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Así es el anillo de compromiso de María Pombo

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MADRID, 25 Ago. (CHANCE) –

El mundo influencer está de lo más emocionado desde que este viernes, María Pombo, -una de las instagramers más admiradas de nuestro país- anunciase su boda con Pablo Castellano tras tres años de relación.

Tal ha sido la repercusión de la noticia, que la publicación en la que María desvela esta bonita y esperada noticia ya cuenta con más de 200 mil likes y más de 16 mil comentarios dando la enhorabuena a la pareja por su próximo enlace. Sin embargo, uno de los elementos más destacados y comentados de la imagen en la que María y Pablo anuncian su compromiso, es el anillo de pedida de mano.

JOYERÍA SUAREZ

Como la propia Joyería Suárez ha desvelado a través de su Instagram Stories, la alianza lleva su firma, y es que se trata del anillo de Big Three, un modelo de oro blanco de 18 quilates engastado con zafiro talla oval y diamantes talla brillante con un total de 0,65 quilates. Tal y como hemos podido observar en la página web de la Joyería, la pieza tiene un valor de 7.230 euros.

María Pombo decidió dar la noticia en redes sociales dos días después de que se produjese para así poder comunicárselo en primera persona a todos sus familiares y amigos antes de compartirlo con el resto del mundo. Por el momento, sabemos que la boda tendrá lugar en Cantabria y que María confiará los preparativos a unas conocidas Wedding Planners.

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La ‘jeta’ de Bertín Osborne: de negar a su hijo a exhibirlo en una portada 

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Bertín Osborne hijo portada
Portada de ¡Hola!

De villano a padre ejemplar en cuestión de meses. Así parece que quiere venderse ahora Bertín Osborne, que tras negar a su hijo David, pedir una prueba de paternidad y asegurar que no quería volver a ser padre a los 70, aparece sonriente en la portada de ¡Hola! abrazando al pequeño. Todo bajo el argumento de que no quiere que «sea un niño escondido».

La jugada huele a lo de siempre: negocio, blanqueo de imagen y un reportaje bien pagado. Osborne no se conforma con el perdón íntimo de Gabriela Guillén, la madre del niño, sino que lo convierte en espectáculo mediático, el mismo que él mismo alimentó con sus desplantes.

El padre ausente que ahora posa de revista

Que Bertín quiera presentarse como un padre orgulloso no borra la hemeroteca. Cuando se filtró el embarazo, el artista se desentendió y dudó de Guillén públicamente. Ahora, con el niño ya crecido y diciendo «papá», Osborne asegura: «Con el niño estoy encantado. Estoy muy contento de conocerlo, de compartir con él momentos. El niño es una monada, cariñosísimo, un amor».

El contraste es brutal: el hombre que en su día declaró que «nunca quiso ser padre otra vez» es el mismo que ahora afirma querer «conocerlo, que me conozca, estar y que sepa quién es su padre». Una contradicción que resulta difícil de digerir para quienes recuerdan su reacción inicial.

Gabriela Guillén: dignidad frente al espectáculo

Guillén también aparece en el reportaje, aunque no hay ninguna foto de los tres juntos «para evitar confusiones», según explican. La empresaria se muestra cordial, pero sus palabras siguen cargadas de verdad: «Quiero que mi hijo sea lo más feliz posible y que tenga una normalidad. Que, independientemente de que sus padres no estén juntos, él sienta el amor de los dos».

Una declaración que contrasta con la confesión de su propio pasado: «Tener un padre es muy necesario. Yo no lo tuve. Por eso, no le quiero privar a mi hijo de ese derecho, porque él sí lo tiene». Una frase que evidencia lo mucho que ella ha cedido para facilitar esta relación y lo poco que Osborne asumió al principio.

El discurso de Osborne: entre excusas y resignación

En la entrevista, Osborne reconoce que «ejercer de padre es complicado a estas alturas de mi vida, pero el niño no tiene culpa de nada». Una frase que muchos interpretan como una justificación tibia, que no encaja con el desplante inicial ni con el giro posterior hacia el escaparate de revista.

Además, habla de Gabriela como «una mujer estupenda, discreta, trabajadora, responsable», aunque no evita subrayar que nunca quiso volver a tener hijos: «Ahora ayudaré a que el niño tenga sus estudios estupendos y que viva lo mejor que pueda». Palabras que suenan más a compromiso económico que a verdadera implicación emocional.

La estrategia de Osborne: del escándalo al “padre modelo”

Lo llamen “reconciliación” o “presentación oficial”, lo que hay detrás es: un reportaje supuestamente rentable y una nueva narrativa para Bertín, que quiere pasar página con una sonrisa y unas declaraciones amables. El problema es que la memoria colectiva no es tan frágil: cuesta olvidar la prueba de paternidad, los desplantes y las frases hirientes.

Lo que ahora Osborne presenta como un acto de normalidad suena más a marketing que a amor paternal. Y la pregunta queda en el aire: ¿de verdad busca ser un padre presente o simplemente otro titular que engorde su ya larga lista de portadas? Lo que sí parece confirmarse es que la imagen de Bertín será difícil de recuperar.

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