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Arantxa Sánchez Vicario, una vida de pocas luces y muchas sombras

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MADRID, 17 Ago. (CHANCE) –

Los Sánchez Vicario se han convertido en los nuevos protagonistas de Lazos de sangre. El programa de TVE ha buceado en la turbulenta historia familiar de esta saga que tiene en su principal protagonista a la menor de los hermanos: Arantxa Sánchez Vicario.

Animada a seguir la afición de sus hermanos mayores por el tenis, Arantxa demostró desde muy pequeña que lo suyo iba a ser triunfar en la pista. Tan pronto como comenzó a dar sus primeros toques con la raqueta, sus entrenadores vieron que tenía madera de ganadora; por ese motivo, sus padres decidieron mandarla a una de las escuelas de tenis más prestigiosas de nuestro país.

En Marbella vivió un año y medio cuando solo tenía 13 años. Triste por estar alejada de su familia, la tenista recordaría años más tarde esta experiencia como algo verdaderamente traumático. Aún así, este sentimiento de abatimiento pasó cuando consiguió ganar su primer Roland Garros con tan solo 17 años.

Una victoria que le abrió las puertas del cielo pero que comenzó a minar sus relaciones familiares. Y es que como comentó Mónica Pont en el espacio de La1: «Arantxa comentó que sus hermanos se beneficiaban de todo lo que había ganado».

La desconfianza en sus padres creció hasta hacerse inabarcable cuando se casó con Josep Santacana. Alejada de su familia, Arantxa publicó una biografía que acabó de romper sus lazos familiares. Una situación que le llevó a cortar todo tipo de relación con los suyos, llegando a no despedirse de su padre antes de que este falleciera. «Estoy convencida de que Arantxa se arrepiente de no haberse despedido de su padre», detallaba su amiga Coral Bistue.

El adiós a Emilio Sánchez provocó otro cisma familiar en el mismo tanatorio donde se encontraba toda la familia. El supuesto ‘veto’ a Arantxa y su marido dejó unas imágenes de lo más tristes donde la propia deportista y Santacana cargaban contra los suyos.

Pasados los años, un nuevo revés ha azotado a los Sánchez Vicario. Josep Santacana decidía poner fin a su matrimonio con Arantxa y le reclamaba la custodia de los hijos. Una batalla judicial de lo más complicada a la que se suman los problemas que aún tiene el exmatrimonio con el Banco de Luxemburgo. Una trayectoria de victorias en la pista pero de derrotas en la vida.

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Así ha sido la boda de Santiago Cañizares y Noemí

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El exportero del Valencia C.F. y del Real Madrid, Santiago Cañizares, vive hoy uno de los días más importantes de su vida: su tercera boda, una ceremonia civil en Valencia marcada por la discreción, el romanticismo y una historia de amor tan corta como intensa. Su prometida, Noemí, es una joven catalana con la que lleva apenas cuatro meses de relación y que ha conquistado por completo al exguardameta.

La boda, anunciada apenas mes y medio antes, ha sorprendido al entorno mediático y deportivo, y ha generado una enorme expectación por la rapidez con la que se ha desarrollado esta relación.


Santiago Cañizares da el “sí, quiero”: una historia de amor relámpago

El exguardameta Santiago Cañizares se ha casado hoy, 14 de noviembre de 2025, en Valencia, con Noemí, en lo que ha sido una boda tan íntima como simbólica. Tras una relación de apenas seis meses, el guardameta se lanza a una nueva etapa vital con firmeza y emoción, tras calificar su conexión con su pareja como un “auténtico flechazo”.


Una historia de amor fulminante: “fue un flechazo”

Cañizares confesó en una entrevista radiofónica que conoció a Noemí a través de las redes sociales y que, muy pronto, ambos supieron que querían compartir sus vidas. “Nos ha pegado un poco fuerte. No hemos querido que se nos haga tarde y nos casamos ya”, declaró, mostrando con naturalidad lo espontánea que ha sido la decisión.

Noemí, natural de Calella de Palafrugell, ha mantenido un perfil bajo. Se describe como joven y morena, y durante el pasado verano compartió momentos familiares con algunas de las hijas de Cañizares, lo que ha dejado entrever una integración sincera en su círculo más cercano.


Ceremonia civil y una razón muy personal

La ceremonia, que se celebra hoy en Valencia, es exclusivamente civil. La razón detrás de evitar un enlace religioso tiene un trasfondo profundo: Cañizares explicó que la Iglesia le negó la nulidad de su matrimonio anterior con Mayte García, y afirmó que no estaba dispuesto a pagar las condiciones que le pedían. “Si me caso otra vez, nunca será por la Iglesia”, dijo.


La condición insólita que pudo haberlo cambiado todo

En declaraciones sorprendentes, el exportero confesó que había puesto una condición poco habitual para que la boda se celebrara: no casarse si Peter Lim, máximo accionista del Valencia C.F., dimitía y vendía el club. Esta postura refleja su profundo desacuerdo con la gestión del club que marcó su carrera, aunque él mismo admitió que la posibilidad de que Lim renunciara en esos días era prácticamente nula.


Un nuevo comienzo tras la tragedia

Este matrimonio representa para Cañizares un renacer personal después de años complicados. En 2018 sufrió la pérdida de su hijo Santi, de solo cinco años, a causa de un tumor cerebral. Esa tragedia marcó su vida y desembocó en la ruptura con Mayte García.

Cañizares ya es padre de siete hijos: Carlota, Lucas y Olivia, fruto de relaciones anteriores, y Sofía, India, Martina y el pequeño Santi. Con Noemí, parece haber hallado una estabilidad emocional renovada, aunque no ha aclarado públicamente si tiene planes de ampliar más la familia.


¿Quién es Noemí?

Aunque discreta, se sabe que Noemí es de Calella de Palafrugell, de apariencia elegante y cercana. En las pocas imágenes que han trascendido se muestra una relación auténtica y llena de complicidad, sin el foco mediático que podría esperarse dada la figura de su pareja.


Una boda inesperada, pero con gran resonancia

Lo que ha sido planeado como un evento íntimo ha captado una atención mediática inesperada por lo repentino del anuncio, por la personalidad de Cañizares y por la rapidez con la que ha decidido formalizar esta relación.

Hoy, con este enlace civil en Valencia, Cañizares (55 años) escribe un nuevo capítulo en su vida: uno donde apuesta por el amor, la sinceridad y la estabilidad, en una boda que, a pesar de su carácter sorpresivo, podría marcar un antes y un después.

 

 

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