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‘9 de mayo … y entonces sucedió que …’, por José Luis Fortea

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forteaJosé Luis Fortea

…………………..en 1950, tras cinco años de paz en toda Europa, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial (oficialmente el día 8 de mayo de 1945), desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, ubicado en París, en el número 37 del muelle de Orsay, en el margen izquierdo del río Sena (ministerio llamado coloquialmente como “Le quai d’Orsay”, “el muelle de Orsay”), en el salón del reloj, el ministro francés Robert Schuman emite un discurso a las seis de la tarde de aquel 9 de mayo de 1950, de hace hoy sesenta y siete años, ante los representantes de los principales medios de comunicación nacional y prensa extranjera, convocados al efecto, en una alocución que será posteriormente conocida como la “declaración Schuman” y que ha sido considerada como el inicio de la construcción de la Unión Europea.

El referido ministro de asuntos exteriores, había nacido el 29 de junio de hacía sesenta y tres años, en 1886, en Luxemburgo, de padre francés, militar fronterizo de la zona de Lorena (territorio colindante entre Francia y Alemania que cambiaría de titularidad entre estos países en varias ocasiones) y de madre luxemburguesa.

El argumento del alegato era básicamente la puesta en común, junto al país hasta ese momento considerado su principal rival y enemigo en Europa, Alemania, de toda la producción del carbón y del acero. Argumentando que;

-“Ya no es cuestión de vanas palabras, sino de actos, atrevidos, constructivos. Francia actúa por tanto y las consecuencias de su acción pueden llegar a ser inmensas, y en esa actuación por la paz, se asocia a Alemania (…) Europa nace de esto, unida y fuertemente estructurada. Una Europa donde el nivel de vida se elevará gracias a la agrupación de producciones y la ampliación de mercados que abaratarán los precios. (…) Europa no se hará de golpe, ni en una obra de conjunto, se hará por medio de realizaciones concretas, que creen, en primer lugar, una solidaridad de hecho. El gobierno francés propone que se someta el conjunto de la producción franco-alemana de carbón y acero bajo una autoridad común, en una organización abierta a la participación de otros países de Europa”-.

La consecuencia inmediata de esta declaración, fue la creación de la Europa de los seis, cuando Francia y la República Federal de Alemania junto con los países de Bélgica, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos, formalizaron la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA).

En conmemoración a dicho discurso, el Consejo de la Unión Europea, decidió el día 9 de mayo de 1985, en la cumbre de Milán, se celebrase a partir del año siguiente, cada 9 de mayo, el Día de Europa.

Ayer, día 8 de mayo de 2017, se publicaron los resultados de la segunda vuelta de las  elecciones presidenciales celebradas en Francia el domingo día 7, coincidiendo estos además con el septuagésimo segundo aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, y en las que dependiendo de los resultados obtenidos, se argumentaba con la posibilidad de una salida de Francia de la misma Unión Europea, en el caso de haber obtenido el triunfo la formación denominada Frente Nacional, liderada por Marine Le Pen, que auguraba un Brexit a la francesa, una especie de “Francexit”.

Los resultados finales de estos comicios han otorgado el triunfo a la formación del conservador, centrista y europeísta Emmanuel Macron, denominada “En Marche!” (¡En Marcha!), en un hábil juego con las iniciales de su nombre y apellido, E.M, que en palabras del propio Macron, huye de las etiquetas propias de los partidos políticos hasta la fecha, de derechas o izquierdas, para ser una coalición de socialdemócratas, liberales, centristas, ecologistas y sobre todo de ciudadanos que nunca han tenido un compromiso político, para acabar por afirmar que;  -“La auténtica soberanía es la europea”-.

Nacido el 21 de diciembre de 1977, en la localidad de Amiens (la misma en la que falleció en 1905 el escritor Julio Verne), es el octavo presidente de la V República y a sus treinta y nueve años, el más joven de la historia del país.

Un joven presidente que ha roto los moldes políticos, con su peculiar personalidad, casado con Brigitte Trogneux, nacida en la misma localidad francesa de Amiens, un 13 de abril de 1953, y que a sus sesenta y cuatro años se ha convertido en la primera dama de Francia, de un matrimonio consolidado desde hace más de diez años y de la que, el ahora presidente de la V República Francesa, se enamoró siendo un joven estudiante suyo de teatro, hace ya casi veintidós años.

Aunque la diferencia de edad habida en el matrimonio ha sido objeto de ataques por parte de diversos sectores y formaciones rivales políticas, lo cierto es que representa casi la misma diferencia de edad que en los Estados Unidos presentan el matrimonio de su presidente Trump, que el próximo mes de junio cumplirá 71 años, y su esposa Melania, quien desde hace trece días, desde el pasado 26 de abril, ha cumplido los 47, entre otros muchos casos semejantes y de la que la propia señora Macron ha sabido dar muestras de un excelente sentido del humor, señalando en su biografía que;

-“Emmanuel debería lanzarse hacía la carrera presidencial cuanto antes, mejor en 2017 que en 2022, porque para entonces el problema de él probablemente sea mi cara”-.

La noche del triunfo de la primera vuelta de las citadas elecciones, Macron señaló;

                                              -“Sin ella, yo no sería yo”-.

Europa está de fiesta, celebremos este 9 de mayo pues, FeliciEuropDay!.

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Qué pasó un 22 de julio

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Qué pasó un 22 de julio

José Luis Fortea

………….corría el verano de 1975, aquel en el que no cesaba de sonar en las radios el Bimbó de Georgie Dann, que acabaría siendo declarada oficialmente la canción del verano, aquel en el que Televisión Española emitía su series detectivescas de moda, las de “Tony Baretta” y “Kojak” y que amenizaba desde el pasado mes de abril, la noche de los sábados, con un nuevo programa llamado “Directísimo”, presentado por un joven bilbaíno de treinta y tres años, de grandes bigotes, llamado José María Íñigo Gómez.

Bernard Thévenet

Aquel verano, en el que ganaba el tour, contra todo pronóstico, el francés Bernard Thévenet, imponiéndose a un Eddy Merckx, líder desde la sexta jornada, que había sido golpeado por un espectador en su costado derecho en el ascenso al Puy de Dome, presentando desde entonces unas molestias que le harían perder a partir de aquella etapa, la decimocuarta, el maillot amarillo y que no lo volvería a recuperar, de un periodo estival más que sofocante y tórrido, en el que una caña en aquellos días costaba entonces diez pesetas, de aquel verano, el del 75, el último del jefe del Estado español, que fallecería cinco meses más tarde.

Qué pasó un 22 de julio

El martes 22 de julio, de un día como hoy, de hace más de cuarenta años , a unos cincuenta y tres kilómetros de Sevilla, en el término municipal de Paradas, iba a tener lugar uno de los sucesos más trágicos de los últimos tiempos, que acabaría por convulsionar la vida de sus cerca de ocho mil habitantes, de un terrible episodio que en los juzgados terminaría conociéndose como el expediente 20/75.

A unos cuatro kilómetros de la mencionada población de Paradas, se encuentra la finca de los Galindos, perteneciente, desde hace seis años, a Gonzalo Fernández de Córdoba y Topete, marqués de Grañina, donde suele acudir esporádicamente, en tiempo estival, sin la compañía de su mujer, María de las Mercedes Delgado Durán. Al frente del aludido inmueble, se encuentra Manuel Zapata Villanueva, de cincuenta y nueve años, antiguo legionario y miembro de la Guardia Civil, que allí vive junto a su mujer Juana Martín Macías, de cincuenta y tres años, desempeñando las tareas de capataz, en unos terrenos dedicados principalmente al cultivo de la aceituna.

En el cortijo trabajan siete personas, tres tractoristas y cuatro temporeros, que a eso de las ocho de la mañana, de aquel martes día 22, ya se encuentran allí para ponerse a bregar, antes de que el sol les ajusticie con esos 49 ºC que alcanzarán a lo largo de aquella misma mañana. Zapata, como de costumbre, es quien distribuye “la faena”, mandando a las alpacas, a medio kilometro de la finca, al tractorista José González Jiménez, a un segundo tractor, junto con tres braceros, a la parte posterior del cerro y al tercer tractorista Ramón Parrilla a regar garrotes (que son los troncos de los olivos metidos en bolsas con tierra) de una jornada laboral que se prolongará hasta la una, momento en el que harán un alto en el camino para almorzar, durante cerca de media hora, y proseguir hasta eso de las cuatro de la tarde, cuando el mercurio se encarame en lo más alto de los termómetros respondiendo al calor abrasivo de esos casi cincuenta grados.

Y es entonces, sobre esa hora de las cuatro de la tarde, cuando el grupo de los tres temporeros que se encuentran en la parte del cerro observan salir un humo negro y espeso del cortijo, dirigiéndose rápidamente hacia allí.

Al llegar al lado de la verja de la entrada, encuentran restos de lo que parece un reguero de sangre, que les hace presagiar que alguien pudiera haber resultado herido, de un rastro abundante que dibujando un movimiento sobre la tierra serpenteante poco a poco se va diluyendo hasta llegar a desaparecer, por lo que Antonio Escobar, uno de aquellos trabajadores, acude raudo hacia el cuartel de la Guardia Civil, para dar el pertinente aviso, mientras Antonio Fenet Pastor, que lleva cinco años trabajando las tierras de Los Galindos, divisa lo que le da la sensación son dos cuerpos mutilados en aquel fuego que acelerado con gasolina desprende un olor más que nauseabundo, decidiendo no indagar más, hasta la llegada de la Benemérita.

No tardan mucho en personarse en el cortijo el cabo Raúl Fernández acompañado de un número de la Guardia Civil, para realizar las primeras diligencias de investigación. Al entrar en la casa, observan, al lado de una mesa camilla, otro gran charco de sangre, cuyo rastro se dirige pasillo arriba, hacia donde se encuentra la puerta de una habitación cerrada con un candado, colocado en la parte exterior, que fuerzan para poder acceder a su interior, encontrándose una vez dentro, el cuerpo de Juana Martín, la mujer del capataz, con la cabeza destrozada, golpeada por algún objeto romo, no hallándose nada más reseñable en la vivienda.

En el exterior, donde todavía permanece encendido aquel fuego, aparecen los restos casi calcinados del tractorista José González, Pepe, de 27 años y su esposa Asunción Peralta, seis años mayor que él, de 34 años, a quien al parecer había ido a recoger al pueblo para traerla allí, en algún momento de aquel día, aparcando su seiscientos de color crema en la entrada del cortijo, desconociéndose los motivos.

En la cuneta del llamado Camino de Rodales, cubierto con un montón de paja, se descubre un cuarto cuerpo sin vida, el del jornalero Ramón Parrilla, de 40 años de edad, tractorista eventual de la finca, muerto de un disparo de escopeta.

De Zapata, el capataz de la finca de Los Galindos, no hay rastro alguno, por lo que las primeras sospechas recaen sobre este, emitiéndose incluso, a la mañana siguiente, por el recién llegado juez del juzgado de Écija (al estar el de Carmona de vacaciones) Andrés Márquez Aranda la pertinente orden de busca y captura.

Al parecer, en los mentideros del pueblo, se decía que las relaciones entre el capataz y el tractorista Pepe no eran todo lo buenamente deseables que podían ser, fruto de un intento de José González por cortejar a una de las hijas de Zapata, negándose este a dicha relación, enemistando en cierta manera a ambos. Lo cual fue considerado como un posible móvil de aquel crimen, aunque no resolvía las dudas existentes sobre las restantes muertes.

Y fue entonces cuando tres días más tarde, el 25 de julio apareció el cadáver del capataz, que tras la autopsia realizada determinaría que había resultado ser la primera de las víctimas de aquel crimen que ya sumaba con esta, cinco muertes, desarbolando la hipótesis que se había venido considerando como probable.

El sumario del caso, el denominado expediente número 20 de 1975, con más de mil trescientos folios, ha dado a lo largo de la historia numerosas elucubraciones y teorías que no han podido resultar finalmente probadas, recayendo durante años las sospechas, tras haber sido encontrado el cuerpo de Manuel Zapata, sobre José González Jiménez que juzgado y condenado por el pueblo tendría que esperar hasta la exhumación de los cadáveres mediante orden emitida por el juez Heriberto Asensio que acabaría determinando que el “sospechoso” era, de igual forma, triste víctima de este suceso, y que además en opinión del prestigioso médico forense Luis Frontela Carreras, estudiando aquellas manchas de sangre en el piso encontradas, concluiría que a –“Juana la arrastraron desde el comedor hasta el dormitorio entre dos personas por lo menos”- .

Transcurrido los plazos legales previstos sin encontrarse el culpable de estos hechos, la causa quedaría archivada en el año 1988, y siguiendo el principio que extingue la responsabilidad criminal por el transcurso del tiempo, siendo para este tipo de delitos el previsto de veinte años, fue por tanto declarado su prescripción en 1995, a los veinte años de haberse cometido.

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