción de que la pausa de Sánchez refleja indecisión o estrategia política ha erosionado aún más la confianza en su capacidad para liderar efectivamente.

¿Reflexión o Estrategia?

El tiempo dedicado por Pedro Sánchez para «reflexionar» sobre su futuro político ha sido visto por algunos como una estrategia dilatoria para ganar tiempo político y evaluar el panorama de apoyo dentro de su propio partido y entre los aliados parlamentarios

Conclusiones

En resumen, la decisión de Pedro Sánchez de tomarse cinco días para reflexionar sobre su futuro político ha desencadenado un debate acalorado sobre la ética y la eficacia de esta pausa prolongada. Los críticos argumentan que en tiempos de crisis y desafíos urgentes, la responsabilidad y el liderazgo exigirían una toma de decisiones más rápida y decisiva. La controversia en torno a estos «días de reflexión» refleja preocupaciones más amplias sobre el papel y la responsabilidad de los líderes políticos en momentos cruciales para el país.

Origen y Significado

El 1 de mayo tiene sus raíces en los movimientos obreros del siglo XIX, cuando los trabajadores luchaban por condiciones laborales más justas, jornadas de trabajo más cortas y un trato digno en el lugar de trabajo. En 1889, la Internacional Socialista declaró el 1 de mayo como un día de protesta y conmemoración en honor a los mártires de Chicago, trabajadores que fueron ejecutados por participar en una huelga por la jornada laboral de ocho horas en 1886.

Celebración en España

En España, el Día del Trabajo es un feriado nacional y se observa con una variedad de actividades que reflejan la importancia de los derechos laborales y la solidaridad entre los trabajadores. Los sindicatos y organizaciones laborales suelen organizar marchas, manifestaciones y eventos para destacar las preocupaciones actuales de los trabajadores, como el desempleo, la precariedad laboral y la igualdad salarial.

Reivindicaciones Actuales

El 1 de mayo también es un momento para poner de relieve las demandas actuales de los trabajadores en España. Algunos de los temas clave incluyen:

  • Empleo Digno: La lucha contra la temporalidad excesiva y la creación de empleos estables y seguros.
  • Salarios Justos: La búsqueda de salarios mínimos adecuados y la equiparación de sueldos entre hombres y mujeres.
  • Condiciones Laborales: Garantizar condiciones laborales seguras y saludables para todos los trabajadores.
  • Derechos Sindicales: Proteger y fortalecer los derechos de los sindicatos y la negociación colectiva.

Reflexión y Solidaridad

El Día del Trabajo en España es un recordatorio de la importancia de valorar y proteger los derechos laborales. Es también un momento para mostrar solidaridad con los trabajadores de todo el mundo que continúan luchando por condiciones dignas y justas.

En resumen, el 1 de mayo en España es más que un día de descanso; es una oportunidad para honrar la lucha y el sacrificio de generaciones de trabajadores, así como para renovar el compromiso con la promoción de un trabajo digno y justo para todos. Esta celebración nos recuerda que los derechos laborales son fundamentales para una sociedad justa y equitativa.

¡Feliz Día del Trabajo!

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Qué pasó un 22 de julio

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Qué pasó un 22 de julio

José Luis Fortea

………….corría el verano de 1975, aquel en el que no cesaba de sonar en las radios el Bimbó de Georgie Dann, que acabaría siendo declarada oficialmente la canción del verano, aquel en el que Televisión Española emitía su series detectivescas de moda, las de “Tony Baretta” y “Kojak” y que amenizaba desde el pasado mes de abril, la noche de los sábados, con un nuevo programa llamado “Directísimo”, presentado por un joven bilbaíno de treinta y tres años, de grandes bigotes, llamado José María Íñigo Gómez.

Bernard Thévenet

Aquel verano, en el que ganaba el tour, contra todo pronóstico, el francés Bernard Thévenet, imponiéndose a un Eddy Merckx, líder desde la sexta jornada, que había sido golpeado por un espectador en su costado derecho en el ascenso al Puy de Dome, presentando desde entonces unas molestias que le harían perder a partir de aquella etapa, la decimocuarta, el maillot amarillo y que no lo volvería a recuperar, de un periodo estival más que sofocante y tórrido, en el que una caña en aquellos días costaba entonces diez pesetas, de aquel verano, el del 75, el último del jefe del Estado español, que fallecería cinco meses más tarde.

Qué pasó un 22 de julio

El martes 22 de julio, de un día como hoy, de hace más de cuarenta años , a unos cincuenta y tres kilómetros de Sevilla, en el término municipal de Paradas, iba a tener lugar uno de los sucesos más trágicos de los últimos tiempos, que acabaría por convulsionar la vida de sus cerca de ocho mil habitantes, de un terrible episodio que en los juzgados terminaría conociéndose como el expediente 20/75.

A unos cuatro kilómetros de la mencionada población de Paradas, se encuentra la finca de los Galindos, perteneciente, desde hace seis años, a Gonzalo Fernández de Córdoba y Topete, marqués de Grañina, donde suele acudir esporádicamente, en tiempo estival, sin la compañía de su mujer, María de las Mercedes Delgado Durán. Al frente del aludido inmueble, se encuentra Manuel Zapata Villanueva, de cincuenta y nueve años, antiguo legionario y miembro de la Guardia Civil, que allí vive junto a su mujer Juana Martín Macías, de cincuenta y tres años, desempeñando las tareas de capataz, en unos terrenos dedicados principalmente al cultivo de la aceituna.

En el cortijo trabajan siete personas, tres tractoristas y cuatro temporeros, que a eso de las ocho de la mañana, de aquel martes día 22, ya se encuentran allí para ponerse a bregar, antes de que el sol les ajusticie con esos 49 ºC que alcanzarán a lo largo de aquella misma mañana. Zapata, como de costumbre, es quien distribuye “la faena”, mandando a las alpacas, a medio kilometro de la finca, al tractorista José González Jiménez, a un segundo tractor, junto con tres braceros, a la parte posterior del cerro y al tercer tractorista Ramón Parrilla a regar garrotes (que son los troncos de los olivos metidos en bolsas con tierra) de una jornada laboral que se prolongará hasta la una, momento en el que harán un alto en el camino para almorzar, durante cerca de media hora, y proseguir hasta eso de las cuatro de la tarde, cuando el mercurio se encarame en lo más alto de los termómetros respondiendo al calor abrasivo de esos casi cincuenta grados.

Y es entonces, sobre esa hora de las cuatro de la tarde, cuando el grupo de los tres temporeros que se encuentran en la parte del cerro observan salir un humo negro y espeso del cortijo, dirigiéndose rápidamente hacia allí.

Al llegar al lado de la verja de la entrada, encuentran restos de lo que parece un reguero de sangre, que les hace presagiar que alguien pudiera haber resultado herido, de un rastro abundante que dibujando un movimiento sobre la tierra serpenteante poco a poco se va diluyendo hasta llegar a desaparecer, por lo que Antonio Escobar, uno de aquellos trabajadores, acude raudo hacia el cuartel de la Guardia Civil, para dar el pertinente aviso, mientras Antonio Fenet Pastor, que lleva cinco años trabajando las tierras de Los Galindos, divisa lo que le da la sensación son dos cuerpos mutilados en aquel fuego que acelerado con gasolina desprende un olor más que nauseabundo, decidiendo no indagar más, hasta la llegada de la Benemérita.

No tardan mucho en personarse en el cortijo el cabo Raúl Fernández acompañado de un número de la Guardia Civil, para realizar las primeras diligencias de investigación. Al entrar en la casa, observan, al lado de una mesa camilla, otro gran charco de sangre, cuyo rastro se dirige pasillo arriba, hacia donde se encuentra la puerta de una habitación cerrada con un candado, colocado en la parte exterior, que fuerzan para poder acceder a su interior, encontrándose una vez dentro, el cuerpo de Juana Martín, la mujer del capataz, con la cabeza destrozada, golpeada por algún objeto romo, no hallándose nada más reseñable en la vivienda.

En el exterior, donde todavía permanece encendido aquel fuego, aparecen los restos casi calcinados del tractorista José González, Pepe, de 27 años y su esposa Asunción Peralta, seis años mayor que él, de 34 años, a quien al parecer había ido a recoger al pueblo para traerla allí, en algún momento de aquel día, aparcando su seiscientos de color crema en la entrada del cortijo, desconociéndose los motivos.

En la cuneta del llamado Camino de Rodales, cubierto con un montón de paja, se descubre un cuarto cuerpo sin vida, el del jornalero Ramón Parrilla, de 40 años de edad, tractorista eventual de la finca, muerto de un disparo de escopeta.

De Zapata, el capataz de la finca de Los Galindos, no hay rastro alguno, por lo que las primeras sospechas recaen sobre este, emitiéndose incluso, a la mañana siguiente, por el recién llegado juez del juzgado de Écija (al estar el de Carmona de vacaciones) Andrés Márquez Aranda la pertinente orden de busca y captura.

Al parecer, en los mentideros del pueblo, se decía que las relaciones entre el capataz y el tractorista Pepe no eran todo lo buenamente deseables que podían ser, fruto de un intento de José González por cortejar a una de las hijas de Zapata, negándose este a dicha relación, enemistando en cierta manera a ambos. Lo cual fue considerado como un posible móvil de aquel crimen, aunque no resolvía las dudas existentes sobre las restantes muertes.

Y fue entonces cuando tres días más tarde, el 25 de julio apareció el cadáver del capataz, que tras la autopsia realizada determinaría que había resultado ser la primera de las víctimas de aquel crimen que ya sumaba con esta, cinco muertes, desarbolando la hipótesis que se había venido considerando como probable.

El sumario del caso, el denominado expediente número 20 de 1975, con más de mil trescientos folios, ha dado a lo largo de la historia numerosas elucubraciones y teorías que no han podido resultar finalmente probadas, recayendo durante años las sospechas, tras haber sido encontrado el cuerpo de Manuel Zapata, sobre José González Jiménez que juzgado y condenado por el pueblo tendría que esperar hasta la exhumación de los cadáveres mediante orden emitida por el juez Heriberto Asensio que acabaría determinando que el “sospechoso” era, de igual forma, triste víctima de este suceso, y que además en opinión del prestigioso médico forense Luis Frontela Carreras, estudiando aquellas manchas de sangre en el piso encontradas, concluiría que a –“Juana la arrastraron desde el comedor hasta el dormitorio entre dos personas por lo menos”- .

Transcurrido los plazos legales previstos sin encontrarse el culpable de estos hechos, la causa quedaría archivada en el año 1988, y siguiendo el principio que extingue la responsabilidad criminal por el transcurso del tiempo, siendo para este tipo de delitos el previsto de veinte años, fue por tanto declarado su prescripción en 1995, a los veinte años de haberse cometido.

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